Entre Ángeles y Demonios: La...

By BeluRomiara

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Eldar despierta de una pesadilla el día de su cumpleaños y descubre que fue algo más que una pesadilla. A par... More

Capitulo 1 - El Príncipe Oscuro
capitulo 2 - Despertar (parte I)
Capítulo 2 - Despertar (Parte II)
Capitulo 3 - El Consejo de las Sombras (Parte I)
Capítulo 3 - El Consejo de las Sombras (Parte II)
Capitulo 4 - El Ataque (Parte 1)
Capítulo 4 - El ataque (Parte II)
Capitulo 5 - Eldar y el Consejo
Capitulo 6 - Lyra (Parte I)
Capítulo 6 - Lyra (Parte II)
Capitulo 7 - Contactos (parte I)
Capítulo 7 - Contactos (Parte II)
Capitulo 8 - Muchas cosas a ala vez (Parte I)
Capítulo 8 - Muchas cosas a la vez (Parte II)
Capítulo 9 - Un viaje lleno de peligros (Parte I)
Capítulo 9 - Un viaje lleno de peligros (Parte II)
Capítulo 10 - La tierra Oscura y las traiciones (Parte i)
Capítulo 10 - La Tierra Oscura y las traiciones (ParteII)
Capítulo 11 - La Ciudad de LAs Sombras (Parte I)
Capítulo 11 - La Ciudad de Las Sombras (Parte II)
Capítulo 12 - Huyendo del Castillo (Parte I)
Capítulo 12 - huyendo del Castillo (Parte II)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte I)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte II)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte III)
Capítulo 14 - Entre Ángeles y Demonios (Parte I)
Capítulo 14 - Entre Ángeles y Demonios (Parte II)
Capítulo 14 -Entre Ángeles y Demonios (Parte III)
Capítulo 15 - El portal Infernal (Parte I)
Capítulo 15 - El Portal Infernal (Parte II)
Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte I)
Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte II)
Capítulo 17 - El Regreso (Parte I)
Capítulo 17 - El Regreso (Parte II)
Capítulo 17 - El regreso (Parte III)
Capítulo 18 - Momentos Cruciales
Capítulo 19 - De Vuelta al Ruedo
Capítulo 20 - Dos pájaros de un tiro (Parte I)
Capítulo 20 - Dos pájaros de un tiro (ParteII)
Capítulo 21 - Ordenando el Caos (Parte II)
Capítulo 22 - Epílogo

Capítulo 21 - Ordenando el Caos (Parte I)

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By BeluRomiara

5 - Ordenando el caos.

Eldar caminaba junto a Súmmum. Recorrían un largo pasillo subterráneo que los llevó a una bóveda húmeda pero bien iluminada. En algún aspecto a Eldar le recordó a los túneles de Argozz, solo que esta vez eran de hormigón armado en lugar de roca oscura, y estaban iluminados por largos y blancos tubos fluorescentes.

Una puerta de hierro bastante vieja era custodiada por dos guardias conocidos del Consejo de las Sombras. Estaban frente al nuevo recinto del Consejo. Había que trabajar mucho todavía, pero el nuevo lugar de reunión ya estaba funcionando bajo, nada menos, que la catedral.

Apenas habían transcurrido dos días desde que Súmmum y Gêldar lo habían rescatado a él, a Wolfgann y a Lucio de la casa de Bruce. Se sentía agotado y quería terminar de una vez con las formalidades. A pesar de haber dormido un día entero, aún sentía cansancio.

– No te di las gracias por lo del otro día - dijo Eldar de pronto.

– No te preocupes - dijo Súmmum - Fue un momento bastante difícil. Odio admitirlo, pero Gêldar hizo lo correcto.

– ¿Qué va a pasar ahora?

– Supongo que venimos a enterarnos.

Se detuvieron frente a la puerta esperando que Fran les abra.

– Hola Fran - dijo Súmmum con un gesto cordial.

El hombre le sonrió.

– Hola Súmmum.

Su mirada estaba pegada en Eldar como la primera vez que lo vio, pero ésta vez no era curiosidad lo que lo movía, sino admiración.

– Los están esperando - dijo Abriendo la pesada puerta.

La puerta les abrió paso a una cámara circular de grandes dimensiones. El nuevo recinto del Consejo estaba justo debajo de la nave principal del la Catedral. Habían elegido ese lugar por hallarse en un terreno sagrado y protegido, al que no podían entrar ni demonios, ni vampiros. Antiguamente se había usado como una gran bodega, donde se almacenaban los vinos mas exquisitos de la iglesia. Grandes columnas sostenían el techo formando un círculo, dentro del cual habían colocado una gran mesa redonda para las reuniones. El lugar tenía cierto aire medieval.

Estaban reunidos todos los miembros del Consejo de las Sombras a pleno. Entre las columnas habían colocado gradas, que hacían un efecto de aula magna, mirando hacia la gran mesa. Todos estaban hablando, acomodados en las gradas, y todos hicieron silencio cuando Eldar y Súmmum se hicieron presentes.

Eldar sintió que su pecho se oprimía cuando traspasó la puerta y se detuvo mirando a todos los presentes. Otra vez eran los últimos en llegar y el centro de atención de todas las miradas.

– No te preocupes - le susurró Súmmum - Eso que sientes desaparecerá cuando te vallas. Este es terreno sagrado y tu sangre es de demonio.

– Y ahora me lo dices - le contestó entre dientes.

A pesar de ser redonda, la mesa tenía una cabecera indiscutible marcada por un gran sillón de estilo Luis XV de color azul. Sentado en ese lugar privilegiado se hallaba Esteban Loughty. A su derecha estaba Alma y del otro lado dos sillas vacías. Los demás lugares estaban ocupados por Brandon y algunos miembros honorables del Consejo de las Sombras.

Eldar recorrió a los integrantes, de lo que a él se le ocurrió, la Gran Mesa Redonda. Una persona llamó su atención. Selene se hallaba sentada junto a Alma y lo miraba a los ojos en ese momento. No pudo dejar de notar que algo había cambiado y no solo era el lugar de reunión. Sin duda, la reunión era mucho mas importante de lo que él presumía.

Llegaron a la mesa y Alma les hizo una seña para que se sentaran en los lugares vacíos junto a Esteban.

Eldar no veía la hora de poder irse, se sentía incómodo.

– Buenas tardes - dijo Súmmum mirando a todos los presentes - Lamento el retraso pero el tráfico nos detuvo.

– Ya están aquí y eso es lo que importa - dijo Esteban.

– Bienvenido Cazador - dijo Selene con una amplia sonrisa.

– Hola - dijo Eldar confundido - No sabía que Selene formara parte del Consejo.

– Hay muchas cosas que no sabes - dijo Alma - Selene siempre fue parte de este Consejo aunque no se le permitía participar directamente de las reuniones.

– Si - dijo Esteban afirmando pensativamente - Y la reunión de hoy tiene que ver con eso.

Había un silencio expectante entre todos los presentes. Al contrario de la vez anterior, todos estaban callados y escuchaban atentamente la conversación que se desarrollaba.

– Ya veo - dijo Eldar.

Todos permanecían atentos, esperaban que Esteban comenzara a hablar.

– Los he convocado hoy por varios motivos - dijo el sacerdote - El primero es agradecerte a ti Eldar Lougthy, por todo lo que has hecho por el Consejo de las Sombras.

Eldar se irguió en la silla y contuvo el aliento. No esperaba un reconocimiento público.

– Creo que fue circunstancial mi participación en los últimos acontecimientos - dijo.

– Aún así, has demostrado un valor digno de un gran Cazador - dijo Alma.

– Has cometido algunos errores, pero has actuado con honor y valentía. Has sido leal y no te has dejado corromper por la oscuridad.

– No hubiese podido sin ayuda - dijo Eldar mirando a Súmmum.

– Estamos al tanto de la ayuda recibida. No es política del Consejo y mucho menos de la Gran Orden, aceptar ayuda de un demonio - dijo Lougthy - En otro momento, ese acto hubiera sido tomado como traición y hubieras sido sancionado. Tras varias discusiones, hemos llegado a la conclusión, de que nada hubiera sido posible sin la participación del que es tu padre. No lo aceptamos por lo que es, pero debemos reconocer que ha hecho algo bueno. Ha reparado un daño y le debemos un mínimo respeto.

– Eso no quiere decir que lo aceptemos - dijo Brandon - Solo que respetamos su actuación, aunque lo queremos lejos de este plano.

– Comprendo el mensaje - dijo Eldar un tanto molesto - No se preocupen, no lo traeré a cenar.

La acidez de Eldar estaba siempre a flor de piel cuando algo le molestaba. Alma bajó la mirada.

– No queremos hacer una discusión de esto - dijo Alma - Solo hay que dejar en claro algunas cosas.

– Entiendo.

– Aunque parezca extraño - prosiguió Lougthy - He decidido, y esto es a razón de todo lo que ha pasado, aceptar cierta colaboración de otros agentes externos en algunos casos. Solo si es inevitable. Por eso he convocado a Selene. Mi misión era poner orden aquí. No esperaba encontrarme con tremendo caos. Alma me hizo ver que algunas personas que no eran miembros, o no eran aceptadas por su condición de brujos y otros seres, eran de vital importancia para lograr el equilibrio que se necesita. Al principio me costó aceptarlo, pero luego los hechos me demostraron que tenía razón. Por tal motivo, he resuelto aceptar la colaboración de Selene como miembro activo y hacer algunos cambios.

– Cambios que son necesarios - dijo Súmmum - Muchos otros colaboran secretamente con el Consejo de las Sombras desde hace años, pero no son reconocidos.

– Nunca es tarde - dijo Alma.

– A veces es necesario que pase algo malo para darse cuenta de que uno está errado - dijo Brandon.

– ¿Entonces? - dijo Eldar mirando a Esteban de manera inquisidora - ¿Van a dejar a Alex seguir formando parte del Consejo?

– Es una de la posibilidades, si ella acepta algunas reglas - dijo Esteban.

Eldar se tiró para atrás en la silla y sonrió. Sentía el pecho oprimido, pero lo hacía feliz saber que no perseguirían a Alex por haberse transformado en vampiro.

– Alex es leal y fue infectada al defender a Wolfgann - dijo Súmmum - Es lo correcto aceptarla tal cual es ahora, ser diferente no la hará menos confiable.

– De todas formas habrá que empezar de nuevo con los vampiros. El pacto fue roto y me han informados los clanes del sur de la ciudad que hay un grupo que está dando problemas. Suponemos que será hasta que demos con el nuevo líder y podamos llegar a un arreglo.

– ¿Qué pasó con el líder anterior? -preguntó Eldar.

– Fue asesinado por Bruce, quien tomó su lugar. Ahora que Bruce está muerto habrá una batalla entre ellos para medir fuerzas hasta que uno quede como líder - dijo Brandon - Será difícil controlarlos a todos.

– Como todos saben - dijo Esteban - Yo ocupo el lugar de Wolfgann ahora, pero se está recuperando de sus heridas. De modo que en cuanto esté recuperado ocupará de nuevo su lugar. Como solo fue drenado, y no fue ni mordido ni alimentado con sangre de vampiro, no ha sido afectada su condición de humano. Sin embargo está bastante débil aun y necesitará tiempo. Cuando regrese a ocupar su lugar tendrá que arreglar todo este caos generado por Bruce. Mientras tanto, yo seguiré al mano.

– Todo vuelve a la normalidad - resopló Eldar - Eso quiere decir que podré recuperar mi vida ¿No?

– No del todo muchacho - dijo Esteban - Estoy al tanto de los nuevos sucesos que te hacen protagonista. Pero eso no te exime de tu responsabilidad dentro de este Consejo. Te recuerdo que hiciste un juramento.

Eldar miró a Súmmum inquisidoramente, pero como siempre se hizo el desentendido y se encogió de hombros.

– Solo que ahora tendrás que tener mas cuidado - dijo Esteban meneando la cabeza - No querrás dejar que un niño se quede sin su padre.

Eldar tragó saliva y palideció. No podía creer lo rápido que corrían las noticias. Eso le recordó su necesidad de saber de Lyra. Lo sucedido con Bruce había complicado las cosas mas de lo esperado y hacía dos días que no podía ir a verla. También le preocupaba Lucio, aunque aún tenía ganas de golpearlo por haberlo seguido.

– Esos son asuntos privados que no corresponde tratar delante de toda esta gente - dijo Súmmum.

– Mi vida privada no le concierne al Consejo - dijo Eldar.

– Te equivocas - dijo Esteban - Cuanto más tengas que perder, más puntos débiles tendrás para tus enemigos. Aunque aún no lo veas, todo el mundo de las sombras sabe de ti. Siempre habrá alguien acechando para conseguir la Daga de los Mundos, o para tratar de que hagas algo que no quieres hacer. Por eso ahora no solo debes cuidar de ti, también deberás cuidar de la familia que formes.

– Por eso los Cazadores siempre estamos solos - dijo Brandon - No conozco a muchos que tengan una familia.

Eldar pensó en Lyra y en su futuro juntos. Una sombra de temor pasó por su mente.

– ¿Y qué pasará con Brenda? - pregunto Eldar para salir del tema - Ella ayudó a Bruce, fue su aliada.

– Ya la estamos buscando - dijo Alma - Será difícil dar con ella pero no imposible. Como miembro del Consejo por tantos años, conoce todos los movimientos y a los cazadores. Nos costará rastrearla.

– No sabemos si fue convertida a vampiro o no - dijo Esteban - En ese caso, no podrá llegar a este nuevo recinto. Pero de todas formas hay que buscarla, cometió una traición y deberá pagar por ello. Si fue convertida, de seguro querrá venganza y nos dará problemas.

Eldar comenzó a sentir que le faltaba el aire, y estaba incómodo en la silla.

– Creo que si han terminado de informar los cambios - dijo Súmmum - Sería mejor que dejen ir al muchacho. Apenas hace dos días de todo lo ocurrido y no ha tenido tiempo de  descansar. Este no es el mejor de los lugares para él.

– Si nadie tiene algo mas que decir - dijo Esteban - Podemos dar por terminada la reunión. Hay mucho que hacer aún y todos tienen cosas que atender.

– ¿Qué haremos entonces con los vampiros? - dijo un hombre desde lo alto de las gradas - Cuando se respetaba el pacto entre ellos y el Consejo no los perseguíamos, pero el pacto fue roto. Otros ataques han sido reportados en distintas áreas. Una vez que uno se anima a romper las reglas, muchos otros lo harán. No queremos que se llene de vampiros la ciudad.

Se hizo un silencio en las gradas y la mirada de Esteban recorrió a todos los miembros.

– Con respecto a eso - dijo Esteban - Las cosas están como antes de que fuera hecho el pacto. Deberán organizarse las parejas de Cazadores y vigilar de cerca a todos los clanes de vampiros. Ya saben que atacar un humano está penado con la muerte.

– De manera que otra vez comienza la guerra - dijo otro hombre.

– La guerra nunca termina entre la luz y la oscuridad - dijo Esteban - Solo hay algunas pausas. Hasta que el pacto no sea recompuesto, las cosas volverán a ser como siempre fueron. También deben estar atentos a la entrada de demonios. Sabemos que hay toda clase de cultos que los invocan. Nuestra labor nunca termina. La iglesia se encarga de los casos de posesión, nosotros de mantener limpio el lugar

– El trabajo sucio - dijo Eldar.

Esteban Lougthy miró a su sobrino un momento.

– Todos nosotros somos soldados de Dios - dijo - Ser un soldado implica riesgos y a veces es necesario hacer el trabajo sucio.

***

– Nunca había sentido tanto alivio al salir de un lugar - le dijo Eldar a Súmmum.

– Ya sabes que las iglesias no son el mejor de los lugares para ti ahora. No te matarán, pero te harán sentir mal. Te sentirás un poco débil.

Iban por el pasillo del hospital hacia la habitación de Lyra. Lucio también estaba internado recuperándose de la herida recibida por Bruce. Se había salvado de milagro, habían dicho los médicos, pero no sabían que ese milagro era Súmmum. Le habían hecho creer a todos que había sido atacado por unos ladrones por robarle el auto.

– Al final, interviniste por Lucio - dijo Eldar - Rompiste las reglas.

Súmmum sacudió la cabeza y sonrió.

– No podía dejar que el chico muera por hacer una estupidez - dijo el ángel - Tuve que hacer un arreglo de todas formas.

Eldar se detuvo.

– ¿A que te refieres?

– No va a gustarte.

– Súmmum, solo dilo ¿Si?

– Tuve que negociar su salvación con Azrael. ¿Qué crees? No es sencillo.

– De acuerdo - dijo Eldar levantando las manos - Si vas a decirme algo malo dilo de una vez.

– Lucio trabajará para el Consejo de las Sombras.

Súmmum se lo había soltado de manera rápida, sin respiro.

– ¡Sabía que era malo!

– No será un miembro activo. Podrá participar de los entrenamientos y contará con el apoyo del Consejo, pero debe aprender mucho. Será otro Cazador, demostró tener coraje.

– No - dijo Eldar con el seño fruncido - Sé en que termina esto. ¿Quién será su pareja?

– Por ahora no tendrá pareja - dijo Súmmum bajando la cabeza - Se unirá a Alex y a ti para aprender.

Eldar arrancó a caminar con un humor que se lo llevaban los diablos. No podía creer lo que Súmmum le decía.

Ahora estaban a solo unos metros de la habitación de Lyra. Por suerte no había nadie en el pasillo, cosa que Eldar agradeció, ya que aún no reunía el coraje de enfrentarse a su padres.

– Solo será un tiempo - dijo Súmmum - No pude hacer otra cosa. Me pediste que lo salve ¿No?

– Te pedí que lo salves, no que me castigues a mi - dijo Eldar enojado - No sabes lo que es lidiar con Lucio. Voy a golpearlo un día. Además yo apenas entro en esto, no soy como Alex, aún debo aprender muchas cosas. No quiero tener que cargar con la responsabilidad de cuidar de él.

– Bueno... Tratemos de poner al mal tiempo buena cara. Yo iré a verlo ahora. Solo trata de calmarte y luego hablaremos de esto. Recuerda que yo también tendré que soportarlo - dijo Súmmum - Luego nos vemos aquí.

– De acuerdo - dijo levantando las manos para dejarlas caer en claro gesto de fastidio.

Eldar abrió lentamente la puerta y asomó la cabeza. Un suspiro de alivio salió de su pecho al comprobar que Lyra estaba sola.

Su rostro había recuperado el color y ya no tenía puesto el suero. Eldar sonrió al ver su mejoría. Estaba dormida, parecía estar relajada. Se acercó a la cama en puntas de pie y se sentó en el banquito tratando de no hacer ruido. La observó durante un momento preguntándose si podría escucharlo. Tenía tantas cosas que decirle. Principalmente pedirle perdón por todo lo ocurrido. No podía evitar sentirse culpable. Las imágenes de todas las cosas ocurridas en Argozz vinieron a su mente atropelladamente. De pronto sintió todo el cansancio junto. Sintió ganas de acostarse a su lado y abrazarla, quedarse dormido junto a ella. Lyra era su paz, lo sacaba de todos sus momentos de ira. Imaginó que lo mismo ocurría entre sus padres; Aline era la paz que Gêldar no tenía, por eso se complementaban.

Apoyó los codos en las rodillas y la frente en el borde de la cama. Realmente estaba tan cansado.

– Te amo - dijo apenas en un susurro - Perdón.

La mano de Lyra se movió por encima de las sábanas, inmaculadamente blancas, hasta su cabeza. Sus dedos finos se metieron entre el negro azabache de su cabello.

Primero no fue consciente de la mano que acariciaba su cabeza hasta que escuchó la voz suave de Lyra.

– No me pidas perdón - dijo en un susurro - Yo también te amo.

El corazón de Eldar se aceleró golpeando fuertemente en su pecho. Una mezcla de sorpresa y de alegría se arremolinó en su estómago en ese momento. No esperaba que estuviera escuchándolo y mucho menos que le hablara. Levantó la cabeza muy despacio y la mano de Lyra quedó en su mejilla marcada. Ella lo miraba con una sonrisa; el pelo castaño derramado sobre la almohada y los ojos brillantes por la emoción.

Tomó los dedos de ella entre sus manos y los besó suavemente en silencio.

– Ly... no sabes lo feliz que me hace... que estés bien - le dijo en un susurro entrecortado - Tenía tanto miedo por ti...

Se incorporó a medias para acercarse mas a ella. Apoyó un codo sobre la almohada y acarició con suavidad su pelo, su frente, su mejilla. Apenas unos centímetros lo separaba de su boca.

– Y yo tuve tanto miedo por ti - dijo ella con los ojos llenos de lágrimas.

– No importa eso ahora - susurró sobre su boca.

La besaba suavemente, como si tuviera miedo de lastimarla, como si esperara que ella lo detuviera.

– Súmmum estuvo aquí ayer - dijo Lyra en voz baja.

– No me dijo nada.

– Me contó algunas cosas. Se disculpó por ti. Me dijo que el Consejo te tenía absorbido y que estabas cansado. También me contó lo de Eysêll... y lo de Wolfgann... y Lucio hace un par de días. ¿Estas bien?

– Si. Es una historia larga. Lo importante es que tú estás bien. Cuando regresé y supe que Eysêll te había envenenado me desesperé - le dijo mirándola a los ojos.

– No recuerdo en que momento lo hizo.

– Yo tampoco. Mi padre la mató, pero esa es otra historia larga de contar. Él fue el que trajo el veneno de Eysêll para que Súmmum haga el antídoto.

– No es tan malo ¿Verdad?

Eldar negó en silencio.

– Me siento bien ahora - dijo ella a manera de consuelo.

– Cuando salgas de aquí nos iremos a descansar de toda esta locura. Solos. Sin que nadie sepa dónde estamos. Conozco un lugar hermoso al que podemos ir.

– Me encantaría - sonrió ella.

La miró un momento y se quedó en silencio. No sabía cómo tocar el tema de lo que había pasado . No sabía si ella estaba al tanto de que esperaba un hijo. Era algo difícil de encarar y no sabía cómo hacerlo.

– Tenemos que irnos lejos - dijo ella de pronto.

Se había acomodado en la cama de costado y lo miraba fijamente.

– Te lo prometo.

– Lejos de mis padres. Para calmar las cosas.

Eldar se apartó de ella unos centímetros para verla con mas detalle. Algo en su voz había cambiado y su expresión también era diferente.

– ¿De tus padres?

– Erik... me lo dijo. Luego ellos y yo tuvimos una charla.

– ¿Qué te dijo Erik? ¿De qué charla me estás hablando?

Eldar estaba desorientado en ese momento. ¿Qué tenía que ver Erik en todo esto?

Un rubor suave cubrió las mejillas de Lyra.

– Erik habló con Lucio ayer - dijo con voz temblorosa.

– ¿Y...? - Eldar trataba de ser cauto.

– Lucio le contó ...

– Dime... qué...

Lyra apartó la mirada, y una lágrima corrió por su mejilla en silencio. Un escalofrío corrió por la espalda de Eldar. Suavemente la obligó a mirarlo a los ojos. La mirada de él era cálida, no había restos de frialdad en ella. En ese instante supo que Lyra ya lo sabía y un suspiro de alivio salió de su pecho, mientras que otra vez quería golpear a Lucio para que dejara de meterse en sus asuntos.

– Que... estoy... voy a...

Eldar secó la lágrima de la mejilla de Lyra con la punta de los dedos y puso su índice sobre sus labios.

– Vamos... - le dijo sonriendo - Vamos... no voy a dejarte sola en esto...

Lyra cerró los ojos y suspiró profundamente. Cuando los abrió, se encontró con los ojos de Eldar  frente a los suyos.

– ¿Ya lo sabes?

Eldar asintió con la cabeza y la besó suavemente.

– Me muero de vergüenza.

– No digas eso.

– ¿No estás enojado?

Eldar suspiró profundamente y la observó un momento tratando de encontrar las palabras justas.

– No te voy a negar, que cuando Súmmum me lo dijo, casi me infarto - dijo él con un gesto de preocupación - Me sentí avergonzado por no haberte cuidado. Me enojé conmigo, era mi responsabilidad cuidarte. Discutí con mi tía por eso y me sentí terrible... pero ya está hecho. Ahora tenemos que seguir adelante... supongo que es lo mejor...

– La responsabilidad era de ambos - dijo ella ruborizada - No soy una niña ignorante... Nos dejamos llevar sin pensar. Pero si no quieres tenerlo... yo voy a respetarte... no quiero que te sientas obligado a...

Eldar tomó la cara de Lyra entre sus manos y frunció el seño.

– No vuelvas a decir eso - le dijo - Nunca te pediría algo así... Súmmum me dijo que éste niño salvó tu vida. Si no fuera por él, el veneno de Eysêll te hubiera matado en horas. Si está entre nosotros es por que así debe ser y soy feliz por ello. No importa que seamos demasiado jóvenes. Ly, nos conocemos desde niños. Para mi es como si toda la vida hubieras sido mi novia. Antes no me daba cuenta, pero siempre estuve enamorado de ti. Creo que no te vi de otra forma por miedo a perderte, a estropear nuestra relación. De la amistad se pasa al amor, pero del amor se pasa al odio. Estuve con muchas chicas pero ninguna me hizo sentir lo que tú me haces sentir.

Lyra sonrió y dejó que él la besara suavemente, sin decir nada. Se sentía rara, pero estaba feliz. Al principio había sentido mucho miedo de la reacción de Eldar y que se enojara al enterarse, pero ahora se sentía dichosa.

– No puedo creer que esto me esté pasando - dijo sonriendo - No se que va a pasar... pero no me importa nada... Si estás conmigo soy feliz. 

– Tu padre va a matarme cuando me encuentre. Ya lo saben ¿Verdad?

Lyra asintió con la cabeza.

– ¿Qué sabe Erik?.

– Se lo contó Lucio.

– Siempre metiendo las narices donde no debe.

– No te enojes con él - dijo ella acariciando su rostro - Es un poco metido, pero no lo hace por mal. Erik se enteró por mis padres también.

– ¿Que dijo tu madre?

– Todavía lo está asimilando, pero te quiere tanto que no está enojada. Creo que mas bien está preocupada por nuestro futuro como padres inexpertos.

Eldar sonrió, su expresión era distendida.

– A pesar de saber que voy a morir a manos de tu padre, estoy feliz. - dijo - Las cosas suceden por algo, Súmmum dice que todo pasa en el momento que debe pasar.

– Súmmum es un Ángel - dijo Lyra sentándose en la cama - Nunca creí poder ver uno y debo admitir que me los imaginaba diferentes, pero me agrada. Te amo tanto.

Lyra lo abrazó con fuerza colgándose de su cuello. Ambos estaban felices. Era cierto que eran demasiado jóvenes, pero Eldar estaba seguro de que encontrarían la manera de hacer las cosas bien. Aline tenía la misma edad que ellos cuando quedó embarazada de él. Pensó que su historia se repetía en ellos dos, aunque también esperaba que fuera diferente en varios aspectos.

Necesitaba quedarse así con ella y besarla por todo el tiempo que no lo había hecho.

– ¡Así que aquí estás por fín!

La voz del padre de Lyra sonó a espaldas de Eldar. Una sensación extraña lo recorrió desde los pies a la cabeza. Se quedó petrificado y se desprendió de ella como en cámara lenta. Sus ojos se cruzaron con del padre de Lyra que ya estaba dentro de la habitación.

– Papá, por favor - dijo Lyra.

– Se que no hice las cosas bien, pero voy a hacerme cargo. Le prometo que a Lyra no le faltará nada. Siempre estaré a su lado. Yo amo a su hija y se que esto es demasiado rápido y que aún somos muy jóvenes pero saldremos adelante.

Eldar hablaba rápidamente, lo hacía como si fuera su última oportunidad de defenderse antes de ser ejecutado. La expresión del padre de Lyra era seria, pero fue cambiando y su boca se apretó en un gesto que no estaba claro, si era una sonrisa, o una mueca de enojo. Sus cejas, que estaban ceñidas y casi juntas, se fueron separando y su mirada se volvió menos dura. Se acercó a ellos sin decir nada, mientras Eldar descargaba atropelladamente su nerviosismo, y se sentó en el borde de la cama.

– Muchacho, calma.

Eldar se calló abruptamente y se lo quedó mirando. El corazón golpeaba su pecho de una manera poco usual en él. Sintió los dedos de Lyra buscando su mano y los entrelazó fuertemente entre los suyos.

– La verdad es que no me esperaba esto - dijo el padre - Cuando me enteré quise matarte. Te salvó el hecho de que eres parte de la familia desde que eras apenas un niño. Supongo que mi mujer influyó para que no te mate. Erik me dijo que era un antiguo y que tú no eras de los que desaparecían. Se que eres bueno, pero Lyra es mi hija y tú me la estás robando.

– ¡Papá!

– Es una manera de decir. Supongo que estás asustado. Yo también lo estuve cuando me enfrenté a mi suegro para decirle que me casaría con su hija.

Eldar tenía los ojos muy abiertos, pero no se atrevía a decir nada. Era como si de pronto se hubiera quedado sin palabras.

– Solo quiero saber que mi hija estará bien...

Eldar tragó saliva, sentía la boca seca; ni en los momentos de más peligro en Argozz se había sentido tan nervioso.

– Yo amo a Lyra - dijo tomando coraje - Se que ya lo dije y no quiero ser repetitivo, pero es la verdad. Estaré a su lado siempre.

– Me imagino que van a casarse.

Eldar se quedó tieso; las palabras del padre de Lyra sonaban más como una orden que como una pregunta.

– ¡Papá! - protestó Lyra - ¡Claro que no!

La respuesta de Lyra impactó más a Eldar que las palabras de su padre.

– ¿No? - le dijo mirándola extrañado.

– ¡No! - volvió a decir ella - El casamiento es tan... formal. No me imagino en esa situación, sería... no se... no quiero casarme.

Eldar suspiró aliviado; si ella lo hubiera querido, él hubiese aceptado solo por complacerla, pero ahora que Lyra lo decía abiertamente reconocía que tampoco estaba en sus planes.

El padre de Lyra se quedó sin saber qué decir, no esperaba esa respuesta de su hija. Estuvo a punto de iniciar una discusión al respecto, pero sabía que cuando a Lyra se le metía algo en la cabeza era difícil convencerla de lo contrario.

En ese momento entró Erik con su mejor cara de pocker y se quedó parado mirándolos a los tres. Llevaba las manos en los bolsillos y los auriculares de su I Pod salían de sus orejas. Se dio cuenta de que la situación era tensa y se sacó los auriculares.

– Hola Eldar - dijo - No sabía que estabas. ¿Todo bien?

– Si, Erik, todo bien.

Erik miró a su hermana y luego a su padre. El tema de conversación estaba escrito en el aire y Erik era buen lector de ese tipo de situaciones familiares.

– Bienvenido a la familia - dijo chocando su puño con el de Eldar - Papá, me imagino que no estás con ese tema del casamiento, eso es antiguo.

El padre lo miró con ganas de matarlo. En cambio dejó escapar un suspiro profundo y se levantó de la cama.

– De acuerdo - dijo mirando de frente a Eldar - Hagan como les parezca. Pero si haces sufrir a mi hija de alguna forma, muchacho, te mato.

– No habrá necesidad - dijo Eldar con una media sonrisa.

– Voy a ver si encuentro al médico.

El padre de Lyra salió de la habitación dejándolos mudos a los tres.

Eldar y Lyra se miraron un momento hasta que ella comenzó a reír sin poder contenerse.

– No le veo la gracia - dijo Eldar.

– Porque no viste tu cara de susto.

– Cómo es posible que no llegué a tiempo para ver eso - dijo Erik divertido.

– ¡Cierra la boca, Erik! - dijeron ambos al mismo tiempo.

***

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