Adrienne Lively:
—Sabes tengo que admitirlo, no te consideraba una fan del tequila —diría con una bella sonrisa, enseñando su dentadura perfecta.
Consciente de sus hermosos ojos cristalinos, tragaría el shot. Mi cabeza empezaría a dar mil vueltas mientras miro lo profundo que son y la sensación de querer perderme todos los días de mi vida en ese bello mar.
—Tan azules...—diría embobada, sin darme cuenta que lo dije en voz alta.
Inmediatamente me daría cuenta y me sentiría avergonzada por decirlo en voz alta, afortunadamente el me sigue la corriente.
—¿Es esa una bebida? ¿Tan azules? —preguntaría con un toque de diversión y curiosidad.
—Uh...Quise decir, agave azul. Es un tipo de tequila, creo.
—Fascinante, déjame comprarte uno y así podemos probarlo juntos —expresaría mirándome con interés directamente a los ojos.
Una bebida de Landon Downey... sin duda alguna es una noche que pretende ser prometedora y yo seré cualquier cosa menos aburrida y rutinaria.
—Supongo, si tú insistes, aunque creo que deberías saber que ya he tomado algunos —le diría tratando se sonar coqueta.
—¿Algunas bebidas o algunos hombres dándote vueltas e intentando sobornarte con ellas? —preguntaría con sutilidad y mirándome con más interés que antes.
—Bueno, sinceramente podría decirse que ambos —aclararía dándole una sonrisa "inocente", dándole un sorbo a mi tequila.
—Parte de estar aquí, supongo. Pero no me sorprende escuchar que tengo competencia por la atención de una hermosa mujer —diría mirándome profundamente con su típica sonrisa —así que, ¿te invito un shot de tequila azul?
—Suena bastante bien, gracias —admitiría con mis mejillas sonrojadas.
Landon levantaría su mano y haría un gesto al bartender, quien le daría una sonrisa y asentiría con la cabeza.
—¿Qué paso con los cristales? —preguntaría con curiosidad esperando al bartender.
—¿Cristales? Uh el bartender se los llevo cuando estuvieron vacíos —diría con un toque de confusión.
—Los tuyos, los que usaste antes —Landon soltaría una pequeña risa y apuntaría hacia mis ojos.
—¡Lentes! claro...¿Podemos decir que era el alcohol el que estaba hablando? —soltaría con una pequeña risa.
—Claro que podemos, he escuchado que Adrienne Lively es demasiado reservada —afirmaría con una mirada misteriosa.
—Espera, ¿Cómo sabes mi apellido? No lo mencioné antes —diría llevando mi bebida a mis labios para ocultar mi rubor.
—Para empezar, he visto tu nombre en la oficina, yo trabajo bajo contrato para You. Segundo, de todas las chicas de You tú eres la más distante así que simplemente me dio curiosidad. Y tercero, eres mi vecina, no haces nada de ruido y tus luces siempre se apagan a la diez de la noche, realmente eres fascinante así que pregunte —admitiría con un lindo gesto.
Guau, es Landon Downey ¿Interesado en mi? Sea lo que sea esto, no me echaré para atrás. Mi yo sobria quizá lo haría pero la borracha Adrienne tiene orgullo y seguirá con esto.
—Oh, es cierto. Tú eres el tipo de las fiestas ruidosas, no me doy cuenta de cuándo apagas las luces. —admitiría alzando mi ceja en señal de alegría.
—Ves, ya me conoces tan bien —diría alzando ambos de sus brazos en señal de asombro.
—Difícilmente, no es mi trabajo mantenerme al día con los mujeriegos de Nueva York —diría de manera juguetona.
—¿Mujeriego, eh? Supongo que no me conoces tan bien, así que tenemos que remediarlo seriamente señorita Lively —diría remarcando con lentitud la última parte —Vamos a ver, ¿Qué tal si me concede una pieza?
¿Bailar con Landon? Realmente me encantaría, por fuera me mantengo tranquila pero en realidad por dentro estoy gritando como una histérica.
—Claro ¿Por qué no? Vamos a bailar —le diría bastante emocionada.
Landon como todo caballero me tendería su mano y yo la tomaría con mucho gusto siendo así tomados de la mano nos dirigimos hacia la pista de baile, pero cuando llegamos a ella la música se haría más lenta y el ritmo se volvería más sensual. Un rayo de energía recorrería mi cuerpo mientras mi piel toca la suya.
¿Realmente está pasando esto? o estoy en un sueño....
Landon me acerca a él de manera lenta y sutil, me mira directamente a los ojos mientras nuestros cuerpos se mueven en sintonía, sus manos sujetarían firmemente mi cadera y mis manos envolverían su cuello, mi cuerpo encaja perfectamente con el suyo, más allá de un simple baile pareciera que estamos conectados y que el resto de mis bailes estarían destinados solamente para una persona. El tiempo pasa demasiado rápido mientras estoy dentro de sus brazos cuando menos me doy cuenta ya hemos bailado más de seis canciones.
Mi cabeza está dando demasiadas vueltas, ¿Son las bebidas o es Landon? Sea lo que sea, quiero más.
—Eres una pareja de baile increíble, pero me siento sediento. ¿Quieres otra bebida? —me susurraría en mi oído.
—Sí, por supuesto —declararía susurrándole en su oído.
Volvemos al bar tomados de la mano, su toque es estimulante y adictivo a la vez para mi persona.
—Te ves diferente de cuando nos conocimos por primera vez —diría viendo fijamente su bebida pensativo.
—¿Eso es bueno o malo? —preguntaría divertida.
—Solamente diferente, me gusta a decir verdad —afirmaría volviendo su vista a la mía.
—Soy la misma chica, lo sabes —diría acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
—Eso espero —diría mientras toma mi mano y la lleva a sus labios, dándome un tierno beso.
—Pídeme, más de lo que sea que está haciéndome sentir tan bien —diría mirándolo fijamente ante la tenue luz del bar.
—No creo que me embotellen todavía, pero te conseguiré algo más por ahora —afirmaría con un guiño.
Después de una bebida, volveríamos juntos a la pista de baile, sin duda alguna sus movimientos son seductores y me consumirían cada vez más, antes de que me de cuenta él me esta dando pequeños besos en el cuello, sus besos llegan al hueco de mi garganta y empezarían a subir.
—Eres extremadamente hermosa, sin importar lo que opinen los demás ¿Lo sabías? —suavemente levantaría con su mano mi mentón para que lo vea, mientras que su otra mano se extendería por mi espalda baja, cada vez estando más cerca el uno del otro.
Un golpe de calor y excitación se empezaría a sentir en mi pecho y enviaría sensaciones a distintas partes de mi cuerpo, cada centímetro de mi piel se encendería por su toque, cuando me alejo un centímetro de su cuerpo él sonríe.
—He querido hacer esto desde el momento que te vi en tú balcón, con esos lentes y esa mirada tímida que tenías y puede que muera si me detengo ahora mismo... —anunciaría mirando fijamente mis labios.
—Landon yo... —daría un paso hacia atrás, tropezando ahora que perdí el valor —Uh...necesito usar el baño, ahora regreso.
—Claro, no te preocupes.
Voy al baño y me veo en el espejo, estoy despeinada y me veo feroz, ni siquiera puedo reconocerme en estos momentos, me tiro un poco de agua en mi cara para refrescarme y doy un último respiro, meditando sobre lo último que ha pasado con Landon y conmigo.
No importa lo que suceda hoy, ya tengo mucho material para el artículo y la vida solamente es una así que viviré con eso en mente...
Me doy una última ojeada en el espejo y me dirijo de nuevo al club, Landon esta justamente donde lo deje por última vez y puedo reconocer a través de todas las luces del club sus ojos penetrantes junto con su mirada embriagadora, así que camino lentamente hacia él con una sonrisa.
—¿Qué hacías? —le pregunto al verlo sereno.
—Esperándote —diría simplemente.
—¿Por qué? —preguntaría curiosa
—Solamente quería asegurarme de que volverías —indicaría juntando ambas de sus manos.
—¿Al bar? No es como si fuera difícil de encontrar —comentaría con obviedad.
—No, quería asegurarme de que volvería a mí —remarcaría la última palabra con seguridad.
De pronto estoy agradecida por el tipo de iluminación del lugar, ya que él no puede ver lo sonrojada que estoy en este momento gracias a él.
—Eres un coqueto sin remedio, Landon Downey —afirmaría para mis adentros.
Es horas más tarde cuando siento que sus bromas y toqueteos me empezarían a encender, mi corazón cada vez late más fuerte y me empezaría a sentir un poco mareada, sentiría que los tacones ya empezarían a cobrarme factura esta noche.
—Por mucho que me gustaría quedarme así, creo que debería irme a casa —le anunciaría, señalando la salida del lugar.
Landon asentiría con su cabeza debido al ruido del lugar, así que ambos saldríamos del lugar de manera fugaz mientras que él me haría un gesto hacia una motocicleta Harley Davidson 1200 estacionada cerca.
—¿Quieres que te lleve? —preguntaría con una sonrisa orgullosa señalando la motocicleta.
—Hmm...¿A mi departamento o al tuyo? —preguntaría sin fijarme de las consecuencias de mis palabras.
—Vivimos en el mismo edificio, así que tú elige —diría negando divertido con su cabeza debido a mi pregunta.
—No estoy en condiciones de conducir, no me imagino que tú lo estés —le diría alzando una ceja en señal de confusión.
—Dejé de tomar hace horas y ahora mismo tengo dos cascos listo —declararía alzando ambos cascos con sus manos.
—Bueno pues no se diga más, seré tu copiloto el día de hoy —afirmaría con una pequeña sonrisa, colocándome el casco.
Atravesamos la ciudad en total silencio, mis manos sujetan firmemente su cintura y simplemente el sentir el viento contra mi rostro es una de las sensaciones que he sentido en mi vida, gran parte del tiempo solamente me concentro en lo cerca que está mi cuerpo del suyo y la facilidad con la que se mueve en las calles de Nueva York.
Llegamos al edificio en donde ambos vivimos y entramos en silencio al elevador, sentiría como la tensión entre ambos va aumentando, nos miramos de una manera íntima el uno al otro, sin querer apartar la mirada o dejar de tocarnos mutuamente, nuestramos manos han estado entrelazadas desde que bajamos de su motocicleta.
—Adrienne...te deseo —diría en un susurro con su voz raposa, demasiado cerca de mi oído.
El ascensor en ese momento se abriría y nosotros nos alejaríamos con un brinco, cada uno en una esquina opuesta. Una pareja mayor subiría y la señora me miraría con una sonrisa en su rostro que me haría sonrojar, estos bajarían un piso después.
A solas otra vez, la tensión se fortalecería por cada segundo que pasa, su olor cada vez se vuelva más embriagador para mi y mi corazón latería de manera inigualable.
La vida es demasiado corta como para estar pensando en hubieras así que no quiero esperar más, esta noche estoy lista para tomar a este hombre y finalmente satisfacer mi curiosidad. Agarrando la parte de atrás de su cabeza lo acerco a mi para que nuestros labios se encuentren y en ese momento todo el mundo desaparecería.
—¿Estás segura? —me preguntaría Landon mirándome con atención y cariño, como si fuera lo más preciado del mundo.
—Si
Esa simple respuesta cambiaría el rumbo de mi vida por y para siempre...