Comenzando De Nuevo ©

By MarianB04

231K 14K 501

•••BORRADOR••• Libro 1. Segundas Oportunidades. Damián y Valeria se enamoraron a primera vista. Unos cuantos... More

1. Mi realidad.
2. Donde todo comenzó.
3.La playa.
4. Quiero, quiero hacerlo.
5. Celos y un te quiero.
6. Primer mes juntos.
7. Fuegos artificiales.
8. Te amo.
9. La fiesta.
10. Mía.
11. Pequeño olvido que puede cambiarlo todo.
12. Desconfianza.
13. Reconciliación.
14. Una bendición.
15. Todo estará bien.
16. El principio de una vida juntos.
18. Un sueño...
19. Promesas.
20. El mejor día de nuestras vidas.
21. Melanie.
22. Accidente.
23. ¿Quién soy?
24. No pierdas la fe.
25. Mi ancla.
26. Nube de humo.
27. Lobo con piel de cordero.
28. Te creen muerta.
29. Penetrantes ojos azules.
30. Un milagro.
31. Una familia, mi familia.
32. Secuencia fotográfica.
33. La decisión.
34. Let her go.
35. Divorcio.
36. Mi hogar.
37. Comenzando de nuevo.
38. Cerrando círculos.
39. Ella, siempre ella.
Epílogo: Nuestra vida, un sueño.
Especial de Navidad
Historia de Iker y Estefanía
Volver a ti
Fuerza México e Islas del Caribe!!

17. Sí, quiero casarme contigo.

4.7K 314 2
By MarianB04

El verano se acercaba, tenía ya casi tres meses de embarazo, mis clases terminaron y como cada semestre, me fue muy bien. Con las chicas habíamos salido a celebrar nuestro último día, eso sí, sanamente. Las náuseas poco a poco iban desapareciendo y según lo que nos habían dicho en la última consulta, ya pronto habrán desparecido. Damián cada día estaba más emocionado y moría por verme con el vientre crecido.

Teníamos claro que necesitamos tomar decisiones pronto, no podíamos estar siempre en la casa de sus padres, aunque ellos nos han repetido hasta el cansancio que les alegra tenernos ahí. Mis suegros no veían la hora de conocer a su nieto o nieta, ya comenzaron las apuestas para ver quien le atinaba al sexo del bebé. En ocasiones cuando estábamos reunidos, pasando un agradable momento, sentía nostalgia de mi familia... extrañaba mucho a mis padres, a pesar de todo, nada me gustaría más que vivir esta etapa junto a ellos.

Desde el accidente, hace casi un mes, no he hablado con papá y aunque muchas veces se ha intentado acercar, me había estado negando. Aún estoy muy dolida por su rechazo, por el rechazo a mi bebé, mi pequeña mancha que cada día crece más. Después de lo sucedido, quiso seguir apoyándome con la universidad, intento pagar la inscripción del próximo año y abrir de nuevo la cuenta para las colegiaturas, pero rechace la oferta, finalmente conseguí la beca de excelencia  académica, ya me las arreglaría con lo demás.

—Respetare tu decisión, princesa... Sabes que cuentas conmigo y que no te faltara nada, ni a ti, ni a nuestro bebé—Había dicho Damián cuando le conté. Cosa que causo nuestra primera discusión. Se negaba a dejarme trabajar, y yo me negaba a dejar que él se hiciera cargo de todos los gastos, incluidos los míos.

—Se razonable, Damián, no puedes cargar con todo... no me sentiría cómoda siendo una mantenida—Señalé con enojo, entendía su punto pero él tenía que entender el mío.

—Pero no eres una mantenida, Valeria, es mi responsabilidad velar por ustedes—Insistía.

—No lo veo así, no se me hace justo que tu cargues con todo... además no me afecta en nada trabajar—Estaba comenzando a enojarme enserio, era necio y no entendía razones.

—Por el amor de dios, estás embarazada ¿Dónde carajo piensas trabajar? Lo único de lo que tiene que preocuparte ahora es cuidar de ti y el bebé, no pienso dejar que te expongas de esa manera—Espetó alterado, comenzaba a levantar la voz, en cualquier momento sus padres vendría a ver qué ocurría.

—Estoy embarazada, no inútil-Grite de vuelta. Gruño y se paso las manos por el rostro, exasperado.

Seguimos gritándonos cosas por largo rato, hasta que la señora Susan intervino. No llegábamos a nada, ninguno quería dar su brazo a torcer. Salió dando un portazo, dejándome enojada y presa de las hormonas que enseguida hicieron su trabajo, inundando mis ojos de lágrimas. Mi suegra se limitó a acariciar mi espalda, tratando de tranquilizarme. Sabía que no debía dejarme llevar de esa manera, hace alrededor de un mes del accidente y aunque ya estaba fuera de peligro, no podía arriesgar a mi bebé de esa manera.

—Tomate esto, te ayudara a tranquilizarte—Murmuro entrando de nuevo a la habitación con una taza de té. Cuando me serene, salió dándome espacio para pensar en lo sucedido. 

Odiaba pelear con Damián, me hacía sentir muy mal, triste... con el embarazado todo se multiplicaba y cualquier sentimiento de maximizaba. Pase toda la tarde dándole vueltas a lo mismo, sabía que Damián tenía algo de razón... con el embarazo sería difícil trabajar, ni que decir cuando la universidad comience nuevamente, seguro será muy pesado. Pero por otro lado, no me cabe en la cabeza de dejar todo sobre él, no me parecía en absoluto justo y me aterraba la idea de ser una carga para él.

No sé en qué momento me quede dormida, unas suaves caricias en mi rostro y dulces besos, me hicieron despertar. Un ramo de rosas blancas, estaba frente a mí al abrir los ojos.  

—Perdón, no quiero pelear contigo, princesa... eres todo para mí y odio saber que te hice sentir mal—Murmura con un dejo de culpa en su voz.

—Está bien... yo tampoco te lo puse fácil-Acerca sus labios a los míos y deposita un casto beso-Son preciosas—Murmuro, agradeciendo el detalles.

—Como tú...—Dice con una tierna sonrisa. Ya no hay rastro del enojo que sentía hace un rato, ahora solo siento una cálida opresión en mi pecho, su sonrisa siempre me da sosiego. —Tengo algo que proponerte—Me tenso enseguida y antes que diga algo, habla de nuevo—Espera, primero escucha y luego repelas ¿bien? —Asentí riendo por su advertencia—Estuve pensando toda la tarde pensando en lo que hablamos hace rato, entiendo tu punto princesa, pero quiero que también entiendas el mío... —Iba a rechistar y pone un dedo en mis labios callándome— después de lo que paso hace un par de semanas y lo cerca que estuvimos de perder a nuestro bebé, no quiero exponerte... por eso pensé que podemos llegar a un acuerdo, creo que independientemente de donde, ya decidimos comenzar nuestra vida juntos—Asentí estando de acuerdo—Considero que lo mejor -y espero estés de acuerdo-, es que mientras nuestro bebé esté creciendo dentro tuyo, guardes reposo y disfrutes del embarazado, después, cuando nazca y estemos más establecidos, puedes buscar un empleo...—Sopese su propuesta por un momento. No era mala idea pero...

—¿Y mientras este embarazada qué? Son muchos gastos los que se nos vienen encima y no quiero que cargues con todo...—Expuse de nuevo, rodo los ojos riendo por mi terquedad.

—Preciosa, sabes que mi sueldo en la empresa es muy bueno, créeme que no tendremos problemas económicos y podré darles, todo lo que se merecen—Afirmó. —Incluso si gustas y te sientes más cómoda, puedes tomar como un préstamo los gastos que sean para la universidad—Me conocía muy bien, sabía que por ahí encontraría algo que decir.

—No sé...—Murmure finalmente después de pensarlo un momento.

—Anda, princesa... déjame consentirte y mimarte mientras nuestra personita llaga—Pone esa mirada a la que me cuesta decirle no, es  un tramposo de primera. Río y ruedo los ojos dándome por vencida, por esta vez dejare que se salga con la suya.

—Bien...—Una enorme sonrisa se formó en su rostro—Pero apenas nazca el bebé, te ayudare con los gastos—Asintió y pego sus labios a los míos, depositando un suave beso.

Los siguientes días pase de un lado a otro, acompañando a Teffie de tienda en tienda buscando un vestido para el baile de fin de curso. Mi hermana estaba empeñada en encontrar uno verde esmeralda y aunque habíamos recorrido cada una de las tiendas, simplemente no habíamos hallado el bendito color. Mientras tomábamos un descanso en la cafetería de siempre, me platicaba como estaban las cosas en casa; mi padre, según, estaba muy triste por el distanciamiento y ni que decir de mamá. Mi abuela es quien los consuela, diciéndole que me dieran tiempo... Aun no estaba lista para verlos, para hablar con ellos, necesitaba un poco más para superar lo sucedido.   

Después de la discusión con Damián y nuestro acuerdo, habíamos estado viendo opciones para el futuro, decidiendo si nos mudaríamos antes o después del nacimiento del bebé... conforme el tiempo pasaba, la realidad de ser madre, de tener mi propio hogar se hacía más tangible, menos lejana... Estaba felizmente aterrada por lo que venía, por comenzar una nueva etapa que si soy sincera no esperaba que llegara tan pronto... pero confiaba en que todo saldría bien, que Damián y yo sabríamos llevar las cosas.

—¿Por qué no vas a venir? —Pregunte frunciendo el ceño, Damián llevaba días extraño y hoy ni siquiera iba a venir a comer, siempre se hacía tiempo para acompañarnos en la comida aún si mi suegro no venía.

—Porque tenemos muchos pendientes, princesa—Me sonó más a pretexto que cualquier otra cosa y refunfuñando colgué. Anoche llegó muy tarde y la noche anterior salió después de una misteriosa llamada. No quería hacerme ideas pero, maldita sea, él no solía comportarse así y moría de miedo de que él pueda conocer a alguien más, de que ya no me quiera tanto y me considere una carga...

Esa noche cuando llegó, apenas y se despegó de la computadora para cenar, intente en más de una ocasión entablar conversación pero solo me contestaba con monosílabos. Irritada me acosté temprano sin probar casi nada en la cena, mi suegra me veía con confusión pero no pregunto nada. Cuando entro a la habitación, fue directo a bañarse, un momento después su celular comenzó a sonar como cada noche en los últimos días... no pude con la duda y lo tome justo en el momento que dejaba de sonar, alcance a ver el nombre, Selma. ¿Quién fregados era ella? Nunca la había escuchado nombrar. Un momento después entro un mensaje que pude leer aun bloqueado, del mismo contacto.

"Guapo, te tengo una sorpresa. Te veo, mañana ;)"

Sentí como si el mundo me cayera encima, ¿Quién era esta mujer que le hablaba así a Damián? Cuando escuche que el agua dejo de caer, deje el celular donde estaba y regrese a la cama fingiendo dormir. No pude evitar soltar un par de lágrimas, y cuando se recostó a mi lado, rodeándome por la cintura, me encogí imaginando la posibilidad de que pueda tener algo con la tal Selma. Para cuando desperté, él se había ido. Estuve callada toda la mañana, Alexa había intentado averiguar que pasaba pero solo negaba, no quería sentirme estúpida diciendo mis sospechas en voz alta.

—Hija, voy a la empresa a llevarle unos papeles a León ¿Quieres venir? —Me pregunto la señora Susan, a media mañana. Acepte sin dudar, quería comprobar que Damián estuviera ahí y no con la tal Selma.

Cuando llegamos a las oficinas, como siempre, había mucho movimiento por todos lados, conocía casi a todos, antes venia mucho con papá... papá, pensando en el raro comportamiento de Damián, olvide que puedo encontrármelo en cualquier momento aquí. Mi suegra entró a la oficina del señor León, mientras fui hasta la de Damián donde justamente entraba una despampanante chica rubia con un traje muy ajustado color gris... Espere a que cerrara la puerta y  me acerque a Sonia, su secretaria.

—Valeria, que gusto verte por aquí—Saluda en cuanto me ve.

—Sí, tenía tiempo sin venir... ¿Esta Damián? —Pregunte, fingiendo no haber visto nada.

—Está en una reunión ahora... lo siento pero me pidió que no lo molestara—Dijo con nerviosismo. ¿Enserio? No puedo creer que lo esté cubriendo.  

—¿Sabes si tardara mucho? —

—No me dijo, pero en cuanto salga le digo que pasaste a verlo—Me dio ganas de gritarla un par de cosas por encubrirlo, por ser parte de la traición de Damián.

—Solo dime una cosa...—Debió notar el cambio en mi voz, porque frunció el ceño confundida—Su "reunión" —Entrecomille la palabra—¿Es con la tal Salma? —Por su expresión supe que así era, ni siquiera tuvo que responderme. —Déjalo, acabas de darme la respuesta...—Espete enojada, me di la vuelta sin decir más con las lágrimas a punto de salir... Dios mío, Damián tenía algo con la tipa esa...

—Valeria, no es lo que piensas...—Dice alarmada. La ignore y corrí por los pasillos hasta el ascensor, cuando se abrieron mi padre salió con uno de los directores de marketing.

—Hija...—Preocupado, se acerca a mí al verme llorar. —¿Qué tienes princesa? —Ni siquiera lo pienso y me lanzo a sus brazos, que me rodean enseguida—Vamos a mi oficina—Dice y me arrastra dentro, bajo la atenta mirada de las secretarias que murmuraban entre ellas.

Me dio un vaso de agua y después de un momento logre calmar los sollozos que no había podido contener.

—¿Qué sucedió, hija? —Preguntó preocupado, sin soltarme.

—Creo que Damián... me engaña—Logre decir, haciendo que más lágrimas salieran. No terminaba de creerlo, no lo concebía haciendo algo así pero su actitud de los últimos días y la reacción de Sonia al preguntarle sobre ella, me lo confirmaron.

—¿De qué hablas? Si ese muchacho te adora, aunque me duela reconocerlo—Niego, sollozando de nuevo. —Sh, sh, tranquila... explícame porque piensas eso, cielo—Como puedo le cuento su actitud de los últimos días y lo que paso hace un momento con Sonia. —¿No crees que estas sacando conclusiones antes de tiempo? —Pregunta conciliador.

—No, yo vi los mensajes que ella le enviaba... cuando lo llamaba y salía de la habitación para que no escuchara... lleva días tratándome distante—Digo enojada.

—Sinceramente no creo que él te esté engañando, mi amor, deberías hablar con él...—Antes que siquiera terminara ya había negado.

—No, no quiero verlo nunca—Tal vez estaba exagerando un poco, pero me dolía en el alma tan solo imaginar que está haciendo Damián con ella, justo ahora. Me repugnaba solo de pensarlo.

Le pedí a papá que me llevara a casa, cuando llegamos me acompaño a mi antigua habitación y se quedó conmigo todo el rato, al principió intento convencerme de hablar con Damián, el juraba que había una explicación pero me negaba rotundamente a verlo. Mamá Tina y Teffie, nos miraron confundidas cuando llegamos juntos, sin embargo respetaron mi espacio y nos dejaron solos.

—Vamos, preciosa... no haz comida nada en todo el día, eso no le hace bien ni a ti, ni a mi nieto—Murmuro con ternura, sonreí sin poder evitarlo al oírlo referirse a mi bebé.

—¿Dijiste...?—Me sonrío con culpa y deposito un beso en mi frente.

—Te debo una enorme disculpa, bebé... fui tan tonto al tratarte de esa manera, tenías toda la razón, era un hipócrita... pero enterarme que mi bebé iba a tener un bebé, me volvió loco, no podía con la idea de que ya tendrías tu propia vida, tu propia familia... aún no estaba preparado para perderte—No había tenido una conversación así con mi padre desde que me entere que estaba embarazada... era reconfortante.

—Me dolió mucho tu rechazo... el haberlos decepcionado...—Murmure, asintió con el rostro desencajado.  

—Lo sé, hija y no tienes idea de lo arrepentido que estoy... de todo lo que dije... quiero que sepas que en absoluto estoy decepcionado de ti, al contrario, estoy orgulloso de ver a la mujer en la que estas convirtiéndote... la manera en como defendiste a tu bebé frente a nosotros y peleaste por esa beca—Sus palabras me estaban haciendo llorar de nuevo, solo que ahora de emoción por escucharlo hablar así. —Mi niñita, ya es toda una mujer y nada me gustaría más que me perdonaras, que me dejaras ser parte de tu vida nuevamente... estar a tu lado cuando ese pequeño que llevas en tu vientre nazca—Abrace a mi padre como hace tanto no lo hacía y sentirlo nuevamente dándome su apoyo, junto a mí... fue indescriptible.

—Yo también quiero eso... te quiero de nuevo junto a mí, como cuando era pequeña—Me separo de su pecho, depositando un beso en mi frente.

—Siempre, pequeña, siempre... perdóname por no estar cuando me necesitabas—También él lloraba y como pude limpie sus lágrimas riendo.

—No tengo nada que perdonarte, sé que no era el momento y entiendo perfectamente su reacción... no tienes idea lo que significa para mí, saber que ya no estás enojado conmigo—Niega y me abraza con fuerza otra vez.

Hacer las paces con papá fue un gran alivio para mí, sentí como si me hubieran quitado un peso de encima. Todos en las casa se emocionaron cuando nos vieron bajar riendo y mamá me abrazó pidiendo perdón también. Por fin recuperaba a mis padres. La alegría que sentía estando rodeada de mi familia y en los brazos de papá, había hecho que olvidara por un momento lo sucedido con Damián, hasta que Teff pregunto qué paso y porque estaba allí... les conté con tristeza mis sospechas y al igual que papá, ninguna creía que Damián me engañara, todos decían que había una explicación. Posiblemente me estaba ahogando en un vaso de agua y realmente no había nada de qué preocuparse, pero no podía sacar de mi cabeza la idea de él con otra y su extraño comportamiento, tal vez ya no era suficiente para él... tal vez estaba conmigo por obligación.

No quería volver a esa casa, no quería verlo en estos momentos... Papá me ofreció quedarme y acepte de inmediato, quería permanecer junto a ellos. Damián me estuvo marcando todo el día pero no le conteste, Teffie hablo con él y le dijo que iba a quedarme esta noche, que no quería verlo por ahora. Por supuesto no entendió o se hizo el que no entendió porque estaba actuando así, pero mi hermana logró convencerlo para no venir, argumento que lo mejor era dejar que hiciera las paces con mi papá. Fue bueno dormir en mi antigua habitación, sintiendo la protección que esas cuatro paredes siempre me habían brindado.

Al día siguiente no supe nada de él en toda la mañana, ni había intentado llamarme ni me había buscado... eso rompió más mi corazón, pensando que estaba con la tal Salma, que quizá le hice aún fácil las cosas regresando a mi casa... no pude evitar derramar más lágrimas.

—Fuiste tú, quien dijo que no eras de esas chicas que se hacían ideas tontas... quién crucificó a Damián cuando pensó lo peor de la situación con Erick... no hagas lo mismo, hermana—Dice Teff acostándose a mi lado.

—Pero no es lo mismo, nunca le di motivos para que dudara y él me ha dado varios en los últimos días... yo vi cuando esa mujer entraba a su oficina, sabes que no importa cuán ocupado este, siempre sale a verme aunque sea un momento y ese día hasta Sonia se puso nerviosa cuando le pregunte... además están esas llamadas misteriosas y aquel mensaje, estoy segura que hay algo entre ellos—Refute, negó incluso antes que terminara.

—Estoy segura que habrá una explicación...—

—Lo dudo—Rueda los ojos y deja de insistir, sabe que cuando me ponía de terca no hay nadie que me haga cambiar de opinión.

Mamá Tina dice que es el embarazado el que me trae así, más sensible que nunca e imaginando cosas donde no las hay... pero no me estoy imaginando nada, estoy casi segura que Damián la prefiere a ella por ser más bonita y más flaca, sin nada que lo ate o asfixie. Por la tarde, mamá me obliga casi, casi a acompañarla en sus diligencias, refunfuñando me monto con ella en el carro.

—Hombre ni porque vas a ser madre pronto, se te quita lo berrinchuda, niña—Dice con diversión y ruedo los ojos.

Se suponía que íbamos al centro comercial pero entro a una de los residenciales vecinos al nuestro, cuando le pregunte me dijo que solo iba a dejarle algo a una amiga. Las casas eran bonitas, ni tan grandes como las nuestras pero tampoco pequeñas, con jardines grandes y muy modernas... se respiraba un ambiente tranquilo y libre de todo el bullicio de la ciudad, al final se vislumbraba un pequeño parque rodeado de muchos árboles, perfecto para hacer un día de campo.

Nos estacionamos en una de las casas cercanas al parque. Era de dos pisos, color crema, muy bonita con un jardín un poco más grande que las primeras, tenía un balcón con vista al parque y acabados muy elegantes... quede fascinada.

—Es hermosa ¿Quién vive aquí? —Pregunte con curiosidad. Mamá soltó unas risitas pero no me contesto enseguida.

—Ten—murmuro entregándome un sobre blanco—Baja esto por mí, iré a dar la vuelta—Me miraba raro, sonriendo como niña que hizo una travesura. De mala gana me baje y antes de arrancar dijo—Esta abierto, no es necesario que toques—¿Quién deja su casa abierta? Pensé.

Abrí las rejas y camine hasta la puerta de entrada, como bien dijo mamá estaba solo emparejada así que con algo de timidez, abrí... ni bien lo hice el olor a canela y manzana inundaron mi sosas nasales, en medio de la que suponía era la sala, estaba lleno de pétalos y velas aromáticas que iluminabas tenuemente un camino hacia las escaleras... con una revolución de sentimiento y confundida seguí el sendero trazado, observando todo a mi alrededor, la casa era enorme así vacía pero al igual que el frente, muy hermosa.

El sendero iluminado terminaba en la habitación del fondo, que tenía la puerta semi-abierta... con el corazón latiendo a mil por hora y los nervios alterados, abrí la puerta encontrándome a un Damián caminando de un lado a otro que en cuanto me vio se detuvo mirándome con asombro y un mensaje escrito con pétalos de rosas en el suelo.

¿Quieres casarte conmigo?

—¿Qué...?—Intente hablar peor las palabras se atoraban en mi garganta, estaba anonadada, sorprendida...

—Princesa—Murmura, acercándose de inmediato. Toma mis manos entre la suyas y las lleva a sus labios, haciendo que nuestras miradas de conectasen—Oh por dios, practique esto infinidad de veces—Dice para sí, lo miro confundida, no dando crédito a lo que mis ojos ven, cuando iba a hablar comenzó el de nuevo—Valeria... sabes que desde el momento que te conocí me hechizaste... desde la primera vez que te vi, quede completamente perdido en tu mirada... te lo he dicho en un par de ocasiones y no tienes idea cuanto deseaba hacerlo oficial... Eres lo más importante para mí, son lo más importante—corrige, tocando con suavidad mi vientre—Y quiero que todo el mundo lo sepa, quiero presentar como lo que he soñado desde el principio, como mi esposa...—Sin perder la conexión de nuestras miradas y sin soltar mis manos, se hinca frente a mí— Princesa, me concederías el honor de ser mi esposa, de unirnos ante dios y ante nuestras familias... ¿Quieres casarte conmigo? —Pregunta con la voz tan solemne que me conmueve enseguida, la respuesta no tarda en salir de mis labios, en automático, sin siquiera dudar un momento.

—Sí... si quiero casarme contigo—Murmuro hincándome frente a él, saca de su pantalón una pequeña caja negra, donde un precioso aniño está guardado... con delicadeza lo pone en mi dedo y después lo besa con ternura. Nunca había visto ese brillo en su mirada, nunca lo había visto así de emocionado, de feliz...

Continue Reading

You'll Also Like

430K 38.4K 60
Cuando Rosalyn Drescher salió esa mañana de su casa, aprovechando la ausencia de su padre, no esperaba chocar de bruces contra uno de los hombres más...
147K 16.4K 31
Peter tuvo un amor de película que resultó ser un drama. Gwen vivió una historia de novela que acabó con un amargo final. ¿Tras dos grandes historia...
9K 717 11
¿Solo estara jugando conmigo? Creo que es la forma más dolorosa que tienes para desquitarte con los demás
357K 25.2K 42
Todos pensaban que él seguiría los pasos de su hermano e iría como un manso corderito a que lo crucificaran en el altar. Pero todos estaban equivoca...