Adrienne Lively:
Sobre nosotros se encuentra la aurora boreal que está bailando en el cielo de una forma espectacular. No puedo creer que estoy viendo esto envuelta en los brazos de un hombre que es igual de magnífico que la aurora boreal.
—¿Te gusta? —preguntaría Landon con ilusión evidente plasmada en sus ojos.
Simplemente respondo presionando mis labios contra los suyos en un ardiente y emotivo beso. Él me acerca y acuna mi cabeza en sus cálidas y fuertes manos.
—Así que supongo que eso es un sí —contestaría con una hermosa sonrisa mientras que lágrimas de felicidad comienzan a formarse en mis ojos.
—Nunca he visto algo tan impresionante en toda mi vida. Las fotos no le hacen justicia a tan maravillosa escena —me ruborizo de manera lenta para darle otro beso lleno de emociones indescriptibles.
—Entonces, ¿valió la pena este viaje? —preguntaría Landon con un pequeño toque de preocupación.
—Landon, esto es mejor que cualquier cosa que pudiera haberme imaginado —confesaría extasiada al ver en donde nos encontramos.
—¿Arruinaría este momento si te dijera que te deseo? ¿Que quiero hacerte sentir tan bien que ni siquiera estas lucen podrían compararse? Si te dijera que eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida y me cuesta toda la voluntad que tengo ahora no hacer el amor aquí y ahora—anunciaría Landon con una mirada llena de convicción mirándome fijamente a los ojos.
—Yo te deseo con todo mi ser Landon Downey, también quiero que nos olvidemos de todo, que solamente seamos el dueño del otro por un inolvidable momento, que simplemente nuestras almas sean una sola y se amen sin ninguna barrera—admitiría mirándole con la misma convicción.
—Soy tuyo Adrienne, me tienes...
Pronto, la ropa de ambos queda tirada al azar en la habitación de la cabaña. Nosotros nos quedamos en el cálido balcón, mi cuerpo encima del suyo en una amplia silla. El aire helado me pone la piel chinita, pero la cálida boca de Landon me calienta por donde pasa y desde adentro.
—No podemos quedarnos mucho tiempo aquí afuera o nos congelaremos. Pero antes de eso, quiero hacer que te derritas —confesaría en un tono de voz que me eriza la piel en segundos.
Su boca se detiene en la punta de mi pecho y succiona ansiosamente, Sus manos, al mismo tiempo acarician mis curvas de una manera que mi cuerpo ya reconoce a la perfección al dueño de dichas caricias. Cambia de lado y acaricia el otro con su pulgar, le da un suave golpecito y me pone los nervios de punta. El calor de nuestros cuerpos y el cálido y permanente deseo entre nosotros es lo único que nos separa del áspero y helado viento.
—¿Te dará mucho frío si voy más abajo? —preguntaría dejando besos en mi vientre.
—Creo que puedo soportarlo —respondería en un susurro apenas audible.
Sin esfuerzo, cambia mi posición, ahora estoy tirada sobre las mantas mientras Landon se agacha en el frío balcón y presiona su cara contra mi sexo.
—Landon, no pares...
No se molesta en responder. En lugar de eso, me mira con una sonrisa de satisfacción justo antes de que su lengua se deslice por mis suaves pliegues. El calor ardiente de su lengua y la sensación de su aliento contrastan demasiado con el aire frío, la acción me provoca un gemido bajo.
—Eso era lo que quería escuchar —confesaría Landon con un tono de voz bastante autoritario.
Mi cadera se mueve y mis ojos se cierran mientras continúa dándome placer, sus movimientos magistrales amenazan con volverme sumamente loca. Mi cadera se estremece fuera de mi control y no puedo evitarlo, se retira y se arrastra sobre mí, luego frota la cabeza de su miembro contra mi apertura. De una manera lenta y dulcemente se introduce en mí.
—Estás tan caliente...suave...apretada...
Sus movimientos son espasmódicos y necesitados mientras se concentra en mí, sus dedos me toman con fuera la cadera y no puedo evitar gemir ante su contacto especial. Rayos de ardiente placer corren por mis venas y en este momento, nada excepto nosotros dos existe. Los movimientos son superficiales y angulados, golpeando con fuerza el punto más dulce de mis paredes internas, me acerco cada vez más a una poderosa y desesperada liberación.
—Landon, estoy a punto de...estoy...
—Estoy ahí contigo, estoy ahí...
La siguiente embestida me destroza, se mete profundamente dentro de mí con su largo miembro y siento un placer sofocante y palpitante. Siento que se mueve y Landon gime contra mi pecho mientras se viene dentro de mí.
—Eres increíble Landon, esta vista, este lugar, este sentimiento, todo es increíble si estoy a tu lado —confesaría de manera lenta, tratando de recuperar el aliento.
—Y todo es para ti, Adrienne...
Apoyo mi cabeza en su pecho y me sumerjo en las mantas mientras miramos las luces que bailan en el cielo, es un momento que sé con certeza que ninguno de los dos olvidará.
Al día siguiente, nos encontramos en la pista de esquí. Alguna vez fui a esquiar cuando estaba en la universidad, pero sinceramente nunca ha sido una de mis fortalezas. Ha pasado algo de tiempo, pero aun así me estoy divirtiendo más de lo que esperaba y justamente cuando estoy cerca de llegar a la meta me resbalo con la nieve de manera torpe.
—¿Estás bien? —preguntaría Landon con preocupación evidente en su rostro, acercándose a mi dirección.
En lugar de contestar, decido aventarle juguetonamente una bola de nieve que le paga justo en su pecho.
—Date por muerta señorita —diría con una sonrisa evidente en su rostro.
—Solo si eres lo suficientemente rápido como para atraparme —le contestaría mientras le saco la lengua y me echo a correr para que no me alcance.
La pelea de nieve que continua está llena de risas y algunos gritos. Finalmente, él me agarra y me da vueltas en el aire. Landon está plantando besos de felicidad en mis labios y yo disfrutando de su cercanía lo abrazo, aspirando su típico aroma de loción italiana. Cuando menos lo esperamos, escuchamos el chasquido de una cámara, en sincronía ambos nos separamos para ver al causante de la fotografía.
—Bueno, esto no es algo que se ve todos los días. De hecho, es algo que nunca se ve...
—¿Massimo? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntaría Landon con evidente confusión y parece ser que conoce al individuo.
—Landon ¿Quién es este tipo? —preguntaría con cierta incertidumbre.
—Una molestia —respondería rápidamente.
—Así que por eso el avión no estaba disponible ayer. Íbamos al mismo lugar, solo que no me querías compartir el vuelo. Bueno, ahora entiendo por qué —respondería el desconocido con una sonrisa traviesa.
—Vete Massimo, no hay nada que ver aquí —agregaría Landon con molestia.
—¿No me vas a presentar con tu linda acompañante?
—Adrienne, Massimo. Massimo, Adrienne. Ahora ¿puedes irte?
Massimo tomaría mi mano de manera lenta y se inclinaría de manera atenta para depositar un casto beso de manera caballerosa y ciertamente es un gesto de película antigua pero me divierte.
—Lo siento, a mi primo le enseñaron a comportarse mejor que esto pero no dejes que eso influya tu perspectiva de él —me diría con un guiño.
—¿Primo? —preguntaría sorprendida debido a que el parecido entre ambos es casi nulo, Massimo también tiene lo suyo pero mientras Landon tiene rasgos americanos Massimo tiene rasgos italianos.
—Lo sé, qué desafortunado ¿verdad? —diría Gian con una divertida mueca.
—Pues Massimo, es un placer conocerte —le diría con una sonrisa tratando de ser lo más gentil posible.
—Ahora puedo entender por qué ya nunca lo vemos en casa. Aunque no entiendo qué le ves a él —exclamaría con la intención clara de molestar a Landon.
—¿Ahora puedes dejarnos en paz para poder disfrutar el resto de nuestro viaje querido primo?
—Oh, esperaba poder mostrarle a Adrienne mis movimientos sobre la nieve. He estado trabajando en mis habilidades de snowboard —expresaría con una sonrisa mientras señala la montaña de nieve a nuestro lado.
—No, no va a pasar —declararía Landon tomando posesivamente mi mano y acercándome un poco más a él.
—¿Qué pasa Landon? ¿Te da miedo un poco de competencia?
—¿Y me podrías explicar quién fue la persona que te enseño esos movimientos? —preguntaría Landon con un tono arrogante.
—Simplemente tienes miedo de que ella se dé cuenta que no eres tan bueno en el snowboard como yo. Vamos primo, enséñale a la señorita lo que tienes.
Landon me está dando una mirada que prácticamente dice "es tu elección"
—Yo no puedo darte competencia en las pistas, eres demasiado bueno. Deberías ir y divertirte, yo los veré desde aquí —afirmaría dejando un suave beso en su mejilla.
—Ok, está bien acepto, pero solo para que sepas, es de mala educación interrumpir la cita de alguien Massi —declararía Landon mientras me da un tierno beso en mi cabeza.
—Solo para que sepas, no es bueno antagonizar a la familia cuando uno de ellos se encuentra contigo en dicha cita —plantearía Massimo con un puchero demasiado gracioso en sus labios.
—Te veré en la tubería en quince minutos. Prepárate para perder Massi—amenazaría Landon con una sonrisa engreída.
—Suerte —exclamaría deseándole lo mejor a Landon.
—Oh, él va a ser el que la va a necesitar cariño pero aun así gracias —diría Massimo despidiéndose.
—¡Es tan molesto! —declararía Landon tomando mi cintura y acercándome más a él.
—Yo creo que es divertido. Ustedes dos parecen cercanos.
—A veces siento que demasiado. Es como un hermano menor y también es un gemelo entonces tengo a su molesto hermano también.
—Ve con cuidado cariño y patéale el trasero que yo sé que eres el mejor —declararía dándole un beso demasiado pasional.
—Ya sabes que soy el mejor nena y solamente tuyo —afirmaría Landon con una sonrisa confiada.
Las siguientes horas paso viéndolos y definitivamente puedo afirmar que se están divirtiendo al esquiar juntos. Saco mi celular y grabo un video para mostrárselo a Landon más tarde en donde se les ve relajados con muchas carcajadas. Más tarde esa noche, cuando me he acostado ya en la cama, miro a través de la ventana al perfecto cielo nocturno.
Desearía saber qué siente por mí. Sé que no tengo derecho a preguntar pero ni siquiera estoy disponible para comprometerme por completo con él. Pero aquí, en este lugar, él es mío y yo soy suya. No voy a recuperar está sensación hasta que tome un riesgo, puede que lo pierda todo: el respeto de mi madre y el de mis amigos también. Pero, ¿cómo no voy a hacerlo? Esta libertad de amarlo y ser amada por él es simplemente abrumadora...
—¿En qué estás pensando tan concentrada? —preguntaría Landon con curiosidad.
—En nada, solamente hazme el amor... —confesaría de manera lenta necesitada por su tacto.
—Ese siempre será mi mayor placer señorita.
Landon me toma entre sus brazos y me demuestra lo que es el significado de la verdadera pasión y el éxtasis cuando eres libre de estar con la persona que amas sin ataduras, cada vez que me encuentro con él de esta manera me siento en las nubes, todos mis miedos desaparecen cuando me encuentro con él y recuerdo una frase que me dijo mi padre cuando era más pequeña....
"Cualquier lugar puede ser un paraíso si estás con la persona correcta"
Y finalmente puedo decir que he encontrado mi paraíso...