Yaguareté·Abà II

By azanatoslagesis

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Secuela de Yaguareté·Abà I Si no lo has leído aún... no te lo pienses más. More

Avisos Previos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Epílogo

Capítulo 19

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By azanatoslagesis


Stiles no llamó a Derek durante todo el domingo. Stiles no habló ni con Scott, ni Ethan, ni nadie más a parte de su padre... Stiles durmió durante todo el domingo y despertó el lunes aún de madrugada. Se levantó sigilosamente para no despertar a su padre, hizo su mochila y subió a su jeep rumbo al loft de Derek.

De nuevo entró sin hacer ruido, posó su mochila en la entrada, se descalzó y se hizo un hueco entre las mantas de Derek, que dormía sólo en pantalones de pijama. Apoyó su cabeza sobre el pecho del lobo, completamente relajado y profundamente dormido, y se quedó mirando por la ventana, pues no tenía nada de sueño.

Tras lo que podría haber sido una hora, el lobo comenzó a despertar poco a poco, con medio cuerpo inmovilizado por el agarre del jaguar. Giró su cabeza aún adormilado en dirección a Stiles y alzó las cejas sin entender. Miró a su alrededor buscando alguna pista, pero nada.

-Buenos días. -saludó Stiles desde su hombro, con una sonrisa en los labios. -Roncas.

-No ronco.

-De vez en cuando roncas.

-Eso no es roncar.

-Me da igual que ronques, no te enfades. -dijo incorporándose para darle un beso en los labios.

-¿Qué haces aquí?

-Ayer dormí durante todo el día... me desperté y quise venir a verte. -dijo mirando como Derek se incorporaba un poco y se estiraba. -Papá me dijo que hoy empiezas a trabajar, quería venir a desearte suerte.

-También es tu primer día. -dijo dándole un beso en la frente.

-Mi último primer día. -sonrió Stiles saltando sobre Derek.

-¿Qué haces? -protestó con gracia Derek, que estaba debajo de Stiles, quien había decidido quedarse a horcajadas sobre el lobo.

-Tengo demasiada energía acumulada.

-Vete a nadar. -propuso el lobo riendo de medio lado.

-Prefiero esto. -dijo el jaguar lanzándose a besar los labios del lobo con una pasión y una energía agotadora. Derek respondió a los besos, despertándose poco a poco... y no solo él.

-Stiles... tenemos cosas que hacer...

-Tienes que agotarme las baterías, Derek. -gimoteó Stiles rogando por no romper el beso y las caricias.

Sin embargo, Derek le cogió de las caderas y lo alejó lentamente de él. El jaguar lo miró con ojos castaños incrédulos mientras el lobo se levantaba de la cama y se iba a la ducha. Stiles se quedó sentado sobre la cama deshecha, arrodillado, rechazado. Unas lágrimas de despecho acudieron hasta sus ojos, pero se las limpió furiosamente con la manga de la chaqueta y se levantó de un salto. Cogió un papel y tras garabatear rápidamente, lo lanzó sobre la cama y salió del loft.

"Disfruta de tu primer día de trabajo"

***

Cuando Stiles llegó al instituto, el aparcamiento estaba desierto. Bufó y puso música en su móvil mientras esperaba a que llegaran los demás. Al desbloquear la pantalla, no vio ningún mensaje, ninguna llamada perdida... Derek era, definitivamente, un idiota.

Unos diez minutos después, la gente iba llegando con sus ruidos, sus emociones, sus saludos tras un verano entero... Stiles agradeció el ruido, pues no dejaba de repasar mentalmente el momento de rechazo máximo por parte de Derek y miró por la ventanilla para comprobar que el ruido de motor que escuchaba era la moto de Scott.

Se quitó los auriculares, los metió en la mochila, y salió a su encuentro. Bajó de un salto, como siempre había hecho, solo que esta vez, varias cabezas sorprendidas se giraron para mirarle. El jaguar las ignoró por completo y se acercó a la moto de su amigo, que le saludó con una sonrisa lastimera.

-Otra vez al instituto...

-Disfrútalo. Ahora se acaba lo bueno. -rió Stiles.

-¿Estás bien?

-¿Yo? Sí, sí... es que he madrugado... -contestó el jaguar, mintiendo. No quería tener que contar todo, y mucho menos a un alfa imparcial que pudiera hacer algo por instinto. -Pero ahora mucho mejor, pues escucho unos tacones inconfundibles... -añadió con una sonrisa sincera, girándose lentamente para encontrarse a la pelirroja tan sonriente y perfecta como siempre.

-¿Soy la única con ganas de empezar el curso?

-Me temo que sí. -rió Scott dando un beso a Kira, que también acababa de llegar.

-¿Pues vamos para adentro no? -repuso Lydia rápidamente.

-Nos dejamos un perro. -señaló Stiles hacia la entrada del aparcamiento, donde aparecía la moto de Ethan. -Id tirando, nosotros os alcanzamos.

Ethan aparcó al lado de la moto de Scott, donde le esperaba Stiles, y tras una palmada en el hombro como saludo, se dirigieron a la entrada del instituto mientras el lobo recordaba momentos del sábado y se reían de tonterías sin importancia. Fueron juntos hasta la primera clase del lunes y se sentaron al fondo de la clase, justo detrás de Scott y Kira, que se habían hecho oficialmente pareja de trabajos de clase.

El profesor de matemáticas entró y tas un breve discurso de "bienvenidos a vuestro último curso" que fue repetido por todos y cada uno de los profesores con los que tenían clase, pasaron las insufribles seis horas. Stiles tomaba apuntes, garabateaba en su cuaderno y revisaba el móvil cada poco, pero nada. No había nada.

-¡Eh! ¡Stiles! -llamó Ethan por los pasillos. -Scott dice que tenemos reunión. -dijo ya al lado del jaguar.

-¿Reunión?

-Entrenamiento, supongo.

-Pfff... qué poca gana... -se quejó Stiles, casi siendo arrastrado por el lobo.

-Al parecer Derek le mandó un mensaje para quedar para entrenar después del instituto... -pero Ethan no siguió hablando porque Stiles se detuvo de repente. -¡Eh! ¿Qué pasa?

-¿Derek? ¿Derek mandó un mensaje? ¿A Scott?

-Eh... sí. Supongo que será el rato que tiene para entrenar, como ahora está en la comisaría. ¿Por qué? ¿Pasa algo?

-No... no, no pasa nada.

Ethan fue a por su moto y guió al jeep hasta el claro del bosque, donde estaban todos ya reunidos. Stiles respiró hondo al ver el Camaro de Derek. El lobo y el jaguar caminaron juntos hasta donde se escuchaban las voces. En el claro, también estaba Deaton y a Stiles le dio un escalofrío, pero el veterinario negó con la cabeza sonriente y siguió ayudando a Lydia en algún tipo de meditación.

-Llegáis tarde. -se quejó con una sonrisa Scott.

-Pues si no me llega a avisar Ethan, estaría en mi casa porque ni me enteré de que había entrenamiento, gran alfa.

-¡Pero si lo dije en la comida! -se justificó.

-¿Cuando yo estaba castigado colocando los libros de la biblioteca? -preguntó Stiles cruzándose de brazos.

-¡Oh! -musitó a esquivar la katana de Kira. -¡Eh! ¡Eso corta! -rió transformándose por completo, haciendo que de su novia saliera una carcajada juguetona.

-¿Así que castigado el primer día? -dijo una voz inconfundible a su espalda.

-Sí. -dijo alejándose del moreno, dueño de la voz que acababa de hablar, para ir a dejar su camiseta a una piedra de la linde y comenzar a trepar sin esfuerzo, hasta lo alto del árbol más cercano.

-¿Qué has hecho ya? -preguntó Ethan mirando, junto con Derek, cómo trepaba el jaguar. Derek, como respuesta, bufó. -Stiles es muy sensible... deberías tener más cuidado con lo que le haces o dices... hoy ha estado raro toda la mañana.

-Pelea. -gruñó el moreno empezando a entrenar con el otro beta.

Todos estaban entrenando: unos peleando, otros meditando... y el alfa y la kitsune tonteando por cada esquina. Peter leía un libro sentado en los restos de lo que había sido la entrada de la antigua mansión del los Hale (que era básicamente lo que hacía en la mayoría de entrenamientos de la manada) y Stiles saltaba de árbol en árbol, inmerso en sus pensamientos.

¿Por qué tenía esas ganas de bajar y patear el pulgoso culo de su novio? Ah, cierto... por haber sido rechazado de las más ruines y viles de las maneras posibles.

Stiles apretó la mandíbula con rabia y echó la cabeza hacia atrás para gruñir con intención de desahogarse. El silencio se hizo patente en todo el bosque. No escuchaba más jadeos o golpes viniendo del claro, hasta lo pájaros que hasta hacía un momento piaban sin motivo, se callaron. Pero Stiles seguía sintiendo la angustia y el despecho.

Sin siquiera darse cuenta de lo que hacía, el jaguar sacó sus garras y comenzó a arañar con rabia el tronco del árbol sobre el que estaba parado y, al no ser suficiente, se clavó sus propias garras en los brazos y volvió a gruñir, esta vez más alto y más lastimeramente.

Sin embargo, si el primer rugido había acallado los ruidos, el segundo había hecho que los animales en el bosque se dislocaran y huyeran lo más posible del epicentro del gruñido, y que la manada al completo corriera en busca de Stiles, que quedó tumbado sobre la rama en la que estaba, notando cómo su cuerpo cicatrizaba de las heridas que él mismo se había provocado.

-¡Stiles! -escuchó a Scott en la base del árbol. -¿Estás bien?

-Largáos.

-Pero Stiles... huelo sangre. -insistió el alfa.

Stiles rodó sobre la rama y miró hacia abajo. Estaba a unos metros de altura y aunque cualquier otro ser hubiese sufrido un mareo de vértigo, el jaguar en cambio se sintió reconfortado al saber que nadie le podría alcanzar. Disfrutó de la vista, viendo a Scott en primera fila, el más cercano al árbol, y a los demás detrás de él, mirando hacia arriba. ¡Qué pequeños se veían!

-Estoy bien. -dijo riendo al darse cuenta de que parecían cabezas con piernecitas enanas, como los Mr. Potato con los que jugaba de pequeño.

-Bueno... vale... -dijo riendo confundido Scott. -Pero deja de asustar a los animales, anda.

La manada le dejó solo de nuevo, yendo hacia el claro. Bueno, casi toda la manada. Derek permaneció con el ceño fruncido, mirando hacia arriba. No estaba enfadado, tan sólo intentaba entender qué le pasaba al jaguar.

-Baja. -dijo calmado el lobo.

-Tú callate. -contestó instantáneamente el jaguar, volviendo a mirar hacia arriba.

-Stiles, baja.

-¡Que tú no me das órdenes!

-Baja o te bajo yo. -comenzó a impacientarse el lobo.

-Más quisieras... -fanfarroneó el jaguar con una risita.

-Los lobos también sabemos trepar.

-Pero a ti te dan miedo las alturas.

-No me dan miedo las... -comenzó automáticamente el lobo. -A ti no te tengo que dar explicaciones. Baja.

Stiles rodó los ojos, aún molesto. Vale, que Derek se hubiera quedado ahí para intentar convencerle de que bajara, significaba que no era tan idiota como Scott y que en efecto sabía que le pasaba algo. Sin embargo, estaba molesto y decidió dejarlo bien claro.

-¿Derek?

-¿Qué?

-Eres un idiota. -dijo el jaguar incorporándose y subiendo aún más alto. -Y déjame en paz.

***

Pasaron las horas y la tarde fue oscureciéndose cada vez más. El ánimo de Stiles estaba cada vez más relajado, aunque en realidad tenía la mente en blanco, con los ojos clavados en el cielo y dormitando de vez en cuando bajo los últimos rayos de sol de verano. Cuando ya el cielo estaba teñido de un azul oscuro, decidió que era momento de volver a su casa. Los demás se habrían ido ya a casa y no tendría que dar explicaciones de nada.

Bajó ágilmente, descolgándose de las ramas hasta tocar suelo y caminó hasta llegar al claro, donde ya solo quedaba un coche aparcado: el suyo. Su preciado y querido Jeep le esperaba frente a las ruinas de la mansión. Abrió la puerta y tras sentarse en el asiento del conductor, cogió su móvil de la guantera y revisó con alivio que su padre no le hubiera llamado. Tecleó rápidamente al número de su padre, advirtiéndole de que llegaría pronto a casa, y arrancó el motor tras poner la radio.

Condujo entre árboles, por el sendero que daba hacia la carretera comarcal, más lento de lo que estaba acostumbrado. Su cuerpo estaba completamente relajado y se limitaba a disfrutar del tacto del volante entre sus manos, mientras escuchaba el último éxito del momento que, para fortuna de su relajación, era una balada moñas de esas que les encantan a los enamorados, de las típicas que usan los recién casados para abrir el baile nupcial después de haberse atiborrado a comida durante el banquete.

Aparcó el jeep delante de su casa, cogió sus cosas y bajó del coche para ir hasta la puerta de la casa. Al entrar, se asomó al salón para ver a su padre embobado mirando el partido de béisbol y tras darle un beso en la cabeza, subió a su cuarto.

Sin siquiera encender la luz, se desvistió por completo, abrió la ventana y fue hacia el baño para darse una ducha. Abrió el grifo y canturreó la canción moñas que había ocupado su cerebro durante parte del camino. Aun en su estado de relajación, escuchó el motor de Derek aparcar bastante lejos de la casa, así que supuso que se colaría por la ventana para esquivar al sheriff. Y en efecto, justo cuando se envolvía en una toalla, escuchó los ruidos que el lobo hacía al colarse en su cuarto. Sonrió de medio lado y tras secarse a medias el pelo, salió rumbo a su cuarto, sólo tapado de cintura para abajo y algunas gotitas de agua sobre los hombros.

-Si intentabas ser sigiloso, has fallado. -susurró el jaguar al entrar en su cuarto. Al encender la luz, se encontró con el lobo apoyado en la ventana, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. -Y estoy muy relajado, así que si vas a intentar amargarme la noche, vuelve por donde has venido o llamo a mi padre.

-¿Qué demonios te pasa? -gruñó el lobo acercándose al jaguar.

-¿Qué me pasa de qué? No me molesta que estés aquí, pero ya te he dicho que si vienes a joderme la noche, te vayas... Así que podría decirse que si sigues así, te echo de mi casa. -dijo el jaguar yendo hacia el armario y dándole la espalda al lobo. -Aunque no es que vaya a ser el primero en echar al otro de su casa... -añadió.

-Es eso. -dijo por fin entendiendo el lobo.

-No. No es eso, Derek. No es "eso". -añadió el jaguar molesto dándose la vuelta para encarar al lobo. -Para que fuera lo mismo que tú me hiciste a mí, tendría que rechazarte, echarte de la casa y no enviar ni un puto mensaje que explicara por qué cojones me he vuelto un imbécil. Entonces tú te tendrías que sentir insultado, escupido y negado durante todo un día. -dijo señalando con el dedo índice en dirección al lobo. -Entonces sí sería "eso".

-Yo no te escupí.

-Solo hubiera faltado. -dijo cogiendo unos pantalones de pijama. -Date la vuelta.

Derek rodó los ojos, pero tras un suspiro, se dio la vuelta para dejar intimidad al jaguar para ponerse su pijama.

-Me parece absurdo que nos hayamos acostado y sigas sintiendo vergüenza al vestirte. -dijo por fin girándose para encarar a Stiles, que frunció el ceño y contestó.

-Me parece absurdo que me conozcas de sobra como para saber que la nota que te dejé te la dejé porque me había molestado y no hayas podido sacar ni un momento para mandarme un mensaje, que sabes de sobra que con eso se me hubiera olvidado.

-Vale.

-No. No vale.

-Bien.

-Genial.

-Oye, mira, Stiles. Si quieres cabrearte, bien. Por mí fantástico, pero yo he venido aquí a saber qué tal estabas y a hablar.

-Ya veo. Pues tengo sueño, me has cabreado de nuevo y lo menos que quiero hacer ahora mismo es hablar contigo. Así que lárgate, que tus ceños fruncidos y tu mala leche son contagiosos y has logrado hacer lo que no quería que pasara: me has amargado la noche.

Derek gruñó bajito, claramente molesto por el comportamiento de Stiles y tras asentir rápidamente con la cabeza, salió por la ventana. Stiles se acostó en la cama y, mientras se tapaba, escuchó el motor del Camaro de Derek alejarse cada vez más.


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