El Asesino sin Emociones (Gor...

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¿Que pasaría si un día descubres que los niños perdieron su inocencia? ¿Serias capaz de traicionar a la mujer... עוד

El Asesino sin Emociones (Gore)(Historia propia)
Capitulo 2: Armado
Capitulo 3: Adopcion
Capitulo 4: Escuela [Parte 1]
Capitulo 5: Escuela [Parte 2]
Capitulo 6: Internado [Parte 1]
Capitulo 7: Internado [Parte 2]
Especial 2k Lectores *-*
Capitulo 9: Mi homicida preferido
Capitulo 10: El encuentro del detective y la mente maestra
Capitulo 11: La leyenda es real
Capitulo 12: Su guardaespaldas personal
Capitulo 13: Herramientas para un cuerdo, juguetes para un desquiciado como yo
Capitulo 14: El diario de Kya
Capitulo 15: El hacker
Capitulo 16: Primer interludio-El interrogatorio
Capitulo 17: No te comas mi pudin
Capitulo 18: Un beso puede salvarlo y condenarme
Capitulo 19: Un policía criminal
Capitulo 20: La máscara de las sonrisas
Capitulo 21: Custodia Temporal
Capítulo 22: ¡The Guilty is S2!
Capitulo 23: Un niño peculiar
Capitulo 24: De vuelta a las andadas
Capitulo 25: Bunny Eyes
Capitulo 26: Huérfano mentiroso
Capitulo 27 : Mejores amigos, rivales eternos
Capitulo 28: El inocente de ésta sala que lance la primera piedra.
Capitulo 29: Actor profesional
Capitulo 30: ¿Confías en mí, Zayn?

Capitulo 8: Tu obsesión... y mi placer.

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Capitulo 8: 

Tu obsesión... y mi placer.


Shadow chasquea la lengua a un ritmo continuo, casi como si fuese lo único que pudiera hacer para matar el tiempo mientras espera a que la hora sea marcada en el reloj de la pared de su alcoba. Su hermano marca los tiempos con un irritante golpeteo de sus dedos sobre la madera de la mesita de noche.

Las agujas del reloj continúan su marcha constante, marcando cada segundo que transcurre.

6:45 pm

Shadow opta por silbar con demasiado fastidio ya. La ansiedad de ejecutar sus más retorcidas ideas le carcome como la gangrena. Harto de esperar, se pone de pie y sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Suspira y se dirige a la cocina en búsqueda de algo para distraer sus pensamientos. Cruzando el umbral observa a sus incautas victimas. Ingenuas platicando entre ellos. Marido y mujer, hasta que la muerte los separe... hoy se cumplirán sus votos matrimoniales.

El albino pasea sus dedos un tanto nervioso por el mesón hasta que sus dígitos rozan la hojilla afilada. Emboza una ligera sonrisa. Recorre con la vista los azulejos de la ventana, distrayendo de a poco a las incesantes voces que resuenan en sus adentros.

-Se paciente. Solo un poco mas- Balbucea girándose y partiendo en dirección a la sala de estar.

Recorre la sala con las pupilas dilatadas. Detallando cada minúsculo sitio del lugar, será la última vez que lo vea. Pasea sus pies descalzos sobre el tapizado suelo. Suspira una vez más. Es esa extraña y nostálgica sensación de la calidez de un hogar la que lo envuelve momentos antes de sellar su destino una vez más. Ahora juntos, esposados han decidido y programado este crimen. Homicidio premeditado y consentido por ambos.

Kya pierde la paciencia, y toma todos sus "juguetes" para luego meterlos dentro de su mochila de jean grueso. Suspira y enrumba sus pasos a la alcoba de la niña que se convertirá en su "paciente".

Llevando en su mano derecha colgando de cabeza a su peluche favorito. El mismo oso de felpa con remaches de tela. Bosteza deteniéndose junto a la puerta. Relame sus labios que están resecos levemente.

Suspira y pasea sus dígitos sobre el pulido pomo de la puerta. Aprieta, gira y atrae. Abre la puerta e ingresa a la alcoba. Cierra y la función comienza. La niña le mira, curiosa e indiscreta.

-¿Por qué el parcho?- Le pregunta de inmediato.

-...- Él omite una respuesta y coloca el índice frente a sus labios –Shhh- Podría oírsele un susurro nada mas cuando deja caer la mochila en el piso de madera.

-¿Qué traes ahí?- Señala el morral con su manita, con un brillo particular en la mirada.

-...- Kya repite la acción deleitándose con el tono de sus orbes.

Sus pupilas contraen y dilatan al verle tal brillo. Tal tonalidad. Es hermoso. Sus ojos son dos gemas preciosas... que serán arrancadas con sus propias manos.

Kya la observa unos segundos más, en silencio. Se sienta cruzando las piernas entre sí, planta ambas manos en el suelo de madera y se inclina para observarle mejor.

-¿Qué esconden tus ojos?- Piensa, solo para su retorcido ser -¿Qué poseen?- Interroga al subconsciente -¿Puedes obsequiármelos?- Balbucea sin notarlo.

-¿Eh?- Ella solo escucha un susurro inentendible pero, tan agudo como la voz de un ángel. Demonio con piel angelical.

-...- Una ligera curvatura en sus comisuras parece ser su única sonrisa.

Sus pupilas dilatadas al punto que el iris es un ligero cinto a su alrededor. Sus espantosas ojeras marcan sus parpados inferiores. Sus rasgos sutiles y sensuales trazan sus facciones. La encantan cuando decide ofrecerle una vista más cercana. Se inclina mucho más, acechándola. Ella se mantiene en su posición pero, un mechón albino y travieso cae pícaro sobre el tabique del muchacho. La niña ríe y sus ojos brillan inocentes otra vez. Se toma la osadía de colocarle el mechón detrás de la oreja, aunque no tarda en resbalarse entre las hebras lacias otra vez.

-T-Tu cara es...- La embrujan sus facciones, es perfecto. Aterrador y encantador a la vez –Suave- Susurra dulcemente cuando sus dedos atrevidos le rozan la mejilla.

-Dame tus ojos- Gesticula sin voz, solo sus labios pronuncian palabras mudas. Ella no entiende su mensaje, pobrecilla –Los deseo- Desliza sus dedos sobre su manita, centrándole la atención. Ella a él.

Un rubor paciente, vertiginoso e inocente se apodera de sus mejillas. Viendo el ojo descubierto de quien ha planificado su prematuro fin. Sus dedos despiertan en su piel una sensación aterradora, y dulce. Como el beso de la viuda negra. Un segundo donde sus miradas se conectan, donde ella ignora su otra mano... grave error. Su mano libre se sumerge en su bolsillo trasero y saca una herramienta poco ortodoxa para su cometido. Su dolor se oirá a gritos cuando la use en el cuerpo de la chiquilla.

Un segundo mas, un parpadeo menos y sin pensárselo mas. Aprieta su muñeca y con esto la tumba contra el piso, sometida a su juicio. Se contraen sus pupilas, se desliza el parcho cayéndose y revelando su visión ante su víctima. Estos aros sangrientos espantan al infante que apenas entiende sus acciones. De improviso el muchacho le muestra el objeto corto punzante en su mano izquierda y apuñala el ojo derecho de la niña. Sangre salpica sus mejillas, sus labios inclusive sumergidos bajo el grito desgarrador de la agredida.

En la cocina los padres escuchan el grito de su hija y se precipitan a ir en su rescate pero, en el umbral el mayor de los gemelos les detiene, apuntándoles con un arma de fuego a cada uno.

-Un paso mas, una bala menos en el tambor- Les dice divertido, ahogándose la risa –Es hora de saldar cuentas- Emboza una amplia sonrisa, mostrándoles sus dientes con todo el gusto.

-...- La mujer está paralizada entre sus emociones.

-...- El marido intenta mantenerse calmado –Shadow, baja el arma, podemos dialogar si bajas el arma- Intenta persuadirlo pero, el albino se le escapa una carcajada demencial.

-Hahahahahahahaha- Ríe a pleno pulmón y los gritos de la niña aumentan de igual manera. El muchacho se detiene en seco y les detalla las facciones –Se van a morir- Balbucea, casi canturreando con sadismo la oración.

Baja ambos matillos y puede deleitarse enfermizo con sus rostros. Afligidos, angustiados, aterrorizados... por él. Shadow suspira, se muerde el labio inferior y junta sus rodillas con fuerza. Entrecierra los parpados y suspira ahogado en el placer mas enfermizo.

-Me encantan... son mi placebo- Se relame los labios, ellos le observan espantados en todo aspecto –Les daré un final hermoso, es la paga por este placer tan delicioso que me hacen sentir- Ríe, embelesado entre sus ideas rotas y perversas –Si, es lo que piensan- Ensancha la distancia entre sus piernas, dejándoles a la vista uno de sus secretos.

Placer sexual antes de ejecutar a sus víctimas. En su pantalón se nota su erección, se relame los labios con ansiedad y apunta la pierna de la mujer. Guiña el derecho y se muerde la lengua.

-Me excita el homicidio- Aprieta el gatillo y la bala impacta en su fémur.

Ella grita de dolor, un desgarrante y destajador sufrimiento. La sangre brota de la herida sin freno.

-¡Mas, dame mas descargas de placer!- Les grita, eufórico en su perturbado orgasmo. Apunta al marido y sonríe amplio de nuevo –Is you turn(1)- Balbucea para él apretando el gatillo y la bala se dispara contra su hombro dislocándolo y produciéndole una profunda hemorragia.

La sangre mancha paredes y pisos. Platos y vasos, manteles y sillas. Shadow ríe como un niño en un parque de diversiones, con problemas mentales. Un psicópata. Se desliza el liquido, espeso y hediendo por las baldosas café. Ahora bermellón. Su reflejo distorsionado en la sangre de su crimen.

-Quiero mas- Apunta el cañón contra la mujer.

-Cobarde, dispárame a mi- Interviene el marido y Shadow ladea la cabeza hasta él.

-Shineba ii noni- Susurra sin aire, con un tono de voz maquiavélico y desquiciado. 

Apunta a ambos, baja los matillos y agranda sus ojos. Se contraen sus pupilas y abre fuego al son de los gritos desgarrantes de la presa de su hermano, en el piso superior.

Aprieta ambos gatillos, repetidas veces en múltiples partes de sus cuerpos. Los disparos resuenan en las paredes, en la calle y los vecinos se alarman. Shadow se ríe a carcajadas, tan fuerte como le permiten sus cuerdas vocales. Los proyectiles se agotan y observa a sus víctimas. Desangrándose y viéndose entre sí. Deja caer ambos revolvers al piso, saca de la parte trasera de su pantalón un arma de fuego, con un cartucho entero. Y les apunta.

-Haber, en sus votos dijeron "Hasta que la muerte los separe". Veamos ¿Quién se va primero que quien?- Emboza otra sonrisa demencial.

-...- La mujer sostiene débilmente la mano de su marido.

-Las damas primero- Guiña un ojo y se muerde la lengua.

-¡Shadow no!- El marido se precipita intentado evitarlo pero, el joven homicida aprieta el gatillo y la bala penetra en su cráneo impactando su cabeza contra la pared.

Sus ojos se opacan, expira su último aliento y yace ahí. Sus orbes similares a dos esferas de cristal desgastado. Tenues y espectrales. Se ha extinguido el brillo vital de su mirada. La sangre se empoza a sus pies, manchando la suela de las botas del joven asesino quien sonríe gustoso.

-You are the next(2)- Ríe gracioso y comienza disparándole en la clavícula. Hombros. Pulmones y finalmente descarga el arma en su esternón con cinco impactos de bala en dicha zona.

El hombre expira de igual manera. Ha acabado el juego para el muchacho y se le borra la sonrisa de inmediato, suelta el arma dejándola caer al piso manchado de sangre. Bosteza y regresa sus pasos a la escalera, deslizando sus dedos sobre el barandal mientras sube. Armonizado por los gritos y quejidos de la victima de su hermano menor.

Kya, tan practico y metódico como ningún otro homicida adolescente. Se encuentra sentado sobre el vientre de su víctima. Una niña de apenas ocho años, su melena rubia se tiñe de un carmesí intenso. Sujetando el hombro de su presa con fuerza, encajándole las uñas en la piel a través de la tela de su vestido. La niña forcejea y grita cuando el metal penetra su cuenca. No puede siquiera en contra de él. Los rasguña, se opone pero no puede evitarlo. El muchacho juega con el objeto ensangrentado unos segundos hasta aventarlo lejos.

Relame sus dedos con plena satisfacción, emboza una sonrisa que no ha mostrado nunca. Es sucia y perversa. Índice, cordial y pulgar son sus herramientas para extirparle el descuartizado ojo derecho de su víctima. Aprieta y lo extrae. Sus gritos aumentan, la sangre se desliza de entre sus dedos, relame sus labios otra vez. Ladea la cabeza, sus pupilas se dilatan consumiendo el poco iris de sus ojos. Izquierdo tan espectral como siempre. Derecho con aires demenciales. Deja su preciado premio en el suelo y sujeta ambas manos del infante contra el piso. La somete a él, como un depravado sexual. Se inclina, la detalla. Disfruta de su sufrimiento, sus lágrimas, su sangre, su aroma, su textura.

Se aproxima mucho más, perdiendo la poca decencia que ha quedado en su ser. Su lengua sádica lame gustosa la sangre que sobre la piel de su rostro está impregnada. La niña tiembla, su cuerpo está por colapsar. La hemorragia la ha empezado a descompensar. Se le nubla la vista y solo puede gimotear, inhalando sin fuerzas el desgraciado oxigeno hediendo a su propia sangre. A su tormento.

Mientras recibe el enfermizo trato de su hermanastro, sintiendo su cálida lengua lamer sádicamente su piel. Su pelo manchado de rojo. Su vestido impregnado en bermellón. Su fragancia primaveral apesta a muerte.

Kya lo disfruta, como nunca antes. Completamente a solas, a oscuras en la alcoba de su presa. Deleitándose con las sensaciones que viajan debajo de su piel al probar su sangre. Es dulce, salada y espesa se mezcla con su saliva. El líquido ha manchado las prendas del albino, las puntas de los mechones de su salvaje flequillo inclusive. Su nariz y su mentón están unidos con la misma marca sangrienta de su objetivo. Gotas rojas caen de su pelo al piso, mezclándose con el pozo de su perdición. El reloj mueve sus agujas estando en la pared, marcando la hora. No hay tiempo de disfrutar ya. Es hora de culminar el juego.

Notas Finales:

Traducciones nwn

(1) Es tu turno.

(2) Tu eres el siguiente.

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