Yaguareté·Abà II

By azanatoslagesis

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Secuela de Yaguareté·Abà I Si no lo has leído aún... no te lo pienses más. More

Avisos Previos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Epílogo

Capítulo 23

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By azanatoslagesis

Tras dos escalas y un total de dieciocho horas de viaje, Stiles pasó por los sensores antimetales del aeropuerto de Londres. Había un montón de gente esperando a los recién llegados y tras unos segundos rastreando para encontrar a su tío abuelo Dmitri, por fin localizó a un sexagenario sonriente, con un cartel que tenía escrito "Stilinski" y unos globos de colores atados en su muñeca. Cuando sus miradas coincidieron, se dibujó una sonrisa en los labios de ambos. Stiles cogió su maleta y el maletín de su portátil y corrió al encuentro del hombre, que le abrazó cariñosamente.

-¡Vaya cómo has crecido! -exclamó el hombre. -Aún me acuerdo cuando tenía que auparte para abrazarte...

-Mi padre, que me alimenta bien. -rió Stiles.

-Vendrás agotado. -dijo Dmitri cogiendo la maleta de Stiles para comenzar a caminar hacia la salida.

-Vengo más hambriento que cansado. -comentó el joven de buen humor. -He dormido durante casi todo el tiempo.

-Eso es bueno, así evitarás el jet lag. -sonrió el tío. -Y hoy tengo la tarde libre, así que podremos ver algo de Londres, ¿te apetece?

-No lo dudes. -asintió sonriente.

-Y tenemos que ponernos al día. Hace tanto que no te veía... -dijo volviendo a mirar a su sobrino. -Demonios, estás igual que Claudia. Tienes la misma sonrisa... -exclamó volviendo a abrazarle.

Stiles sonrió, halagado y realmente contento del reencuentro con su tío abuelo. Subieron en su coche y Stiles pasó bastantes apuros. En Reino Unido conducen al revés, y aunque eso ya lo sabía, no pudo evitar sufrir mini-infartos cuando veía que entraban en las rotondas por el sentido contrario (al menos desde su perspectiva). Ya le parecía raro ir de copiloto en el sitio en el que normalmente se sentaba el conductor... todo era raro.

Su tío se reía constantemente, viendo las expresiones de Stiles, tan sorprendido ante todo, tan expresivo en lo que decía.

Tardaron casi una hora en llegar a la casa de su tío, en una urbanización a las afueras de Londres. Llegaron y metieron el equipaje en el cuarto que Dmitri dijo que sería suyo todo el tiempo que necesitara. Le enseñó el resto de la casa, terminando por la cocina, donde calentó el guiso que había preparado ya por la mañana.

Se sentaron a la mesa y, mientras el tío servía agua, cogió el móvil para avisar a su padre, a Derek y a los demás, de que ya estaba en la casa de su tío. Allí, en California, serían las cinco de la mañana, pero ya lo verían cuando despertaran.

-Y bien, -comenzó su tío cuando Stiles dejó el móvil en el bolsillo del pantalón -con lo guapo que estás, supongo que ya habrás roto algún que otro corazón.

-¿Qué? ¿Yo? -rió Stiles. -Yo soy más al que le rompen el corazón.

-No me lo creo. ¿Entonces a quien avisas con tanta urgencia?

-A mi padre. -rió el joven. -Bueno y... ¿te acuerdas de mi amigo Scott?

-¿Ese amigo tuyo tan revoltoso? ¿El moreno con el que llevabas a cabo todas tus trastadas?

-El mismo. -rió Stiles. -Pues a él.

-¿Seguis siendo amigos?

-Bueno... ya hemos pasado el nivel de ser "mejores amigos ". -asintió tomando una cucharada del guiso. -¡Está buenísimo!

-¡Pues sí que tienes hambre! -rió Dmitri. -No soy muy hábil en la cocina... y si esto te parece buenísimo... me temo que estás famélico.

-No, no, de verdad... Esta rico. -asintió Stiles llevándose otra cucharada a la boca.

-Entonces... disculpa si me entrometo, Stiles. -comenzó el tío, que siguió tras un gesto de Stiles para que siguiera hablando. -Entonces... ese chico, Scott, y tú... ¿sois novios?

Stiles tragó con dificultad y se quedó mirando el semblante de su tío. Estaba serio, con un deje de incredulidad. Stiles miró profundamente, escuchó los latidos de su tío... Soltó la cuchara y de repente soltó una carcajada que hizo que se le saltaran las lágrimas.

-¿De dónde sacas eso? -logró por fin decir Stiles.

-Como has dicho que ya habéis superado la fase de "mejores amigos"... -rió el tío.

-No, no... me refería a que ahora somos "hermanos". -rió Stiles viendo cómo su tío soltaba por fin el aire que había cogido para hacerle la pregunta.

-¡Menos mal! Dios mío, menudo susto me has dado... ya pensaba que te me habías desviado a esos... ¿cómo se dice? ¿Gayers? Bueno, ya sabes... esos mariquitas muerdealmohadas que se llevan tanto ahora. -rió abiertamente el tío, haciendo que la risa de Stiles se cortara súbitamente, con los ojos como platos mirando a Dmitri.

-No, bueno... yo...

-Uy, perdóname, Stiles... -se disculpó Dmitri. -He sido un burro diciendo eso... puede que conozcas a alguna persona de esas y yo aquí... insultándoles.

-No, no... o sea... no sabía que... ¿En serio piensas eso?

-¿El qué? No, Stiles. Yo no creo que haya que torturarlos ni asesinarlos... -rió Dmitri súbitamente. -Son personas enfermas y como tal hay que respetarlas y ayudarlas a encontrar de nuevo el camino.

-Enfermas. -sentenció Stiles aún sin creerse lo que escuchaba. -Yo no creo que eso sea así, tío Dmitri. No es una enfermedad, simplemente se sienten atraídos por gente de su mismo sexo...

-Los hombres deben estar con las mujeres y las mujeres con los hombres. Es lo natural. Si no, ¿entonces cómo seguiría la especie si los hombres van con otros hombres y las mujeres con mujeres? -dijo negando con la cabeza. -Pero ese no es tema para tratar en la mesa. Y eres joven, ya sabes, ahora se lleva eso de ser liberal y decir que todos somos iguales y esas cosas... ya entenderás lo que te digo. ¡Pero cambiemos de tema! -sonrió el mayor.

-Sí, sí... mejor... -intentó sonreír Stiles.

-¿Cómo van los estudios?

Aunque Stiles sonrió y siguió la conversación propuesta por su tío, su cabeza estaba muy lejos de hablar de sus estudios. Su mente estaba a miles de kilómetros, con su padre, preguntándose si su padre le hubiera llevado a Londres de saber la mentalidad tan retrógrada de su tío. ¿Acaso eso era un plan de su padre? ¡No! Se negaba a creerlo...

Stiles sabía de sobra que los homosexuales no eran vistos por igual por mucha gente. ¡Claro que lo sabía! Pero nunca hubiera sospechado que una persona tan querida como su tío abuelo Dmitri pesara así de un colectivo... ¡al que él mismo pertenecía! Vale, no... no era gay o eso creía. Simplemente él, de hecho, no era completamente humano y eso lo hacía completamente imparcial en cuanto a sexos para encontrar pareja pero, a vista de los demás que no supieran acerca de los hombres lobo u hombres jaguar, Stiles era gay.

Gay y repudiado por un montón de gente en el mundo que lo consideraban un "enfermo", un desviado, un engendro mal hecho y deforme.

Sin duda, necesitaba hablar con su padre. Quería averiguar si su padre sabía algo al respecto de las creencias de Dmitri. Lo necesitaba. Así que cuando llegaron de la visita a Londres, miró la hora y calculó la hora que sería en Estados Unidos.

Eran las doce del medio día en california, así que cogió su teléfono y le mandó un mensaje a su padre.

-"Videollamada hoy? Necesito hablar contigo."

No pasaron ni cinco minutos y su teléfono vibró cuando aún estaba revisando los mensajes que la habían mandado sus amigos y Derek.

-"En una hora estoy libre. Pasó algo? Estás bien?"

-"No te preocupes, estoy bien. Hasta dentro de una hora"

Encendió su portátil y checkeó sus redes sociales. Subió algunas de las fotos típicas de turista en Londres (la típica foto con una cabina roja con el Big Ben de fondo, las casas del Parlamento, con los Beefeaters de la guardia real...) y pronto pasó la hora. Justo a tiempo y tan puntual como siempre, su padre ya estaba en línea, así que cerró todas las pestañas y se centró en la videollamada con su padre vía Skype.

Su padre apareció en pantalla, con el ceño fruncido maldiciendo "este maldito aparato que debió inventarlo el diablo". Stiles no pudo evitar reír.

-Ya te veo y te escucho.

-¡Ah! Bien, bien... debiste enseñarme a utilizar este trasto antes de irte. ¿Dónde está tu tío?

-Está ya durmiendo, por eso hablo bajo.

-Ah, ¿qué hora es allí?

-Las 9 de la noche, pero aquí conducen raro y tienen horarios aún más raros. -bufó Stiles.

-Sí... estos británicos... -se quejó el sheriff. -Y dime, ¿qué era tan urgente, Stiles? Me has preocupado.

-Ya, eso... -dijo antes de asegurarse de que los ronquidos de su tío seguían siendo uniformes. -Es sobre Dmitri.

-¿Le pasa algo?

-No, no... bueno, sí. -rió Stiles. -Le pasa que, sin saberlo, me odia.

-¿Cómo? Stiles, deja de ser tan críptico y escúpelo.

-Vale, iré directamente al grano... ¿tú sabías que el tío Dmitri es homófobo? Y no digo homófobo en plan "a mi esas cosas no me van"... lo digo en plan "son unos enfermos, hay que apoyarlos y tratarles la enfermedad como a quien tiene cáncer".

-¿Qué? -preguntó desconcertado el sheriff, haciendo que Stiles confirmara que no, que su padre no lo había hecho a propósito. -¿Y tú le has dicho algo?

-¿Qué le voy a decir? ¡Ah, pues mira, yo tengo novio! ¡Pues claro que no le he dicho nada! Le dije que yo no pensaba así y que me resultaba ofensivo... o algo por el estilo pero no soy tan idiota de decirle que tengo novio y que, además, es mayor de edad.

-Oye, Stiles, ¿no te estará escuchando, no?

-No, no... tengo el oído centrado en sus ronquidos. Está tronco totalmente.

-Vale, vale... Pues no, Stiles. Te puedo jurar que yo no sabía nada... si no, no te hubiera mandado con él.

-Eso pensaba.

-Espera, Stiles... espero que no pensaras que yo lo sabía y que te mandé allí para que te "curara" con sus creencias. Espero equivocarme... ¿Me equivoco?

-Admito que lo pensé... -admitió el muchacho viendo la decepción en los ojos de su padre.

-¡Stiles! ¿Me has escuchado a mí alguna vez decir una barbaridad semejante? ¡Me da absolutamente igual si te gustan los hombres o las mujeres! ¡Te lo he dicho un millón de veces!

-Lo sé, lo sé. Y de verdad que lo siento, pero te juro que me resultó tan chocante que... lo siento, de verdad.

-Vale... que conste que te lo paso porque debe haber sido un golpe duro ver que Dmitri piensa así, pero... no vuelvas a dudar de eso jamás. -dijo de repente. -Espera un segundo.

Stiles vio cómo su padre se levantó de su asiento súbitamente y comenzó a escuchar una conversación de fondo. Estaba en su despacho de la comisaría, eso ya lo había averiguado por el fondo de la habitación que aparecía en la pantalla, pero se quedó sonriendo como un tonto al escuchar la voz de la persona que había interrumpido la videollamada.

-Sheriff Stilinski, tome los informes del agente Evans. Ya están clasificados y archivados, pero le traigo la copia, como me pidió.

-Perfecto. Gracias. ¿Y los expedientes de Singer y Williams?

-Aún no los he terminado, ahora me pongo con ellos.

-Genial, Hale. Pásamelos en cuanto los tengas. Y los documentos del sheriff de Portsmouth puede dárselos a Parrish, que ya está familiarizado con el caso.

-¡¡¡HOLAAAAA!!! -gritó Stiles desde el ordenador.

-¿Qué...? -escuchó la voz de Derek.

-Stiles, Derek tiene trabajo. -contestó el sheriff sin siquiera acercarse a la web cam.

-Solo quiero saludar. -dijo con puchero Stiles. -Además, tu también deberías estar trabajando.

-Pero como tengo un hijo idiota que me asusta innecesariamente, pues he decidido usar mi hora de descanso para hablar con él. -dijo en un gruñido el padre. -Anda, Derek, ve a saludar o me odiará eternamente. Voy a tomar un café.

-Pero... -comenzó Derek, pero la puerta cerrándose le dio a entender a Stiles que su padre ya había salido del despacho. Stiles escuchó unos pasos y la figura de Derek apareció en la pantalla.

-Hola, agente sexy. -bromeó el joven, rompiendo a reír cuando vio la expresión de su novio subiendo las cejas. -Echaba de menos hablar con tus cejas.

-¿Qué tal todo por ahí?

-Bueno... pues quitando la decepción de encontrarme con un tío abuelo homófobo... bien.

-¿Cómo?

-Odia a los gays... o "gayers" como él mismo les ha llamado... seguido de su definición "gente desviada y enferma a la que hay que tratar". -dijo imitando una voz que Derek intuyó que sería la de Dmitri.

-Vaya...

-Pero ya he ido a Londres, ya he subido fotos y esas cosas al facebook, pero como eres un anti-redes sociales, tú no lo sabes. ¿Sabes? Deberías hacerte una cuenta para, no sé, saber de mí durante este tiempo.

-Y supongo que querrás también poner en el estado "comprometido con Derek Hale". -se burló el lobo. Stiles rompió a reír, pues recordó que Scott y Kira ya estaban casados en sus cuentas de facebook.

-Nah, tu alias no debería ser Derek Hale o tus compañeros te encontrarían fácilmente... yo te pondría "SourWolf Hell". Ya sabes, en inglés queda más cool. -dijo Stiles, haciendo que Derek bufara y rodara los ojos. -¿Y tú qué? ¿Mucho trabajo?

-Me estoy quitando el papeleo.

-Buag. Es horrible. -comentó asqueado el joven, recordando las noches de papeleo que pasaba su padre. -¿Y algún entrenamiento en mente?

-Lo normal.

-¿Sabes que eres un soso por videollamada?

-Estoy en el trabajo, en el despacho de tu padre, que más que paredes es ventanal.

-Cierto, parece una pecera. -rió Stiles.

-¿Qué hora es allí?

-Ocho horas en tu futuro. -sonrió Stiles. -O sea que tú estás en el pasado.

-¿Mañana madrugas?

-No necesariamente. Dmitri trabaja mañana en la biblioteca y hasta la tarde no llegará a casa así que no sé qué haré.

-¿Te levantarías a las 8 de la mañana?

-¿Para qué? -preguntó confundido Stiles.

-Aquí serán las doce de la noche. Yo seguiría despierto.

-¡Ah! Sí, sí. ¿Videollamada con SourWolf Hell? Por eso me quedaría despierto todo el día y la noche. -dijo sonriendo tanto que Derek pensó que se le rompería la cara.

-De acuerdo, pero no te duermas. Yo estaré rendido, así que no quiero esperar.

-¿No esperarías por mí?

-Bueno Hale, creo que te esperan bastantes papeles que arreglar. -dijo la voz del sheriff.

-Sí, ya voy. -dijo el lobo levantándose de su sitio.

-¡¡Eh!! Ni se te ocurra ir sin contestar y despedirte. -ladró Stiles.

-Sí, Stiles... esperaría. Buenas noches.

-¡Buenas tardes para ti, agente sexy! -rió Stiles imaginándose la mirada que habría puesto su padre.

-Hasta luego Hale. -se despidió el sheriff, que apareció súbitamente en la pantalla. -No me hacen gracia esas bromas, Stiles.

-Venga, un poco de humor no mata a nadie.

-Bueno, Stiles, pues yo me tengo que ir. Tengo que revisar los documentos que me ha dado "el agente sexy". -dijo con recochineo el sheriff.

-¡Arg, no! Ni se te ocurra llamarle así. ¡Qué grotesco! -se quejó Stiles tapándose las orejas, que no evitó que escuchara la risa de su padre.

-Duerme bien.

-Lo intentaré, después de los años de pesadillas a los que me acabas de condenar.

-Y respecto a lo de Dmitri... ignora lo que te diga. Espero que no vuelva a sacar el tema y si lo hace, tendré que llamarle para decirle que no me gusta que intente desmoralizar a mi hijo que, gracias a una buena educación, es tolerante.

-No hará falta. Estos días trabaja así que le veré poco. Buena tarde, papá, que no tengas mucho trabajo.

-Buenas noches.


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