*** Narra Legolas***
Después de un largo viaje, nos encontrábamos en el reino de las montañas grises. Después de una breve presentación hacia el rey, Arphen y yo nos dirigimos a nuestras habitaciones a alistarnos para la boda que se llevaría a cabo más tarde, mientras tanto Aragorn se encontraba en un concilio con otros reyes de la tierra media. Casi terminaba de alistarme con mi traje gris claro cuando Arphen apareció por la puerta.
Arphen: listo?
Legolas: casi- conteste y el camino dentro de la habitación hasta sentarse al pie de la cama.
Arphen: parece un reino agradable, no es así?
Legolas: no he visto mucho, pero podría decir que si- conteste si dar mucha importancia
Arphen: hablando de ver... era bonita no?- por un momento me quede pensativo y luego me gire mirándolo con confusión.
Legolas: de quien hablas?
Arphen: La chica castaña casi al final del pasillo...
Legolas: no tengo idea de quien estés hablando- me desentendí, a lo que Arphen solo contesto riendo
Arphen: Legolas, no me tomes por tonto, en mis 20 años de vida, jamás te había sorprendido mirando a alguien... ¿no te gustaría saber su nombre?
Legolas: supongo que sí- conteste sonriendo con la mirada baja
Arphen: abajo se llevara a cabo una fiesta, me parece que la suerte esta de tu lado esta vez- di una pequeña sonrisa hacia Arphen y ambos salimos de la habitación.
Camino al salón en donde se llevaría a cabo la ceremonia nos topamos con Aragorn, un poco agobiado por las múltiples tareas que había realizado. Ya en el salón nos condujeron a nuestros lugares, sin embargo me encontraba distraído, el rostro de aquella joven invadía mis pensamientos, la buscaba con la mirada, sin lograr encontrarla. De esta manera la ceremonia transcurrió sin que yo prestara la más mínima atención.
Antes de que me diera cuenta ya nos encontrábamos en la celebración, algunas horas habían pasado, Aragorn continuaba hablando con el Rey Barahir y el capitán de su guardia, no era una conversación muy interesante para mi así que rara vez participaba, y bueno que podía decir de Arphen, el se encontraba bebiendo con los príncipes de este reino, me hizo una invitación, pero yo simplemente le dije que lo alcanzaría más tarde. De un momento a otro decidí levantarme y disculpándome dije que necesitaba tomar un poco de aire. Camine por una gran puerta que daba a un extenso jardín en la parte trasera del castillo, el aire fresco lleno mis pulmones y pronto me hizo sentir renovado. Abrí mis ojos después de disfrutar del aire, solo para darme cuenta que a unos metros de mi en una pequeña banca de piedra se encontraba sentada la joven de hace unas horas. La observe por largo rato, llevaba un vestido azul oscuro, su cabello castaño suelto y adornado con una corona de flores blancas, tenía la cabeza baja, se le veía pensativa y respiraba tan pesadamente que incluso a esta distancia podía escucharla...
-Cuantas jóvenes hermosas ¿no te parece?-
Una voz me saco de mis pensamientos, muy raro en mi ni siquiera me di cuenta el momento en el que esta persona se puso a mi lado, me gire para mirarlo, se trataba de un hombre de edad, alto y con una espesa barba blanca...
Legolas: así es buen hombre- conteste sonriendo de lado, y ligeramente avergonzado de que me haya atrapado mirándola
-¿estoy en lo correcto suponiendo que vienes acompañando al rey Aragorn?
Legolas: está en lo correcto, mi nombre es Legolas Greenleaf- dije haciendo una pequeña reverencia con la cabeza
-pues es un pacer Legolas, yo soy el profesor Dorben- espero no ser insolente, pero me pareció ver que observabas a la joven que se encuentra frente a nosotros... ¿estoy en un error?
Legolas: ciertamente, la miraba- conteste ligeramente apenado, pero disimulándolo bien- en todos mis años viviendo entre los hombres nunca antes una joven había llamado mi atención de tal manera- me sincere con el hombre esperando no ser inapropiado, Dorben me miro por unos instantes alzando las cejas, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro...
-bien se dice que la vista de los elfos es infinitamente más perceptiva que la de cualquier hombre- asentí hacia Dorben agradeciendo
-¿la conoce?- pregunte refiriéndome a la chica
-la conozco muy bien, incluso más de lo que ella misma se conoce, una chica encantadora- me dijo y yo sonreía mientas hablaba de ella
Legolas: ¿siempre luce así de triste?- Dorben soltó un pesado suspiro ante mi pregunta, y me miro
-es muy usual en ella, en realidad si le preguntaras a otra persona te diría que siempre luce así... ella es como la nieve, hermosa, pero también fría- meditaba las palabras de Dorben mientras la observaba
-creo entender perfectamente su situación
-bueno pero, ¿Qué hacemos aquí charlando sobre ella? Cuando podrías estar conociéndola por ti mismo- dijo cambiando su gesto melancólico a una amigable sonrisa
Legolas: yo...- titubee nervioso- no podría
-tonterías- continuo Dorben mientras me obligaba a seguirlo, camine junto a Dorben hasta llegar a donde se encontraba la joven, que al escuchar nuestros pasos se giro para mirarnos. Su mirada se cruzo con la mía y un segundo después ya estaba junto a ella.
-Profesor, ¿en qué puedo ayudarlo?- hablo dirigiéndose hacia Dorben, luego su mirada se desvió brevemente hacia mí, note como se sonrojaba un poco y bajaba la mirada
-acabo de hacer un nuevo amigo, y no pude evitar pensar en cuan feliz estarías de conocerlo- contesto Dorben y con una mano me señalo, yo la mire con amabilidad y me presente...
-Legolas Greenleaf, del reino del bosque- hice una pequeña reverencia con mi cabeza y una sonrisa se dibujo en un rostro.
-Mae govannen Legolas Greenleaf- me saludo en elfico con tono suave- Soy Miriel hija de Ethir, es un placer conocerlo- hizo una reverencia hacia mí...
*Narra Miriel*
Mi corazón estaba acelerado, me sudaban las manos, poco me faltaba para estar temblando... frente a mi tenia al ser vivo más hermoso que alguna vez haya visto. Todo en él era perfecto, su cabello, sus ojos... todo. Su mirada era tan penetrante que casi no podía mirarlo fijamente sin bajar la mirada completamente sonrojada. Jamás había visto un elfo antes...
-Me disculpo, pero tengo que retirarme un momento- dijo Dorben y yo rezaba para que no se fuera junto con Legolas y me dejara contemplarlo un poco más- Miriel porque no le haces compañía a Legolas, estoy seguro de que le encantara conocer los extensos jardines, ¿me equivoco?- dijo mirando a Legolas que sonrió disimuladamente mientras asentía
-si está de acuerdo señor Greenleaf, puedo mostrarle el lugar- mencione
-será un placer- dijo Legolas, me ofreció su brazo, lo tome y comenzamos a caminar por la senda a nuestra izquierda, dirigí una última mirada a Dorben quien me guiño un ojo y me hizo sonrojar.
Caminábamos tranquilamente por los jardines del castillo y a cada paso luchaba con no voltear mi mirada hacia él...
-si no le molesta- dije rompiendo el silencio y llamando su atención- puedo preguntar ¿por qué entre tan importantes invitados ha escogido tan humilde compañía?- el soltó una pequeña risa
-en realidad su compañía me resulta muy agradable...
-me alegra que le parezca así señor Greenleaf
-Miriel- pronuncio mi nombre por primera vez y sentí que las piernas me temblaron- puedes llamarme Legolas
-¿está seguro?
-en realidad me siento más cómodo así, ¿te parece?
-de acuerdo- conteste con una sonrisa
-ahora... volviendo a tu pregunta inicial, debo confesar que me intrigaba conocerla- era absurdo tratar de no sonrojarme ante aquel comentario- además, Dorben y usted son las únicas personas que han buscado hablarme directamente, o no me han mirado con recelo, me disculpo si mi comentario a sido inapropiado
- de ninguna manera- le dije sonriendo- nuestra gente no está muy habituada a los extranjeros, o a las cosas que son diferentes- explique, y él me miro
-hablas como si lo supieras de primera mano-
-lo sé... si algo puede decir la gente de mi es que soy un dolor de cabeza, suelo ser muy curiosa- confesé soltando una risa nerviosa
-la verdad- me dijo él mirándome con sus profundos ojos azules- no creo que la curiosidad sea un defecto, honestamente lo encuentro interesante...-mi corazón se lleno de alegría al escuchar sus palabras, la única persona que había conocido en mis 17 años de vida que no creía que mi curiosidad era insolente era Dorben... le sonreí ampliamente a Legolas.
Después de un rato decidimos sentarnos en una banca que por ahí se encontraba, la conversación comenzó a animarse cuando le confesé a Legolas que nunca he salido del reino. Entonces comenzó a contarme de lugares maravillosos de los cuales yo solo conocía gracias a los libros, me tenía fascinada, no podía dejar de mirarlo mientras me relataba sus historias, como era usual en mí hacia miles de preguntas, muchas veces le hacían reír y a mi suspirar... puedo decir que esta era la más bonita tarde que había pasado en mi vida entera.
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Awwww ya por fin salio Legolas <3 hahahah si quieren más por favor comenten y voten, eso me super motiva a seguir escribiendo :)