Roommates

By lualvarezb

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(Continuación de "Brothers") Cassie Reed tiene el corazón roto, o parcialmente roto te diría ella. Cassandra... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo especial 1
Capítulo especial 2
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 14

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By lualvarezb

Un mes antes (Diciembre)

Cassie

Escuchó el sonido de mis tacones golpear el piso en cada paso que doy, las llantas de la maleta deslizándose por el piso los siguen de cerca. Finalmente estoy en el aeropuerto de Londres, ni siquiera recuerdo el nombre, solo sé en qué ciudad estoy.

Luke está cerca cargando una pequeña maleta de viaje, según él era todo lo que necesitaba, el resto podría conseguirlo, el lujo que se podían dar los que trabajan.

Pasamos dos puertas de vidrio corredizas y finalmente toque el asfalto, giré mi cabeza buscando mi chofer de turno, más conocido como Jacob Reed, no era el mejor y definitivamente yo no lo hubiera contratado, pero era gratis y me lo impusieron.

—Siempre tarde, el maldito— acomodé mis gafas negras, eran casi las cinco de la tarde, pero no quería quitarme el accesorio, completaba perfectamente mi atuendo negro de funeral, porque iba para uno, para el mío.

—Una característica de la familia Reed— comentó Luke a mi lado.

—¿Insinúas que llego tarde?— alcé mi ceja para darle expresión a mi pregunta hasta que recordé que llevaba gafas.

—No, simplemente te tomas tu tiempo— alzó la comisura de sus labios contento con su respuesta.

—Nunca he llegado tarde a clase— le recordé.

—Define tarde— golpeé su hombro antes de reír, solo eran cinco minutos, ni un minuto más, ni uno menos, no era tan mal rango de espera, solo que con Luke me lo tomaba enserio y hasta media hora tarde llegaba, solo por molestarlo.

—¡La bruja está en casa!— rodé los ojos antes de girarme y ver al experimento de mis padres que salió mal frente a mí.

—Agarra mi maleta, esclavo— le ordené antes de pasar por su lado y caminar hacia el auto, el mismo de mamá, me preguntaba por qué no le pedía a nuestro padre uno.

—La época de esclavitud término hace siglos— habló Jake mientras recogía mis cosas, eran tan obediente.

—Contigo haremos la excepción— vi a Luke palmear su hombro y saludarlo, al principio en Canadá parecían llevarse mal, pero yo estaba segura que se habían vueltos buenos amigos y no me equivocaba.

Tomé la manija de la puerta trasera dispuesta a abrirla, pero justo en ese momento Jake aseguro el auto, lo miré mal y lo vi sonreírme con malicia, eso le costaría caro, yo me encargaría de aquello.

—Ahí va tu bono de navidad— me cruce de brazos.

—Cálmate, viuda negra, estaba esperando para abrirla, después de todo eres una dama— fruncí el ceño.

—¿Dónde está el truco?— su actitud no me convencía, él nunca era tan amable conmigo.

—No hay truco— se encogió de hombros y se acercó a mí.

Cuando pensé que iba a tomar la manija me sentí envuelta entre unos brazos y mis tacones despegando del piso, solté un pequeño grito antes de comenzar a gritar enserio. Rodeé el cuello de mi hermano por el miedo a caerme, acaba de pasar un susto gracias a él.

El tránsito de mi aire era limitado gracias a la fuerza que él estaba utilizando.

—Bienvenida a casa— susurró en mi oído mientras acariciaba mi cabeza con su mano.

No pude evitar sonreír y devolverle el abrazó tan fuerte como él lo había hecho conmigo.

—Jake está sentimental, me debería ir más a menudo— comenté mientras volvía a tocar tierra.

—Sí, he descansado y aprendido a apreciar los silencios— lo golpee por decirme bullosa —Y mi cuerpo no ha tenido morados en un tiempo— se sobó el hombro.

—No seas llorón— terminé abriendo yo la puerta y entrando.

Jake se acomodo de conductor y miró a su lado, su entrecejo se frunció una vez que sus ojos localizaron a Luke Hilton.

—¿Quien te dio permiso de subir a mi auto? ¿Intentas robarlo?— lo acusó encendiendo el motor.

—Es de mamá— miré afuera del auto cuando Jake arrancó el auto —¡Detente!— grite haciendo que presionara el freno y todos nos viéramos empujados hacia adelante, la inercia me trajo bellos recuerdos de mi accidente, nótese el sarcasmo.

—¿Qué te pasa, loca?— Luke me miró mal.

—Están dejando mi maleta, idiotas— abrí rápidamente la puerta y corrí hasta mi equipaje.

De vuelta en la parte de atrás del auto golpee el maletero para que Jake lo abriera desde adentro. Yo misma levanté mi equipaje y lo acomodé antes de cerrar con fuerza. Jacob me miró mal a través del parabrisas y no me importó, el desgraciado casi deja mis cosas además que parecía ser el único gesto que su cara era capaz de hacer.

El viaje hasta casa estuvo lleno de los otros dos individuos cantando desafinadamente, necesite con urgencia dos tapones de oídos, no había ninguna alternativa factible, tal vez solo estrellar sus cabezas contra la consola, pero corría el riesgo de dejarlos inconscientes y ocasionar un accidente donde muriera o mi integridad física quedara comprometida, así que rechace la opción y fui torturada por un momento.

Me baje del auto en cuanto se estaciono frente a la casa donde pase toda mi niñez. Mi mamá estaba parada en la puerta, sonriéndome, no dude en lanzarme en sus brazos y dejar que me llenara de besos la cara, finalmente estaba a salvo, con ella siempre estaba a salvo.

—Bienvenida a casa, cariño— sus manos sostenían mi cara mientras me observaba, las lágrimas descendían por su rostro sin dejar de sonreír.

Acomodo las gafas que usaba en mi cabeza para poder ver bien mis ojos, supuse.

—Te extrañe, mami— no podía evitar sonreír de vuelta y retener las lágrimas.

—Ohhhh— el molesto Jake se hizo presente –Mami ¿Podemos entrar? Tu adorada niña se trajo toda una tienda desde Canadá ¿Sabías que aquí también venden cosas?— hice una mueca, primero estaba feliz de verme, luego abandonaba mi equipaje y después se quejaba.

—¿Por qué no fui hija única?— le pregunté a mi madre mientras un fingido llanto escapaba de mí.

—Me pregunto lo mismo desde que naciste— Jake parecía muy interesado en tener mi atención.

—Siempre supe que querías ser niña, es bueno que al fin lo aceptes— mamá rio luego de escuchar y finalmente me obligó a entrar.

Luke tuvo un recibimiento parecido al mío, sin tener la molestia de los comentarios de un protozoario como adición.

Todo parecía estar como lo recordaba, pero tenía un olor diferente, un ambiente diferente, aunque las cosas no hubieran cambiado de lugar, se sentía como si hubieran cambiado un mundo.

—Deben estar cansados por el viaje— la seguí hasta la cocina, mi primera parada era la nevera.

—Como no tienes idea— tomé una manzana del frutero en la barra de la cocina.

—¿Por qué estás de negro?— finalmente alguien notaba el detalle.

—Es una protesta silenciosa, es su forma de decir que va a un funeral en vez de a una boda— Luke explicó mi plan.

—Yo querría hacer lo mismo, pero si voy todo de negro creerán que es elegante así que en teoría no hago nada— Jake intentó tomar una manzana, mi mamá lo detuvo con una palmada en la mano y una mala mirada, si, todo era como en los viejos tiempos.

*

Arrastraba a Luke e Ian fuere de ese lugar de fingida felicidad por mi parte, ninguno puso resistencia, es más, parecían encantados con la idea de abandonar.

Un paso fuera y ambos estaban deshaciéndose de sus corbatas y sacando sus camisas sin una arruga de sus pantalones, los sacos fueron colgados en sus brazos y las mangas dobladas hasta los codos, todo un acto de rebeldía hasta que los pelos de sus brazos comenzaron a levantarse y sus cuerpos a temblar, no estaba segura de que en cual país creían que estábamos, pero era obvio que no en uno de clima cálido. Yo me envolví mejor en mi abrigo.

—Espero que la idiotez no sea contagiosa— comenté mientras los veía acomodarse las camisas y sacos una vez más.

Comenzaron a frotarse los brazos y a soplar las palmas de sus manos en un intento por recuperar el calor perdido, no parecía funcionar y eso me daba gracia.

Chequeé mi teléfono para ver que tan lejos estaba el taxi que habíamos pedido, Ian tenía una idea de a donde podíamos ir.

—Así que... ¿Por cuánto te quedas, Luke?— Ian Sullivan rompiendo el hielo.

—¿Me estás echando?— contraataco.

—No, solo quería saber tus planes de navidad— mi mejor amigo se acerco a mí y me abrazó, todos pensarían que era una muestra de cariño, pero no, él solo trataba de robarme calor corporal.

—La pasaré con mis padres y el 28 de diciembre estaremos tomando un avión de regreso, Ed nos espera para año nuevo— me guiño un ojo.

Habíamos acordado pasar fin de año con nuestro compañero de piso, él iba a quedarse trabajando, así que no pensábamos dejarlo pasar las fiestas solo, aunque él lo negara, no le gustaba estar solo cuando se supone que debías estar con tu familia, además que para ese entonces nuestro tiempo en Londres habría terminado, ya no habría nada más que nos comprometiera a pasar tiempo allí, no más fiestas familiares infortunadas, tal vez unas madres nostálgicas de dejar ir a sus hijos, pero nada más.

—¿Estaremos?— preguntó Ian, era dirigida a Luke, pero me miraba a mí.

—Sí, nos vamos juntos, el señor Reed volara con nosotros aunque pasara navidad con su madre en Manchester ¿no es cierto?— estaba asegurándose de haber escuchado todo con precisión.

—¿Qué pasa con nuestra tradición?— no fui capaz de mirarlo a los ojos, no tenía el valor para decirle que este año no habría, que tal vez era tiempo de terminarla.

Para mi suerte, fui salvada por la campana, el auto que hoy sería nuestro transporte se detuvo frente a nosotros, un hombre con pelo rojo, que me recordó a Ed, nos ofreció una sonrisa amigable mientras tomábamos asiento en los puestos de atrás e Ian a su lado, como copiloto.

—Buenas noches— saludó —¿Hacia dónde se dirigen?— todos volteamos a mirar a Ian, él tenía una gran sonrisa plasmada en su cara, quería pensar que se había olvidado del asunto de la tradición, rezaba porque fuera así.

—Hoy será la mejor noche de sus vidas— Luke y yo nos miramos mientras él le daba una dirección al conductor, esperaba que no fuera un error.


—¿Qué se sintió ver a Harry?— Ian medio gritaba para escucharse sobre la música.

Estábamos en una discoteca de la cual no recordaba el nombre, pero estaba llena de gente, sentía que los últimos meses de mi vida habían pasado dentro de un lugar similar, incluso la negociación del pago de los daños del auto de Bradley Clark habían ocurrido en un lugar lleno de música, alcohol y borrachos, no quería ni recordarlo, había averiguado su nombre, según mi padre era un renombrado abogado de Vancouver que para mí solo lo conocía su mamá, que no solo era un egocéntrico sino que tenía la idea de que me gustaba, no entendía por qué algunos hombres creían que todas las mujeres los deseaban, incluso insinuó que yo sería la madre de sus hijos, rezaba porque Dios me librara de esa tragedia, no era feo, pero sí un petulante asqueroso.

Fingí detallar el lugar, aunque en realidad estaba buscando la respuesta correcta, tal vez sincera, tal vez solo buscaba no contestar porque no había tenido tiempo de procesar todo el conflicto, no había tenido tiempo de procesar el haberlo visto.

—¿No sé?— era más una pregunta que una afirmación —No tengo la menor idea, Ian— tomé un trago del coctel entre mis manos —No me he permitido sentir, no quiero sentir porque si lo hago me voy a romper y en este momento no tengo el pegante para unir las piezas una vez más— suspiré —No quiero ser la típica chica que se deja caer porque su relación terminó— finalice, ese era mi mayor miedo, el que al llorar, ya no hubiera vuelta atrás y mi vida se envolviera en una nube gris, esa no era yo.

—Esconder tus sentimientos no es la solución— llevó la botella de cerveza a su boca.

—No— estuve de acuerdo —Pero es la única que tengo ahora mismo— me entretuve un momento mirando a la pista de baile, Luke parecía muy entretenido con una pelirroja, al menos uno de los dos estaba divirtiéndose.

—Dime algo, Cassie— miré a Ian una vez más —¿Has llorado?— abrí grande mis ojos, no muy segura a que se refería y asustada por lo mismo —Por Harry ¿Has llorado la ruptura?— negué inmediatamente con la cabeza, si mentía, él lo descubriría, siempre lo hacía —¿Recuerdas como terminaste la última vez que hiciste lo mismo?— las lagrimas volvieron borrosa mi vista, eso había pasado la vez que Jacob se cayó de un árbol y quedó inconsciente, pensé que estaba muerto, estuvo inconsciente en el hospital por dos días, yo había estado callada todo ese tiempo, tenía diez años, y aunque él volvió a ser él, yo estaba aun aterrada, guarde todo dentro de mí y cuando finalmente explote lloré por días, al parecer no era saludable ser fuerte, o al menos aparentarlo.

—He crecido, no volverá a ocurrir— aseguré, pero no estaba del todo convencida si era algo para tranquilizarlo a él o a mí.

—No estoy tan seguro— bebió de su trago —¿Sabes que es lo peor de todo?— su mirada estaba perdida en algún lugar sobre mi hombro —Que probablemente no voy a estar ahí para evitar que te derrumbes y no creo que tu súper amigo Hilton sepa cómo reaccionar o por qué estás así— la forma en que su tono de voz cambio al mencionar a Luke, solo indico que estaba celoso, parecía como si tuviera que luchar contra alguien por mantener su puesto.

—Para mí estás a una llamada de distancia, siempre— acaricie su mejilla.

—Deberías escuchar a Harry— rápidamente aleje mi mano de su cara, de repente se sentía como si tocarlo quemara —Es un idiota, pero al menos merece disculparse, lo ha intentado todo para contactarte, incluso robó mi celular, olvido que la seguridad es importante para mí así que esa misión falló— él rió un poco —Solo déjalo hablar, tal vez es lo que les hace falta para que ambos estén en paz— ladeó su cabeza —Tal vez un nuevo inicio no suena tan mal— giré el anillo de mi mano derecha, justo en mi dedo medio, lo había puesto allí para que el dedo luciera lindo y decorado si tenía que levantarlo.

—¿Cuándo cambiamos de roles y tu eres el racional y yo la irracional? ¿Qué te ha hecho tan profundo Ian Sullivan?— él sonrió antes de encogerse de hombros.

—No podía ser un niño para siempre— con su codo apoyado en la barra tomó un poco más.

Solté el aire al que mis pulmones se aferraban para no sucumbir, tal vez Ian tenía razón y merecíamos un cierre, al menos algo que me tranquilizara un poco, sabía que no lo olvidaría tan fácil, fue el primero en muchos sentidos, incluso en el de corazones rotos, pero de eso se trataba la vida ¿no? Reír, llorar, caer y levantarse todo el tiempo, era mi momento de levantarme, porque sentía como si todo ese tiempo hubiera estado sentada en el suelo esperando que alguien me levantara y olvidando que era mi deber hacerlo.

—¿Me prestas tu celular?—dije mordiéndome el labio, aunque no estaba segura, el primer paso era preguntar.

Ian Sullivan tenía la mayor sonrisa de satisfacción que alguna vez hubiera visto, buscó entre los bolsillos internos de su saco y me entregó el aparato, me guiño un ojo y siguió bebiendo.

Me levanté de la silla llevándome el bolso conmigo, pero dejando mi abrigo colgando del respaldo de la silla, me sentía muy insegura con cada paso que mis tacones daban, sentía que estaba a punto de caer al suelo por la forma en que temblaba.

—¡Por cierto!— Ian gritó haciéndome girar un poco para verlo —Es el año de su cumpleaños— fruncí el ceño sin entender —La clave— asentí en entendimiento antes de volver a fruncirlo ¿por qué el año de cumpleaños de Harry? —Es el último número que se le ocurriría que escribiría— señalo su cerebro como si se le hubiera ocurrido el mejor plan del mundo, reí, era un tarado, pero era mi mejor amigo y de alguna manera ello tendría sentido.

Caminé hasta los baños, un poco más segura de mí. La música no era tan alta dentro de esas paredes así que podría escuchar mejor, suspiré y presione un botón para que la pantalla se iluminara, me pidió la contraseña, escribí 1992 y mágicamente se desbloqueó, no mentía cuando decía que había puesto aquello.

Fui directamente a su agenta hasta encontrar la H, Harry estaba agendado como Harry el tarado lo que me hizo gracia, algo así iba acompañado del nombre de Jacob.

Me recosté en la pared y cerré los ojos, era ahora o nunca, una vez que presiona su nombre la llamada iniciaría y mi valor se pondría a prueba, nunca pensé que le tendía miedo a tocar la pantalla de un celular.

Recité como un mantra la frase: "tengo que hacerlo, tengo que hacerlo" una y otra vez, finalmente presione la pantalla y leí el primer marcando que me aterrorizo.

Me llevé el aparato al oído y escuché como los pitidos dejaban de sonar.

—No tengo dinero, Ian— fue el saludo, tragué saliva al permitir a mi cerebro analizar la voz que acababa de contestarme, la extrañaba, la manera en que me calmaba, incluso en ese momento.

—Harry— llamé con voz débil, un silencio se instaló, solo la puerta del baño abriéndose y dos mujeres entrando y hablando mientras se maquillaban era el único sonido del lugar.

—Cassandra.

.

me retirare lentamente después de publicar este capítulo jajaja

¿opinión, critica o comentario?

Que capítulo tan largo, la verdad, la inspiración es real, tardaron un poco más para los 6 comentarios, pero hoy lo lograron... vamos a ver si logran 5 comentarios para el próximo capítulo 😈😇

Instagram: deeplittlething


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