Cuando Ch'aska pensaba que estaba cerca de terminar su trabajo, resultaba que existía otro piso, otra ala, u otra habitación dentro de aquel enorme palacio, que aunque en principio no se había dado cuenta, tenía que admitir que era mucho más grande que el castillo en Wækas.
Lo curioso era que, aun siendo tan inmenso, no perdía detalles ni elegancia, pero sin duda, no quería perder de vista al Rey de las nubes, o no sabría cómo volver al salón principal.
Rygel, en silencio, pensaba similar a su compañero, sumado al hecho de que su tarea de crear un mapa del lugar se veía imposible, al menos, si debía incluir los planos del mismo castillo.
—¿Y aquí solo viven usted y su guardia? —No pudo evitar preguntar, al llegar al que debía ser el vigésimo piso. Ese lugar debía tener al menos mil habitaciones.
En el palacio de Wækas, muchos cuartos quedaban desocupados, y eso que Andrómeda había reclamado a Marseus un lugar para ella en cuanto la anterior bruja murió. Su reino no era precisamente el más grande y poblado, a comparación.
—No, también vive gran parte del reino aquí, incluso desde antes de que el cristal núcleo desapareciera. Aun así, quedan lugares vacíos —dijo Lyn al notar que a sus invitados les preocupaba que el castillo no tuviera fin.
Esa respuesta tenía sentido para los dos guardianes, y Ch'aska continuó su tarea, a pesar de que nunca antes había utilizado tanto su don, y empezaba a cansarse. Poco a poco gran parte del lugar estaba cubierto de hielo y se sentía más frío el ambiente, por lo que incluso salían algunos habitantes y refugiados a quejarse o a preguntarle al rey lo que estaba sucediendo.
Este se había tomado su tiempo para explicar que era necesario, y que lamentaba las incomodidades, y al regresar a los piratas, les pidió que continuaran.
—Si se lo preguntan, en realidad, no siempre ha sido así —explicó Lyn de repente, refiriéndose al hecho de que el castillo estuviese abierto para toda la población—. Pero cuando fui coronado pensé... que no era más especial que mis compañeros, o el resto de nuestra gente, así que debía darles las mismas oportunidades que tuve.
—Suena bastante modesto, viniendo del Rey más fuerte de todos —comentó Rygel con un aire de ironía, por lo que Lyn sonrió, notando que en verdad sonaba muy modesto viniendo de él.
Tal vez, su deseo continuo de entregar a Wölcenn todo lo que tenía, era lo que le impulsaba a alcanzar más cosas, y llegar más lejos. Debía ser mejor si quería entregar algo mejor.
—No seré el rey más fuerte para siempre. Mi reemplazo podría llegar en cualquier momento, o puede que incluso ya esté aquí, pero mientras, cada persona es importante, así que no separaré a mi gente en clases, cuando mi deber es cumplirles —explicó, deseando dejar en claro cuál era el legado que quería dar—. No sé cómo será en Wækas la elección de futuros guardianes, pero aquí siempre fue algo estricta, por lo que no somos muchos.
Rygel y Ch'aska se sorprendieron de escuchar aquello, pues significaba que el Rey y sus seis guardianes habían sido en principio, todos los candidatos al trono de Wölcenn. En cambio, hablar de la elección de guardianes para ellos, también les hacía recordar cosas muy lejanas y tristes, por lo que no sabían si de verdad querían explicarlo.
—Bueno, originalmente en Wækas, los guardianes éramos muchos más —Ch'aska se aventuró a contar, quedándose junto a la baranda de un pasillo, y viendo en picada todo lo que había subido hasta entonces—. Como sesenta —añadió con un aire de nostalgia.
Lyn elevó las cejas con asombro y curiosidad por saber cómo de sesenta candidatos, en la actualidad solo seis eran guardianes.
—Entenderá que en nuestro reino la navegación es muy importante, y no es tarea para una sola persona, así que nos dividíamos en grupos. Se podría decir que ahora somos una sola tripulación.
El rey volvió a asentir, y por el tono de voz un poco quebradizo del guardia, supuso que no debía indagar más en ello. Además, le parecía haber escuchado alguna vez sobre una muy lejana incursión pirata que le otorgó gran fama y leyendas al reino de Wækas, pero también, numerosas pérdidas.
—Oh, quería saber —pronunció de repente, pensando que era el mejor momento para cambiar de tema—, ¿qué significa para ustedes «nassein»? Jamás había escuchado esa palabra, pero, ¿no es lo mismo que «matelot»?
Rygel y Ch'aska creyeron que era imposible pasar de un momento en el que estaban a punto de sentir un nudo en sus gargantas debido a los recuerdos que ansiaban superar, a otro en el que les costó tragarse las ganas de reír, hasta que dejaron escapar las primeras carcajadas.
Ante lo evidente que era que el Rey empezaba a molestarse, Rygel fue el primero en tratar de recuperar la calma.
—Lo siento mucho, Majestad —murmuró, aun entre risas—. Ah, no pensé que la gente en Wölcenn fuera tan divertida. Deberían bajar más seguido...
Lyn rodó los ojos. No se avergonzaba por su duda, quería saber por qué les resultaba tan gracioso.
—Nop, no es lo mismo —Ch'aska se apresuró, dándose un descanso y dejando que su compañero siguiera riendo.
—¿A qué se debe la duda? El capitán está soltero por ahora, si es lo que en verdad le interesa saber —replicó Rygel, con una pizca de malicia en su tono—. Nashi y él no son más que viejos compañeros de tripulación, solo amigos, o bueno, «nassein».
—No fue eso lo que pregunté —insistió el rey, más molesto. Sin embargo, muy en el fondo, agradecía el dato respecto a la soltería de Marseus.
El guardián rubio se cruzó de brazos, y se habría arrimado hacia la pared, si esta no fuera ahora un pedazo de hielo gigantesco en medio de un pasillo.
—Aunque Ch'aska y Leo son los únicos que pueden hablar del matelotage desde la experiencia, le convendría saber que es exclusivo de nuestro reino, así que tampoco se haga ilusiones... —matizó en un tono hostil que Lyn no pasó por alto, y le sostuvo la mirada de forma áspera, pero sin llegar a fruncir el ceño. No obstante, su expresión cambió poco a poco, llegando a esbozar una sonrisa mordaz.
—Entonces no van a explicarme lo que es...
—«Nassein» es como llamamos a alguien a quien consideramos más que un amigo, pero no en un sentido romántico. Tal vez como un hermano, eso creo... —Ch'aska intentó explicar, aunque entre más lo pensaba, le veía un significado tan profundo a la palabra que no se había cuestionado antes.
El rey, en cambio, se sentía más confundido.
—Tengo una hermana, de hecho. Se robó el cristal núcleo en mi cara, y es la razón por la que mi reino está a punto de colapsar... —expuso, como si quisiera denotar que no sentía por Zéphyrine el tipo de cariño que el guardia había descrito.
Los dos piratas se miraron, sintiendo que habían metido la pata de alguna forma, y que lo mejor habría sido no intentar explicarle nada.
—Sí, bueno... —murmuró Rygel, incómodo—, no encaja mucho con el concepto que tenemos de nassein. Trate de pensar que si pudiera nacer de nuevo, y tener a otra persona como su hermano, ¿quién desearía que fuera?
Lyn quería imaginárselo, pero tuvo que detener sus pensamientos ante otra duda.
—¿¡Pero por qué tiene que ser un hermano!? —inquirió, como si no le viera el mismo nivel de importancia. Para él, su vida habría estado mucho mejor si no hubiera tenido ningún hermano.
—¡Agh, basta! —Ch'aska golpeó su cabeza contra el muro de hielo a su lado, con desesperación. No era posible que una palabra que hubiera usado de manera cotidiana fuera tan complicada de explicar.
—Dos de nuestros compañeros, Hanaq y Wayra, son hermanos —agregó Rygel, decidido a poner ejemplos, y si era necesario, realizar dibujos en su libreta—. Fueron la primera persona que vieron del otro, incluso su primer vínculo. Supieron sus nombres antes que nadie más, y hasta ahora, son bastante unidos. ¿No fue igual con su hermana, a pesar de todo? —preguntó, con cierto temor de insistir en el mismo ejemplo, debido a las circunstancias.
Incluso Lyn se veía molesto de forzarse a sí mismo a pensar en ello, porque no quería admitir ante nadie que tenían razón.
Sí, Zéphyrine había sido la primera persona que vio antes que nadie, y que, con una sonrisa muy segura, tomó de su mano y lo llevó hasta el palacio real, sin saber entonces que en el futuro, llegaría a reinar sobre este. Sí, él supo su nombre, y ella el suyo, pero él se dio cuenta de que no le gustaba para nada cómo le sonaba, y a Zéphyrine se le ocurrió tan solo decirle Lyn, y estaba más que bien para él.
Sí, fue su primer vínculo, y hasta ese momento, creía que nadie lo conocería tan bien como ella, y viceversa.
Era irónico, y demasiado amargo.
Tuvo una sensación de soledad muy extraña que quizás siempre le acompañaba, y se dio cuenta de que en verdad le hacía falta Zéphyrine, mas no se refería a la misma Zéphyrine que volvía de largos viajes y con la que apenas cruzaba palabra, y que le dio la espalda a él y a su reino sin importarle las consecuencias. Echaba en falta a la niña que le entregó su mano para guiarle, aunque también estuviera perdida, y que le dio un nombre que le gustaba más que el que tenía. Extrañaba a un recuerdo que ya estaba muerto, porque él lo había dejado morir.
Incluso cuando se desocupó por completo, y regresó al salón principal, Lyn no dejó de pensar en esa extraña palabra todo el tiempo de significado aún más enigmático.
«Nassein».
Tras comprender un poco más lo que Ch'aska y Rygel intentaron explicarle, había una persona que llegaba a su mente, y que encajaba muy bien con el concepto. Solo que al verle, sentía su corazón encogerse un poco, hasta causarle dolor. Pero no era tanto, y con el paso del tiempo, había aprendido a acostumbrarse.
Incluso soportaba con una calma muy natural cada vez que lo veía sostener las manos de Galathéia, y mirarla como si fuera lo único que existiese para él. Podría decirse que era experto en ello.
Se obligó a creer todas las mentiras posibles, como que si Elyon era feliz, eso era todo lo que debía importarle, y la más nueva ahora, era que lo quería como si fuera un hermano. Confiaban en el otro, y sabía bien que él lo quería, tan solo que no de la misma forma. Era un leve error de puntería con el que podía vivir.
Tal vez Zéphyrine lo resentía por ser desde siempre el chico dorado, del que se esperaba toda la grandeza, y en esos momentos quería decirle que conocía sobre la derrota un poco más de lo que se imaginaba. Sin embargo, el hecho de que supiera sobrellevarla en silencio por tanto tiempo, quizás lo volvía ganador una vez más.
Todavía podía conservar a Elyon como su nassein.
Con los brazos alrededor de la cintura de Galathéia, Elyon estaba por aproximarse a sus labios, pero ante el temor de que hicieran un vínculo en el que pudiera ver sus recuerdos, la guardiana puso su mano frente a él, y alarmada, se separó un poco.
—Hay algo que quería contarte... —lo interrumpió con una risita nerviosa. No debía ser tan importante romper lo que aparentemente era una regla muy estricta, pero Elyon era muy apegado a ellas, por lo que si se iba a ganar un regaño de su parte, quería que primero lo supiera de ella misma, y no por un vínculo.
Antes de que él pudiese responder, ambos fueron detenidos por su rey, que un poco incómodo se había puesto delante de ellos, y aclaró su voz para llamarles la atención.
—¿Te importa si me lo llevo por un rato?
Galathéia negó con la cabeza, y bajó las manos de los hombros de Elyon para terminar de separarse de él.
El chico levantó un poco la barbilla de la guardiana, acariciando apenas su labio inferior con el pulgar.
—Luego me dices.
—Yo estaré con el resto. —Galathéia asintió, caminando hacia el salón de reuniones.
Empezaba a creer que quizás, tenía que guardarse el secreto sobre su vínculo con aquel pequeño tiburón en Wækas.
En cuanto Elyon y Lyn quedaron a solas, el rey se acercó a la salida del palacio, aquella por la que Zéphyrine había huido frente a él.
Todavía quedaban rastros de las cadenas que usó para intentar detenerla, pero lo que más le molestaba al recordar ese momento, fue que había podido usar su don para inmovilizarla, en lugar de intentar bloquearla. No dejaba de darle vueltas a ello, odiándose por su error.
—Sé lo que estás pensando... —Su amigo se adelantó, al acercarse y verlo frustrarse consigo mismo. No necesitaba de un vínculo para leer sus pensamientos, conocía bien a Lyn y a su autoexigencia—. Fue inesperado para ti. Te congelaste. No te culpes más...
—No debí congelarme.
El guardián soltó un pesado suspiro, mirando las nubes, y un cielo que sin previo aviso, empezaba a oscurecer luego de lo que había considerado, una eternidad de claridad.
El tiempo era así, caprichoso, por no quererlo llamar caótico. Las mañanas y las noches duraban mucho o nada, y ellos estaban a merced de lo que el cielo deseaba.
Lo curioso de las noches era observar las estrellas en lo más alto. Todas algún día morirían y caerían en aquel mundo para ser parte de ellos, y acostumbrarse también a ese caos.
—Si lo piensas así, yo no debí estar en Isla Sornt haciendo guardia, y desde luego, no te habría dejado enviar a Galathéia tras Zéphyrine...
—¡Lo siento!, de verdad lo siento, pero ella insistió, y además, es la única que entiende a esa lechuza que es la más rápida, y yo seguía congelado...
En el momento en que vio a Elyon sonreírle con ternura, y los hoyuelos que se marcaron en sus mejillas, el resto de excusas se borraron de su mente. Se había congelado una vez más.
Volteó la mirada rápido, y decidió concentrarse también en el cielo azulado.
—Y dime, ¿también te congelaste cuando pactaste la alianza con el Rey Marseus? Todos están diciendo que sí...
«Mataré a Azhryl», fue el primer pensamiento que pasó por su cabeza en ese instante, hasta escuchar a Elyon reír, adivinando lo que había pensado.
—¿Qué opinas de la alianza? —decidió preguntarle. Después de tantas vueltas, al fin encontraba la oportunidad para pedir su juicio.
No sabía lo que él habría elegido en su lugar, y quizás le tomaría por débil. Sin embargo, al ver su mirada tranquila, no parecía juzgarle.
—En realidad, parecen agradables. Quitando su horrible gusto para vestir...
Esta vez, era Lyn quien no pudo evitar reír, en tanto lo miraba como si le provocara cierta ternura de la que podía burlarse como lo haría un amigo.
—Te prometo que no te harán nada.
Elyon hizo un mohín. No pretendía haberse visto asustadizo, pero ya daba igual.
—Las alianzas, por lo general, requieren del mismo apoyo a cambio, y considerando que ahora el reino de Gewër es nuestro enemigo...
—Lo sé, créeme que fue lo primero que pensé. No pondré a nadie en peligro, no otra vez —afirmó, queriendo rehuir de cualquier escenario en el que sus compañeros volvieran a salir lastimados—. Si solo pudiera entregarme a mí mismo a la guerra...
—¡Lyn de Wölcenn, el Rey que siempre quiso entregar todo de sí a su reino! —exclamó el guardia en tono de sarcasmo, interrumpiéndolo—. Basta ya de eso, esto no se trata solo de ti. En realidad, fallamos todos. Tienes a tu Primera Guardia, entréganos a nosotros también. O al menos, a mí. Sabes que siempre podrás contar conmigo...
Toda posible respuesta desapareció de la mente de Lyn, pero no era necesario decir nada cuando había escuchado todo lo que quería. Asintió, guardándose sus palabras, como si quisiera creer que, de verdad, hasta el fin de los tiempos, siempre tendría a Elyon.
—¿Eso significa que me acompañarás a Wækas?
Elyon sintió dudar al principio. No estaba muy seguro de qué tantas eran las posibilidades de que la idea de la alianza saliera bien, si era tan obvio lo distintos que eran ambos reinos, pero fue esa la misma razón que lo llevó a asentir con seguridad.
No debían confiarse del todo, y se tenían al otro para salir de problemas.
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HOLIIIIS✨
Primero que nada, muchas gracias por leer 💖 y... veo necesario hacer algunas explicaciones.
"Nassein" no tendría un significado en sí, pero como Ch'aska y Rygel explicaron, llamarían así a alguien que no fuera un hermano de sangre. Algo así como soulmate, pero de una manera muy platónica.
"Matelotage", en cambio, es el nombre que se le dio a la unión civil entre piratas en el siglo XVII, algo así como un matrimonio, debido a que este debía ser permanente, y estipulaba que ambos debían unir sus propiedades, luchar juntos, y cuidarse el uno al otro en caso de enfermedad. Por lo general, el matelotage no implicaba un vínculo romántico entre ambos piratas, pero no nos hagamos... (?). Del mismo modo, funciona en Wækas el matelotage. No es una decisión que se tome a la ligera por lo que conlleva, y aunque tampoco obligatoriamente deban ser pareja en un sentido romántico, la mayoría sí lo son. En fin, Ch'aska y Leo canon, para hacerla corta(?
Cabe mencionar que el matrimonio en sí, no existe en ninguno de los tres reinos, por lo que el matelotage sería lo más parecido, y como se mencionó en el capítulo, es exclusivo del reino de Wækas.
Otra cosa que espero que se haya entendido un poco, es el tiempo en este mundo. No existen las horas ni los meses, como los conocemos. El día y la noche pueden durar horas o meses incluso, y debido a la inmortalidad de los seres de cristal, ven prácticamente imposible e innecesario crear medidas de tiempo (sumado al hecho de que no necesitan dormir, por ejemplo).
EN FIN, antes de que esta nota se haga más larga que el capítulo (qué vergüenza 😭), mil gracias por leer, yo sé que hay muchos personajes y suceden muchas cosas y pueden enredarse un poco, pero GRACIAS 😭💖 Además, quería compartirles la plantilla para instagram, en caso de que deseen utilizarla 👀
GRACIAS DE NUEVO Y NO ODIEN A ELYON POR FAVOR 💖💖💖💖