El capricho de amarte

By nacaridportal

3.5M 157K 102K

Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo... More

Sophia Pierce.
Ser rara está bien
Una dosis de vida
¿Has sentido el dolor?
Al carajo el futuro
Las personas no queman
Te necesito a ti
Tú también eres una princesa
Detrás de las estrellas
Fabricantes de esperanza
Ojalá nunca te vayas
Concéntrate en mí 😏
Gracias por sostenerme Julie.
A veces necesitas irte
Conociendo Christopher
Del cielo al piso
Mi innegable verdad.
Mucho más que el dinero
Para: Julie
Sonrisas y dolor
Mi sueño es ella
Mi solución en su sonrisa
Adiós a las reglas
Universo para dos
11:11 mi deseo eres tú
Nunca vas a ser tú
Érase una vez
Ebriedad
Somos más que el dolor
Solo de ti
¡Tuya!
"No voy a abandonarlo".
En busca de un sueño
Destruyó a la princesa
El mundo perdido
La leyenda de las estrellas
Duerme conmigo
El hilo rojo
Asco de mí
"El paso de las lágrimas"
Nunca más voy a sentirme sola
Tú nunca vas a terminar
Epílogo
Fin
Escalera al cielo
¿FIN?
El Capricho de Amarte - SEGUNDO LIBRO - La sombras de Sophia Pierce
Y conocí a una princesa
El presente - Sophia Pierce
Tres meses antes - Sophia Pierce
No todo tiene un precio - Sophia Pierce
Hay tristezas que no se van
EL ABIERTO DE AUSTRALIA
MÁS QUE UN SIMPLE JUEGO
Se acabó el juego
La Diosa del caos
Caos en mi interior
Julie Dash - Pasado
Julie Dash - Pasado
Heridas que vuelven
Un nuevo comienzo
JULIE DASH - CÍRCULO VICIOSO
Cantándole a las estrellas
La fiesta del descontrol
Enfrentar los miedos
La maga
11:11 mi deseo sigues siendo tú.
Heridas que se vuelven a abrir
JULIE DASH - TORPEZA
Sophia Pierce - Querer en libertad
Julie Dash - Montaña rusa de emociones
No supe desear
JULIE DASH - Encontrando mi voz
Sophia Pierce - Mi vida sin ella
JULIE DASH - Después del placer
SOPHIA PIERCE - DOS MESES DESPUÉS
Sophia Pierce / Celebrando a Paula
Sophia Pierce - Almas que te salvan
JULIE DASH - Pequeña eternidad
TE QUIERO DE VERDAD
TE ESCOGERÍA A TI
TE QUIERO LIBRE
EN OTRA VIDA SERÁ
LA MAESTRA DEL SEXO
"SOY TU PREMIO"
JULIE DASH - NO SOY TU CHICA
JULIE DASH - DE NADA
JULIE DASH - NOCHE DE EBRIEDAD
JULIE DASH - VERDADES
LAS REGLAS SON LAS REGLAS
Julie Dash -NO PUEDO VIVIR SIN TI
SOPHIA PIERCE - MILLONES DE EMOCIONES
SOPHIA PIERCE - PREMIO DE CONSOLACIÓN
LA ECUACIÓN DE DIRAC
JULIE DASH - DESPEDIDA
¿PODEMOS HACERLO DISTINTO?
SOPHIA PIERCE - INSTANTES PERDURABLES
QUIERO ESTAR CONTIGO MIENTRAS SANAS
Julie Dash - Antes del final
SOPHIA PIERCE - EL INICIO DE MIS PESADILLAS
SOPHIA PIERCE - NO SOY UNA ASESINA
SEAMOS SINCERAS
PENICILINA - SOPHIA PIERCE
5 MESES DESPUÉS
SOPHIA PIERCE - DEBO SOLTARLA, AUNQUE ME DUELA.
CONTINUACIÓN
¿GANARÍAS POR MÍ?
JULIE DASH - ANDREA VS SOPHIA
LA FINAL
KSENYA KHOKRYAEVA - LA ÚLTIMA VEZ
KSENYA KHOKRYAEVA - TU VIDA ES LA MÁS VALIOSA
JULIE DASH - LA ELIGIÓ A ELLA
KSENYA KHOKRYAEVA - MIS MURALLAS
JULIE DASH - "El Final".
SOPHIA NO TIENE FINAL
Para: los bebés del futuro De: Sophia Pierce
LIBRO 2 - JULIE DASH
Besar los Sueños
Cuando los conocí. Julie Dash.
Rotas en la irrealidad - Julie Dash
Para: Ksenya
Ksenya K. La vida sin ti.
Ksenya K - Cuando te conocí
Julie Dash - Realidad irreal
Julie Dash - Realidad Irreal

SUEÑOS QUE SE CUMPLEN

8.3K 438 856
By nacaridportal

SOPHIA PIERCE

Eran las cinco de la tarde cuando llegamos y estábamos a treinta grados bajo cero. El cielo estaba claro, pero pronto iba a anochecer. Estaba esperando llegar a un hotel lujoso como Ksenya acostumbraba. El viento se sentía fuerte, y fue ella la que me pidió bajar rápidamente la ventanilla, para que respirara el aire puro. Era mi primera vez en Canadá, la rusa había ido en reiteradas oportunidades. Me contó historias de sus vacaciones, habló de la primera vez que avistó un oso polar y las aventuras que había tenido con su madre y la hermanastra que falleció. Me gustaba escucharla hablar, que me contara lo que había vivido y que se alegrara como si estuviera viviéndolo de nuevo.

Cuando por fin llegamos todavía era de día y lo primero que divisé fueron varias cúpulas protegidas de la intemperie. El equipo de Ksenya nos pidió que no nos bajáramos hasta que estuviera todo listo. Imagino que hablaron con los dueños y enseguida, unos diez minutos después nos escoltaron hasta la cúpula que nos correspondía.

Caminamos por la nieve hasta pasar por la puerta de una cúpula de vidrio transparente, era la más grande del lugar, adentro teníamos baño, una cama, mi guitarra, la maleta, y todo lo necesario para una experiencia de lujo en medio de la nada. Desde adentro de la cúpula podíamos ver los pinos y la nieve cubriendo todo a nuestro alrededor, incluyendo la orilla de la Bahía de Hudson. Nuestra habitación era más como una mini casa. Contábamos con dos camas que estaban pegadas haciendo una y cuando Ksenya las vio enseguida me dijo: «Se pueden separar, tranquila». «Con este frío lo que querré es que duermas sobre mí», le respondí sin pensarlo y luego de decirlo me arrepentí por cómo había sonado. Ella sonrió... «ya quisieras, artista» respondió a mi comentario.

Enseguida una anfitriona de piel blanca y ojos verdes, entró a explicarnos que la cena la traerían a la habitación, pero que también contaban con una cabaña por si queríamos comer allí. Nos explicó cómo se usaba la calefacción y que no había wifi, estábamos desconectadas, pero nos dijo que teníamos cornetas integradas y se conectaban por bluetooth. Durante toda su explicación no dejó de mirarme la boca, incluso me dejó su número diciéndome que si llegaba a necesitar algo, le escribiera.

-¿Y cómo te va a escribir si no hay wifi? ¿No te dotaron de cerebro tus padres, cierto? Eso no vino en tu genética -le dijo Ksenya y me quitó el papel que acababa de entregarme.

La chica ni siquiera respondió y se dispuso a salir despidiéndose de mí. Cuando estuvimos solas, Ksenya rompió el papelito en varios pedazos y cuando la fulminé con la mirada, se excusó:

-Ni siquiera es linda. -La vi voltear los ojos.

-No tienes porqué tratar a la gente de ese modo.

-Entonces ve y consuélala. -Señaló la puerta.

-Si pudieras ser con otros como eres conmigo...

-¿Quieres que toque a otros como te toqué a ti? -me interrumpió-: Ni siquiera sé si soy buena, o es que tú eres precoz. -La vi reírse y se dirigió a la puerta-. Voy a dar una vuelta, debajo de la almohada hay algo para ti. -Sin más salió de la cúpula dejándome sola.

«Te preguntarás por qué hemos viajado y por qué estás en el medio de la nieve congelándote. Si todo sale bien llegaremos de día y leerás esta carta antes de que anochezca. Así que procederé a orientarte: Quise devolverte, al menos por un rato, al sitio donde sé que te sentirás en casa. Vas a poder ver las estrellas lejos de la ciudad, desde esta cúpula te sentirás más cerca de tu planeta. Estamos en uno de los pocos puntos más altos del mundo donde se puede ver mejor la magia del universo. Si te soy honesta, estamos en uno de los tres mejores lugares del mundo para que veas las estrellas. Si buscas debajo de la cama, tendrás mi otra sorpresa.

No quiero que dejes de ser tú, por eso, te he traído el cuadro que estabas pintando. Te falta culminarlo y sé que te cuesta estar bien cuando dejas un cuadro por la mitad. Adelante, termina el cuadro. Volveré al anochecer».

Dejé la nota sobre la cama y revisé debajo para encontrar el lienzo junto al caballete, cerrado. La pintura era Julie, la estaba pintando durante los últimos días y no imaginé que sería capaz de traerla al viaje.

Me recosté en la cama intentando pensar. El ruido del viento traspasaba las ventanas, me sentía en medio de la nada y la sensación era agradable, a pesar del frío.

Ni siquiera sé cuándo comencé a pintar, pero las horas fueron pasando y yo seguía perdida en la pintura, dibujando sus facciones, dibujándola a ella. Imaginando que posaba para mí, como en los viejos tiempos que ahora solo se repetían en mi imaginación. Terminé el rostro de Julie y me quedé en ella, en una catarsis de la que salí cuando Ksenya entró con dos tazas de chocolate caliente, devolviéndome a mi realidad, sin ella. La sensación fue triste, como si hubiese perdido algo que nunca más regresaría, y viviera de aquellos momentos que se limitaban a recuerdos.

Cuando me volteé a mirarla entendí la sorpresa.
Abrí la boca sin poder creérmelo, pero era cierto. Estaba impresionada y la emoción me paralizó.

Jamás me imaginé estar tan cerca de uno de mis sueños más grandes y allí estaba, observando auroras boreales por primera vez.

Mi mente no podía procesarlo, la emoción se hacía latente no solo en mi cuerpo, sino en mi espíritu . Mi corazón golpeaba con fuera, dejándose llevar por la sorpresa, por la iluminación del cielo, por su sonrisa con hoyuelos dedicada exclusivamente a mí y el saber que había hecho tanto para hacerme feliz.

En el exterior se estaba produciendo una colisión de partículas procedentes de la atmósfera solar y la atmósfera de la tierra, y gracias a ello las sombras espaciales flotaban sobre los hemisferios norte y sur.

Ella lo había hecho posible.

Le conté uno de mis mayores sueños en un juego de cartas, y lo había hecho realidad.

-Cada vez que hablabas de auroras boreales lo hacías pensando en Finlandia o incluso Alaska -la oí decir acercándose a mí y dejando una taza en mis manos-. Por eso te traje a Canadá, para que no te lo imaginaras y lograr captar la sorpresa en tu rostro e inmortalizarla, ¿no te lo esperabas, verdad? -me preguntó, entrecerrando los ojos sin dejar de observarme-. Te tomé una foto y la mandaré a imprimir. Tu sonrisa es mejor que todo tu arte.

-Gracias por...

Antes de que pudiera continuar, me interrumpió:

-¿Sabes que muchas personas viajan persiguiendo auroras boreales y ni siquiera logran verlas? Por eso escogí este sitio. Quería que no hubiese falla y aquí en este rincón del mundo hay auroras boreales trescientas noches al año -explicó observando por el cristal, pero yo la estaba observando a ella.

Sin pensarlo envolví una de mis manos alrededor de su cuello y la atraje hacia mí obligándola a que me mirara y eso hizo.

Nos miramos por un momento y su mirada era tan intensa que tuve que obligarme a no retroceder.

-Pido un tiempo.

-No puedes -aclaró y su voz sonó baja, como si le costara pronunciar cada palabra.

Sus ojos seguían observándome con más intensidad de la que pude soportar. Se veía segura, y al mismo tiempo un atisbo en sus ojos me hacía dudar sobre aquello que pasaba por su mente.

Hubiese pagado lo que fuera por saber qué estaba pensando.

El cabello recién pintado de azul hacía contraste con el cielo fluorescente que teníamos de fondo. Sus ojos me desafiaban y la vi apretar la mandíbula. Apartó los mechones de su cara y traté de hacer una oración coherente.

-Sí, puedo. Solicito un tiempo -fue lo único que pude decirle.

El aire entre nosotras estaba tenso. Me sentía confundida, abrumada. Había muchas cosas pasando dentro de mi mente y quería comprender, pero en ese momento fue ella quien envolvió una de sus manos alrededor de mi cuello y dio un paso hacia mí. Exhalé saboreando su aroma, su perfume logró colarse hasta colapsar mis sentidos. Era adictiva y teniéndola tan cerca me di cuenta de que seguía emanando autoridad y dominio, pero también observé confusión en sus ojos azules que ya no eran fríos, y se tornaron más oscuros.

-No quieres solicitar un tiempo ahora mismo, Sophia -la oí decir y todo rastro de ternura desapareció de su voz dando paso a un tono ronco que no reconocí, pero que provocó estragos en mi interior-. No lo hagas -fue lo que dijo y ninguna de las dos bajó la mirada.

Sus manos seguían alrededor de mi cuello y las mías fueron bajando hacia sus caderas. Estábamos tan cerca y aun así el aire que nos separaba se sentía como cuchillos. Necesitaba más proximidad.

Desde que comencé a pintar había conectado mi celular al sistema de sonido, pero desde que ella entró, la música ni existía. Nuestra orquesta se centraba en la respiración entrecortada, y los latidos de mi corazón.

Podía decir lo que quisiera, pero ella también estaba alterada.

-Solicito un tiempo -me obligué a decirle de nuevo.

-Entonces dilo -respondió con frialdad sin eliminar el contacto visual-. ¿Qué es lo que quieres saber? -preguntó, acariciando mi clavícula con sus nudillos.

-¿Qué es lo que sientes por mí? -Puse mi mano en su pecho y solo entonces me di cuenta de que no era la única con el corazón desbocado.

-Adoro los placeres sencillos, y tú te has convertido en uno.

-No me contestes con evasivas.

-¿Decir qué siento no sería reducirnos a lo probable? Me gusta más aquello que no se puede comprobar como ese planeta del que dices que vienes. No tengo forma de saber si dices la verdad, y aun así escojo creerte.

-Key.

-No me gustan los diminutivos, Sophia.

-Respóndeme entonces, Khokryaeva. -Esta vez fui tajante y la acorralé contra el vidrio, impidiéndole el paso con mis brazos-. No sé qué quieres de mí y merezco saber qué sientes.

-No quiero nada de ti.

-Sí, y tal vez ese es el problema.

-No lo entiendo, te expliqué, te traje el cuadro de la persona que amas y ya lo terminaste, te hice cartas explicativas que especifican que no necesito nada de ti.

-¿Y qué pasa si yo sí lo necesito?

-¿Qué exactamente es lo que necesitas? -respondió Ksenya con otra pregunta y su tono sonó a reto.

-En principio saber si soy esa amiga que es como tu hermana, o si me deseas como mujer -hablé claro, dejando escapar un suspiro cansado antes de añadir-: ¿Qué es lo que sientes?

-Oscar Wilde dijo que los placeres sencillos son el último refugio de las almas complicadas.

-Me interesa saber lo que piensas tú, no Wilde.

-Pienso que cambiaría todos los orgasmos de esta vida por atardeceres a tu lado.

Sus ojos en ningún momento dejaron de mirarme y siento que por unos segundos dejé de respirar.

-¿Significa que me ves como amiga y por eso no necesitas los orgasmos? -Quise saber.

-Significa que el sexo es lo que más me llena después del tenis y ahora ocupa el tercer lugar, porque tú, sin duda, eres el primero.

-¿Sabes que siempre que me das una respuesta me creas más dudas?

-¿Y no son las dudas las que hacen que se eleve nuestro espíritu, artista? La vida sería muy aburrida si damos todo por sentado. -Se mordió el labio y sus ojos volvieron a verse claros.

Su tonalidad cambiaba con su estado de ánimo y quise adivinar cuál matiz de color era el de la excitación.

Y no sé si era Ksenya o quizá la cantidad de tiempo que tenía sin sexo, pero lo que estaba pasando estaba provocando que me excitara. Ella estaba diciéndome probablemente lo más hermoso que le haya dicho a alguien en su vida, y lo valoraba, pero al mismo tiempo, quería besarla hasta dejarla sin labios.

Y que las siguientes declaraciones se hicieran a través del cuerpo y no de forma verbal.

Me acerqué más a ella, pegué mi frente a la suya y esperé. Los silencios no eran incómodos entre nosotras. Intenté buscar sus ojos y cuando subí mi cara para observarla, los tenía cerrados. Estaba respirando con dificultad como si necesitara contenerse. Pasé mi pulgar por sus labios rozándolos con delicadeza. Sus ojos se abrieron y sentí que quería atravesarme con la mirada. No me detuve. Con mi lengua rocé sus labios, haciendo lo mismo que ella hizo conmigo en el autobús.

Con la punta de mi lengua, dibujé sobre la silueta de sus labios y tuve que contenerme para no besarla.

Volví a mirarla y sus ojos se veían de un gris oscuro.

-Creo que deberíamos salir y disfrutar de las auroras en el exterior -a oí decir, pero no me detuve.

-No vamos a salir a ningún lado.

Acaricié su nariz con la mía en un gesto delicado y con mi pulgar seguí detallando sus labios superficialmente ahora que había dejado de hablar, aunque quería seguir haciéndolo con mi lengua.

-Afuera se ve mejor -aseguró en un susurro.

-Tengo la vista que deseo, pero si necesitas huir te recomiendo que te vayas ya, no respondo de lo que pueda hacerte a partir de ahora.

-¿Es una amenaza? -la oí preguntarme y sentí su lengua sobre mi dedo pulgar, que seguía acariciando sus labios.

Exhalé un poco porque la respiración se me estaba dificultando. Era como si quisiera respirarla a ella, embriagarme de ella, y dejar de pensar. Callar mis dudas y hacerlo por todas las ganas que sentía.

Mi cuerpo la reclamaba y yo también.

-Key... -logré decir, cuando sentí que introdujo mi pulgar dentro de su boca de forma lasciva.

-No deberíamos hacer esto. -Sus palabras chocaron con mi parte coherente, mientras jugaba con mi dedo lamiéndolo de forma provocativa-. ¿Estás segura de que es a mí a quien quieres tener? -fue lo siguiente que dijo sacando mi dedo de su boca, y señaló el lienzo.

Vi el cuadro de Julie, vi sus ojos, vi sus labios, vi su alma a través del lienzo y era cierto, no debía hacerlo, no podía hacerlo.

No podía porque con Noah yo no lo amaba como pareja. Lo amaba como amigo y fue fácil entenderlo, más no aceptarlo. Con Julie era lo opuesto. Nunca había amado a nadie así y no podía traicionarla.

El sexo es intimidad, es entregar tu alma a la otra persona, o al menos es lo que mi madre me enseñó, y ahora estaba tan excitada que quería hacerlo, sin pensar en ella, sin pensar en Julie.

Me despegué de Ksenya, dispuesta a salir de la cúpula y cuando estaba a punto de irme, ella me haló del brazo y con la otra mano volteó el cuadro para que ninguna de las dos pudiera verlo.

Mi cuerpo quedó rozando el suyo y sus ojos me examinaron, antes de decir:

-Hoy no hay nadie más, solo nosotras, después, la tendrás a ella para siempre. -Lo siguiente que sentí fue su boca rozando la mía y así, tan cerca, pude irme, pero no lo hice, me quedé esperando su siguiente movimiento y ella habló-: Querías una respuesta, aquí la tienes.

Me besó con intensidad, nuestras lenguas se mezclaron, rozándose, jugando entre ellas de forma dulce, con ternura, hasta que lo tierno dio paso a lo abrupto. Me besó con rudeza, rasguñándome el hombro mientras me pegaba más a su cuerpo. Sentí cómo me mordía los labios, sacándome sangre y luego, comenzó a besarme lento, para después volver a subir el ritmo y llevarme a un vaivén de emociones. De lento, a rápido; de violento, a tierno, de tierno a pasional. Un beso en el que comencé a sentir que por fin, Ksenya estaba derrumbando cada una de sus barreras. Sus manos sostenían mi cara, al tiempo que me besaba con sed, con lujuria y a la vez con cariño...
Con amor.

Una de mis manos bajó descendiendo hacia su cintura y no pude, no me bastó con quedarme allí. Inconscientemente fui hacia sus muslos, apretándolos. Quería sentirla. Subí hacia sus pezones y la escuché gemir entre mis manos. Apreté sus senos y seguí dando vueltas con mis dedos sobre sus pezones, haciendo círculos, reconociéndolos y aguantando las ganas de tenerlos en mi boca. La oí contener un quejido sobre mis labios y por un momento bajó la velocidad de su beso, hasta que me mordió y fui yo la que soltó un quejido. Le quité el sweater sin poder controlarme y fui hasta ese sitio que me estaba tentando. Mi lengua acarició sus pezones y gemí del placer al tiempo en que ella se aferraba a mi espalda, apretándome. Me metí uno de sus pezones en la boca esperando ser frenada, pero no pasó y jugué con mi lengua sobre él, sobre ellos hasta apretarlos hacia el centro y metérmelos y succionarlos ambos. Mi lengua se movía por impulso.

La escuché gemir mientras mis manos la tocaban, y con mi boca iba metiendo y sacando sus senos, chupándoselos.

No sé qué estábamos haciendo, no sé si era un error, pero no quise detenerme.

Sus uñas acariciaron mi cara, como si tratara de dibujar mis facciones en ella para dejarlas grabadas en su interior. Su dedo fue dejando caricias en mi boca y decidí bajar el ritmo, a pesar de que estaba excitada, por un momento fueron mas las sensaciones que mi simple deseo de arrancarle toda la ropa.

La canción que sonaba era: Wish We Had More Time - Alice Boman.

Me dejé llevar por Ksenya, por la delicadeza con la que acariciaba mis labios y entreabrí la boca extasiada por su tacto cuando introdujo su pulgar en el interior de mi boca. Lo succioné lentamente, y la excitación recorrió mi cuerpo. Ella lo metía y lo sacaba, entrando y saliendo de mi boca con una sensualidad que no debería ser legal. Estaba enloqueciéndome con los mínimos movimientos, con el erotismo que emanaba y que era capaz de controlar sin rudeza, sin esfuerzo.

Metió otro dedo en mi boca sin dejar de observarme, sus ojos azules grisáceos me miraron intensamente y me perdí en ellos, mientras chupaba sus dedos. Vi que inconscientemente entreabrió la boca, su respiración se escuchaba más fuerte, entrecortada, con el sonido exacto para llevarme al límite del placer.

Sacó los dedos de mi boca para volver a besarme y sentí su lengua jugando con la mía, seduciéndose, entregándose, y queriendo más.

-Besarte se siente mejor que en mis sueños.

-Dijiste que nunca sueñas.

-Y es cierto -respondió mirándome directamente a los ojos-: No tengo sueños cuando duermo, pero sí sueño despierta.

Tuve que parpadear varias veces para organizar mis pensamientos. Ksenya se veía extremadamente hermosa con sus facciones de diosa y el cabello cayéndole hasta cubrir los senos. Con su piel blanca mate como de porcelana. Y esa vez fui yo quien la besó, quien exploró con cada beso, mordiéndola, apretándola, aferrándome a su cuello y explorando hasta que mi mano bajó desde sus senos hasta su ombligo y acaricié su ropa interior antes de apartarla hacia un lado. Cuando toqué su entrepierna la vi retorcerse de placer. Había tocado sus pliegues superficialmente y mis dedos estaban empapados, la escuché gemir pero apartó mi mano y me empujó recostándome de la cama para luego, subirse sobre mí.

-No puedo hacerlo -me dijo con su boca sobre la mía y ambas manos sujetándome la cara.

-Quieres hacerlo tanto como yo.

-No quiero. -Me soltó de forma abrupta, y se sentó en la cama.

-No lo entiendo -habló la Sophia excitada, la que quería más y soné molesta hasta que traté de controlarme-. ¿Ya descubriste lo que sientes?

-Sí -respondió cortante-. Y no siento nada más que una amistad.

Nota de autor: este capítulo se iba a llamar: no me excitan las mujeres, pero... hice un cambio de título. Jajaja el capítulo es el mismo. Solo quise cambiar el título. Para que no se confundan.

1. Parte favorita
2. ¿Es posible que Ksenya la vea solo como una amiga?
3. ¿Qué piensan hasta ahora?
4. ¿Ksenya o Julie? 😂 Sophi lo tiene difícil.

L@s amo.

Continue Reading

You'll Also Like

956K 154K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
166K 14.8K 58
La vida de Kate tiene dos problemas ahora mismo: 1. Le gusta su mejor amiga hetero. 2 . Su banda se quedó sin lugar para ensayar. El regreso de clase...
3K 271 20
ㅤ۪ㅤ⊹ 𝖴𝗇 𝖽𝖾𝗍𝖾𝖼𝗍𝗂𝗏𝖾 𝗒 𝗎𝗇 𝖺𝗉𝗋𝖾𝗇𝖽𝗂𝗓 𝖾𝗇𝗏𝗎𝖾𝗅𝗍𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗒 𝗆𝗂𝗌𝗍𝖾𝗋𝗂𝗈𝗌