Adrienne Lively:
—Qué suerte tenemos amor, hay una alberca y demasiada privacidad... —con una sonrisa Landon abre la puerta y damos vueltas como una hermosa pareja recién casada.
—¿Crees que nos encuentren? —le pregunto con un poco de temor.
—Quizá si, quizá no. Solo...rodéame con tus piernas, me daré la vuelta y podremos...
—¡Landon! No soy hecha de elástico, no puedes nada más tirar de mí como...¡Oh! —me estoy riendo tanto por las cosquillas que me empieza a hacer que mi corpiño me corta el aire, la sonrisa de Landon es sexy y entrañable, es todo en este mundo y estoy tan feliz de que estemos finalmente juntos, y de nuevo tengo ganas de llorar.
Malditas hormonas...
—¿Estás llorando? Cariño, ¿hice algo mal? —me pregunta Landon totalmente preocupado mirándome fijamente, examinándome.
—Son las hormonas cariño, solo hazme el amor Landon y todo estará bien.
—Uh, cariño, así no funciona. Yo...tú...estás...llorando —agrega Landon mirándome con preocupación.
Su preocupación hace de alguna manera que mis lágrimas se transformen en risa.
—Este bebé va a matarme de felicidad, soy tan feliz en este momento, por eso estoy llorando, solo bésame...
Sus labios presionan nuevamente los míos en un simple y dulce beso, quiero más y mis uñas se clavan en el trasero de Landon.
—Ouuh, estamos haciendo esto ahora. De acuerdo, ¿Mencioné que eres increíble y que te amo?
—Sí y ahora vamos a tener que hacerlo antes de que alguien nos encuentre aquí —las puntas de sus dedos recorren la parte superior de mis pechos mientras él se desliza dentro de mi cuerpo, me arqueo en sus palmas, anhelando más.
Su longitud firme se presiona contra mi cadera y con mis dedos hábiles la libero, mi mano lo rodea mientras acaricio el acero revestido de terciopelo —Hay mucha tela aquí... —su risa se convierte en una fuerte inhalación cuando rozo la punta de su erección con mis uñas.
—Te deseo Landon, te necesito ahora.
Finalmente Landon logra quitarme las capas de tela que nos separa, acomodo mi pierna alrededor de su cadera y hace una pequeña pausa.
—Te deseo tanto, eres mi todo, mi novia, mi amiga inseparable, mi compañera en las risas y en las lágrimas. Eres mi esposa en cada sueño que construimos juntos, y mi amante en cada momento de pasión compartida. Pero sobre todo, eres la madre de mi bebé, no puedo imaginar mi mundo sin ti. Eres mi eternidad hecha realidad... —con eso Landon se hunde hábilmente en mi, me llena profundamente con su cuerpo, amor y pasión.
—Landon más rápido, más...
—Cualquier cosa por ti cariño, lo que sea —se mueve lentamente profundamente mientras se presiona a sí mismo dentro de mi, nunca nos hemos sentido tan cerca, cada movimiento me lleva más alto, me tienta más y más. Me estremezco contra sus punzadas urgentes, él gime mientras sigue con su ritmo, sus manos me acunan y sus labios encuentran mi garganta y chupa con fuerza mi suave piel.
—Adrienne...
Él pone una mano en frente de mi y usa la otra para continuar sosteniéndome, deja que sus dedos me lleven al éxtasis mientras sigue dando embestidas. Nuestros cuerpos se mecen juntos en tándem, la cadera de Landon golpea la mía causando una deliciosa fricción contra mi sensible grupo de nervios. El estrés del día desaparece, mientras mi esposo se pierde en la sensación de mi cuerpo y en el placer que me está dando.
—Eres perfecta, señora Downey.
Olas de placer y liberación se estrellan sobre nosotros dos y ambos soltamos quejidos silenciosos, él suspira temblorosamente y su cuerpo se relaja sobre el mío mientras que reparte pequeños besos en mi cuello, con cuidado sale y me abraza hacia él.
—Mi amor por ti crece cada día más, superando cualquier medida.
Al salir del cuarto en el que estábamos ,en el patio nos recibe una pareja para felicitarnos, parecen de la misma edad de nosotros. Aunque el chico es un poco más alto que Landon, tiene los ojos verdes, barba meticulosamente cortada y cabello castaño, un semblante enigmático, misterioso y serio. Mientras que la chica es de mi estatura, ojo claro, cabello marrón y una linda sonrisa. La chica parece más amigable que el sujeto, aunque Landon saluda al chico con efusividad.
—Vaya vaya Downey jamás creí ver este día... —le dice el chico mientras lo abraza con un semblante serio.
—Que te digo yo nunca imaginé ver al gran Alonzo Grant en un evento como este —le contesta Landon con una sonrisa.
—Digamos que le he dado una oportunidad a este tipo de eventos... —dice Alonzo con un tono sarcástico, observando el alrededor como si fuera un lugar de otro planeta.
—Ya lo veo amargado —suelta Landon con una carcajada viendo como su amigo parece estar no muy contento con tanta gente a su alrededor —Te presento a mi bella esposa, Adrienne Downey.
—Mucho gusto Adrienne, de verdad jamás creí ver a mi amigo casándose, pero debo de admitir que mereces un monumento por aguantarlo todos los días...
—Y lo hago con mucho gusto —contesto con una sonrisa sincera, dándole un pequeño beso a Landon en su mejilla.
—Ella es Arabella... —suelta Alonzo con una media sonrisa y un tono bastante misterioso, mientras toma la mano de la chica con suavidad.
—Mucho gusto Adrienne, te ves hermosa con tu vestido —dice con una sonrisa Arabella.
—El gusto es mío, a mi me encanta el tuyo Ara.
—Gracias... —puedo ver como sus mejillas se tiñen de rojo, sin duda alguna es muy bonita y aunque Alonzo no la presento como su pareja, se puede sentir la química de ellos dos desde miles de kilómetros.
—Bueno los dejamos para que disfruten, que tenemos una gran noche por delante... —dice Landon con una sonrisa brillante, no luce para nada cansado.
—Muchas felicidades y que disfruten su luna de miel —nos dice Alonzo con un breve asentimiento de cabeza.
Cuando nos alejamos de ellos y caminamos hacia la salida, mi curiosidad no puede más —¿Quién es él cariño?
—Es Alonzo Grant, un amigo que conocí en la universidad que actualmente es dueño de una cadena de hoteles.
—Oh, eso suena muy importante amor, ¿Siempre tiene ese semblante de seriedad en su rostro?
—No... —Landon se queda por un momento callado antes de continuar —Él era el chico más divertido que pudiste haber conocido, un chico popular pero precavido, siempre acompañado por sus otros dos hermanos. Él era uno de mis mejores amigos de la universidad y éramos cercanos realmente hasta que su madre falleció y se volvió otra persona, se alejo de todos. Incluso se inscribió en el servicio militar y perdió una pierna en el servicio, desde ese entonces el chico sonriente al que conocí desapareció. Ha sufrido mucho y no lo juzgo por tener ese semblante realmente, no me imagino ese sufrimiento pero me alegra que haya venido acá y más con una chica. Espero que esa chica lo ayude a sanar y que vuelva a ser el Alonzo que todos conocimos.
—Ya verás que así será cariño, esa chica parece tener un brillo especial...
Cuando es hora de partir, un carruaje nos espera a la entrada del castillo, es casi imposible poder contener mi grito de alegría.
—¡¿Conseguiste un carruaje?!
—Pero por supuesto, eres mi reina —afirma con convicción y una linda sonrisa.
Landon me toma en sus brazos, me lleva al carruaje donde me acomoda, me despido de nuestra familia y amigos que nos observan desde el jardín, gritándonos lo mucho que nos quieren y felicitaciones. Cuando el carruaje arranca, me recargo contra el hombro de mi esposo.
—Entonces, ¿a dónde vamos? No puede ser muy lejos en este carruaje.
—Hay una casa en el camino en la que nos quedaremos durante unos días.
En el momento en el que el carruaje se detiene, observo a mi alrededor en donde puedo ver una cabaña encantadora, rústica y hogareña. Sin duda alguna una cabaña muy romántica.
—No puedo creer que hayas hecho esto por mí... —soltaría en un susurro anonadada por sus acciones conmigo.
—Me alegra que te guste, espera a que veas la habitación, te va a encantar cariño...
—¿Intenta llevarme a la cama tan pronto, señor Downey? ¡Le hago saber que soy una chica precavida, eh!
—Bueno señora Downey, necesitamos consumar este matrimonio en una cama de verdad.
Mi risa burbujea antes de que pueda detenerla —¿No crees que es como cerrar la puerta del establo cuando los caballos ya han salido? —le comento mientras le doy una pequeña palmada a mi vientre —Ya tengo un pastelito en el horno, amor.
—Y no te voy a mentir, eres todavía más hermosa por eso.
—Te acabas de ganar muchos besos por eso...
Landon me ayuda a salir del carruaje y me lleva adentro, es sorprendentemente moderno para una estructura tan antigua. Él me lleva hacia la habitación, que tiene una decoración encantadora, y me tira suavemente sobre la cama.
—De hecho, vamos a quitarte este vestido, sé qué hacer para hacerte más feliz.
—¿Un helado de chocolate y un brownie?
—Cerca...
Después de ver cómo me desabrocho los botones del vestido, Landon se acerca y me ayuda a quitar las capas de tela de manera cuidadosa, vuelvo a caer desnuda con una sonrisa.
—Entonces, ¿qué es esta cosa maravillosa que tienes para mí?
—Un masaje, date la vuelta mi diosa y deja que te consienta.
—¡Eres demasiado bueno para este mundo!
—Lo sé, es mi cruz.
Landon saca un poco de aceite de un cajón junto a la cama, y lo calienta en sus manos antes de presionar los músculos tensos de mi espalda. Sus dedos se encajan en mi piel de una manera suave y sensual provocando un sentimiento de satisfacción en mi.
—Cariño, si hubiera sabido lo fácil que era excitarte lo habría intentado hace tiempo.
—Oh cállate, solo tienes que desnudarte y estoy lista para ti. Hablando de eso, ¿ya estás desnudo?
Landon no responde, solamente desliza sus manos sobre mi trasero y mis muslos. Las puntas de sus dedos están húmedos por el aceite y se deslizan para jugar con mis pliegues. Mi cadera se eleva para encontrarse con sus manos, pero se aleja.
—La anticipación es la mejor parte, ¿no crees?
—Hm...¿No?
Desliza sus pulgares en círculos lentos y perezosos alrededor del interior de mis muslos. Me hace dar la vuelta sobre mi espalda y juguetea con mi pelvis y cadera. Cuanto más se acerca a mi núcleo, más corta es mi respiración y cuando finalmente me toca en el lugar que me hace desearlo más, mi cuerpo explota de la cama.
—Adrienne...
En algún momento Landon se desnuda y desliza su cuerpo contra el mío, su miembro duro está ahora entre mis muslos.
—¿Estás lista para mí?
—Landon no termines, quiero que esto dure toda la noche. ¿Entendido señor Downey?
—Ok, sabes cual es mi debilidad, que tú me ruegues porque yo tampoco quiero que esta noche termine pequeña —su rostro atractivo desaparece de mi vista mientras pasa sus manos a lo largo de mi pecho y vientre.
Puedo sentirlo besándome tiernamente todo el camino, hacia mis muslos. Sus cálidos labios finalmente se unen a sus dedos en su delicado jugueteo. Se mueve lentamente, explora toda la gama de música que sus habilidades pueden robar de mis labios, hasta que se siente satisfecho con la colección de jadeos por mi parte. Su lengua se arrastra contra mi, lamiendo mi néctar y saboreando todo de mi excitación. Encuentra el lugar que me hace temblar de placer, se queda ahí dando vueltas y chupando con toda la paciencia de un hombre enamorado, apasionado y desesperado.
—Landon yo, te necesito....
—Entonces vente para mí...
Y con esas cuatro palabras me rompo, una inundación de placer caliente amenaza con ahogarme mientras me rindo al perfecto y experto Landon Downey. Me estremezco contra él y jadeo para respirar y cabalgo hacia la liberación más poderosa de mi vida. Pero tan pronto como puedo hablar, solo hay una cosa que quiero pedir.
—Te quiero ahora.
Landon parece aturdido, su dureza de mueva contra mi nuevamente y siento un deseo ardiente irradiando de él en ondas.
—Te amo Adrienne... —no pierde el tiempo en alinear su rígida longitud con mi entrada y me presiona profundamente, su embestida me envía de vuelta al borde, simplemente su manera de hacer el amor es frenético, sudoroso y exquisito.
El mundo a mi alrededor parece desaparecer, mientras todos mis pensamientos se enfocan en este momento perfecto. Después de cada profunda y estrepitosa embestida, él planta un suave beso en mis labios, sus ojos nunca dejan los míos, excepto cuando se cierran en éxtasis. Cuando finalmente jadeo mi apreciación una oleada de alegría me alcanza, él susurra mi nombre como respuesta. Chorros ardientes de placer surgen entre nosotros, no es hasta que mi corazón finalmente tranquiliza su frenética carrera y mis muslos han dejado de temblar, el mundo vuelve a estar a la vista. Landon está envuelto alrededor de mi cuerpo y acaricia mi cabello.
—Cuando regresemos a la civilización, ¿dónde vamos a vivir? —le pregunto soltando un suspiro.
—Sé que estás atada a tu departamento en Manhattan, así que podemos vivir ahí cariño.
—Podríamos, pero tú necesitas ayudar a tu padre con Industrias Downey —su suspiro golpea la parte posterior de mi cuello y yo aprieto con suavidad su mano que acaricia mi vientre.
—Sabes, siempre puedes abrir una oficina satélite en Nueva York si no quieres quedarte en Chicago.
—Bueno si hacemos eso, probablemente deba decirte que te tengo un regalo.
—¡¿Otro Landon?! Ya me has dado tanto...
—Sí bueno, sé lo mucho que significa tu departamento en Manhattan y como tenemos muchos recuerdos ahí, además de mi propio departamento, es donde todo empezó para nosotros. Así que los compré. Compré nuestros departamentos y los mandaré a conectar.
Mi mandíbula literalmente se cae, me lanzo hacia él y lo beso en la cara, lágrimas de felicidad se deslizan por mis mejillas, él me lleva absolutamente a mi nivel más profundo de felicidad.
—Cariño, ¿por qué estás llorando? ¿No estás contenta?
—Oh, Dios mío, estoy tan contenta. Son solo...las hormonas.
Se ríe y atrapa mis labios con los suyos, su lengua se desliza entre mis labios, jugando con ellos —Te amo, te amo y te amo.
—Yo te amo más, no puedo creer que estemos aquí, se siente como un sueño perfecto.
—Créelo, tenemos al menos cien años más de esta vida juntos.
Con una risa, me recargo con mis hombros sobre la cama y lo observo —¿Cien años?
—Y aún más en la próxima vida Adrienne, tú y yo para siempre, somos eternos tigresa.
Sellamos esa promesa con un beso y Landon y yo vivimos felices para siempre...