Cap.40

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A Horas tuvieron que sostenerlo entre Jeremiah y Malaquías y otros dos gitanos por la fuerza,aunque fue algo casi imposible. Dejó de pelear hasta que vio a Solan entrar a la celda y Adasaius que permaneció en un rincón cruzado de brazos también fue que prestó atención.
—¡Sueltenlo!. Ordenó.—No es ningún perro rabioso para que lo detengan,además... Está en su hogar.
Solan le lanzó una mirada retadora al comandante que permaneció sentado en el suelo sin moverse. Quiso hacerlo desde el momento en que los gitanos entraron a su celda,aunque le fue imposible hacerlo con Julianna justo en la celda de enfrente viendo todo con ojos llorosos. --¿A qué debemos el honor de esta visita comandante?—preguntó el líder de los gitanos.
Parminius decidió levantarse de su lugar,después de también lanzar una mirada retadora a todos los presentes sólo miró a Solan.

—He venido a....

—¡Noo! Yo le he obligado,soy yo la única culpable—. Gritó la gitana desde su celda sosteniendo los barrotes entre sus manos con desesperación al darse cuenta que aquello había sido un completo error. Horas giró el rostro justo en ese momento para verla con dolor y reproche,ella solo suplicó con los ojos. Pero Solan no era tan sentimental como su amigo el gigante.

—•Buen trabajo Julianna ¡Déjenla en libertad! Ella solo estaba cumpliendo mis órdenes. Al escuchar aquello el suelo se volvió movedizo para el comandante. Jamás creyó que ella lo fuera a traicionar de esa forma. Aunque debió sospecharlo,no dejaba de ser una gitana. Horas fue el que abrió la celda de un jalón para sacar a su hermana y darle un enorme abrazo.

—Creí que nos habías traicionado trayendo a ese sujeto,le dijo al oído para que solo ella pudiera escucharlo. Ella solo negó y bajó el rostro antes de ver por última vez los ojos del comandante y ver dolor en ellos.
—Permanecerás aquí comandante,ahora eres preso del Fantome. Justo en ese momento fue que Parminius se dió cuenta de la situación y lanzó una mirada de asombro. Todo ese tiempo había estado persiguiendo a un chaval,porque ese chico no podía ser mayor que la mayoría de sus soldados. En ese momento lanzó una enorme carcajada que dejó a los presentes irritados.
—¿Qué diablos es tan gracioso? Gritó Horas. Adasius se puso en posición de ataque por si fuese necesario,Jeremiah estaba sereno como de costumbre y Malaquías tenía una sonrisita en los labios al entender al comandante.

—¿Todo este tiempo hemos perseguido a un niñato? El comandante siguió riéndose aunque un poco menos. A Solan las burlas no le impresionaban. —¿Cuántos años tienes chaval? Es imposible que seas el Fantome,llevo más de diez años tras ese asesino.

—Los suficientes para lograr burlar a tu gente comandante. A Parminius no le gustó su actitud y dejó de reír. —¿Por qué estoy aquí? ¿Tienes algún plan en especial para mí?.
...Matarlo quizá,todos habían muerto después de conocerle,él no sería la excepción.

—Aún no decido cuál será tu castigo,la muerte rápida sería un regalo y el Fantome no da regalos comandante.

—No hay nada que hagas que me importe,puedes hacer lo que te dé la gana. No conseguirás nada.

—En eso sí te equivocas,pude ver tu rostro al darte cuenta que Julianna te trajo con engaños,ella te importa,yo sigo ganando.

Parminius apretó los dientes con furia.

—No vas a lograr nada muchacho,al rey no le interesa un simple hombre como yo.

—Eso lo sé,pero a tu gente si le importa,ellos te buscarán hasta en las piedras y ahí encontrarán tus restos en cada una de ellas y la muerte de ellos también.

—Supongo que estás cansado y hambriento,no te preocupes,aquí sabemos cómo tratar a nuestros invitados—respondió Adasius ¡Adelante!

Parminius abrió los ojos rápidamente al ver al chico entrar con una charola llena con podredumbre,era el pequeño Gabrielle vestido con una camiseta llamativa y pantalones algo roídos. Tenía el rostro con lágrimas y aquella acción le dolió,porque no había persona más inocente en ese lugar que ese pequeño.

El Color del Dolor Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon