Adrienne Lively:
Al día siguiente me despierto feliz y contenta, hasta que me doy cuenta que tengo que enfrentar a Jay y Kath.
—¡Me van a odiar tanto! —exclamaría en un suspiro hacia Landon.
—Cariño, ¿estás bien? —preguntaría Landon junto con un pequeño bostezo debido a que lo desperté.
—Lo voy a estar, si mis mejores amigos no deciden matarme...
—¿Sabes que voy a estar ahí contigo, verdad? Ahí estaré, a tu lado en cada momento Adrienne —diría Landon con una linda sonrisa que me transmite amor y comprensión.
—Lo sé y soy afortunada cariño —le contestaría mientras le doy un suave beso en sus labios de los cuales me he convertido en adicta.
Me preparo para salir de la habitación y me dirijo directamente al restaurante. Puedo observar a mis mejores amigos sentados en una mesa, así que me acerco con cautela hacia ellos.
—Hola, chicos... —comentaría con una sonrisa, como si nada hubiera pasado.
—Nos volvemos a encontrar. Esta vez, espero que en circunstancia más agradables —agregaría Landon con una media sonrisa.
Mis amigos sonríen, pero no dicen absolutamente nada. Landon me da una mirada alentadora.
—¿Quieres que me quede nena? —preguntaría Landon sujetándome suavemente por la cintura.
—No te preocupes cariño, estaré bien. Puedo con esto —susurraría en su oído para tranquilizar el ambiente.
—De acuerdo, entonces voy a buscar a mis amigos. Volveré en un rato... —Landon se va dejándome un beso mientras se despide de mis amigos.
Me siento en la silla más cercana pero ellos solo me miran fijamente, si las miradas pudieran matar yo ya estaría a seis metros bajo tierra.
—Está bien. Para empezar, quiero decir que lo siento. No existe excusa que justifique lo que hice. Si tienen alguna pregunta, la responderé o al menos lo intentaré.
—Ok. Primero ¿Todavía eres virgen como pensábamos que lo eras? Responde sí o no —preguntaría Jay con evidente confusión reflejada en su rostro.
—Uh...No...
—¡Lo sabía! —gritaría Jay sobresaltándose en su lugar, señalándome con una sonrisa que trata de disimular discretamente.
—Sigo con la pregunta. ¿Con quién fue tu primera vez? —preguntaría Kath con la misma mirada seria.
—Fue con Landon ¿Importa?
—Oh, sí importa —contestaría Jay con mirándome directamente a los ojos.
—¿Te acostaste alguna vez con Troy?
—Saben que no... —respondería con frustración al ver su pequeño interrogatorio.
—¡Oh, lo siento! En realidad no lo sabemos porque todo este tiempo pensábamos que tu novio era Troy, no eres del tipo de persona que sale con dos al mismo tiempo, Adrienne. Entonces, ¿cómo podríamos haberlo adivinado? —exclamaría Jay con indignación y decepción.
No tengo nada que responder ante eso y no quiero enfadarlos más, así que sacudo mi cabeza en negación y miro hacia mi regazo.
—¿Ibas a terminar a Troy por Landon, verdad? —cuestionaría Kath con una triste sonrisa.
—No, iba a terminar con Troy porque no estoy enamorada de él. Estaba enamorada con la idea de estar con un hombre que mi madre aprobaba.
—¿Cómo demonios te ligaste a Landon Downey? Trabajo contigo, siempre estamos juntas cuando salimos y nunca han estado cerca ¿Cómo paso?—preguntaría Kath sin poder creerlo.
—No puede haberte conocido ayer, te dice cariño y sabía mi nombre. Ni siquiera me había conocido antes y además ¿cómo diablos sabe Landon Downey de Troy? —agregaría Jay con confusión.
Al notar la lluvia de preguntas, decidiría explicarles toda la historia, platicarles que el chico que conocí la primera noche en Forever era él y que una aventura de una noche se convirtió en una de meses. Al terminar mi pequeño relato ambos están sorprendidos.
—Landon Downey...el playboy más asediado de Nueva York...¿es el hombre adecuado para la tranquila y dulce, Adrienne? —preguntaría Kath con una sonrisa traviesa.
—Él es más que eso. Landon me salvó, vivía mi vida por todas las señales del destino equivocadas y él me demostró que podía vivirla por mí misma. Desde el momento que lo vi en el balcón, pude sentir una extraña conexión con él, que simplemente me dictaba que Landon era el único que podía tener la llave para mi corazón y cuando lo volví a ver en Forever algo en mí cambió. De pronto quería ser alguien más que no fuera la chica que mi madre creo. Así que salí y fui por lo que yo quería y él me acepto.
—¿Eso fue esa noche? —preguntaría Kath con boquiabierta.
—Sí, se supone que debía ser una aventura de una noche, luego fue de dos, tres...Y ahora estamos en la número cuarenta. Y aun así, cada día que pasamos juntos, hace que me enamoré de él un poco más, cuando estoy con Landon el tiempo pasa volando y desearía que se detuviera. Landon es leal más allá de lo que se dice.
Landon me mira desde el otro lado del restaurante, donde está en el bar con sus amigos. Me dedica una mirada llena de amor, pasión y respeto que simplemente me encanta. El amor y la aprobación en su cálida sonrisa derrite mi corazón en formas que nunca creí posibles.
—Y otra cosa...sabía que debía sentirme culpable. Hice algo que muchas personas considerarían imperdonable. Pero por mucho que lo intenté, no pude. Sentí que Landon y yo estábamos compartiendo algo perfecto.
—¿Algo como amor? —preguntaría Kath extasiada por la historia que acabo de contarles.
Vuelvo a buscarlo con la mirada y Landon se está riendo por lo que parece la broma de uno de sus amigos. La alegría de su cara me llena de ternura y afecto que jamás logré imaginar que tendría por algún hombre.
—Así es...
—¿Por qué no nos dijiste? —indagaría Jay con curiosidad.
—Lo intenté honestamente pero no me creyeron en ningún momento. Sé que debí intentarlo más, sin embargo tenía tanto miedo de lo que podrían pensar de mí —admitiría con un nudo en mi garganta debido a lo cobarde que fui con mis mejores amigos.
—¿Él era quien no quería hacerlo público, verdad? Eso tiene sentido, Landon Downey quería mantener su imagen de soltero... —aseguraría Jay con una mueca en su rostro que denota inconformidad.
—No, al contrario, era yo. Lo lastimé mucho con las malas decisiones que tomé chicos, una vez cuando vinieron tuvimos una discusión porque él no quería seguir ocultándolo pero realmente me asustaba mucho perderlos, pensé que podía arruinar nuestra amistad, entré en un dilema y no supe qué hacer. Quiero decir, no esperaba que Landon fuera el tipo de chico que buscaba una relación pero hemos estado juntos por meses.
—Landon dijo algo sobre la mejor cita de su vida, en la entrevista con Kath. Él dijo que fue en Alaska...¿fue contigo? —preguntaría Jay con una linda sonrisa en su rostro.
—Sí, me llevó ahí para que pudiéramos estar juntos sin temer que nos vieran otras personas.
—¿El fin de semana en el que nos dijiste que saliste de la ciudad por trabajo? Oh Dios Adrienne. ¿Cuántas mentiras nos dijiste? ¡Se supone que somos tus mejores amigos!—cuestionaría Kath con indignación.
—Lo sé y realmente lo siento Kath —le diría sintiéndome apenada.
—Y esa vez que llegaste a mi departamento no fue por Troy, ¿verdad? —preguntaría Jay conectando todos los puntos de la historia.
—No, había encontrado a una mujer en el departamento de Landon. Intentó explicarme las cosas, pero yo no lo quería escuchar
—Déjame adivinar, ¿su prima? —consultaría Kath con un toque de misterio en su voz.
—En efecto...
—Bueno eso explica lo de la entrevista.
—Chicos, sé que lo sigo diciendo, pero de verdad lo siento. Hice de esto un desastre. Nunca quise mentir, solo no sabía qué hacer.
—¿Así que estás definitivamente enamorada de él? —interrogaría Kath con una pequeña sonrisa.
—Estoy desesperada y profundamente enamorada de él. En cuento pueda, se lo diré —afirmaría con una sonrisa brillante en mi rostro, ya que realmente creo que es la primera vez que lo externo fuera de mi mente y el sentimiento es liberador.
—¿Crees que él sienta lo mismo? —indagaría Jay con un toque de preocupación.
—Lo creo.
—Esto parece una telenovela y de las buenas chicos. Un soltero perpetuo enamorado de una chica inocente y además la chica tiene un novio y resulta ser que el soltero es el amante increíble —exclamaría Kath con su característico tono bromista.
—No puedo esperar a pasar tiempo con él como mi novio oficial. Y quizá, algún día algo más... Si las cosas siguen como lo han hecho hasta ahora, quiero todo. Una vida acompañada de Landon Downey...
—¡Wow! Esto es mucho viniendo de ti nena, estoy impresionado por el hechizo que te hizo Landon —plantearía Jay dándole un pequeño sorbo a su café.
—Estoy impresionada, pero no sorprendida. Ustedes tienen, de hecho, una química extrañamente perfecta —agregaría Kath.
—Sí, solo espero que ustedes puedan perdonarme.
Mis amigos comparten una mirada y después tengo dos pares de ojos mirándome fijamente.
—Supongo que no es tu culpa por completo. Si no hubiéramos chismorreado tanto sobre él o reírnos de ti esa primera vez, entonces quizá nos hubieras dicho antes —expondría Jay con una mirada apenada.
—¿Sabes que solo estaba bromeando cuando dije que tener algo con Landon y no decirnos sería suficiente para que nuestra amistad terminara, fue mentira verdad? —me preguntaría Kath con un tono preocupado en su voz.
—Si Kath.
Los tres al mismo tiempo nos levantamos de nuestros asientos y nos acercamos para un abrazo grupal, sé que todo estará bien y es algo que realmente confortante para mí saber que el trío imperfecto ha regresado a la normalidad.
—Cariño, si eres feliz, nosotros nos alegramos por ti. No salgas lastimada, ¿ok? —afirmaría Kath regalándome otro abrazo.
—Y si te lastima, ¡le patearemos el trasero! —gritaría Jay con una pequeña risa malévola.
—¿Supongo que el asesinato ya no está sobre la mesa? —preguntaría Landon acercándose hacia nosotros con una brillante sonrisa.
No lo había escuchado acercarse detrás de mí y mis amigos voltean a mirarlo fijamente con una mirada asesina.
—Si la lastimas, te lastimaremos a ti más rápido de lo que te imaginas —apuntaría Jay a Landon, con un tono más grave de lo normal.
Esta escena es realmente graciosa, considerando que Jay solamente le llega al pecho a Landon...
—Lo recordaré, he estado queriendo conocerlos desde hace meses. ¿Les dijo, Adrienne? —afirmaría Landon, dándome un pequeño beso en mi cabeza.
—Y estábamos en shock, de hecho. No teníamos idea —anunciaría Kath con una mirada sorpresa hacia Landon.
—¿La perdonaron? —indagaría Landon con precaución.
—Oh guapo, todavía va a pagar por esto. No se quedará sin castigo, pero aun así la amamos —le confesaría Jay con un guiño a Landon.
Suelto una pequeña risa porque finalmente me encuentro con mis mejores amigos y con el hombre que amo en una bonita convivencia, en estos momentos me encuentro plena, disfrutando de las sonrisas de las personas que más quiero y valoro.
—Así que ya es tiempo de hablar —soltaría Landon con un toque de misterio.
—¿Hablar?, ¿sobre qué? —preguntaría un poco preocupada al ver la seriedad reflejada en sus ojos azules.
—Nada importante, solo necesito saber ¿Dónde te quedarás por el resto del viaje? —preguntaría Landon con un tono serio en su voz y tomando un semblante más cerrado.
—¡Oh! ¿Me puedo quedar contigo? —preguntaría con un tierno mohín en mis labios y dándole una mirada de niña pequeña.
—Claro cariño, solo no quería asumirlo sin presionarte o que pensarás que ya estaba creando planes por ti.
—Ugh, alto. Ustedes ya son insoportablemente lindos —diría Kath con una sonrisa.
—Genial, ahora siéntense y ordenen algo de comer tortolitos, nosotros los dejaremos para que disfruten de su tiempo de pareja oficial —exclamaría Jay dándome un guiño.
Después del desayuno, me doy cuenta de que aunque quiera evitar a Lilian y a Troy, necesito mi ropa.
—Necesito ser valiente e ir por mis cosas que se quedaron en la habitación Landon...
—No, no vayas a enfrentarte con ellos, ni siquiera merecen verte. Te puedo comprar ropa nueva sin ningún problema cariño —soltaría Landon con enfado.
—Landon, ¡no puedes seguir comprándome ropa! —exclamaría con un poco de exasperación al ver la salida tan fácil que le ve a los problemas.
—¿Por qué no? No veo cuál es el problema de querer comprarle ropa a mi novia.
—No se trata de eso Landon, se trata de que tengo ropa aquí y tarde o temprano tenemos que enfrentar nuestros problemas no solamente evadir de ellos, además de que no quiero ser dependiente de ti.
—Pero no veo cómo comprarte ropa te hace menos independiente...
Casi sonrío ante sus pequeños gruñidos pero me mantengo fiel al rumbo.
—Voy a ir por mis cosas, tigre —diría en tono meloso acercándome a él queriendo sacarle una pequeña sonrisa.
—Al menos déjame pagar la cuenta de la habitación hasta hoy al medio día, no quiero que Troy piense que le debes algo —afirmaría Landon dándome un beso que me deja sin aliento.
—Suena perfecto, pero te lo pagaré.
—Eso es irrelevante e innecesario señorita Lively, es un pequeño precio que estoy dispuesto a pagar para poder pasar el fin de semana completo contigo.
Sintiéndome mimada, me inclino y beso a Landon de una manera especial, masajeo sus labios y su lengua con la mía de una forma dramática, queriendo demostrar a las personas que me rodean que el hombre que tengo enfrente es solamente mío. Es un beso cursi, como los que se ven al final de una película romántica pero es un beso que disfruto cada segundo.
—¿A quién quieres impresionar con un beso como ese tigresa? —preguntaría Landon, sosteniéndome firmemente por mi cintura de manera posesiva.
—Solo a ti ¿Funcionó? —preguntaría tratando de ocular una traviesa sonrisa.
—Más de lo que crees...
Así que con una sonrisa plasmada en mi rostro, me dirijo hacia mi habitación.
Solo espero que no arda Troya...