Yaguareté·Abà II

Oleh azanatoslagesis

294K 28.1K 4.2K

Secuela de Yaguareté·Abà I Si no lo has leído aún... no te lo pienses más. Lebih Banyak

Avisos Previos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Epílogo

Capítulo 26

6.6K 664 47
Oleh azanatoslagesis

-Scott, Scott... que no estoy preparado, que voy a matar a alguien... que ya verás, que no quiero que mi padre me tenga que detener...

-Tranquilo, en caso de que pierdas control, será tu novio el que te detenga.

-¡JA! Muy gracioso... En serio, no me estás escuchando. ¡Que no estoy preparado!

-Te escucho muy bien, Stiles.

-Bien, ¿y qué piensas hacer al respecto?

Scott se levantó del banco del vestuario y tras acomodarse la coraza, se puso el casco tranquilamente. Se agachó de nuevo y cogió el casco de Stiles, para estampárselo en el pecho.

-Ponte las protecciones y a jugar.

-¡¡SCOTT!!

-Stiles, soy tu alfa, tu mejor amigo y tu capitán, así que... -dijo encarándole y poniendo sus ojos rojos. -prepárate y a entrenar. -terminó con voz gutural antes de salir al campo.

-Y yo terminaré comprando chuches para perro y así enseñarte buenos modales, alfa engreído. -murmuró Stiles mientras se ponía las protecciones a regañadientes.

El entrenamiento comenzó tenso: Stiles no quería acercarse demasiado a sus compañeros para evitar perder el control y Finstock le gritaba por ser demasiado poco agresivo, por lo que el jaguar terminó por encararse al entrenador, pero Scott logró pararle a tiempo de que llegara a convertirse por completo y, tras volver a imponerse como alfa, las cosas fueron mejorando. Stiles placó, regateó y marcó con una habilidad increíble que hizo que a Finstock se le saltaran los ojos de las cuencas y vitoreara al jugador que segundos antes insultaba y maldecía.

Así que, dos horas después, se duchaba en el vestuario, deseando salir de allí e ir a dormitar a algún lugar recóndito, bajo la luz de los últimos rayos de sol. Se despidió de Scott con un bostezo y se subió a su jeep rumbo a su casa. Abrió la nevera, calentó un tupper de macarrones y trepó a lo alto del tejado para comer y echarse una siesta.

Cuando ya se había acomodado, escuchó el coche patrulla de su padre acercarse y, cuando sintió la puerta cerrarse, reptó por su ventana para ir a visitar al sheriff.

-¿Qué has hecho hoy?

-He ido a clase. -dijo bostezando. -Y al parecer estoy en el equipo de Lacrosse, así que entrené y me vine a casa.

-¿Lacrosse? ¿No decías que no estabas preparado?

-Parece que sí lo estoy... y lo hago genial. -dijo sonriendo y sacando las garras para mirar aún más sonriente a su padre. -Esto es mejor que los esteroides.

Su padre, en cambio, se rió contagiado por el buen humor de su hijo y se sentó a la mesa para tomarse el café que se había preparado. Stiles se sentó delante de él, cruzó los brazos sobre la mesa y se recostó sobre ellos.

-Entonces has superado el jet-lag.

-Eso parece. -dijo bostezando desde su escondite. -Esto es un ataque de sueño transitorio.

Su padre asintió conforme, relajándose sobre su silla... hasta que Stiles se levantó de un salto y casi le produjo un infarto. Tras asegurarse de que el pulso de su padre volvía a la normalidad, subió las escaleras corriendo y volvió a bajar con un paquete en sus manos.

-¡Regalo de Londres! -dijo sonriente al ver la cara estupefacta de su padre.

-Esto me va gustando más... -sonrió el padre cogiendo el regalo.

El sheriff abrió el paquetito y se encontró una cartera de piel marrón con su nombre grabado en una esquina, al lado del Big Ben. El padre sonrió agradecido y le dio un abrazo a su hijo.

-¿Te gusta? Me ayudó Jackson... bueno, en realidad lo escogió él... yo quería traerte una camiseta de esas de "Alguien que me quiere mucho me ha traído esta camiseta de..." -dijo su hijo, haciendo que el sheriff riera por la ocurrencia de Stiles y agradeciera la ayuda de Jackson.

-Me gusta mucho. Dale las gracias a Jackson de mi parte. -rió el mayor.

-Y ahora que lo pienso... debería quedar con los demás para darles los suyos... Pero ya es tarde, no llegaré a la cena. -dijo el jaguar mirando a su padre, que rodó los ojos.

-Venga, ve. -dijo sonriendo. -Pero nada de quedarte a dormir en otros sitios. Duermes aquí. Y SOLO.

-Que sí, papá... -rió el joven subiendo para coger los regalos de sus amigos e ir a repartirlos como si fuera el mismísimo Santa Claus.

***

Dos horas después, tras haber entregado ya los regalos a Scott, Kira y Ethan, estaba llamando a la puerta de la familia Martin. Fue la madre de Lydia la que abrió, tan perfecta como siempre, y le indicó que su hija estaba en su cuarto. Con una sonrisa dibujada en sus labios, subió las escaleras y llamó a la puerta.

-Adelante. -escuchó sin problemas a la pelirroja.

-Buenos días, señorita. -dijo con una sonrisa al entrar. Pero la sonrisa se congeló cuando vio los ojos enrojecidos de la muchacha. Sin duda alguna había estado llorando. -¡Lydia! ¿Qué te pasa...?

-Yo... no, nada. -dijo sonriendo. -Debe ser alergia.

-Y un cuerno.

-Stiles...

-Dime lo que te pasa. -dijo sentándose sobre la cama, al lado de la muchacha.

-Es solo que... pienso en todo lo que ha cambiado mi vida, en toda la gente que tuve a mi lado y que ya no está...

-Todos hemos perdido mucho, pero... también hemos ganado muchas otras cosas.

-Sí, pero... siento que yo lo he perdido todo. ¡Mírame! Yo antes era popular, tenía un novio genial, guapo y atlético... luego me convertí en una loca que había paseado desnuda por el bosque, mi mejor amiga era la sobrina de una psicópata... mi novio, que resulta ser un reptil asesino, por fin vuelve a la normalidad y se va, rompiéndome el corazón... me echo un ligue por despecho y resulta que es uno de los alfas que viene a destruirnos, cuando por fin empiezo a sentir que está cambiando algo entre nosotros se muere, mi mejor amiga también muere... ¡Y mi única habilidad es sentir la muerte! La muerte me rodea, Stiles, no lo soporto más...

Stiles la abrazó para consolarla y ella enterró su preciosa carita en su hombro mientras el jaguar acariciaba la hermosa cabellera de la muchacha.

-No puedo ayudar en eso, Lydia... ojalá pudiera hacer algo al respecto pero... lo único que puedo hacer es estar aquí a tu lado.

-Eso ya es bastante. -dijo sonriendo por fin, separándose y mirando a los ojos de Stiles mientras le sujetaba el rostro con ambas manos. -Ojalá me hubiera dado cuenta antes de lo buen partido que eres.

-¡Y mira que te di oportunidades! -rió Stiles.

-Eres el mejor. -dijo abrazándole fuertemente.

-Guardaré eso en mi memoria como un tesoro. Eso y el beso que me diste para cortar mi ataque de ansiedad. -dijo, riendo los dos.

-Serás tonto... -rió la muchacha. -Bueno... ¿Y qué haces aquí? -dijo levantándose y yendo al espejo para atusarse el pelo y retocar su raya de ojos.

-Pues... te traigo regalitos. -sonrió Stiles enseñando una bolsa de papel. Lydia saltó en su sitio de la emoción y se acercó de nuevo a Stiles.

De la bolsa sacó un paquete bastante abultado y miró a Stiles antes de romper el papel y sacar un vestidito de gasa con estampado de flores que, por su expresión, le encantó.

-Y esto... no sé qué es. Me lo dio Jackson para ti.

-¿Jackson? -preguntó en un hilillo de voz, cogiendo el paquetito que le tendía Stiles.

Lo abrió con manos temblorosas, ansiosa. En cuanto lo abrió, cayó un pendiente en forma de ancla dorada y Lydia lo cogió sin entender.

-Es bonito. -dijo Stiles. -Raro, pero bonito.

-¿Esto? -preguntó algo disgustada. Stiles cogió el paquetito y vio una pequeña nota dentro.

-Aquí hay algo... -dijo sacando el pequeño papel y tendiéndoselo a Lydia.

Lydia lo leyó y acto seguido se llevó la mano a los labios. Stiles no entendía nada, y aún entendió menos cuando la muchacha se le abalanzó para abrazarle, llorando repentinamente. Stiles miró a todos lados bajo el apretón de la muchacha, intentando entender, pero nada. Cuando por fin se separaron, ella le tendió el papel.

"Mi ancla"

-Mi ancla... -leyó Stiles en voz alta. Entonces lo entendió y miró a Lydia, que se intentaba corregir el maquillaje de nuevo frente al espejo.

-¡Qué desastre de maquillaje! Te lo venden como Water Proof y de repente se deshace por dos lagrimas de nada.

-¿Lydia?

-Estoy bien, estoy bien... -dijo sonriendo dándose la vuelta. Y Stiles supo que estaba bien, pues esa era una de las más puras y sinceras sonrisas que jamás hubiera visto.

Se despidió de la muchacha con un abrazo y un beso y salió de la casa de los Martin. Se subió al jeep con una sonrisa y arrancó el motor, no sin antes mirar al cielo ya oscuro y tras un suspiro, decir para sí mismo.

-Bien jugado, Jackson.

Porque sí, Jackson había sido uno de los más viles reptiles egoístas y egocéntricos que había conocido... pero sabía que había una persona a la que ese niñato quería más que a sí mismo: Lydia.

***

Stiles abrió la puerta de metal y se quedó pasmado delante, ante la escena con la que se había encontrado: Derek estaba sentado en el sofá tranquilamente mientras Peter estaba encadenado a una columna y con restos de sangre por el rostro y torso.

-¿Qué demonios? -balbuceó sin apartar la mirada de su novio, que estaba tranquilamente sentado en el sofá, leyendo, con los auriculares puestos a todo volumen, por lo que no le escuchó.

Stiles corrió hacia la columna para soltar a Peter, que intentó decirle algo, pero fue demasiado tarde. Una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo, lanzándolo hacia atrás, y transformándolo por completo. El ruido del golpe por fin alertó a Derek, que se giró y miró a Peter, que estaba en el mismo sitio pero... se giró un poco más y se encontró a un Stiles completamente transformado, tirado sobre los restos de una mesa.

El lobo se levantó rápidamente y acudió al auxilio de Stiles, que refunfuñaba y gruñía al mismo tiempo. Cuando el jaguar por fin estuvo en pie, Derek le revisó por si se había hecho daño.

-¿Estás bien? -dijo el lobo tocándole el pecho para sentir mejor el pulso del jaguar.

-¿¡Pero qué demonios haces, Derek!? ¡Estás loco! ¡Suéltale! -dijo señalando a Peter. Derek se giró para mirar a su tío y negó con la cabeza. -¿Cómo que no? ¿Pero tú sabes lo fuerte que está la corriente? ¡Lo estás torturando!

-Está bien. -dijo simplemente. -Está vivo.

-Pero, pero... -Stiles no tenía palabras. Se cruzó de brazos y frunció el ceño. -Suéltale.

-Stiles, no...

-Suéltale o me voy. -sentenció el jaguar.

El lobo bufó de rabia y resignación y paró la corriente de las cadenas, pero fue el propio Stiles el que rompió las cadenas y ayudó a Peter a levantarse, para llevarle hasta la cama de Derek, que estaba batiendo el récord de ceños fruncidos. Cuando por fin lo acomodó, Stiles volvió a enfrentarse al lobo.

-Estás loco. Definitivamente loco. ¿Desde cuándo lo tienes ahí?

-Hoy de tarde.

-¿¡Le has estado torturando durante horas!?

-Sí.

-Pues ahora vas y le pides perdón.

-Por supuesto que no.

-¡Derek!

-No. No voy a pedirle perdón. Él me dijo que lo hiciera. -espetó Derek, dejando atónito a Stiles.

-¿Qué? -preguntó confuso, girándose para mirar a Peter.

-Me dijo que quería que yo le perdonara... y que para eso, yo podía causarle todo el dolor que él me había ocasionado a mí. -explicó. -Así que lo hice. -terminó encogiéndose de hombros, como si nada.

Stiles se quedó pasmado, mirando a su novio, a Peter, a la columna, las cadenas... sacudió la cabeza y murmurando acerca de la locura de los lobos, especialmente de los Hale, se fue a la cocina para coger algo de beber y pasar mejor el mal trago que acababa de tener.

-¿Ya estás más tranquilo? -preguntó Derek acercándose a él.

-¿Cómo que si estoy más tranquilo, Derek? ¿En serio a ti eso te parece normal? Porque a mi no, y mucho menos encontrármelo de golpe y llevarme yo un calambrazo.

-Él me lo pidió. -dijo simplemente mientras Stiles le daba un trago al zumo de pomelo que Derek siempre tenía en la casa por él. Tragó y espetó.

-Ya, bueno... no es normal que te pida tal cosa y tampoco es normal que tú seas tan sádico de llevarlo a cabo. ¡No es normal, Derek! -el lobo le miró sin saber qué responder, así que se encogió de hombros.

-De todos modos ya está.

-Eres increíble... -dijo saliendo de la cocina para ir a por el botiquín y limpiar, al menos, la sangre seca de Peter, que ya se empezaba a incorporar. -Y tú quietecito, que hay que ser sádico y masoquista. ¡Imbécil! ¡Los dos!

-Estoy bien, Stiles. -bufó Peter dejándose empujar por el jaguar de nuevo contra el colchón.

-¿Estás bien? ¡Estás bien! ¡NO! ¡Estáis tarados de la cabeza, malditos sádicos! -dijo lanzándole las gasas y yendo hacia la puerta con el pulso a mil y la respiración entrecortada. Sin embargo, antes de llegar a rozar la puerta, Derek lo detuvo y le giró para que lo mirara. Stiles estaba pálido, con las mejillas sonrojadas y su pulso no era normal en absoluto.

-¡Peter!

-Ya, ya, ya lo oigo... -dijo apareciendo al lado de Derek, tocando el pecho de Stiles, que empezaba a marearse por la hiperventilación. -Túmbalo en el suelo. -dijo el mayor yendo a la cocina a por una bolsa de papel.

-¿Estás ido? Yo... no tengo ataques... soy un... -protestó Stiles mientras intentaba rehuir la bolsa.

-Respira aquí, Stiles. -suplicó Derek con la mirada. Stiles cedió y respiró con la bolsa y, sorprendentemente, se fue tranquilizando.

-Vaya. -suspiró Peter incorporándose por fin. -No te libras de los ataques de ansiedad ni siendo un jaguar.

-Idiotas... -refunfuñó mientras intentaba levantarse, pero Derek se lo impidió. Stiles estuvo a punto de protestar, pero cesó el intento cuando notó cómo el lobo lo levantaba y lo llevaba a la cama.

-Mejor te vas. -escuchó decirle a Peter, que asintió y tras un "hasta mañana", salió por la puerta.

Derek volvió a la cama junto a Stiles y se sentó a su lado, acariciándole el pelo y dándole un beso en la frente. Terminó acostándose a su lado y puso su mano sobre su pecho, con los ojos cerrados, bajo la atenta mirada del jaguar.

-Estoy bien.

-Me has asustado.

-¿Que yo te he asustado a ti? ¿Eras tú el que parecía estar como un puto psicópata con tu tío?

-Peter y yo... arreglamos las cosas a nuestra manera.

-Pues no me parece una manera normal. -sentenció Stiles, haciendo bufar a Derek.

-Yo nunca te haría algo así a ti, Stiles.

-No llegarías a sobrevivir si lo hicieras. -dijo frunciendo el ceño y recibiendo otro beso en la frente.

-No era así como me esperaba darte la bienvenida.

-Pues qué poco me escuchas... te dije que volvía ayer.

-Supuse que estarías demasiado cansado del viaje. Y ya es tarde, así que no pensé que vinieras ya hasta mañana. Además... aunque no te escuchara, el olor de felicidad de tu padre en la comisaría era insoportable.

-¿En serio? -rió Stiles. -A veces me gustaría poder oler las emociones de la gente.

-Y puedes.

-Sólo cuando son muy intensas, eso no cuenta. -dijo Stiles torciendo la cara para mirar a los ojos a Derek. -¿Estás dispuesto a hacer un montón de papeleo mañana?

-¿Y eso?

-Porque si estás dispuesto, podría pasar la noche en tu casa.

-Vas a cabrear a tu padre.

-Y tú pagaras los platos rotos.

-Déjame intentar una cosa... -dijo cogiendo el teléfono de Stiles. Lo intentó desbloquear pero había cambiado la contraseña del móvil.

-No me mires con cara rara... no quería que Dmitri pudiera cotillearme el movil. Toda precaución es poca. -rió Stiles enseñándole la nueva contraseña al lobo, que asintió, marcó el número del sheriff y puso el audífono en su oreja bajo la intrigada mirada de Stiles.

-¿Stiles?

-No, jefe. Soy Derek.

-Ah, hola Hale... -dijo el padre comprobando el contacto que le llamaba. -¿Me llamas desde el móvil de Stiles? ¿Está ahí contigo o se lo ha olvidado?

-No, no... está aquí. Le llamo porque creo que el viaje le ha afectado y le ha dado un ataque de ansiedad. Está bien, sólo que he pensado que tal vez sería mejor que quedara descansando aquí.

-Hale...

-Ya es tarde y comprendo que no quiera... si fuera necesario, yo mismo le llevaré a casa, pero no me parece que sea bueno que conduzca.

-¿No decías que está bien?

-Está bien, pero entre el sueño y su bajo estado, me preocupa que pueda causar un accidente.

-Bueno... de acuerdo. Pero mañana sé puntual en la comisaría. Si se encuentra aún débil no tiene que ir al instituto, pero debe venir a casa.

-Entendido.

-Hasta mañana, Hale.

-Hasta mañana, sheriff.

Derek colgó la llamada y miró a Stiles, que intentaba aguantarse la risa tapándose la boca con las manos. El lobo alzó las cejas y el jaguar no pudo aguantar más las carcajadas.

-Eres un maldito traidor... casi no te ha temblado el pulso.

-El truco está en decir cosas que no sean del todo mentira.

-¿Y usas ese truco conmigo?

-Tu oído encontraría hasta ese mínimo desorden... sería una pérdida de tiempo intentar engañarte.

-Mejor. -dijo Stiles jugueteando con el borde de la camiseta de Derek hasta tocar sus abdominales.

-Aunque -dijo el lobo sacando la mano de Stiles de su camiseta. -, lo de que estás débil no era una mentira.

-¡Eh! He esperado mucho para hacer esto...

-Pues me temo que tendrás que esperar un poquito más. -sentenció Derek dándole un beso a Stiles en los labios y cogiendo su mano con suavidad.


Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

166K 7.8K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
84.9K 8.9K 13
donde Derek se muda a la ciudad después de vivir toda su vida a mitad del bosque. él no comprende las cosas que los humanos hacen, así que siempre le...
24K 2.4K 15
Alexandria y las demás comunidades ya están fuera de peligro. Daryl Dixon cree que no hay nada más que hacer allí y decide irse por su cuenta en bus...
321K 15K 22
Stiles lleva unos días de mierda. decide ir con Daeton y tomar una decisión muy importante. Él es joven y sobre todo había sido un error. ¿Cuál será...