1 año después
Amelia
¿Habéis visto la película de Mamma mía?
Pues mi boda estaba siendo igual, completamente igual, pero sin dramas y Mark y yo sí que nos íbamos a acabar casando no como los protas.
Al final de tanto discutir con Mark si queríamos casarnos en París o en Londres, Josh y Florence nos propusieron casarnos justo aquí, en Skopelos, Grecia, solo porque su película favorita es esa y le parece "Aesthetic".
Estábamos pleno verano, con el cielo despejado el mar brillando y mi vestido blanco listo para que lo viese todo el mundo. Addie y Florence eran mis damas de honor, después de tanto tiempo y días de convivencia nos habíamos vuelto a llevar bien.
Mientras que Mark tenía a Josh, eso era indudable, y a Seb que al ser el novio de Addie, se acabó uniendo a nuestro grupo, aunque pasó a ocupar el asiento de Andrew en Mercedes cuando lo metieron en la cárcel junto con mi padre y la tía de Mark. Sin ellos Mercedes había cambiado mucho, no sabía cómo describirlo pero no sé parecía para nada a la cárcel que era antes. Pero eso ya pasó hace unos meses.
Se abrieron las puertas de la capilla para mí y los músicos empezaron a tocar "Lay all your love on me" nada más entré en la sala del brazo de Joshy, podría haber ido del brazo de mi hermano, pero quería ir con Josh por ser casi como un hermano para mí.
¿Estaba todo el Padock en mi boda? Puede ser.
Primero vi a Harry, Amaia, Friedick y Angelo que estaban sentados delante de todo, juraría que Angelo estaba llorando.
Todo el mundo vestía de colores azules, amarillos o pastel, todo en sí nos quedó muy veraniego, era agosto y estábamos de vacaciones, obviamente iba a ser veraniego.
Mark iba ganando la temporada de 2022, nada mal la verdad. Me iba a casar con un doble campeón mundial.
Fijé mi mirada al frente y lo vi de pie, estaba hermoso hoy. El traje le quedaba perfecto, su pelo ondulado perfectamente peinado, sus ojos verdes brillantes como siempre y solo me miraba a mí.
— El traje se lo elegí yo, ya me darás las gracias —me susurró Josh.
Mi vestido lo habían diseñado expresamente para mí, aunque tuve que elegir entre varios diseños. Aunque para Mark varias marcas le habían ofrecido hacerle el traje, lo tuvo más fácil.
— Gracias — le susurré, seguro que había elegido la mejor opción, el cotilla de Josh sabía todo sobre mi vestido, seguro que eligió el traje de Mark en base a eso.
Estábamos llegando al altar y milagrosamente no me había caído.
— Bonjour Jolie.
Se me iba a salir el corazón del pecho de lo rápido que me iba.
— Hola.
El cura procedió con total calma la ceremonia que para mí hizo que el tiempo pasara muy, pero que muy muy lento.
Hasta que llegó la hora de los votos que teníamos que decir.
Nos acercaron los anillos, los cuales guardaban Friedick y Angelo.
Por un momento pensamos que los habían perdido porque no los encontraban y estuvo a punto de darme algo.
— Lo siento — me dijo Angelo con una sonrisa culpable.
Sinceramente al final me acabó haciendo gracia, a mí me pasaba de todo y que se me perdieron los anillos el día de la boda era bastante posible.
Mark suspiró antes de empezar a hablar.
— Yo Mark Antoine Laurent —nos dimos las manos, no podía llorar, sí no iba a ser una novia con la cara llena de rímel, pero a quién le importa—, prometo que te cuidaré y te amaré fielmente, a través de los malos y los buenos tiempos,en la enfermedad y en la salud, tanto en la riqueza y en la pobreza. Compartiré tu alegría, tus sueños y hasta tus tristezas. Todo lo que es mío ahora es nuestro, te entrego mi mano, mi amor y todo lo que soy desde este momento hasta siempre.
Solté todo el aire que se me acumuló en los pulmones, Dios como le digo a mis ojos que no lloren ahora mismo.
Le sonreí ampliamente mientras le ponía su anillo en el dedo.
— Yo Amelia Sophie Black —yo también tenía un segundo nombre escondido, nunca pensé que saldría a la luz, más bien nunca quise decir que existía, espero que Mark no me empiece a llamar así porque la sonrisa burlona que tiene ahora mismo puesta me transmite esa sensación— prometo que te amaré por encima de todo y te protegeré, en los malos y en los buenos tiempos, te cuidaré tanto en la enfermedad como en la salud y seguiré a tu lado tanto en la riqueza como en la pobreza. Te ayudaré a lograr tus sueños y compartiré tus alegrías. Todo lo que es mío ahora también es tuyo, te entrego mi mano, mi amor y todo lo que soy desde este momento hasta siempre.
Vi como a Mark le brillaban los ojos, él iba a llorar, de hecho ya lo estaba haciendo. Me sonrió antes de ponerme el anillo en el dedo.
Ahora era yo la que lloraba.
— Por el poder que me ha sido concedido — habló el cura—, yo os declaro Marido y mujer. Puedes besar a la novia.
Este sin duda iba a ser el beso más especial de toda mi vida. Mark puso sus manos en mis caderas y yo le puse una en la cara mientras la otra descansaba en su pecho, oyendo los latidos fuertes y rápidos de su corazón.
— "Je t'aime."
— "I love you"
Susurramos antes de besarnos. La sala estalló en aplausos, mientras Mark y yo nos dábamos el beso de nuestras vidas.
Sí, sí fue el beso más especial de nuestra vida.
La gente empezó a salir para esperarnos en la puerta, mientras nosotros teníamos que firmar no sé qué papeles diciendo que nos habíamos casado. Terminamos de firmar todo y nos despedimos del cura. Nuestro fotógrafo nos estuvo llenando de fotos mientras firmábamos.
Aunque teníamos todo el sitio lleno de gente que quería ver cómo iba a ser nuestra boda y periodistas por todos lados, necesitábamos tener fotos propias.
Salimos de la capilla y todos nos esperaban abajo de las escaleras.
— Sabes qué — le dije a Mark.
— No lo sé si no me lo dices Amelia Sophie.
Lo miré seriamente.
— No pienso bajar esto con tacones.
Me los quité y me quedé tan tranquila, los del equipo de moda me matarían ahora mismo, pero a quién le importa.
Mark se empezó a reír, me encantaba su risa.
— ¿Lista? — me preguntó ofreciéndome su mano.
— Listísima.
Empezamos a bajar las escaleras y se oían unas campanas tocando que sinceramente no sabía desde donde las estaban tocando porque la capilla no tenía. Misterios de la vida.
Menos mal que mi vestido no era pesado porque como tuviera que bajar esto vestida modo princesa total me daba algo.
Era ajustado por delante y con la espalda descubierta tenía pedrería por delante pero no tanta, no era extravagante. La cola del vestido aunque si parecía un mítico vestido de princesa no tenía mucho volumen y eso lo hacía perfecto. Mi melena estaba semi-recogida y ondulada y tenía unas perlas a lo largo de las trenzas que recogían mi pelo.
— ¿Te he dicho ya que estás preciosa?
— Sí, muchas veces — le contesté sinceramente.
— Y ninguna era mentira.
— Lo sé
Mark volvió a enseñarme esa sonrisa tan preciosa que tiene.
— Creo recordar que aquí el del ego alto hasta las nubes era yo.
— Fue casarme contigo y pum, toma ego, qué le vamos a hacer.
Me beso en la mejilla.
— Nada, yo no le voy a hacer nada.
llegamos hasta abajo y nos empezaron a tirar pétalos de flores, muchos pétalos de flores. Tantos que casi se quedan sin novios por ahogamiento.
Nos llevaron al sitio donde íbamos a comer, era una mezcla entre playa y naturaleza.
— Qué sepas que me hiciste llorar — me dijo Flor mientras caminábamos hacia el restaurante, nosotros íbamos detrás del resto de los invitados.
— ¿Mucho? —le pregunté a mi amiga.
— Casi tengo que salir de ahí nadando— dijo Addie y me reí de su comentario.
— Podría decir lo mismo mismo del río que casi nace ahí por tu culpa — le respondió ella.
Entramos y todo estaba decorado con flores y con adornos blancos.
Las mesas largas estaban perfectamente decoradas con flores y colores azules, farolillos por todos los árboles que rodeaban el lugar para cuando anocheciera.
Mark y yo teníamos una mesa para nosotros solos mientras que los demás estaban repartidos entre las demás mesas.
Mientras no traían los platos, los músicos tocaban canciones de ABBA, como los habíamos invitado a comer con nosotros, igual que al resto de gente que había trabajado para hacer esto realidad, cuando trajeran la comida pararían de tocar.
Miraba a todas las mesas y veía a todos felices, todos se reían y todos disfrutaban.
— Estamos casados Amelía Sophie Laurent- Black.
Puede que considere prehistórico eso de que las novias se pongan el apellido del marido, porque lo es, pero sinceramente hacía tiempo que no quería que Black fuese mi apellido principal, me daba igual que tuviera tanto prestigio y fama y blah, blah, blah. Me podría acostumbrar a ser Amelia Laurent
— Y que lo digas Mark Antoine Laurent.
Se terminó la comida e hicimos un brindis por nosotros. Todo estaba saliendo genial hoy. Vimos como venía el Dj que iba a poner música el resto de la boda, aunque era bastante famoso según Mark, yo no lo conocía. Tendré que fiarme de la palabra de mi marido.
— Supongo que llegó el baile de los novios — dijo Mark.
— No dejes que me caiga — le dije en un susurro que era casi una súplica.
— Nunca — me guiñó un ojo y me llevó hacia la pista.
Me posicioné delante de él en la pista de baile que está justo enfrente de las mesas, obviamente iba a poner una canción importante para nosotros.
Teníamos varias pero una lenta, bailable y con algún recuerdo.
"The night we met" sin duda nos parecía la mejor.
— Intenta no pasarme — me dijo Mark a lo que yo me reí.
— No te prometo nada.
— Después la que me va a llevar al hospital en brazos vas a ser tú, que lo sepas.
— Lo tendré en cuenta.
La música empezó a sonar y me pegué más a él, inhalando su colonia, esta canción era maravillosa.
Nos movimos lentamente al ritmo de la música, todas las miradas estaban puestas en nosotros.
Me dejé llevar tanto por la música, que al final a mitad de nuestro baile pegué los labios de Mark a los míos.
Aunque él no se lo esperaba paramos de bailar solo para besarnos y ahí fue cuando todo el mundo se empezó a unir al baile y se llenó la pista de baile.
— ¿Quieres ir a dar un paseo?
— ¿Y dejar a los invitados sin los recién casados?
— Es nuestra boda, podemos hacer lo que queramos.
— Primero me cambio de vestido.
— Con lo que me gustaba este — dijo jugando con los bordes de la cinta de encaje que tenía modo cinturón.
— Sí vamos a dar un paseo por la playa, te aseguro que no pienso manchar este.
Este vestido lo iba a cuidar con mi vida. Fuimos adentro y pedí el otro que era más corto y más pegado, para cambiarme, cosa en la que me ayudó Mark y no paró de decir que lo estaba castigando con tanta espera.
Su ilusión seguía siendo quitarme un vestido de novia.
— Lista — dije poniéndome los tacones que eran mucho más bajos que los que llevaba antes.
Nos fuimos del recinto para bajar a la playa, estaba la entrada llena de flores y regalos por lo que se veía, también había gente. Mucha gente.
— No sabía que me estaba casando con alguien famoso.
— Estoy lleno de sorpresas — me dijo Mark de broma.
Nos paramos para saludar a la gente, iba a agradecerles personalmente que estuvieran aquí.
A los invitados les habíamos pedido que como regalo donasen dinero a una ONG qué habíamos elegido, por lo que me daba pena que nos hubieran traído tantas cosas.
¿Donde iba a meter yo estas flores?
Cuando acabamos de saludar, bajamos a la playa que estaba justo abajo. Pensar que aquí de habían rodado escenas de la película que Florence me tuvo viendo toda la semana, más de una vez, me parecía encantador.
— Me encanta este lugar — empezó a decir Mark—, en general, me gusta cualquier lugar en el que estés tú.
— Mi marido es todo un romántico.
— Lo hemos conseguido Jolie —me rodeó con sus brazos.
— ¿Quién nos lo diría?
— Yo te lo llevo diciendo desde hace año y medio.
— No quiero que esté día se acabe.
— Ni yo.
Estábamos justo al final de las escaleras que bajaban a la playa.
Ahora mismo podrían haber pasado muchas cosas, pero la que pasó en el momento fue que me resbalé y me comí la arena de la playa de cabeza.
Mark se empezó a partir de risa.
— ¿Estás bien? — dijo aún riéndose.
— Creo que me he hecho daño en el tobillo — estiré la mano para que me ayudara a subir de nuevo a las escaleras.
— Ehhhh —gimió cuando tiré de su brazo y casi se llenó más de arena que yo .
Y ahí estábamos, tirados en la arena de una playa de Grecia vestidos de novios y recién casados.
Esos solo podíamos ser nosotros.
Mark y Amelia,
Marido y mujer.
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Yo no estoy llorando, tú estás llorando 😪🥲
Amo a estos dos con toda mi alma. TODA. Ya era hora de que tuvieran un poco de paz y tranquilidad.
El capítulo lo hice largo porque esto tenía que tener ✨mil detalles ✨
Yo también quiero una boda en Grecia, por ahora solo me falta el pastizal que se gastaron en hacerla y un novio 😼 JAJAJAJA.
Mamma mía mejor película, sí lo digo. No voy a discutirlo con nadie.
Mónica 🧡