Las Cenizas De Emma© #3

Por shipsinthesky

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La quemaron viva. Y se culpó de todo. La redujeron a cenizas. Y, una vez más, se halló cara a cara con la ú... Mais

Epígrafe
Sinopsis
LAS CENIZAS DE EMMA
1: Un dueto perfecto
2: 8 meses
3: 8 meses u 8 años
4: La estrella caída
5: Un 8 volcado
6: Delicia
7: Como está escrito
8: Pérdida
9: Vacío
10: Lugar seguro
11: Dos orgasmos
12: Lista de pros
13: Un amor infinito
14: 5 minutos
15: Renaciendo juntos
16: Papi feliz, papi óptimo
17: Niña y niño
18: Comprometida
19: Neptuno
20: Una verdad
21: Un diamante
22: Dotada de amor
23: ¡Que los cumplas feliz!
24: Favor de cumpleaños
25: 22 por siempre
27: Un equipo
28: Trinidad
29: Luna de miel:
30: Ellos
31: Mentiras
32: Al estilo Oschner
33: Renuncia
34: Sorpresa
35: A su medida
36: Estela: la niña de los anillos
37: Verdes, blancos y rojos
38: La Estrella
39: Soluciones
40: 8 certezas
41: Selene
42: Un desastre
43: Colin Oschner & Emma Miller
44: Capricho
45: Sueños
46: Muñequitos de torta
47: Tres carreteras
48: La porción de Emma
49: Cómo empezaron
50: Niños de los anillos
51: En nombre del amor
52: El perchero
53: Miércoles por la noche
54: Cordialmente invitada
55: Regalos
56: El stripper
57: Momentos
58: El ritual
59: ¡Sorpresa!
60: Alegría
❀『Adelanto: Capítulo 61』❀
61: Víspera de la boda
62: Contando los segundos
❀『Víspera del final』❀
63: Sr. & Sra. Oschner
64: Por toda la constelación de Leo
☆*AMOR DEL BUENO*☆
☆~Feliz 8 de noviembre~☆
⋆.ೃ࿔*:・¡4to libro!⋆.ೃ࿔*:・

26: 8 de septiembre

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Por shipsinthesky

Los 22 de Emmy:

Parte IV

No tuvo que lidiar con Alicia porque ésta se marchó sin despedirse cuando el Universo entero celebró el beso que se dio con su amor. Escarlata había tratado de disculparse en nombre de Alicia, pero Emma no le permitió hablar, es que no quería escuchar ninguna palabra al respecto en ese momento ni en otro. No sabía qué pensar, qué decir o qué hacer. Su sentido común le decía que debía estar furiosísima con Alicia, se suponía que su sangre debía hervir al recordar sus palabras, pero, en lugar de eso, su sangre formaba hilos de hielo en sus venas, le entristecía recordar a su amiga, porque estaba segura de que eran amigas, y estaba segura de que la otra jamás hubiese deseado entristecerla en medio de su tan esperada fiesta de cumpleaños. Simplemente, no lograba entender lo que había pasado con Alicia para que sacara de su cofre, y sin permiso, el tema que ella más guardaba con especial cuidado.

—¿Colin fuma? —Gen se sorprendió al ver a Colin a lo lejos, solitario, mirando florecitas mientras fumaba.

Emma lo buscó con su mirada. Estaba realmente lejos, pero se notaba el puntito brillante del cigarrillo y el humo que salía por su boca.

Un paso a la vez, un día a la vez, un trauma a la vez.

—Sí —dijo, apartando lentamente su mirada de él hasta regresar a ellas—, pero está tratando de dejarlo.

—¿Está siguiendo un tratamiento? —preguntó Escarlata.

—No. —No específicamente para eso—. Pero se prometió que lo dejará. Fuma mucho menos que antes.

—Eso es bueno —respondió Escarlata.

—Sí —esbozó una media sonrisa. No supo qué otra cosa hacer.

—Mi chofer está afuera. —Gen vio su celular y se puso de pie.

Es que ya era cerca de la medianoche, cerca del final del día de Emma.

—Te acompañamos a la puerta —dijo Emma, levantándose también.

—Entonces, pediré un Uber a la casa de mi Agnes. —Escarlata sonrió, colgando su pequeño bolso en su hombro, y Emma le dio un empujoncito cómplice mientras caminaban las tres juntas. Carla rio, diciendo—: Me dijo que vaya en cuanto termine por aquí, y siento que ya terminé por aquí, Colin pensará lo mismo.

—¿Colin? —Emma rio.

—Debe estar maldiciendo porque Gennie y yo no nos vamos —rio más.

—Les aseguro que no, amigas. —Emma abrió sus brazos, abrazando a una por lado mientras caminaban.

Tal vez todavía no.

Adentro, rumbo a la puerta principal, se hallaron frente a frente con Alan y Eugene. A Eugene se le cayeron los tornillos que hacían funcionar su razón cuando Emma apareció frente a sus ojos. En pocas palabras, se lanzó sobre ella y la abrazó con todas sus fuerzas como el buen borracho cariñoso que era.

—Emmy —la rodeó el cuello—, ¿sabes que eres mi mejor amiga?

—Sí, Eugene. Somos mejores amigos. —Emma sonrió, viendo a Alan en busca de respuestas.

—Digamos que esta noche yo no bebí. —Alan explicó, juntando sus manos como un monje pacífico.

—Emmy, te quiero tanto —continuó Eugene, sin soltarla.

Gen y Escarlata se miraron. Conocían la salida, hubiesen seguido su camino, pero se puso interesante.

—¿Qué pasa? —apareció Colin.

—Perro —Eugene soltó a Emma de golpe, y abrazó a Colin—, yo a ti te amo.

—Gracias —dijo Colin, dándole dos golpecitos, supuestamente cariñosos, en la cabeza.

—Solo para aclarar —Alan levantó una mano—, ése es Eugene, y yo soy Alan.

Emma rio, mirando la cara seria de Colin.

—Abraza a tu mejor amigo —le dijo.

—Sí, Colin, dale un besito a tu mejor amigo —añadió Alan.

—¿Te puedo dar un besito? —Eugene vio a Colin. No había bebido tanto y no estaba tan borracho, bueno, él preferiría decir que estaba alegre, más tarde le culparía de todo a J.J. y a la manera en la que le pasaba las latas.

Escarlata sonrió, mirando el suelo, mientras Gen la estiraba del brazo para que la acompañara a la puerta.

—Eh... —Colin frunció su ceño. No le molestaba que le diera un besito, pero Eugene borracho era algo...

—Sí puedes darle un besito —dijo Emma, riéndose fuerte.

Eugene agarró la cara de Colin, y le dio un beso en la mejilla. Emma rio mucho, en cambio, Colin se limitó a darle golpecitos amistosos a la espalda de Eugene.

—Ahora dale un beso a Alan, Eugene —dijo Gillou, quien pasaba por ahí.

—Ya. —Colin se puso serio—. ¿Pedirán un auto?

—Estábamos en eso. —Alan se había distraído al ver cómo Escarlata había mirado a Eugene hacía un ratito. Escarlata se había reído despacio, coqueta. Alan ya quería decirle al Eugene sobrio que había pasado la mayor vergüenza de su vida delante de una chica linda, y no es que fuera la mayor vergüenza de su vida, por eso Alan pensaba exagerar los hechos.

—Los amo a los dos. —Eugene abrazó a Emma, y le dio un golpecito al pecho de Colin.

—Esto es increíble. Es cariñosito como tú —le dijo Emma a Colin.

Colin le sonrió a Emma, y nada tenía que ver con Eugene.

Dios, solo quería besar esa boquita.

—Bien. —Alan interrumpió el contacto visual entre los dos—. El Uber llegará en dos minutos. Hasta luego, y disculpen los inconvenientes a último momento. Nunca pensé que alguna vez yo me disculparía por Eugene.

—No hubo inconvenientes —respondió Emma.

—Feliz cumpleaños, otra vez, reina Emma —dijo Alan.

Emma abrazó a Alan, abrazó de nuevo a Eugene, y permitió que ambos se marcharan.

—Quiero una hamburguesa —le habló Eugene a Alan, yéndose juntos.

—Tengo que dormir temprano. Mañana tengo que estudiar —contestó Alan.

Emma y Colin se miraron en medio de una sonrisa, y ella le dio un abrazo.

—Buenas noches. —Gael atravesó el camino, dando las buenas noches como un viejecito, pero nada tenía de viejecito—. Saldré a dar una vuelta con Gi —dijo, palpándose el bolsillo delantero de su vaquero para asegurarse de que la llave de la camioneta estaba ahí. A diferencia de Gillou, él no había bebido ni una gota de alcohol.

—¿Adónde? ¿A la punta de la Torre Eiffel? —preguntó nada menos que su papá.

Jake estaba sentado solo en el sofá de la sala, digiriendo. Nadie lo había notado hasta ese momento. La cara de Gael ardió de vergüenza y enfado. Emma y Colin no dijeron ni mu, sabían lo que era ser víctima de ese señor.

—Sí, y usaré todo el tanque que cargaste anoche. —Gael se fue.

—Me decepcionaría de ti si no lo haces —respondió.

—Eeh... —Emma dio un paso hacia la sala—, ¿y Bia?

—Se derramó vino en su vestido, y cree que puede salvarlo en la bañera —bostezó.

—¿Y la fiesta? —Faith apareció.

—Algunos invitados tuvieron que marcharse —dijo Colin.

—Incluyendo tu hijo —añadió Jake, hablándole a Faith—. Se fue a comer mousse.

—Aah. Ya veo —respondió ella—. ¿Y Jay? ¿Pía?

—Se fueron a comer churros.

—Aah. —Faith asintió con su cabeza.

—De verdad fueron a comer churros —aclaró Emma.

—Ya no sé cuándo este hombre habla en serio —dijo Faith.

—Nadie sabe. Esa es la mejor parte. —Jake se acostó de lado.

—Yo sí sé —habló Emma, sonriendo.

—Cole —dijo Jake, bostezando otra vez.

—¿Sí? —Colin levantó su mirada.

—¿Me cargas hasta mi cama?

Colin miró a Emma, quien puso los ojos en blanco.

—¿Y ahora está hablando en serio? —le preguntó Faith a Emma.

—Por supuesto —respondió Jake, todavía tirado en el sofá porque Colin no lo había cargado.

—Ni siquiera Jay podría cargarte, pa. —Emma entendía que no estaba hablando en serio, y Colin creía entender también, el problema es que su suegro era un enigma que ni la ciencia podría resolver.

—Por eso vivo con el miedo de desmayarme en la ducha. —Jake les dijo seriamente.

—Para eso existen los paramédicos —pensó Colin.

—Por eso vivo con el miedo de desmayarme en la ducha y que los paramédicos estén de huelga —añadió.

—Está bien, rey del drama. —Emma sujetó la mano de Colin.

Aún sobraban minutos del 7 de septiembre, y ella quería aprovechar cada milésima fracción de segundos a su lado. Lo llevó afuera, a los sofás blancos del jardín, que hace rato habían sido ocupados por su familia. Se sentaron, y ella se acurrucó contra él, subiendo sus pies al asiento, y él la abrazó como si fuese su más grande amuleto. Eran visibles algunas que otras estrellas del firmamento nocturno. Era una noche preciosa en todos los sentidos en los que podrían pensarse. La música pop seguía sonando, se oían ciertos ruidos que los empleados hacían al limpiar la cocina, y cerca de ellos había un grillo buscando protagonismo.

—Ugh. —Emma se apartó y se sacó sus sandalias—. Me aprietan.

—¿De verdad? —Colin le miró los pies que tenían marcas rojas producto de las sandalias—. Mi nena —la agarró de un pie, y lo frotó con su mano para que se le pasara el dolor. No podía creer que había estado sufriendo toda la noche.

—Es que combinan bien con mi vestido —rio de ella misma.

—Te ves hermosa, y no necesitabas esas sandalias —se agachó y le besó los pies con devoción.

Ella rio porque la barba le hizo cosquillas en las plantas de sus pies, y esa risa fue música para los oídos de él, entonces, tuvo la brillante idea de exagerar los besos, brillante en serio, su cerebro se enorgulleció más que en la universidad, ella rio más, porque, poco a poco, los labios fueron subiendo hasta sus rodillas.

—Para. —Necesitaba respirar.

Colin dejó de besarla, y la vio desde ahí abajo.

—¿Pasaste bien? —le preguntó.

Omitiendo el mal comentario de su amiga...

—Sí —asintió.

—Quiero enseñarte algo —se sentó derecho.

—Bien —dijo, emocionada por lo que sea ese algo.

—Cierra los ojos —pidió, dulcemente.

—De acuerdo —sonrió, y no solo cerró sus ojos, también los tapó con sus manos.

Colin la contempló por un instante, tan delicada y angelical con ese vestido. Algunas veces, aún le costaba creer que había sido hecha para él, y que él había sido hecho para ella. Su amor era etéreo, mágico, su amor era una auténtica manifestación de lo divino. Se sacó la sudadera, quedándose con una camiseta totalmente blanca, puso a un lado lo que se sacó, y se acomodó el cabello otra vez, hacia atrás. Entonces, dijo:

—Puedes abrirlos.

Emma se mordisqueó el labio inferior que aún estaba pintado, y se sacó las manos de encima.

No había nada nuevo, además de la camiseta blanca.

—No comprendo —sonrió, nerviosa. Su ansiedad no quería jugar.

Fue entonces que Colin le enseñó su nuevo tatuaje en el costado de su antebrazo derecho.

Se había tatuado en tinta negra el número 1998.

—Cole. —Emma abrió su corazón, sus ojos les dieron el lugar correspondiente a sus lágrimas.

—Ese año nació el amor de mi vida —le sonrió, también se le aguaron los ojos al mirarla tan encantada—. Eres mi mejor amiga y mi alma gemela —movió su antebrazo. La agarró de la mano para darle un beso en los nudillos. Emma ya andaba llorando. Cómo no—. Recuerdo, y no quiero hacerlo, pero recuerdo que en tu cumpleaños número 20, en la misma semana de conocernos, lloraste porque te sentías un error. Mi amor, tú siempre fuiste mi mayor acierto. Entre billones de galaxias, tú y yo acabamos en el mismo planeta al mismo tiempo.

—¿De cuál de los dos planetas estamos hablando? —sollozó.

Colin sonrió, mirando hacia abajo.

—Cásate conmigo —le dijo.

Emma pudo sentir como si su corazón hubiese dado un salto y su alma se hubiese caído de espaldas. Colin puso una rodilla en el suelo, frente al sofá, tomándola de la mano como a una princesa de cuentos.

Una princesa guerrera.

—¿Mi nena linda quiere casarse conmigo? —Su voz sonó distinta, tenía un incómodo nudo en la garganta.

Emma sollozó fuerte, estirándolo para ponerlo de pie.

Ambos se pusieron de pie.

—No te arrodilles nunca, Colin Oschner —se subió en el sofá para poder alcanzarlo, y lo abrazó del cuello, a la vez que todo su cuerpo temblaba al igual que su voz—. No te quiero de rodillas frente a mí, quiero que camines junto a mí. —Colin la abrazó fuerte, y lloró, se entregó al intenso llanto contra la piel de su maravillosa nena—. Y sí, me casaré contigo, porque quiero reírme para siempre contigo, y quiero tener que ordenar pizza de pepperoni y espárragos cada fin de semana, y mi niña quiere jugar por siempre con tu niño, y mi alma quiere hacer el amor con la tuya en esta vida, y en cada una de las que siguen, amor.

—Te amo bien. —Fue lo que pudo decir entre llanto y llanto.

—Tu amor del bueno me hace bien —lo sujetó de la cabeza para contemplarse a los ojos. Parecía la última lluvia de verano, aquella que nutre a las flores y les da esperanza a los soñadores. Unieron sus labios en un tierno beso, de esa manera sellando su compromiso.

—Te hubiese comprado un anillo —dijo, un poco más calmado—, pero no lo planeé, sentí como si alguien me hubiese sacado las palabras de mi pecho. Te compraré un anillo.

—No quiero un anillo —le acarició el cabello sin parar de verlo.

—Sé que no lo necesitamos, pero me gustaría dártelo —sorbió su nariz.

—Está bien —sonrió, asintiendo con su cabeza.

Lo que a él le hiciera feliz estaba bien.

—Pero tiene que ser un anillo especial —añadió él.

—Será especial porque vendrá de ti —le dio un besito en los labios.

—¿Qué hora es? —se apartó un poco, y ella se bajó del sofá.

Ambos miraron el celular de él.

Ya era 8 de septiembre.

—No puede ser. —Colin rio, frotándose la cara, los ojos, la frente.

En ese momento, Emma escuchó la música.

—Baila conmigo —le pidió.

—No tienes que pedírmelo dos veces —sonrió.

A pedido de Emma, Colin se quitó los tenis y calcetines rápidamente, lo arrastró para bailar sobre el césped September de Earth, Wind & Fire, como si hubiesen sido sacados de una peli de John Travolta, tomados de las manos, girando, y finalmente riendo a carcajadas que vibraban más que la música alta.

Las estrellas en el cielo brillaban para ellos.

En ese 8 de septiembre, no había espacio para algo más que el verdadero amor del bueno.

 ∞

¿ESTÁ EN MI CABEZA? NO SÉ QUÉ PENSAR. ÉL SE ARRODILLÓ Y SACÓ UN ANILLO Y DIJO: CÁSATE CONMIGO, JULIETA, NUNCA TENDRÁS QUE ESTAR SOLA. TE AMO Y ESO ES REALMENTE TODO LO QUE SÉ. HABLÉ CON TU PADRE, VE A ELEGIR UN VESTIDO BLANCO. ES UNA HISTORIA DE AMOR, CARIÑO, SOLO DI QUE SÍÍÍÍÍÍ.     —Taylor Swift.

Espacio especial para que llores conmigo !!!!!!! <3

CIELO AZUL CIELO AZUL. COLIN SE TATUÓ EL AÑO DE EMMY<3 QUE CASUALMENTE TERMINA EN UN 8. AAAAAA. DIJE QUE NO IBA A HACER NOTA DE AUTORA, PERO DEBO SACAR LO QUE TENGO TRABADO EN MI PECHO. 

 DO YOU REMEMBER THE 8TH NIGHT OF SEPTEMBER??

DESDE HOY DECLARO QUE NOSOTRXS CANTAMOS LA CANCIÓN DE EARTH, WIND & FIRE DE ESTA MANERA. EL 8 DE SEPTIEMBRE, LA NOCHE MÁS HERMOSAAAA.

CUÉNTENME CÓMO ESTÁN CÓMO SE SIENTE. POR FAVOOOR. QUIERO LEERLOS.

¿¿¿ALGUIEN MÁS QUIERE VER ESE ANILLO???

¿¿ALGUIEN MÁS NECESITA ESA BODA?? (hACE MESES, LO SÉ)

HOY ES UNA NOCHE DE CELEBRACIÓN. Y MIREN QUÉ HERMOSO DÍA. HOY 20 DE MARZO ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA FELICIDAD. PUES YO ESPERO HABERLE DADO UN POCO DE FELICIDAD CON ESTE CAPÍTULO. LXS AMO MUCHÍSIMO. 

HASTA LUEGOOO. 

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