Almas de cristal

By leezluntz

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Cualquier acto atroz te condena a la destrucción, y enamorarse puede ser letal. Conoce el mundo donde mueren... More

|| Sinopsis y mundo
|| Guía de personajes + Nota de autora
Primera parte
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Segunda parte
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno
Veintidós
Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Treinta y cinco
Treinta y seis
Treinta y siete
Extra
Tercera parte
Treinta y nueve
Cuarenta
Cuarenta y uno
Cuarenta y dos
Cuarenta y tres
Cuarenta y cuatro
Cuarenta y cinco
Cuarenta y seis
Cuarenta y siete
Cuarenta y ocho
Cuarenta y nueve
Cincuenta
Epílogo
Nota de autora
Extra II
Extra III
¡Especial 100k! (Pt. 1)
Especial 100k (Pt. 2)
Especial 100k (Pt. 3)
Especial 100k (Pt. 4)
Especial 100k (Pt. FINAL)
Especial de San Valentín 2024

Treinta y ocho

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By leezluntz

El camino hacia Desyd en la Región Levante no pudo ser más silencioso, cosa que Zéphyrine agradecía, pero muy en el fondo, también le preocupaba. Tampoco era buena manteniéndose callada durante tanto tiempo, pero cada vez que se le ocurría decir algo, recordaba quiénes eran sus acompañantes, y de manera automática, cerraba la boca.

Del mismo modo, Galathéia y Elyon no tenían nada que decirse, y era aquello lo que más extrañaba a la bruja, pero sabía que si los escuchaba decirse un solo cumplido dulce, acabaría vomitando.

De todas formas, las náuseas se habían hecho presentes al pasar las dunas del este, y encontrar la carpa —ahora abandonada y vacía—, en donde se le había ocurrido decirle a Galathéia lo que sentía.

Se odió tanto por hacerlo, porque sabía que jamás le iba a corresponder, pero tampoco se esperó que la tratara de esa forma. Odió incluso más el beso que le dio en la mejilla, y que no conseguía olvidar.

No se dio cuenta de que la guardiana también miró el mismo lugar, y a ella, por un breve instante y con mucho dolor.

Galathéia estaba segura de que hizo lo correcto al decirle a Elyon la verdad, pero aun así, su corazón no dejaba de torturarla, como si aún le quedara algo que decirle a Zéphyrine, cuando ella le había dejado en claro que la odiaba.

Solo sintió algo muy parecido al alivio cuando encontró a su lechuza, Phoellie, junto a los camellos que pertenecían a Dara, Zaniah y Mira, y corrió a abrazarla.

—No sabes lo feliz que me hace verte... —murmuró, acariciando sus plumas, y levantó la cabeza a ella—. ¿Andrómeda está bien?

El ave pareció asentir, dándole mayor calma a la guardiana, que enseguida, volteó a Elyon.

—Por favor, prepárala para irnos —le pidió, sin darse cuenta de que al instante, la lechuza miró al chico de manera desafiante, y él también se asustó.

El odio no debía ser tan personal, pero una vez, Elyon tuvo la mala idea de usar su don para asustarla e imponer respeto, lo cual había salido muy mal.

Resoplando, accedió a la orden, consciente de que acabaría con sus manos y cabeza picoteadas.

Galathéia fue hacia el pequeño jardín que las tres mujeres cuidaban, repleto de amapolas que según sabía, una de ellas mantenía muy bien gracias a su don, en busca de la bruja más joven, y de negociar de alguna manera con Dara.

—Mejor la acompaño... —murmuró Zéphyrine, segura de que podría ayudar.

—¿No crees que ya hiciste suficiente?

La voz de Elyon la congeló en su lugar, y a pesar de que sabía que tenía ventaja sobre él, sintió miedo porque parecía muy molesto.

Muy lento, dio vuelta a él, y efectivamente, era la primera vez que veía al siempre amable y gentil Elyon de Wölcenn mirándola con algo muy parecido al odio.

¿Era por lo que le hizo al reino? ¿O por lo que le dijo a Galathéia delante de él? ¿Acaso ella había dicho algo? ¿Todo lo anterior?

Maldijo en su mente, porque había infinidad de opciones, y se mantuvo en silencio, intimidada. Acto seguido, el chico resopló, decidiendo que era mejor no perder el tiempo con ella.

—Olvídalo, por supuesto que no sería suficiente para ti...

—¿Podría saber de qué hablamos? —La bruja se animó a preguntar al fin, con un poco de temblor en su voz, y Elyon contuvo el deseo de girar los ojos.

—Ah, desde luego. Es que has destrozado tanto, que obviamente no vas a saber a qué me refiero. Supongo que a todo —declaró el chico muy serio—. Y sin embargo, no es suficiente para satisfacerte. Amas destruir todo lo que tocas, ¿no es así?

«Maldita sea, Elyon, sé más específico...», suplicó la chica en su adentros, sin atreverse a decirlo porque estaba temblando.

—Tal vez no te importe en lo absoluto, pero Galathéia era la única persona en toda Wölcenn que seguía creyendo en ti después de lo que hiciste, y para ti debió ser solo un juego —reclamó, antes de acercarse con un paso, amenazante—. Que acepte lo que ella sienta, no significa que vaya a permitir que tú arruines su vida y todo lo que ha conseguido en la Primera Guardia, así que te recomiendo que por una vez en tu vida, dejes de ser egoísta y te olvides de lo que sea a lo que estés jugando.

Que la bruja siguiera sin tener idea de lo que Elyon hablaba, no impedía que de repente sintiera el corazón hacérsele añicos, porque sabía que de algún modo, tenía razón. Porque no era la primera vez que escuchaba que estaba condenada a destruir todo lo que quería, y aunque no quería herir a Galathéia, ya lo había hecho muchas veces.

Se odió más al recordar que nunca sería suficiente para ella, y desde luego, Elyon ni siquiera se molestaba en verla como una rival.

Ella nunca había sido opción.

Ahogando todo deseo de llorar, llegó al jardín junto a Galathéia, en el que de repente salió una confundida Andrómeda, que al ver a sus protectoras, no dudó en lanzarse a ellas, abrazándolas.

Sin darse cuenta, incluso había soltado algunas lágrimas de emoción.

—¡Galathéia!, pensé que fuiste apresada, y que no volvería a saber de ti jamás —lloró, aferrándose más a la guardiana. Alzó la mirada hacia Zéphyrine, reflejando una sonrisa de orgullo—. Sabía que harías lo correcto.

Y ella apenas pudo devolverle la sonrisa, mucho más triste, sin saber cómo explicarle que a veces, las cosas eran mucho más complicadas como para ser separadas en lo que era correcto, y lo que no.

—¿Esas chicas te han cuidado bien?

La menor de las brujas asintió alegre.

—Descuida, son muy agradables, y estuve ayudando a que creciera mejor este jardín. ¿Qué les parece?

Zéphyrine y Galathéia asintieron y sonrieron a cada cosa que Andrómeda les contaba de una manera muy nostálgica, como si ansiaran volver a aquel corto tiempo en el que eran las tres, y que aunque tuvieran sus diferencias por momentos, seguían unidas.

Cruzaron miradas por un cortísimo instante, y supieron lo tarde que era para eso.

—No voy a interponerme si decides irte, pero si Cælum vuelve a atraparlos, no podré cuidarte de nuevo, Andrómeda... —sugirió Dara al ver la pequeña reunión de reencuentro.

—Prometo que cuidaré de ella —dijo Zéphyrine, tomando la responsabilidad.

Mira, en cambio, salió para apretar muy fuerte a la joven bruja en sus brazos.

—¡Ah, cómo odio las despedidas! —exclamó al separarse para permitirle respirar—. Espero mucho que las relaciones entre nuestras naciones puedan mejorar en algún momento. De ser así, no dudes en visitarnos cuando desees. 'Zan ta-iyi, Andrómeda —pronunció de manera alegre y sincera, pero por el rostro de confusión de la bruja y sus acompañantes, se percató de que no parecían estar muy acostumbradas a la expresión—. Ah, es algo así como «buena suerte», lo siento...

Andrómeda asintió, compartiendo el mismo deseo.

—¡Ustedes también pueden visitarnos! —exclamó la rubia a Galathéia y Zéphyrine, pero Zaniah se cruzó de brazos al oír la respuesta.

—Espero que no... —murmuró, antes de recibir una mirada reprendedora por parte de Mira—. ¿Qué? Por si no lo has notado, a esas dos las persiguen todo tipo de problemas... —resopló para mover un mechón de cabello fuera de su vista—. Así que cuídate mucho, Andrómeda. No cuentes tanto con ellas...

—¡Eso haré! —Con una sonrisa, la bruja hizo un saludo militar como el que sus compañeros de Wækas hacían ante su capitán.

En cuanto las tres fueron a ver a Phoellie, Andrómeda reparó también en el chico que estaba discutiendo con la lechuza para que se mantuviera quieta, y pudiera amarrar mejor sus poleas.

—Galathéia, ¿tu novio también está aquí? —preguntó sorprendida en voz baja, como una especie de secreto, y la guardiana no pudo evitar sentirse incómoda por ello.

—Sí, pero ya no estamos juntos —aclaró, en un intento de pedirle que no volviera a llamarle así para evitar poner las cosas aún más tensas de lo que ya estaban.

Desde luego, Zéphyrine lo había escuchado, pero tenía el doble de dudas de las que tenía antes de que Elyon la enfrentara. Ni siquiera se dio cuenta de que Andrómeda se acercó a ella, sujetando su brazo y alzándose un poco en puntillas para murmurar en su oído.

—Ey, eso significa que ya tienes oportunidad...

Era lo último que a Zéphyrine se le había ocurrido a pensar, y al escucharla, se le escapó una pequeña risa de ironía.

«Sí, claro...»

—Nunca la tuve, en realidad —suspiró, acompañándola hasta Phoellie para que pudiera subirse sobre ella—. Les seguiré hasta la salida de Desyd, pero les sugiero volar muy bajo hasta llegar a la playa de la región austral —anunció en alto, confundiendo a Andrómeda.

—¿No vas a acompañarnos...?

La pelirroja se limitó a negar con la cabeza, pero Andrómeda ya sabía que Zéphyrine había elegido a Gewër como su hogar, y aunque la entristeciera, respetaba su decisión. Algunas cosas eran mucho más difíciles para ser tan solo correctas, o incorrectas.

Sin embargo, la sorpresa de todos fue enorme al ver en la salida de la Región Levante a la única persona que no se esperaban en los tres reinos, en compañía de su garza.

Si se adentraba más, sabía que llamaría la atención, por lo que Vega se quedó esperando por sus compañeros, que según los datos recolectados por su ave, estarían cerca.

—Escuché que ustedes dos se metieron en muchos problemas... —reclamó con los brazos cruzados, mirando a Galathéia y a Elyon, pero la primera no resistió ni un instante más en correr a abrazarla.

—¡Vega!, realmente eres tú...

—Te aseguro que no soy una ilusión creada por Azhryl —respondió la mayor con una risita, y alzó la mirada hacia Andrómeda—. He venido por ti, tu rey y tus compañeros están ansiosos de tenerte de vuelta.

—¿De verdad? —inquirió la bruja con emoción, acercándose a pasos lentos a la guardiana.

—Espera, ¿conseguiste restaurar la alianza? —preguntó Elyon sorprendido, cruzando miradas con Galathéia para darse cuenta de que por fin, las cosas empezaban a salir bien para su reino.

—¿Acaso dudaste de mí? —rio la guardiana, mientras llevaba su cabello hacia atrás con su mano—. Bueno, no merezco todo el crédito. Diría que a pesar de todas sus idioteces, Lyn tiene su encanto...

La mención de su amigo, hizo que Elyon se precipitara a su compañera con una mezcla de ansiedad y culpa.

—Él está bien —prometió ella.

—¿Pasó algo con la alianza? —preguntó Andrómeda temerosa, y se dio cuenta de que los tres guardianes de Wölcenn no sabían ni siquiera por dónde empezar a responderle.

—Demasiadas cosas, pero ya no importa tanto... —suspiró Vega.

—¿Qué alianza...? —inquirió Zéphyrine, odiando el temblor de su voz al formular su pregunta, en tanto se acercaba con pasos muy cautos, temiendo por sí misma, porque en ese momento, aquellos guardianes podían ser sus enemigos, y todos podían destruirla con facilidad.

Galathéia y Andrómeda apretaron los labios, y bajaron la mirada, queriendo evitar contestar esa pregunta, pero Vega parecía la más entusiasmada por darse aquel honor.

—La alianza que hicimos con el Reino de Wækas para recuperar lo que tú hurtaste, y que este reino te permitió. No tiene importancia si corres ahora a decirle a Ahree de Gewër, porque la declaración de guerra no demorará en llegarle —explicó con un semblante frío, pero sintiendo cierta satisfacción al notar que se veía intimidada tanto por su presencia y la de sus compañeros, como por la noticia—. Debes estar agradecida de que tu hermano no tiene ningún interés en aprisionarte, así que disfruta mientras puedas el lugar que te ganaste, si tan poco costamos para ti...

Zéphyrine pensó que ya nada de lo que le dijeran podía dolerle más, y no eran las palabras de Vega lo que la hacían temblar y sentir un vacío enorme en su pecho. Era que Galathéia y Andrómeda lo sabían desde el principio, y habían ganado tiempo a costa de ella.

—No pueden declarar una guerra... —titubeó la bruja—. Hay muchas personas inocentes, de por sí Gewër tiene tantos problemas...

—¿Ahora eres altruista? —preguntó Vega al tiempo en que enarcaba una ceja—. ¿O es que nosotros nunca te importamos?

Galathéia le dirigió a Zéphyrine una mirada silenciosa de culpa, incapaz de decir nada, pero decidió tomar el brazo de su compañera.

—Vega, es mejor que nos vayamos ahora... —murmuró muy bajito, odiándose por abandonar a Zéphyrine así, pero era la única opción que le restaba.

Andrómeda también lucía dubitativa a causa de la pelirroja, y decidió acercarse a ella, y sostener sus manos.

—Oye, a pesar de todo, me alegra mucho haber conocido a alguien como yo... —Alzó la mirada a ella, y se percató del hecho de que ella ya no llevaba su sombrero—. Te ves muy bien así, por cierto.

—Tal vez en el futuro seas tan asombrosa como yo —respondió Zéphyrine muy triste, tanto por la despedida, como por todo.

—Ojalá no... —rio la bruja al separarse y volver junto a Vega, quién la ayudó a subirse a su garza, detrás de ella, provocando un leve rubor en la bruja.

—¿Estás cómoda?

—¡Ah, sí! —Andrómeda asintió con fuerza—. Es que en Wækas no hay muchas chicas, y eres demasiado bonita... —murmuró cada vez más bajo, poniéndose más nerviosa.

—¡Gracias! —rio Vega—. Hace mucho tiempo vi a tu anterior reina, y lo único que pude pensar, fue que quería lucir tan hermosa y genial cuando creciera.

—¿Conociste a la Reina Bonnie? —inquirió sorprendida la bruja, a lo que Vega asintió. No tenía idea de en qué circunstancias pudo haber sucedido aquello, porque ella, en cambio, aún no nacía en la época de su reinado, pero había escuchado bastantes veces sobre lo hermosa y audaz que era.

Antes de subirse encima de Phoellie, Galathéia siguió mirando a Zéphyrine en un silencio que empezaba a matarla, y no sabía cómo sería con la bruja, pero su corazón no la dejaría tranquila.

No quería volver a sepultar sus sentimientos hasta convencerse de haberlos olvidado por completo. No quería que volvieran a ser desconocidas, y lamentarse el resto de su vida por jamás haberlo intentado.

Respiró profundo, al tiempo en que reunía todo el valor que podía, y al exhalar, limpió su rostro con su mano, y dio vuelta hacia Elyon.

—Vete junto a Phoellie. Necesito intentar una sola última cosa, y te prometo que encontraré la forma de llegar a Wækas.

—Galathéia...

—¡Por favor, confía en mí! —suplicó la guardiana, sosteniendo sus manos, a la vez que lo miraba con cierto arrepentimiento, porque lo seguía queriendo y admirando como a un amigo, y le dolía perderlo. Fue por ello que no dudó en abrazarlo con todas sus fuerzas, sorprendiéndolo—. Jamás podría terminar de agradecerte por todo lo que has hecho por mí con solo existir, pero créeme que nunca te merecí...

Elyon apenas pudo disimular el dolor que le causó escucharla, pero movió su mano para revolver su cabello.

—Eso no lo decides tú, pero lo entiendo...

Aprovechó el momento para corresponderle el abrazo con la intensidad que había deseado desde que llegó a Gewër por ella, odiándose un poco porque era otra misión en la que había fracasado.

Dejar ir no era nada fácil, pero guardaba en su corazón el presentimiento de que iba a estar bien, y Galathéia también.

Al separarse y verlos irse, la guardiana no demoró en dar vuelta y caminar con pasos rápidos, llena de nervios, hacia Zéphyrine, y tomó de su mano para llevársela con ella.

—¡Espera! ¿Qué se supone que estás haciendo? —inquirió la bruja, apartándola por un momento. Empezaba a hartarse de que siguieran pasando cosas que no entendía en lo más mínimo.

—¿Quieres salvar a Gewër, no es así? Acompáñame al palacio real, entonces...

—¡Galathéia, ¿te volviste loca?!

La guardiana se detuvo, y resopló un poco. Sabía que era una idea bastante suicida, pero tenía que intentarlo.

—¿¡Cómo estás tan segura de que puedes llegar allí como si nada, sin que te maten!? —insistió Zéphyrine, y quizás, lo que más detestaba de la situación, era que ya no tenía un ave cerca para obligarla a irse.

No obstante, fue la mirada tan cálida, y a la vez, tímida, que Galathéia le ofreció, lo que la hizo enmudecer al instante, y pensar que de alguna forma, las cosas podrían salir bien.

—Porque estaré junto a ti.

*

*

*

HOLIIIISSSSS 💜💜💜 ¿Cómo están? ¿Ya tomaron awita? 👀

Revisando capítulos anteriores me di cuenta de que nunca he explicado nada acerca de las armas que usan los personajes y tal vez no es tan relevante, pero de todos modos, se aguantan la clase (?).

Empecemos con la daga estilete de Galathéia, que originalmente no debería ser tan grande (la de ella, calculo que mide cerca de 30cm la hoja), y su mayor daño lo causa al punzar, más que por el filo en sí. Es bastante probable que en lo que edite la historia, la cambie por un estoque de esgrima...


Elyon y Vega utilizan espadas clásicas muy similares tanto en tamaño y peso, y bueno, aunque sus armas son muy buenas, se sabe que en Wölcenn le dan más valor a los ornamentos en su empuñadura y hoja en sí.

Del mismo modo, Lyn solo guarda consigo una daga muy pequeña que usa muy pocas veces, ya que se vale más por su propio don en sí.


El alfanje en cambio fue un arma muy usada por los piratas. No es tan larga como una espada o sable, por lo que se puede usar con facilidad en maniobras a cubierta. Es de un solo filo, pero este puede atravesar muy bien.

No obstante, Wækas se caracteriza por tener mayor tecnología en lo que respecta a las armas, y esta se basa principalmente en las armas de pólvora, ya sea pistolas muy pequeñas (estas son de un solo tiro, deben recargarse constantemente), pasando por los mosquetes, y actualmente cuentan con el fusil.

La cimitarra puede verse un tanto similar al alfanje, pero es más ligera. Su hoja curvada sirve para que al golpear, esta no se incruste en el oponente y siga la trayectoria del golpe.


Y creo que allí sería todo 😳

¡Gracias por aguantarme una semana más! 😭💜

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