Roommates

By lualvarezb

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(Continuación de "Brothers") Cassie Reed tiene el corazón roto, o parcialmente roto te diría ella. Cassandra... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo especial 1
Capítulo especial 2
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 8

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By lualvarezb

Cuatro meses antes (Septiembre)

Cassie

Fruncí el ceño mientras veía como Ed empujaba el carrito de compras en el cual un cómodo Luke estaba metido, el más alto de los tres era el que estaba en la caja metálica del supermercado, veía a varias madres con sus hijos mirándonos extraños, las comprendía, yo iba con ellos y los consideraba poco normales.

—A la derecha— ordenó Luke, vi a Ed maniobrar como un experto el carrito de compras, los pies de Luke ni siquiera tocaron los estantes.

—Luke es un estorbo— me miró mal, era la verdad con su cuerpo allí no iba a caber tanta comida como tenía planeada —Es la verdad, si no sales de allí no habrá poder humano que me convenza de comprar las cuatro cajas de cereales que quieres— me crucé de brazos y vi como Ed detenía abruptamente casi mandando a Luke al piso, me miró asustado.

—Bruja— dijo él aludido, ladeé la cabeza, no era tan mala idea ser una bruja.

—No puedes hacer eso, los cereales son todo lo que podemos desayunar porque no hay forma de que coma cualquier cosa que prepares— Ed me miraba asustado, como si lo acabara de sentenciar a muerte y no a dejar de comer cereales en las mañanas.

—Primero— dije alzando un dedo —no cocino tan mal, segundo— mi dedo corazón fue el siguiente —¿Quién te dijo que yo iba a cocinarles a mis esclavos?— ambos soltaron un bufido de indignación. Seguí caminando y me detuve al ver que ninguno de los dos se movían, me miraban con expectativa —¿Qué?— me crucé de brazos esperando que avanzaran.

—El tercer punto— fruncí el ceño —¿Cuál es tu tercer punto, Cassie?— Ed se apoyó en la cabeza de Luke.

—Si con dos puntos no les bastan es porque son unos idiotas que han aprobado cada grado gracias a la caridad de sus profesores, ahora muévanse, y Hilton baja de ahí— para mi sorpresa me hicieron caso, me agradaba cuando eran tiernos conmigo, bueno, al menos obedientes, tipo unos perros entrenados.

Estábamos pasando por la sección de higiene, tomé un paquete por doce de papel higiénico, no quería tener que comprarle a ninguno de ellos un rollo porque se les había acabado, no quería saber ni a que entraban al baño. Tome jabón, shampoo, para mí, ellos podrían lavarse el pelo con jabón, no era mi problema.

—No me gusta el olor a durazno en mi cabeza— Lucas estaba a punto de devolver el tarro que acababa de colocar en el carrito —Soy más de miel o este gel de menta— levanto algo negro que decía "for men".

—¿Miel? ¿Enserio? No huele tan bien— Ed acababa de responderle algo ofendido por su gusto.

—Normalmente traen manzanilla, y quiero mantener mi rubio aunque no salga mucho al sol— le explicó al pelirrojo como si fuera algo de vida o muerte, ¿enserio estaba oyendo esa conversación?

—¡Oh! Ahora todo tiene sentido ¿también te mantiene el pelo suave?— pasó su mano por la cabeza de Luke ¿Qué era eso? ¿Desde cuándo los hombres se preocupaban tanto por su pelo? Eran solo greñas para ellos.

—No, para eso está el acondicionador, normalmente, los compro con aroma masculino, así no huelo a niña todo el día— cerré los ojos y negué con la cabeza antes de dar media vuelta y seguir cogiendo lo que quería, volví a poner el shampoo con olor a durazno y di unos pasos más.

Tomé las toallas para la tan molesta semana del mes y lo deje encima de todo, de repente la acalorada conversación de los productos para el pelo, se detuvo, los miré y ambos tenían sus ojos fijos en el paquete rosado, no es como si nunca hubieran visto algo así.

—¿Por qué no usas tampones?— hice una mueca, esa información no la necesitaban, era mi decisión.

—Que te importa— tomé pañitos húmedos.

—Que agresiva— Ed Pierce estaba a punto de entrar en mi lista negra si seguía defendiendo a Luke y sus impertinentes preguntas —¿Estás en tus días?— ya entendía por qué se llevaban tan bien.

—No te interesa— empezamos a caminar de nuevo.

—Tienes jeans blancos, ¿no es peligroso en estos días? Quiero decir, no sería lindo tener de repente una mancha roja en mitad de tu trasero— me mordí el labio para evitar gritarles, no tenía nada, solo los compré por precaución como cualquier mujer normal.

—He escuchado que usar tampones es como tener un pene pequeño todo el día adentro ¿es cierto?— fruncí el ceño, nunca había pensado eso ¿de qué hablaban los hombres?

—No sé, nunca he usado un tampón— rodé los ojos, y fingí buscar algo más entre los estantes, aunque si era sincera ya no recordaba que iba a comprar, ni siquiera Jake era tan zafado y de por sí era difícil mantener su boca cerrada.

—¿Pero si has tenido un pene adentro?— Luke necesitaba un filtro, o tal vez que alguien cociera su boca, aunque Ed no lo hacía nada mal, aunque hubiera ignorado el comentario de Lucas, el suyo no estaba para nada cerca de ser cómodo.

—¿Nunca? ¿Por qué? Lo de la virginidad es un mito, aunque no podría asegurarlo, no cabe por mi...— el grito de espanto de alguien nos hizo girar.

Una mujer con la cara completamente roja los miraba asustados, su boca estaba tan abierta que varias moscas podrían entrar en ella, sus manos se apretaban con fuerza al carrito que llevaba y sus ojos cambiaban de indignación a reprobación, era como estar de nuevo en la escuela primaria.

—¿Pasa algo cariño?— un hombre se paró tras de ella y apoyó su mano en la cintura de ella, paso sus ojos por cada uno de nosotros, creo que buscaba la respuesta en nosotros aunque le haya preguntado a ella.

—La juventud de hoy en día, cariño, eso pasa— Luke empezó a reír, yo no le veía la gracia, ni Ed la veía.

—La vejez de hoy en día querrá decir, señora ¿o prefiera madurita?— llevé mis dos manos a mi cara y las deslicé por esta tratando de no cometer un asesinato en un lugar público ¿Hilton podía ser más descarado?

—¿Qué...?— interrumpí al hombre antes de que siguiera dándole cuerda a mi amigo.

—Discúlpelo, lleva una semana fuera del sanatorio mental, apenas está ajustándose a la gente— Luke abrió su boca para protestar, pero Ed se la cubrió a tiempo.

—Es nuestro amigo especial— lo miré raro, yo no lo hubiera definido así.

—¡Oh!— el tipo parecía sorprendido —Bueno, pero eso no explica por qué mi mujer está tan disgustada— masajeo los hombros de la madurita, iba a matar a Luke por hacerme pensar en ella de esa manera.

—Porque es una metiche que anda escuchando lo que no debe— pateé a Ed, el tarado cubría la boca de Luke, pero repetía exactamente lo que él hubiera dicho, me preguntaba si compartían cerebro y era un experimento del gobierno para ver cómo funcionaban con medio cerebro.

—O tal vez necesita un orgasmo, atiéndala mejor, señor— de alguna forma Luke había logrado retirar la mano de Ed de su boca.

—Lo siento, tengan un buen día— tomé las riendas del carro de compras y comencé a caminar con mis compañeros detrás de mí.

—¡Duele, Cassie! No tenías que golpearme— Pierce cojeaba a mi lado, ahora era Luke el que debía empujar todo.

—Sí debía— refute.

—¿Por qué?— se sobó la pantorrilla.

—Porque sí y ya— llegamos a la caja, agradeciendo que no había mucha fila, no soportaría mucho en un lugar con tanta gente y con tan poco ruido, los pensamientos y malos comentarios de los idiotas a mi lado, se escucharían por todo el lugar.

Me autoproclame la administradora del dinero, así que yo decidía que se llevaba y que no, al principio se negaron, pero luego lo aceptaron, estaban seguros que probablemente no se lo hubieran gastado en cosas útiles sino en comida chatarra, aseguraban no tener tiempo para ir al gimnasio a deshacerse de todo lo que habían consumido.

Ellos llevaban de a cuatro bolsas mientras yo llevaba 2, eran bastante delgadas, biodegradables, amables con el ambiente, pero no con las cosas que debían llevar, parecía que todo se iba a caer de repente, no me molestaba mucho, al menos no tardarían doscientos años en transformarse como otras.

—¿Quieren oír un dato interesante?— preguntó Ed mientras caminábamos de vuelta al apartamento que quedaba a dos cuadras del supermercado o tienda de abarrotes, no estaba muy segura como podríamos catalogarlo.

—No— respondí por inercia, cada vez que Jacob preguntaba eso, era porque iba a decir algo que no me interesaba o me produciría asco.

—Sí— Luke por el contrario parecía muy intrigado sobre el tema.

—Bueno, la mayoría gana— bufé ¿desde cuándo "uno" era la mayoría? —¿Han visto a todos esos hombres con una barriga grandísima que parecen embarazados eternamente?— lo miré un momento para ver que él esperaba que su publicó más entusiasta asintiera —Bueno, a primera vista pensarías que esa panza es gracias a la grasa o cerveza que comen ¿no es cierto?— hasta yo estuve de acuerdo en eso —Pues no es así— Hilton frunció su ceño, se vio tan serio que desee ver esa expresión mientras usaba su traje, debía verse como los CEO que los libros planteaban, malditamente sexy.

—¿No?— la pregunta salió de mí involuntariamente.

—Pensé que no querías saber— se burló.

—Ya empezaste, ya termina— entramos al edificio usando las llaves que yo tenía, comenzamos a subir las escaleras, era un cuarto piso y desde que el ascensor estaba en mantenimiento nos habíamos visto forzados a ejercitar las piernas, solo esperaba que la semana acabara para poder usarlo sin problemas.

—Bueno, como iba diciendo, no es grasa, en realidad es que tienen un problema digestivo, su intestino está lleno de heces fecales y no las expulsa bien— me detuve en mitad de la escalera y me apoyé en la pared para controlar la arcada que estaba a punto de salir de mí, había sido asqueroso solo imaginarlo.

—¿Estás bien , nena?— negué con la cabeza y dejé que Luke me revisara, me sentía tan mal, estaba a punto de vomitar.

—Que exagerada— se mofó Ed —Como si tú no hicieras lo mismo— quise golpearlo, pero su historia había drenado mi energía.

—Sé que hago lo mismo, idiota— apoyé mi frente en el pecho de Luke —Pero no queda atorada dentro de mí, además de que son los desechos de otras personas, solo eso me produce nauseas— me acariciaban la cabeza con calma, sentí que amaba a Luke en ese momento.

—No hubieras servido para enfermera— se sentó en el escalón debajo de nosotros y nos miraba, al parecer iba a esperar hasta que estuviera bien.

—¿Por qué crees que no lo fui?— suspiré.

—Touché— chasqueó sus dedos y me señalo como si yo tuviera un punto.

Definitivamente había sido el día de las conversaciones incomodas, no sabía cómo tenían preguntas tan extrañas o cómo osaban preguntármelas, estaba bien que nos lleváramos bien, eso no quería decir que iba a soltarles toda la información que les placiera así de fácil.

Terminamos de llegar y entrar a nuestra dulce morada, no era el lugar más grande, incluso seguía algo vacía, solo un sofá grande con una mesa de café y un televisor grande (porque eran demasiado ciegos para uno de tamaño normal) frente a ello, las cortinas beige que me había tomado el atrevimiento de colgar en el ventanal que daba al balcón y un cuadro de caballos, era todo lo que nuestra sala era, el cuadro y cortinas mi idea, porque ellos parecía no importarles que los vean en sus miserias desde los edificios aledaños.

La cocina estaba bien dotada, o al menos lo era para lo que unos inexpertos cocineros que apenas y hacían un huevo revuelto, teníamos los suficientes platos, vasos y cubiertos para seis personas, además de una cómoda barra americana con cuatro asientos.

Tres cuartos y solo uno de ellos con baño, el otro estaba afuera, el cual tuvieron la decencia de cedérmelo, solo por eso toleraba que me molestaran, porque a veces pensaban y eran considerados.

No era la casa de mamá, ni siquiera el apartamento de papá, pero era algo nuestro, donde podíamos ser nosotros mismos y reír hasta altas horas de la madrugada o hasta que alguien decidiera golpear al otro para que se callara, lo que ocurriera primero; era algo que era nuestra responsabilidad, y aunque era horrible crecer y adquirir más responsabilidades también era mágico las nueva experiencias que traía, a veces no en la mejor manera, pero era lo que nos hacia humanos.

—Amo este lugar— dije dejándome caer al sofá luego de haber dejado las bolsas en la encimera.

—Dices eso cada vez que entras— Ed rodó los ojos.

—Preocúpate el día que deje de decirlo, creo que tendrás que conseguir alguien más que pagué— Luke Hilton aportó antes de caer encima de mí haciéndome gritar.

—Quítate, Luke— lo empujé, pero él seguía sobre mí.

—Nah, estoy muy cómodo— encajó su cabeza en mi cuello y respiro hondo.

Ed se asomó sobre el respaldo del sofá y arqueó una ceja antes de retirarse riendo, yo me resigne a dejar que Luke me aplastara hasta que decidiera que era tiempo de dejarme en paz, solía pasar a los pocos minutos.

Distraídamente comencé a pasar mi mano por su cabeza, como él lo había hecho para calmarme en las escaleras, era una manera de consolarnos, teníamos un vínculo, del cual no hablábamos, pero que se estaba construyendo contra nuestra voluntad.

—¿Es esto un gordito?— apretó una porción de mi piel antes de que yo lo empujara y cayera al suelo, había arruinado el momento.

.

Este es uno de mis capítulos favoritos porque me río y encima se ve la dinámica de la relación entre estos tres... eso me hace feliz 🤭🥰 quédense atentos para más

Recuerden que hay Facebook, y el enlace lo encuentran en el perfil 😇 no duden en preguntar si tienen alguna inquietud sobre la historia 

Instagram: deeplittlething

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