Hechizo de tres noches (OUAT...

De BluebirdOfHapiness

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En un inocente capricho, Belle ha desobedecido las órdenes de su empleador y amo, Rumplestiltskin. Y con ello... Mai multe

Capítulo 1 "Innocent whim"
Capítulo 2 "Her biggest fear"
Capítulo 3 "The flame"
Capítulo 4 "Vanity"
Capítulo 5 "Insanity"
Capítulo 6 "Corruption"
Capítulo 7 "Rose of pain"
Capítulo 8 "Own touch"
Capítulo 9 "Obsession"
Capítulo 10 "Leap"
Capítulo 11 "Intromission"
Capítulo 12 "Shiver"
Capítulo 13 "Castling"
Capítulo 14 "Check-mate"
Capítulo 15 "Judgment"
Capítulo 16 "Witness"
Capítulo 17 "Veredict"
Capítulo 19 "First time"
Capítulo 20 "Shadow and dread"
Capítulo 21 "Fear and bravery"
Capítulo 22 "Lullaby"
Capítulo 23 "Nightmare"
Capítulo 24 "The purest heart"
Capítulo 25 "Presumption"
Capítulo 26 "Scars"
Capítulo 27 "Falling"
Capítulo 28 "Powerless"
Capítulo 29 "Unfaithful"

Capítulo 18 "Heat of light"

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De BluebirdOfHapiness

DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece, así como las lyrics. Rumplestiltskin x Belle. Puede contener escenas fuertes, dearies.

"Three night spell: Hechizo de tres noches"

  Arte por themightyrumbeller  


Your eyes, they shine so bright
I wanna save that light
I can't escape this now
Unless you show me how

"Demons"–Imagine Dragons

Capítulo 18

La neblina morada cubrió la biblioteca, desapareciendo segundos después, revelando a Rumplestiltskin y Belle de regreso en el Castillo Oscuro. La doncella se sujetaba fuertemente a su empleador, sobrecogida, con las manos aferradas al dorso de él en un último acto reflejo ante el inminente ataque de bola de fuego de la reina. Éste aún la rodeaba con sus brazos, soltándola sutilmente al confirmar que arribaron al destino correcto.

—Belle... —Rumplestiltskin le habló con tono calmo, incitándola a abrir los ojos. Le tomó unos segundos a la joven en percatarse de que habían abandonado al fin el estrado, dejando las pesadillas y el infierno atrás. Lentamente, mirando a su alrededor, levantó la mirada hacia su rescatista, buscando cerciorar en su mirada que él era real y que todo realmente había acabado.

—Me has salvado.

Rumplestiltskin, nervioso ante la tierna mirada que ella le dirigió, terminó por liberarla, cortando el contacto físico entre ambos. —Ya estás a salvo.

—Gracias.

La palabra salió desde lo más hondo del ser de la joven. Rumplestiltskin dio un paso y se dio tiempo para procesar los acontecimientos recientes, sin saber que más decir. Ni siquiera él comprendió todas las emociones florecidas que lo orillaron a tomar medidas y acciones drásticas para recuperarla. Pero todo salió exitosamente y la había recuperado a todo precio.

El precio

El recuerdo cruzó por su mente, sacudiéndolo como un fugaz relámpago. El hechicero pensaba que Belle aún conservaba en su vientre la simiente de aquél bastardo que esclavizó con la reina. Si quería impedir que diera fruto, debía insertar la suya para hacer el intercambio. En pocas palabras, al igual que Gastón debía violarla. O conseguir su consentimiento.

El hechicero caminó hacia ella sin saber qué palabras emplear. Se colocó detrás de ella, colocando delicadamente sus manos sobre sus delgados hombros. Belle siguió con su mirada todos sus movimientos hasta donde le permitió la vista. Su empleador acercó su dorso a la espalda de ella. Sus manos abandonaron sus hombros, bajando seductoramente por sus brazos hasta dar con su cintura. Belle desvió la mirada sonrojada al percatarse de las intenciones de su empleador.

Ambos permanecieron inmóviles por unos segundos, hipnotizados y expectantes ante la sensación que produjo el uno en el otro. Rumplestiltskin se detuvo por un momento. Belle no rechazaba sus caricias, ¿qué era pues, lo que le impedía continuar?

—¿Estás bien? —Belle preguntó intrigada al notar la duda en el tacto de su empleador.

Rumplestiltskin volteó hacia a ella a escuchar su voz. Vio sus ojos azules nuevamente suplicando sincera preocupación por él. ¿Cómo podía hacerle algo tan diabólico al ángel que tenía enfrente? La mujer que permanecía en alto a pesar de las humillaciones no era digna de tal despojo. No obstante, tampoco merecía el castigo de cargar en su vientre el fruto de aquél delincuente.

—Necesitas descansar. —Rumplestiltskin desvió la mirada de aquellos ojos. La magia de Regina era poderosa pero era su alumna, por lo que nunca había logrado superar la magia de él. Los discípulos jamás superaban al maestro y él se encargaría que así continuara siendo, encontraría la solución para impedir que el embarazo se consumiera por sus propios medios.

Ahora lo más importante era terminar de romper el hechizo. Sólo quedaba una noche pero ya no poseían ningún amuleto de protección, por lo que no podía permanecer en la misma habitación que Belle. No podía asegurar que ella saliera intacta.

—No puedo permanecer más aquí. —El hechicero volvió a romper el contacto físico, apartándose de ella y encaminándose hacia la puerta—. Estarás a salvo en tu habitación, mientras no salgas más allá del ala oeste.

—Espera, Belle se acercó a su empleador consternada por sus palabras, —¿Qué vas a hacer contigo?

—Lo que debí haber hecho desde un inicio. —Rumplestiltskin se dignó a ver a los ojos a la joven—. Me encerraré en el ala opuesta.

Rumplestiltskin cortó el contacto visual y abrió la puerta, dándole la espalda a la joven antes de que ella intentara decir algo. Belle miró su empleador abandonar su habitación, siguiéndolo con la mirada. Sin saber ella tampoco qué más decir, vago la vista acercándose a su mesa de dormir. Encima, la portada de la novela de amor se encontraba reposando tal cómo la había dejó la noche pasada, cuándo abandonó toda esperanza de encontrar un romance placentero y real. Miró el dorso de su empleador disponiéndose a salvaguardarla del peligro de él mismo, cuando en realidad ya lo había hecho al rescatarla en aquél juicio ¿Qué no hacían eso los verdaderos amantes de sus novelas?

—¡Espera! —Belle se apresuró a detener a Rumplestiltskin antes de que abandonara completamente la habitación, sosteniéndolo del brazo derecho—. Ya no es necesario.

El hechicero la observó intrigado, regresándose hacia ella. Belle titubeó sin saber cómo continuar. —Después de todo a partir de hoy, yo...

Belle interrumpió la frase a medias. Pese a que hizo declaraciones más escandalosas en el estrado, declararse su amante en persona y en intimidad resultaba más difícil de lo que creía.

—No tienes que pagarme con tu cuerpo, dearie. —Rumplestiltskin rompió el silencio tras comprender las palabras de su doncella—. Aquello solo fue el teatro del momento. Nuestro trato nunca estipuló ninguna demanda de este tipo. Y por lo tanto, lo mencionado en el juicio no es válido.

—Pero es que sí lo es. —Belle levantó ligeramente la voz. Los ojos azules de Belle estaban cristalinos y húmedos—. Lo que haga o no, ya no cambiará el resultado de lo que otros piensen. Ya no tengo casta que defender.

Rumplestiltskin contempló a la joven en silencio. Ella tenía razón, ella abandonó todo momentos atrás prefiriendo regresar a él por cuenta propia. Fue la primera en no temerle o mejor dicho, en haber superado su miedo hacia él, logrando ver la poca humanidad que escondía tras sus perversas acciones. Era una valiente y perspicaz dama. —¿Por qué no me tienes miedo?

El hechicero se atrevió a sincerar sus pensamientos, ansioso por conocer las verdaderas intenciones de la joven, pero a la vez temeroso.

—Sólo se teme lo que no se conoce, Rumple.

—Y sin embargo, has visto lo peor de mí. —Acercó su mano hacia el rostro de su doncella, atreviéndose a rescatar una lágrima que bajaba por la mejilla de Belle—. ¿Cómo puedes continuar a mi lado?

—Porque también vi lo mejor. —Sus ojos azules le vieron de la manera más dulce y pura que el hechicero nunca había visto en su vida—. Tú lo mencionaste, no son sólo nueve noches. Es para siempre.

Belle tomó la mano de su empleador sin apartarla de su rostro. —Deseo ser tu amante, Rumplestiltskin.

Ambos se encontraron en contacto cercano. Las palabras de la doncella fueron las precisas para desencadenar la tensión que había crecido entre ambos. Rumplestiltskin bajó el rostro hacia el de ella. Belle cerró los ojos al recibir los labios de su empleador, aceptando con ello su nuevo y tan anhelado destino.

El tiempo se detuvo por unos segundos. Los labios de él, acoplados a los de ella, se movieron de manera demandante. Su cuerpo comenzó a reclamar el calor de la mujer que tenía enfrente, ¿Cuánto tiempo hacía que besaba a una mujer por cuenta y voluntad propia en búsqueda de obtener placer?

Su miembro hinchado por deseo puro le hizo sentirse hombre y humano de nuevo. Sin embargo, no sólo era por el deseo carnal. En aquél momento, la deseó a ella y todo lo que representaba. La esencia de su ser era lo que le excitaba. Las manos de ella se fundieron en la espalda, subiendo hasta la nuca de él, reclamando también el placer que exigía su cuerpo.

Rumplestiltskin detuvo su frenesí un momento antes de dar el siguiente paso, separando los labios de ella. ¿Cómo se debía hacer el amor a una dama? Pero no se refería al acto obvio, su cuerpo recordaba perfectamente cómo operar. Sin embargo el arte de llevar a una mujer al clímax era algo diferente y apenas conocía los lienzos de su doncella.

El arte de los amantes

La piel de Belle era sumamente sensible, cómo recordaba de noches atrás. Rumplestiltskin tomó el rostro de ella, recorriendo con sus dedos sus mejillas, bajando por su cuello hasta sus clavículas. Acercó su rostro al cuello de ella, permitiendo que sus dedos bajaran hasta el corsé de su vestido para desabrocharlo. Belle se estremeció al sentir la sensación de desnudez que iba dejando conforme se iba siendo despojada de sus prendas. Su espalda fue la primera en quedar al descubierto.

El hechicero le rodeó, colocándose detrás de ella. Siguió jalando del corsé, desplazándolo por los hombros. Sus manos bajaron, cubriendo los pechos de Belle antes de que estos quedaran al descubierto. Sus pezones se encontraron erectos. Rumplestiltskin disfrutó de la sensación de ellos entre sus dedos, acariciando sus senos, haciendo que finalmente el corsé cayera al suelo. Una pequeña corriente de aire se coló por la ventana después de eso, haciendo que Belle se sobrecogiera un poco.

–¿No será mejor meternos bajo las cobijas?

Rumplestiltskin acercó sus labios al oído de ella al sentir la reacción de su cuerpo —Te prometo, el frío durará poco.

El hechicero continuó a la amplia falda del vestido, la cuál debía quitarse por encima y de forma molesta. Se ayudó con un poco de magia, haciendo que se pudiera deslizar para su comodidad entre las caderas y piernas de ella, dejándola completamente desnuda. Al mismo tiempo, Rumplestiltskin comenzó a despojarse de su ropa a su espalda, no sin asegurarse ella percibiera los movimientos que él realizaba a través de la sensación del roce de la tela mientras lo hacía.

Una vez con el dorso desnudo, volvió a rodear a Belle con su cuerpo. Esta vez sin el estorbo de la densa tela del vestido, Belle percibió el miembro hinchado de él a través únicamente de su piel. La sensación era más vívida de lo que su mente le había recreado en su fantasía horas atrás, cuando estuviera prisionera en la celda de la reina. Belle respiró hondo ante el inminente preámbulo del acto sexual.

—¿Estás lista, dearie? —ella asintió tímidamente. Rumplestiltskin la tomó entre sus brazos para cargarla hasta la cama.

Aquello pareció su noche de bodas para la mente de la joven.

Belle se lamentó por un momento. Ya no gozaría de ninguna boda real o ceremonia pero estaba a punto de obtener el motivo final de todo aquello y lo que su curiosa mente le urgía buscar a través de los libros. Se permitió disfrutar de la sensación de la desnudez de ambos, comprobando el calor que el cuerpo de su empleador emanaba. Descubriendo que era tan humano como ella como lo había dejado entrever todas sus nobles acciones. Pues finalmente, debajo de la máscara que portaba aquél hombre...

No había ningún monstruo que temer.

Comentarios:

Volví a retrasarme unas semanas más, estuve ocupada con mi examen de grado de licenciatura y trámite al posgrado, pero finalmente aquí está. Después de 18 capítulos al fin tendremos nuestra merecida acción, ¡yey! Cada vez que escribo un capítulo, me doy cuenta este fic está lejos de terminar, afortunadamente para ustedes... desafortunadamente para mí, jajaja.

En dos semanas inicio maestría, así que quizás las actualizaciones sigan algo lentas, para que lo tomen en cuenta. Sin embargo no abandonare el fic hasta que vea su punto final. Sólo continúen con su paciencia.

¡Espero seguirlos viendo en el siguiente capítulo y no olviden dejar su comentario, dearies!

Sialia A. Muñoz –BluebirdOfHapiness~

When you feel my heat
Look into my eyes
It's where my demons hide

"Demons"–Imagine Dragons

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