El Asesino sin Emociones (Gor...

By maycastelar

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¿Que pasaría si un día descubres que los niños perdieron su inocencia? ¿Serias capaz de traicionar a la mujer... More

El Asesino sin Emociones (Gore)(Historia propia)
Capitulo 2: Armado
Capitulo 3: Adopcion
Capitulo 4: Escuela [Parte 1]
Capitulo 5: Escuela [Parte 2]
Capitulo 6: Internado [Parte 1]
Capitulo 7: Internado [Parte 2]
Capitulo 8: Tu obsesión... y mi placer.
Especial 2k Lectores *-*
Capitulo 9: Mi homicida preferido
Capitulo 10: El encuentro del detective y la mente maestra
Capitulo 11: La leyenda es real
Capitulo 12: Su guardaespaldas personal
Capitulo 13: Herramientas para un cuerdo, juguetes para un desquiciado como yo
Capitulo 14: El diario de Kya
Capitulo 15: El hacker
Capitulo 16: Primer interludio-El interrogatorio
Capitulo 17: No te comas mi pudin
Capitulo 18: Un beso puede salvarlo y condenarme
Capitulo 19: Un policía criminal
Capitulo 20: La máscara de las sonrisas
Capítulo 22: ¡The Guilty is S2!
Capitulo 23: Un niño peculiar
Capitulo 24: De vuelta a las andadas
Capitulo 25: Bunny Eyes
Capitulo 26: Huérfano mentiroso
Capitulo 27 : Mejores amigos, rivales eternos
Capitulo 28: El inocente de ésta sala que lance la primera piedra.
Capitulo 29: Actor profesional
Capitulo 30: ¿Confías en mí, Zayn?

Capitulo 21: Custodia Temporal

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By maycastelar

Capitulo 21

Custodia temporal

7:55pm

El muchacho está sentado en el sillón a la derecha. Sus mechones rizados y salvajes mantienen su fachada. Sus hebras albinas se mantienen desteñidas como siempre. Su mirada está enfrascada en el suelo que pisan sus pies. Sus orbes desgastados observan los dedos de sus pies. Y separando los labios suspira.

-¿Cuánto falta?- Pregunta hastiado de esperar.

-No lo sé. No me dijo la hora exacta- Le responde el oficial acomodándose en el sofá –Te recomiendo que aprendas a ser paciente, porque a Eryck le fascina torturar con el tiempo a quienes tiene en la mira- Le dedica estas palabras y el albino alza la mirada viéndole detenidamente.

-Le daré un espectáculo en asiento VIP que no olvidará, te lo aseguro- Emboza una sonrisa traviesa y burlona.

-¿Qué estás pensando?- Indaga el muchacho cuando su cabello castaño cae furtivo cubriéndole las sienes.

-Ya lo verás- Se inclina al frente –Te va a encantar- Afirma ampliando su sonrisa aun más.

-Eres un enigma ¿te lo habían dicho ya?- Le dirige las palabras sin darse cuenta.

-¿Cómo así?- Pregunta curioso el muchacho.

-Bueno, me refiero a que, eres misterioso. En un momento estás así de bromista, y al otro cambias repentinamente, luego vuelves a las bromas y confundes. A eso me refiero. No se puede saber exactamente que esperar de ti, por eso eres un enigma. Eres impredecible- Contesta desvariando en las palabras, parece no estar convencido con su teoría.

-Oh eso, bueno, entonces quizás si sea un enigma. Eres la tercer persona que lo dice- Responde meditando en sus palabras por un momento.

-¿La tercer persona? ¿Ya te lo habían dicho?- Indaga el oficial con interés.

-Sí, primero fue Kya, luego mama, y ahora tú, así que, quizás sea cierto- Contesta viéndole con cierta diversión.

-Fascinante- Gesticula inconscientemente.

-¿Eso crees?- Le cuestiona sin esfumársele la sonrisa.

-Supongo- Responde desviando la mirada al umbral de la cocina –Además, no deberías de espiar la conversación de dos oficiales de la policía, podría considerarse un crimen- Pronuncia y suspira.

-Estaba aburrido, y escuchar su amena charla por lo menos me entretuvo- Contesta viéndole detenidamente.

-¿Por qué no una partida de ajedrez?- Rueda los orbes contra los suyos.

-Kya juega solo. Es más listo que cualquier computadora, así que juega por ambos lados del tablero, por lo que no suelo jugar mucho con él. No me gusta ganarle, ni perder, por lo que culminar una partida nos toma unos largos días- Responde exagerando los gestos.

-¿Ha resuelto el reto rubik?- Ladea la cabeza y sonríe.

-¿Eso?, por favor, lo hace con los ojos cerrados. Podría hacerlo dormido si pudiera; de hecho, modificó un cubo de esos, diseñando su propio método de patrones- Le dice viéndole entusiasmado –La mente de mi hermano es sorprendente, y pensarías lo mismo si fueras más flexible e hicieras las paces con él. Te sorprenderás cuando lo veas analizando, porque su razonamiento no tiene patrón de error, en absoluto- Le observa con un particular brillo en la mirada.

-Eso tengo que verlo- Confiesa con curiosidad -¿Él sabe que estás aquí conmigo?- Rompe la conversación.

-Por supuesto, ahora él debe de estar despertando, o durmiendo todavía. No me preocupa, porque sé que está bien, y seguro- Responde viéndole.

-¿Cómo lo sabes?- Indaga el oficial.

-Porque lo siento, aquí adentro- Coloca la palma de su mano sobre el lado izquierdo de su pecho, su corazón –Aquí es donde siento su preocupación, su dolor, su tristeza, y su alegría. Él y yo estamos unidos permanentemente- Ve sus ojos color avellana -¿Has oído alguna vez que los gemelos tienen cierta conexión el uno con el otro?- Pregunta.

-Sí, he oído de ello pero, no sabría decirte si lo creo o no- Contesta sereno.

-Deberías creerlo, nosotros somos la prueba de ello. Definitivamente tenemos un vínculo único, que va mas allá del linaje sanguíneo o nuestra genética, nosotros estamos unidos, y es hasta la muerte. Por lo que sentimos las penas y alegrías del otro, por eso estamos siempre juntos, así podemos cuidarnos mutuamente- Argumenta el albino.

Arlem guarda silencio por unos segundos, el timbre suena. Shadow voltea en dirección a la puerta principal al sobresaltarse por el repentino corte de atmósfera. Su cabello albino mantiene sus ondas traviesas.

-Ya es hora- Balbucea el albino colocándose de pie y corriendo a las escaleras, asciende cada escalón apresurado.

-Es el momento- Suspira el oficial y se coloca de pie.

Se aproxima a la puerta y sujeta el pomo, lo gira y atrae la puerta abriéndola. Después del umbral se encuentra Eryck con su uniforme de la agencia policial. Con esta misma expresión indiferente de cada día.

-¿Ya están listos?- Le pregunta al de cabellos castaños antes de que pueda irrumpir.

-Supongo, iré por ellos. Pasa y siéntate- Le dice a punto de irse.

-Me entregaron los resultados del laboratorio- Le suelta las palabras de una vez.

-¿Y bien? ¿Cuál es el resultado del examen de huellas?- Indaga el oficial recluido.

-No pudieron identificar las huellas, ni el cabello encontrado en la escena del crimen. Es como si los registros del perpetrador hayan desaparecido de la nada. Por lo que tu inocencia se mantiene, aun se espera por una autopsia completa, en búsqueda de otras pruebas que serán enviadas al laboratorio a la mayor brevedad posible y dependiendo del resultado se cerrará el caso como inconcluso, o continuará hasta dar con el paradero del criminal- Le explica la situación.

-Ya veo- Arlem entiende lo que sucede –Bueno, iré a buscarlos, deben de estar arriba todavía- Añade y se voltea yéndose en dirección a las escaleras.

Asciende los escalones hasta el pasillo contiguo, avanza descalzo sobre el suelo de madera. Shadow está en la alcoba acomodando la bufanda alrededor del cuello de su hermano menor quien está parado en frente suyo. Una vez listo el menor abraza con fuerza el gran peluche de oso contra su pecho, observando a su hermano mayor.

-Lo llevaremos- Gesticula sin voz.

-Por supuesto- Sonríe –Ven- Acomoda los flecos lacios de su cabello.

Arlem abre la puerta, Shadow ladea la cabeza y le dedica una mirada indescifrable. Como un mensaje codificado. Desvía luego sus orbes a la cama, y le coloca la mochila en los hombros a su hermano, sujeta la suya sobre los hombros y ve a los avellanados orbes del oficial.

-¿Me prometes una cosa?- Se le acerca apartándose un tanto de su hermano.

-Depende del asunto- Expone sus condiciones.

-Nos favorece a ambos- Sonríe con diversión.

-Está bien, te creo. ¿Qué deseas que te prometa?- Le pregunta incauto de lo que el albino le pedirá.

-Prométeme que... que...- Se voltea y observa a su hermano menor quien le hace un mínimo gesto con la mirada, regresa su vista a Arlem y suspira –Prométeme que tu único crimen será protegernos- Suelta las palabras viéndole directamente a los ojos.

-¿A qué te refieres?- El oficial no entiende.

-Promételo, por favor- Insiste viéndole.

-Está bien, lo prometo. Pero ¿a qué te refieres exactamente?- Persiste en preguntar.

-Gracias- Sonríe aliviado –Lo entenderás luego, cuando sea el tiempo correcto- Responde a su pregunta sin darle demasiados detalles.

-Entiendo- Suspira el oficial –Vengan, ya Eryck les está esperando abajo- Al pronunciar su nombre, Kya se acerca a su hermano sosteniéndole la mano y jalándole hacia atrás.

-Kya ¿Qué sucede?- Shadow voltea y le mira preocupado.

-...- Pero él no responde.

-¿Estás bien?- Se le acerca y le coloca la mano en la frente, después en el cuello –No tienes fiebre, ni indicios de algún resfrío. ¿Por qué actúas de esta forma?- Él esta intrigado por su reacción –No pasará nada, yo te cuidaré. ¿Confías en mi?- Le pregunta sabiendo la respuesta.

-En él no- Contesta sin voz y desvía la mirada.

-Yo tampoco pero, hay que seguirlo. Tranquilo, yo te cuido- Le besa la frente y sostiene su mano apretando sus dedos con los suyos -¿Bajamos ya?- Pregunta al policía.

-Por supuesto, síganme- Les dice girándose y encaminándose a las escaleras.

Los albinos le siguen el paso un poco más lento. En la mochila del menor solo está su ropa y un par de cobijas, su oso de peluche color café. Juguetes. Un cubo de rubik y algunas barajas. Shadow lleva lo necesario y una navaja de bolsillo de la casa donde vivió su infancia. El inhalador de su hermano menor, cajas y cajas de medicamentos de ambos. Ropa y algunos juguetes. Kya no se fía de ninguno de los oficiales. Shadow manipula con su voz a voluntad. Avanzando por el pasillo, descendiendo escalones. El mayor enfoca la mirada de Eryck y se atreve a dirigirle las palabras.

-You are the next- Articula sonriente.

-¿Qué insinúas?- Eryck entiende su mensaje de inmediato.

-Eres el siguiente, en tener nuestra custodia- Responde el albino sonriendo -¿Qué pensaste que diría?- Pregunta sabiendo muy bien lo que podría responderle.

-Bien dicho- Le dedica la mirada.

-No señor policía, a esto se le llama no caer en los juegos de un oficial que intenta incriminar inocentes- Alega confiadamente –Y si ese es tu plan, te aconsejo que mejores la táctica porque no somos idiotas, y sabemos muy bien lo que traes entre manos. No hay que ser un genio para deducirlo, se te nota que no te agradamos- Le suelta las palabras soltando la mano de Kya y acercándosele –Y aquí entre tú y yo- Le observa detenidamente –Tampoco nos agradas- Le dice sonriendo de nuevo.

-¿No crees que ha sido despistado develar todo a la primera?- Eryck no es ingenuo ni infantil.

-No, al contrario. Si vamos a empezar a convivir todos bajos el mismo techo, entonces es necesario que no hayan tratos hipócritas ¿no te parece?- Argumenta sonriendo –Te lo recuerdo, no somos idiotas. Y como dijo tu jefe, deberías de tenernos de tu lado en este caso y no estar en contra nuestra- Le dirige las palabras.

-Shadow, ya es suficiente- Arlem interviene separándolos a ambos.

-Solo le decía un par de cosas- Alega el albino.

-No tiene importancia, son solo niños- Los ve despectivo –Síganme- Les ordena y se voltea saliendo por la puerta.

-No le des razones para sospechar- Arlem se inclina y le susurra al oído al mayor –Una sola palabra y argumentará un caso paralelo para apresarte sin pensárselo ¿me entiendes?- Le advierte.

-¿Por qué ayudas?- Pregunta el muchacho.

-La promesa- Le ve y sonríe de lado –Nunca rompo una promesa. Las cumplo aunque me cuesten la vida- Confiesa él.

-Perdóname- Susurra el albino.

-¿Por qué?- Indaga el oficial.

-Luego te digo. Cuídate, hasta pronto- Sostiene la mano de su hermano –Vamos, Kya- Aprieta sus dedos y ambos cruzan el umbral.

-Cuídense- Susurra el oficial viéndoles ir hasta el vehículo de su compañero.

Arlem permanece parado junto al umbral, observando como ese par de jóvenes suben al vehículo policial. Alejándose de su existencia por arrebatos del destino. Suspira, Shadow lo observa a través de la ventana. Sus ojos gritan lo que sus labios han tenido que callar. Su cabello albino y desaliñado, su hermano menor recostado de su hombro viendo a través del retrovisor al oficial que se ajusta el cinturón de seguridad.

Eryck gira la llave del vehículo, desvía su mirada por un segundo a su compañero que permanece allí parado viéndoles. Suspira y regresa su vista al frente cuando el motor se enciende. Kya aprieta la mano de su hermano y el peluche de igual manera. Shadow mantiene sus ojos sobre el oficial de cabellos castaños. La direccional del automóvil pone en marcha los neumáticos que giran dándole movimiento al vehículo policial.

El automóvil se pone en marcha abandonando la vivienda de Arlem quien no se aparta del umbral, observando la partida más significativa que ha tenido en toda su vida. Suspira cuando los pierde de vista en el cruce de una calle y regresa sobre sus pasos, cierra la puerta y permanece allí con ambas manos posadas en la madera.

-¿Qué locura acabo de prometerle?- Murmura para sí mismo.

Voltea esperando ver su inesperada presencia pero, no está. Ya no, se ha ido en el vehículo del oficial que no descansará hasta incriminarlo. Arlem pasea sus pies hasta el umbral de la cocina, observa todo y suspira. El silencio invade su apacible vivienda una vez más. Sin Shadow aquí, no hay risas ni correteadas por el pasillo contiguo. No existen sus burlas, ni sus sonrisas. No más, solo silencio de soledad.

-No ha pasado nada, y ya los echo de menos- Susurra recostándose del mesón de mármol –Solo espero que regresen pronto- Alza la mirada viendo el ventilador del techo girar lenta y momentáneamente.

Shadow mantiene su vista estancada en la ventana, sus dedos juegan con la misma insistencia con los de su hermano. Kya observa al oficial a través del retrovisor, sin parpadear para no perderle ni un detalle. El mayor de los gemelos permanece observando a través de la ventana el panorama que se dibuja en el exterior, el menor recuesta la cabeza en su regazo y bosteza abrazando el enorme peluche aun. Cierra los parpados y se entrega al sueño en la seguridad de su hermano mayor.

Eryck le observa a través del retrovisor, seguidamente mantiene su vista en Shadow por unos segundos antes de devolverla al frente. Gira el volante unos grados apenas y el muchacho sonríe ligeramente, con la mirada perdida.

-¿Puedo saber a qué se debe tu sonrisa?- Le pregunta sin apartar la vista del camino.

-...- El muchacho le observa de reojo por un segundo apenas, y regresa sus orbes a la ventana polarizada –Es personal- Lo limita verbalmente.

-A los policías nos entrenan para detectar falsas respuestas, y tu acabas de mentir- Contrarresta su respuesta.

-Tú no me conoces, por lo que tu deducción no es veraz- Alega el albino viendo el exterior a través del cristal.

-¿No me crees?- Indaga el oficial con serenidad.

-No creo que sea necesario repetírtelo ¿o sí?- Ladea la cabeza viéndole –Tu argumento en contra de mi respuesta es falso por el simple hecho de que no me conoces. Estas montando una tormenta en un vaso de agua, señor policía- Desvía la mirada una vez más.

-Tienes razón en algo, no te conozco y es cierto. Lo único que se de ti está basado en tu historial clínico, lo poco que he conversado contigo y un par de declaraciones de terceros que han podido al menos verte una vez en sus vidas- Responde el oficial y cruza en una calle entrando a una avenida de doble vía.

-Te pido que no insistas, no me gusta hablar de mi vida pasada en presencia de mi hermano- Argumenta el muchacho.

-¿Hablarías a solas conmigo?- Indaga el policía viéndole por el retrovisor.

-Quizás- Ladea la cabeza y emboza una picara sonrisa –Todo depende de cómo se comporte, señor policía- Le observa burlista.

-¿Qué insinúas? Niño- Alza una ceja bastante intrigado.

-Es fácil de entender. Si se comporta bien, yo cantaré las respuesta que pida pero, si se porta mal pues me quedaré callado ¿le gusta el juego?- Shadow es un genio que solo busca el bienestar de su hermano menor, al precio que sea.

-Sabias que dirías algo como eso- Sonríe un poco divertido.

-Soy las risas del dúo, es parte de mi ¿no crees?- Emboza una amplia sonrisa.

-¿Las risas del dúo?- Pregunta Eryck intrigado.

-Sí, el dúo, Kya y yo somos un dúo, porque somos gemelos y como él no sonríe ni nada parecido, entonces yo sonrío y rio por ambos- Responde el albino viéndole como un cachorrito -¿Qué pensaste que era?- Indaga el muchacho.

-Nada, no tenía ni idea de que podía ser- Contesta y frena al semáforo en rojo.

-No sabes mentir- Le dice el muchacho –Eres pésimo- Sonríe divertido.

-¿Por qué lo dices?- Pregunta el oficial.

-Tus ojos ven a la izquierda, y eso me hace darme cuenta. Es muy fácil notarlo- Ladea la cabeza divertido.

-Eres inteligente- Alaga al criminal que lleva en el asiento trasero de su automóvil –Me gustaría tener un hijo como tú- Articula estas palabras que quiebran los esquemas del albino.

-¿Qué dijiste?- Balbucea una pregunta viéndole sorprendido.

-Que me encantaría un hijo como tú, así de inteligente y perspicaz- Gesticula estas palabras tomando un desvío a la derecha y adentrándose a un complejo residencial de alto lujo –Pero mis votos matrimoniales me niegan todo ahora- Balbucea inconscientemente estas palabras.

-No digas nunca más eso- El muchacho traza un límite.

-¿Decir qué? ¿Lo de un hijo como tú?- Pregunta desconcertado el oficial.

-Exacto, porque el bastardo que nos engendró se desapareció hace ocho años cuando decidió dar la cara por nuestra existencia. Ni mi hermano ni yo necesitamos una familia, ni un padre ni una madre. Lo único que necesitamos es a alguien encargado de la custodia que nos tenga hasta que seamos mayores de edad, de ahí en adelante podemos valernos por nosotros mismos ¿entendiste?- Gesticula con enfado estas palabras.

-Le tienes mucho odio acumulado a ese señor ¿verdad?- Pronuncia con algo de diversión el oficial –Actúas igual que Arlem cuando él se le acercaba a tu madre en la secundaria- Añade las letras con la única intención de provocarle un enfado mayor.

-¿Tu también lo conociste?- Pregunta el menor de edad viéndole.

-Por supuesto, estudie con él los dos últimos años de secundaria. Y nunca me agradó, ni me creí su coartada cuando el primero de nosotros cayó- Su voz se debilita en la última palabra.

-¿El primero de ustedes? ¿De qué hablas?- Indaga el albino con curiosidad.

-No tiene importancia, sucedió hace mucho tiempo- Desvía el tema junto al vehículo cruzando y estacionándose en frente de una vivienda de dos pisos, con el tejado completo, maderas caoba barnizadas en el exterior.

Un jardín de margaritas y hortensias armoniza el frente de la vivienda. Una cerca de madera pintada de negro y rojo en los bordes. Una puerta que no es más alta que 1.5mt. Eryck se estaciona justo allí, apaga el motor con un giro de la llave. Desabrocha el cinturón de seguridad y se voltea viendo al muchacho.

-Estas en mi territorio ahora, y mis reglas son más estrictas que las de Arlem. Y otra cosa, se que estás detrás de todos los homicidios que los rodean desde el primer ataque, y voy a desenmascararte, niño monstruo- Le profiere estas palabras con la rabia ardiéndole en las venas.

-Quiero verte intentar incriminar a un inocente, y menor de edad, señor policía- Se inclina y le dedica estas palabras –Quien me busca, me encuentra, así que deja de buscarme ¿me oyes?- Le advierte completamente decidido.

-No puedo creerme que hayas podido engatusar a Arlem con tu versión de la víctima, pero ese cuento no me lo trago tan fácilmente. Ni el desgraciado que te engendró pudo convencerme, mucho menos lo hará el bastardo fruto de sus gónadas- Se aparta y abre la puerta saliendo del vehículo. Le abre la puerta y se inclina en la abertura viéndole –Solo necesito las pruebas para hacer que te pudras en la cárcel por tus actos- Gesticula detenidamente estas palabras.

-En ese caso- Sonríe con burla el muchacho –Te deseo suerte con ello, porque si has revisado a detalle el seguimiento del caso, lo único que se ha encontrado en la escena del crimen son las armas homicidas. Sin huellas, sin ADN que vincule las armas con el perpetrador ¿no te parece que es misión imposible hacerme ver como el culpable de esto?- Sus palabras son como lanzas envenenadas.

-Eres un asco de persona, ni siquiera te catalogo de humano. Eres un monstruo despreciable- Lo agrede verbalmente solo de oír sus palabras.

-¿Crees que asesine a mi madre porque ambos la odiamos, y mi hermano me lo pidió?- Le pregunta con la sonrisa tatuada en los labios.

-Estoy convencido de ello. Solo necesito pruebas que respalden mi argumento, pero no puedo obtenerlas porque careces de huellas dactilares por lo que es obvio que tus huellas no pueden quedar en las armas homicidas que encontramos, ni menos cabello puesto que tampoco presentas ADN allí. Lo único que podría funcionar en tu contra seria una declaración de terceros, tuya o un video donde se te vea cometiendo el delito pero, no eres tan torpe como para permitir que algo así suceda- Le observa con detenimiento –Realmente eres un niño monstruo- Se le crispa el cuerpo cuando le ve cubrirse los labios sutilmente.

-Oh, me halagas- El muchacho sonríe todavía –Nadie me había dado un apodo tan bien elaborado, gracias- Le agradece con burlas –Eres muy observador, Eryck. Me agradan las mentes prodigiosas como la tuya pero, creo que te hizo falta pensar una cosita- Ladea la cabeza sonriendo –Aunque la odiemos todavía, sabemos muy bien que el asesinato es un delito por el cual nos enviarían a una correccional sin boleto de salida, por lo que no creo que ningún juez crea tu versión- Gesticula viéndole.

-Eres un experto en manipulación verbal, por lo que no puedo darme el lujo de creerte ni una palabra. Tú y Kya son los únicos con la suficiente madurez mental para planear un asalto a la casa presidencial si se lo proponen, no dudo de ello. Por lo que te advierto que midas muy bien las palabras, porque allí dentro- Señala su vivienda –Hay cámaras y micrófonos en todos lados, puestos con el único fin de desenmascararte a ti, y después a tu hermano- Le dice y se endereza –Pueden ir entrando, bajaré sus pertenecías- Gesticula y se dirige a la cajuela del vehículo.

Shadow suspira y despierta delicadamente a su hermano menor, el muchacho se endereza estrujándose los ojos, y él sonríe solo de verle. Ladea la cabeza en dirección al cristal de la ventana y observa a una muchacha del otro lado de la acera con un particular corte de cabello. Su melena azabache cae con gracia sobre sus hombros descubiertos, con una camiseta de tirantes y un ceñido pantalón rasgado. Una figura envidiable, de curvas acentuadas y labios teñidos de negro. Un piercing en el ombligo se le nota por el brillo metálico, dos en la ceja izquierda, uno en la derecha, debajo del labio inferior dos perforaciones y una última en medio de la nariz. Y ambos pabellones de las orejas con varias perforaciones. Ella mantiene su vista en el automóvil del oficial. Shadow presiona el seguro y el cristal desciende, la luz del poste de alumbrado cruza por la abertura iluminándole parcialmente los rasgos. Su mirada se mantiene en esa muchacha, ella sonríe y le guiña el ojo como si le conociera.

Kya la observa, precisa a su hermano mayor y por instinto mismo usurpa su espacio personal, besa su mejilla arrancándolo del trance en el cual parece estar.

-¡...!- El albino se voltea y observa a su hermano menor -¿Sucede algo?- Le pregunta pensativo.

-...- Kya niega con la cabeza y le dedica una gélida mirada a la muchacha.

-Kya, no es nada. Solo me causo curiosidad su aspecto, nada más. Ven, bajemos- Le sonríe a su hermano menor y le permite abrir la puerta del lado de este.

Kya baja primero y se endereza viendo la vivienda con el peluche entre los brazos, dando un par de pasos a la entrada cuando Shadow sale del vehículo y estira los brazos al cielo bostezando.

-¿Cómo se llama este lugar?- Pregunta al oficial quien cierra la cajuela.

-Eso no tiene importancia- Ladea la cabeza viéndole –Ayúdame con esto- Señala una de las maletas –Deja que Kya entré y exploré su nuevo hábitat- Intenta sonar divertido pero la gracia no es su fuerte.

-Vale- Le responde y se acerca a Kya colocándole ambas manos en los hombros –Angelito, voy a quedarme ayudando al tipo éste a subir las maletas, mientras ve y explora el lugar- Le susurra al oído y besa su mejilla –Luego me dices lo que veas- Susurra con un hilo de voz inaudible.

Kya entiende su mensaje y abre la pequeña puerta de la verja, se adentra por el camino y éste a la puerta que no está asegurada. La empuja y se voltea viendo a Shadow por un segundo apenas, su hermano mayor le sonríe y el menor ingresa a la vivienda sin más. Antes de que el albino pueda pronunciarle algo más al oficial, la misma muchacha se ha acercado y aborda al policía confiadamente.

-¿Ya Madi vino del campamento?- Le pregunta tironeándose de las cintas que tiene atada en las muñecas, aparte de muñequeras de cuero y metal.

-No, aun no- Contesta el oficial y suspira con las manos en la cintura.

-¿Eres un pederasta?- Shadow malinterpreta la situación e interrumpe como es propio de él.

-No, no lo soy, fíjate que la conozco desde que nació y tú no deberías interrumpir conversaciones de adultos- Lo reprende con la fría sutileza que posee.

-¿Adultos?, ja, si claro. El único adulto que veo eres tú, y estoy seguro que es una menor de edad. Esos son cargos graves- El albino se cruza de brazos limitándose a observar burlonamente a Eryck.

-¿Dónde están tus modales? Tío, preséntame al niño- Irrumpe la muchacha jalándole del pelo cenizo.

-No hagas eso- La reprende –Y no creo que quieras que te lo presente, porque ni te imaginas porque lo tengo a él y a su clon conmigo ahora- Contesta viendo al muchacho con desconfianza.

-Primero no es un clon, es mi hermano gemelo, genio- Se defiende el muchacho sarcásticamente –Segundo, es cierto, no creo que quieras conocerme- Observa a la muchacha que vuelve a sonreírle con picardía y las mejillas del albino se tiñen de rojo cuando él desvía la mirada.

-Por favor, dime- Le insiste la joven al oficial.

-No puedo, es confidencial- Le niega la respuesta y ella se cruza de brazos molesta.

-Eres un pésimo mentiroso- Es la voz del albino, ladea la cabeza y sus orbes enfocan a la pelinegra –Me trajo hasta aquí porque a su compañero lo acusan de asesinato, le quitaron la custodia y se la dieron temporalmente a él –Señala al oficial con la mano –Pero, hay una pequeñísima razón de porque soy huérfano y este tipo me detesta, vamos, dile el porqué, señor policía- Su lengua tan filosa y venenosa como de costumbre.

-¿Qué le paso?, anda dime, tío Eryck- Insiste la muchacha jalándole del brazo –Quiero saber en qué estás trabajando- Pronuncia ilusionada.

-Ya me conoces, por lo que no te debe sorprender que desconfíe de él- La observa a los ojos –Él y su hermano son huérfanos desde la niñez, de ahí hasta hoy ha pasado demasiado y son los únicos que pueden darnos alguna pista para encontrar al degenerado que masacró a su familia adoptiva hace más de un mes. Y como ya me conoces, no confío ni en mi mismo por lo que mi única motivación de su custodia es conseguir una prueba contundente sobre los crímenes y encerrar a ese niño en la cárcel, ¿ya estas contenta?- Le dice con una maleta en las manos –Coge esa y sígueme- Le ordena al albino y se aparta sin decir nada más.

-Uy, un niño malo- La muchacha le observa con un encanto particular cuando Eryck cruza el umbral entrando a la vivienda –Soy Maya, mucho gusto- Se le acerca y le tiende su mano.

-Shadow- Le estrecha la mano con cierta timidez.

-¿Qué edad tienes?- Pregunta sin soltarle.

-14 y unos meses, ¿tu?- Le regresa la pregunta.

-Cumplí 16 hace unas semanas- Responde con una sonrisa –Te sonrojas muy fácilmente ¿no?- Se le acerca de improvisto cruzando la línea del espacio personal y las mejillas del albino se enrojecen con voracidad, él retrocede con intenciones de recuperar su mano –Tranquilo, no soy una depredadora sexual- Le dice jugando con sus dedos –Pero, eres muy lindo- Pronuncia viéndole a los ojos.

-¿Eso qué significa?- Indaga el muchacho.

-Que me interesas, obvio. ¿Qué nunca te lo han dicho?- Le pregunta un poco sarcástica.

-No, ¿Qué significa eso de interesar?- El muchacho curiosea una respuesta.

-¿En serio no sabes?- Ella esta incrédula.

-Lo digo en serio, no lo sé- Contesta el muchacho.

-Bueno, tío Eryck y yo nos llevamos como hermanos, además soy su vecina de enfrente, ahora la tuya- Le sonríe divertida –Y vengo a visitarlo todos los días, así que puedo contarte de estas cosas de la pubertad mañana ¿vale?- Pronuncia viéndole a los ojos.

-Por supuesto- Consiente el albino.

-Genial- Se le acerca y le besa la mejilla, tan cercano a sus labios que sus mejillas se enrojecen violentamente –Nos vemos mañana, Shadow- Suelta finalmente su mano y le sonríe guiñándole el ojo, se da media vuelta y se va cruzando la calle.

-¿Quieres tu cuarteto del titanic o vas a moverte de una vez?- La voz de Eryck lo arranca de sus pensamientos.

-V-Vale, ya voy- Coge la maleta.

El muchacho cierra la puerta del automóvil con violencia, atraviesa la pequeña puerta y enrumba sus pasos por el camino de piedras. Se detiene frente a la entrada principal y Eryck le observa seriamente de brazos cruzados.

-No voy a disculparme por lo de la puerta, así que o te mueves o nos quedamos a esperar que me salgan raíces- Pronuncia viéndole.

-Eres un caos andante- Tuerce la mirada y suspira hastiado dándose media vuelta, ingresa a la vivienda seguidamente el albino y el oficial ajusta la puerta.

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