Adrienne Lively:
Cuando finalmente llego a Forever, me encuentro con miradas sorprendidas específicamente dos.
—¿Quién eres y qué has hecho con Adrienne? —exclamaría un sorprendido Jay.
—Chica, ¡Te ves absolutamente hermosa! —aclamaría Kath también sorprendida por mi cambio —¿Tomaste algo de valor líquido para salir por la puerta con ese hermoso atuendo?
—Estoy perfectamente sobria chicos —diría, alzando mis manos en señal de mi sobriedad.
—¿Así es como te arreglaste cuando viniste aquí por primera vez? —preguntaría Jay con una sonrisa seductora.
Me encogería de hombros y miraría hacia otro lado, avergonzada. Recuerdo cada momento de la noche llena de fantasía que viví a lado de Landon. Para ser honesta si tuviera la oportunidad de volverlo a repetir, lo haría una y otra vez.
—Vamos por unas bebidas. ¿Qué quieren? —preguntaría Kath con una brillante sonrisa mientras se acercaría a la barra.
Hago una breve pausa y recordaría el sabor que estaba en los labios de Landon cuando me besó por primera vez en este mismo club.
—Tendré una cerveza —diría con tranquilidad.
—¿Una qué? —interrogaría Jay con sus ojos totalmente abiertos debido a mi inusual declaración y hasta se atragantaría con su propia saliva.
—Debe ser el apocalipsis. No creo que nuestra Adrienne haya pedido nunca una cerveza — afirmaría Kath, tocándose el pecho como si le quisiera dar un "supuesto" infarto.
—Piensen en mí como la nueva Adrienne. Pero la vieja Adrienne estará aquí cuando la necesiten, estoy totalmente segura.
—¡Me encanta esta noche! Si fuera heterosexual, coquetearía contigo toda la noche belleza — anunciaría Jay con humor.
—Entonces agradece ser gay, porque no voy a ser la presa de alguien esta noche —afirmaría completamente segura de mi declaración.
En el momento en que las palabras salen de mis labios, veo un cabello negro azabache que cae sobre un par de gafas de sol tintadas.
—¡Oh Dios mío! ¡Landon Downey está aquí! —diría Kath dando pequeños saltos de emoción en su lugar.
—Oh, ¿Ese chico del que están obsesionados? Estoy segura de que él solo quiere que lo dejen en paz — trataría de actuar lo más "normal" posible.
—¿Ah si? ¿Entonces por qué viene acompañado de dos amigos guapísimos que están dejando caer un montón de dinero en bebidas? —me interrogaría Kath con una sonrisa engreída en su rostro.
—¡Encierren a sus mujeres! ¡Los donjuanes de Manhattan están aquí, señoras y señores! —gritaría Jay.
—Mira a los tres. Son guapísimos pero puedes tomar a esos otros dos chicos y multiplicarlos por diez y aun así no conseguir... —empezaría a hablar Kath para ser interrumpida por Jay.
—La belleza divina que es Landon Downey —terminaría de anunciar Jay con un suspiro soñador.
—Ustedes hablan como si ellos fueran un regalo de Dios para las mujeres.
—Bueno, bien podrían serlo. Mira, la mitad de las mujeres ya los están mirando y babean por ellos cada segundo mi amada Adrienne —diría Jay mirando hacia su dirección.
—Más de la mitad de los hombres se van a ir esta noche y van a soñar con ellos también, Jay incluido —afirmaría Kath con una carcajada.
—No lo puedo afirmar pero tampoco negar —diría Jay dándole un trago a su bebida.
—¿No puede quitarse las gafas de sol? ¡Está oscuro aquí, por el amor de Dios! ¿Para qué demonios las necesita? —expresaría Kath con un largo y exagerado suspiro.
—Bueno, tienes que admitir que se le ven muy bien cariño. Es muy sexy —le respondería Jay, dándole pequeñas palmadas en su hombro a Kath.
—Espero que no sea bizco, ¿Crees que sea por eso que los usa? —nos preguntaría Kath, realmente asombrada.
—¿Por qué está usando gafas de sol adentro? Yo creo que está escondiendo un moretón. Apuesto a que tu chico guapo de ahí se metió con la chica de otro y pagó el precio alto por ello —respondería con humor al ver sus expresiones.
—¿Mi Landon? Claro que no. Él nunca haría algo así —afirmaría muy convencida de si misma.
Si Kath supiera...
He estado observando a Landon de forma encubierta todo este tiempo y he notado que no le presta atención a ninguna de las chicas que se le acercan.
—Cariño, creo que tu teléfono está sonando —me diría Kath.
—¿Cómo pudiste escuchar eso? ¡Es tan ruidoso aquí adentro! Probablemente sea Mery con otro bla bla bla, debería contestar —exclamaría un poco sorprendida por el gran oído que tiene.
Me daría la vuelta para tener un poco de privacidad, además de poder contestar mejor en la llamada y al ver que es un número desconocido contestaría la llamada con un poco de incertidumbre.
«Llamada con ¿Desconocido?»
«Adrienne»
¿Hola? —preguntaría en voz alta debido a lo ruidoso del lugar—
«¿Desconocido?»
¡Ve afuera! —gritaría Landon por todo el ruido que nos rodea—
«Adrienne»
¿Qué? ¿Quién? —preguntaría mientras bajaría el teléfono para poder avisarles a mis amigos—
Sé con certeza quien es exactamente la persona que me llamo. La emoción corre por todos los nervios de mi cuerpo como una corriente.
—Chicos, voy afuera. Ahora regreso... —les diría rápidamente, haciéndoles señas a mi celular.
Mientras me dirijo hacia la salida del club, la llamada continúa.
«Landon»
¿A qué te refieres con "quién"? Estoy demasiado ofendido bella señorita —diría Landon fingiendo indignación—
«Adrienne»
Landon ¿Qué tienes planeado? ¿Cómo conseguiste mi teléfono? —preguntaría con curiosidad—
«Landon»
Ven conmigo afuera y te enterarás —diría con misterio en su voz—
«Adrienne»
¿Esta es una buena sorpresa o algo de lo que me voy a arrepentir? —le interrogaría con una sonrisa—
«Landon»
¿En tu caso? Pueden ser las dos...
Colgaría la llamada y lo buscaría afuera, justo en el callejón estaría el con una sonrisa misteriosa entre sus labios.
—¿Qué quieres? —le preguntaría con interés.
—Te deseo. Aquí y ahora —diría Landon sin ningún tipo de rodeo, mientras me llevaría a un callejón vació a un espacio parcialmente oscurecido por cubos de basura y cajas, en un instante me atrae hacia él y me planta un ardiente beso en los labios. Me derrito cada segundo contra él.
—Creo que estás revolviendo mi cerebro. No puedo creer que quiera esto. Ahora...aquí, en un callejón.
—Yo estoy feliz de darte lo que deseas, siempre y cuando pierdas las bragas. Ahora mismo señorita —soltaría en un susurro.
Dudo en estos momentos. pero...¿Por qué no debería experimentar esto? Tener sexo candente con un hombre sexy. El peligro me emociona al estar su lado.
Empujaría el trozo de tela hacia abajo, sin quitarle la vista a él. Me quitaría la ropa interior.
—¿Así? —preguntaría sugestivamente.
—Sí —la palabra viene como un suspiro. Se arrodillaría frente a mi, su respiración acaricia mis muslos.
—Landon ¿Estás seguro de que ahora es el momento indicado? —le preguntaría con preocupación al ver el lugar en donde nos encontramos.
—Solo recárgate y relájate chica bonita —soltaría mientras su lengua se desliza por mi muslo y roza mi lugar más sensible. Rápidamente me tapo la boca para que la gente que esté cerca no escuche mis sonidos.
Lo que está haciendo en estos momentos Landon atraviesa todas mis defensas y pierdo en control ante él mientras subo en un espiral hacia el éxtasis. Nunca me había imaginado que algo así pudiera sentirse tan bien. Mi clímax llega en olas y me estremezco contra él.
—Te necesito...ahora —soltaría en un jadeo, mi voz es raposa con necesidad pero realmente no me importa. Quiero sentir su cuerpo moviéndose dentro de mi. Escucharía una cremallera y sus pantalones se deslizarían de su cadera.
Mi espalda choca contra la fría pared y él me levantaría fuertemente para tener un agarre de su cadera, entra con una fuerte embestida en mi.
—¿Es esto lo que querías? —me preguntaría mientras se mordería su labio inferior de manera sensual.
—Landon...ni se te ocurra detenerte —diría para después enterrar mi cara en su cuello para evitar soltar un grito de placer.
Siento el ladrillo expuesto contra mi espalda y escucho a personas a la vuelta de la esquina, pero no quiero se detenga. Jamás. Las embestidas se vuelves más feroces y desesperadas y yo envuelvo mis piernas con más fuerza alrededor de su cintura.
—Quédate conmigo, ya casi llego —soltaría Landon con su voz entrecortada por nuestros movimientos.
—No puedo, necesito... —no podría terminar mi oración porque un segundo clímax me daría de golpe.
—Estás resultando ser toda una cajita de sorpresas, Adrienne Lively —confesaría mientras nuestras respiraciones regresarían lentamente a la normalidad.
—Todavía no creo poder caminar de vuelta al club —le confesaría con una pequeña sonrisa.
—No lo hagas. Quédate aquí conmigo un momento.
—Esas son buenas noticias. No estoy segura si puedo caminar, en general —soltaría con una pequeña risa.
—Juro que yo solo salí por un beso. No me esperaba...Bueno, esto —al igual que yo soltaría una risa ocurrente.
—Dios mío, yo tampoco, pero no me quejo —afirmaría con una pequeña sonrisa.
Landon me atraería hacia él para un beso y no me resisto ante él. Mis brazos se enroscan alrededor de su cuerpo y lo beso con más profundidad.
—Te veías tan bien que no pude evitar querer besarte. Iba a pasar a saludar, pero entonces recordé que tú no quieres nada que ver conmigo. Así que asumí que no le has dicho a tus amigos sobre nosotros —diría Landon desplazando su vista hacia las cajas.
—Bien. No puedo imaginarme que mentiras tendría que decirles para explicar cómo nos conocimos —declararía un poco consternada.
—Pudiste hacer dicho que nos conocimos en You.
—No, Kath trabaja ahí también entonces ella sabría inmediatamente que nunca nos hemos dicho una palabra en la oficina.
—¿Entonces me estás diciendo que no eres mentirosa? —preguntaría alzando una ceja.
—Estoy diciendo que no soy buena mintiendo —le confesaría al recordarle todas las veces que he querido mentir pero en al menos un noventa y nueve porciento de esas veces me han cachado en el intento.
—Entonces vamos a hacerlo todavía más desafiante ¿Si? —diría con un toque de misterio nuevamente, mientras se acercaría para darme otro beso. Este me roba el aliento y cuando finalmente me alejo, apoyo mi frente contra la suya.
—Landon, cuanto más tiempo me quedé aquí contigo más difícil será cuando tenga que regresar —le confesaría un poco decepcionada.
—Solo han sido unos minutos además todo ha sido culpa de Mery —diría con una sonrisa confiada.
—¿Por qué me estaría llamando Mery a media noche? —preguntaría con una sonrisa disimulando estar confundida.
—Mmm... probablemente sea sobre otra reseña de otro bar y ella está ahí ahora mismo. En la noche, esta noche, ahora mismo —diría sonando demasiado inocente para su mentira.
—Ajá ¿Y yo soy la mala mentirosa? —afirmaría soltando una carcajada.
—¿Sabes que señorita propia y decente? Piensas demasiado, así que no te detendré más, por mucho que lo quiera hacer.
Después de otro beso, me dirijo de vuelta al bar. Me acomodo la falda para que no haya ningún rastro de nuestro enérgico encuentro y rezo a todos los santos para que mis labios no parezcan que han sido arrancados.
Landon Downey es sinónimo de fuego ardiente ¡Y esta humilde servidora lo puede afirmar!