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"El oscuro inicio de Alister"
Era la inocencia resplandeciente.
Un niño pelinegro con unos ojos algo particulares. Desde pequeño recordaba como las personas hablaban de mis dos faroles con tanta admiración que no lo entendía. Siempre decían que tenía el mundo en mis ojos gracias a esa extraña mezcla de colores. Gris y azul con un pequeño trozo de color hazel en la parte superior de mi ojo derecho.
Pero claro, yo no entendía que la heterocromía no era tan común en los humanos y que el color de mis ojos tampoco.
No tenía bastantes amigos.
Era un niño bastante tímido con las demás personas y siempre me resultaba difícil poder socializar. Por lo tanto desde muy pequeño me acostumbré a la soledad.
A pesar de eso siempre tuve una amiga, y era mi madre. Mi relación con ella siempre fue funcional y amorosa, ambos nos reíamos y nos demostrabamos amor como cualquier hijo a su madre.
Mi padre siempre fue un hombre trabajador, gracias a su esfuerzo podíamos tener un plato de comida todos los días y era algo que siempre tenía que estar agradecido. Ellos siempre me hicieron saber que tenía que agradecer por las pequeñas cosas de la vida.
Mi figura paterna a pesar de que no estar muy presente en casa gracias a las constantes horas de trabajo, siempre hacía su tiempo y el esfuerzo por mantenerse presente a mi corta edad. Con papá hablábamos de todo, me daba consejos y siempre fue alguien muy cariñoso conmigo.
Me enseñó valores que tuve presentes hasta mi pubertad:
Los sentimientos no siempre son recíprocos.
Los llantos no se acumulan.
Las sonrisas contagian.
Y los comentarios amables pueden llegar a alegrar el día a las personas.
Mi hermano mayor Nevils siempre fue reservado. Nuestra relación no siempre fue la más amistosa ya que nunca se encontraba en casa, siempre salía con sus amigos u otras personas que no conocía.
Las veces que hablábamos eran frases cortas y palabras indiferentes. Sin embargo ninguno de los dos tratamos de mejorar nuestra relación, estábamos acostumbrados a esta distancia y a ninguno de los dos nos molestaba.
Sin embargo aquello no era una excusa para ser así de distantes.
De niño me molestaba. No entendía por qué mi hermano me quería lejos de él y el porqué siempre parecía estar en su propio mundo.
A mis trece años nos mudamos de ciudad.
Era un pueblo tranquilo, las personas eran amables y nadie tenía problemas con otros.
Mis padres querían que nuestras vidas fuesen tranquilas en un espacio pacífico, según ellos vivir en la ciudad podría contaminar la mente.
Recuerdo no haber estado de acuerdo con aquella idea ya que había conseguido hacer dos amigos en donde vivía, sin embargo mis quejas y llantos no fueron lo suficiente para que mis padres cambiaran de decisión.
Llegamos al pueblo.
Nuestra casa era pequeña.
No habían demasiados niño de mi edad, siempre eran menores o mayores que yo y era algo que me molestaba.
En el año que estuvimos ahí, Nevils nunca pasó las noches en nuestra casa. Por la ventana de mi habitación siempre observaba como se juntaba con personas bastantes mayores que vestían de traje y volvían a altas horas de madrugada a casa.
En el tiempo que estuvimos ahí me memorice todos los detalles de aquí.
Habían dos floreros amarillos en el pasillo de la casa. Cuando cerraba la puerta del baño había que golpear dos veces la cerradura para que pudiera abrirse, la ventana de mi habitación no se abría y siempre tenía que pedirle ayuda a papá. Habían en total nueve cuadros en todas las habitaciones y cuatro alfombras.
También recordaba con exactitud cómo pasaba una niña pelinegra junto con un chico rubio gritando y pegando risas extrañas por las calles de pueblo.
Parecían amigables, sin embargo no eran de mi edad.
Pero ella era muy hermosa.
En el año que estuve ahí no socialice con nadie hasta que un día mi hermano mayor decidió presentarme a un niño que había conocido.
Se llamaba Aarón, pero le gustaba que le dijeran Ash. Él decía que era más cool.
Y el nombre Ashley lo odiaba.
Su cabello era completamente blanco y era más bajo de estatura.
Ambos nos volvimos unidos en muy poco tiempo, pasaba las tardes y noches en mi habitación, veíamos películas, jugábamos videojuegos, íbamos al cine, e incluso probamos el cigarrillo por pura curiosidad juntos.
Nuestra confianza había aumentado y fue cuando por primera vez había hecho un amigo. Mis padres estaban contentos por mi y Nevils le gustaba que yo fuese amigo de ese chico.
Tiempo después nos volvimos mejores amigos.
Y una noche Ash decidió que teníamos que escaparnos de casa, que estas cosas siempre lo hacían los niños de mi edad. La pubertad era sinónimo de rebeldía y teníamos que probar cosas nuevas.
Accedí.
Esa noche íbamos a intentar entrar a un pequeño bar que había en este pueblo. Sin embargo eso no sucedió.
Porque nunca pisamos un maldito bar esa noche.
Yo tenía una vida normal.
Una familia.
Unos padres amorosos.
Un hermano distante.
Unos chicos que veía todas las tardes pasar.
Un mejor amigo...
Yo era un niño amable y amoroso.
Mi vida era normal y monótona.
Hasta que pasó...
Me encontraba en una habitación oscura.
Las paredes estaban arruinadas e incluso habían ratas pasando por el piso descuidado de aquel lugar.
Mis ojos observaban fijamente el techo de esta habitación y noté como habían varias telarañas por las esquinas y la luz proveniente de un pequeño foco a punto de caerse hacia ver toda la escena aún más escalofriante.
Observaba todo aquello con una extraña sensación en mi cuerpo, esperaba que mis manos temblaran del miedo o que incluso una pequeña capa de sudor apareciera en mi frente gracias a los nervios y ansiedad que podría sentir.
Sin embargo no sentía nada de eso.
Observaba todo pero... me sentía raro.
Como si estuviese vacío.
«¿Cómo demonios llegué aquí?», de inmediato pensé.
Cerré mis ojos tratando de recordar algo que hubiera pasado, sin embargo no pasó nada. No había ni una maldita imagen que me indicara como había llegado a este lugar. Todo estaba en blanco.
No recordaba nada.
Frunci el ceño.
—Tú debes ser Alister —habló una voz apareciendo de repente en la habitación.
Tenía un aire de superioridad. Como si fuese alguien bastante importante. Tenía la postura correcta y una expresión divertida en su rostro.
—¿Quién eres? —pregunté molesto—. ¿En dónde estoy?
Río entre dientes.
—No te preocupes, Alis —respondió—. Estas a salvo, y se te ha otorgado una mejor oportunidad.
Era un hombre mayor, tenía una tez oscura, una pequeña capa blanca adornaba su mandíbula indicando que tenía barba. Era bastante alto, cejas pronunciadas, ojos oscuros, labios finos y llevaba puesto un traje negro.
—¿De qué demonios estás hablando? —pregunté confundido.
De repente detrás de su figura apareció Nevils, mi hermano. Se encontraba de pie a su lado con sus dos brazos cruzados, llevaba puesto un pantalón de vestir junto con una camisa y corbata, se encontraba sonriendo de lado y me observaba fijamente.
«Espera... ¿cómo sé que aquel chico es mi hermano?», pensé.
En mi cabeza aparecieron millones de imágenes de nosotros juntos desde niños. Y tenía razón, aquel chico pelinegro era mi hermano mayor. Sin embargo no entendía porque no podía recordar otras cosas.
—¿Nevils? ¿Qué está sucediendo?
El mayor suspiró.
—No te preocupes —respondió—. Luego te explicaré todo.
Nevils se acercó hacia donde me encontraba y de repente empezó a desatar mis muñecas que se encontraba atadas en grandes cuerdas que estaban ajustadas en mis manos y pies.
Frunci el ceño.
El mayor me observó y entonces habló con un tono bastante orgulloso:
—Bienvenido a No Stranger.
[...]
Tenía la sangre de obsesivo en mi cuerpo.
No recordaba mi vida pasada. Salvo a Nevs y Ash quiénes se encontraban en este mismo lugar que yo.
Me tomó bastantes años poder acostumbrarme a este lugar y lo que mi cuerpo siempre necesitaba. A pesar de que no tenía la sangre nociva en mi cuerpo, la sed de asesinar siempre estaba en mis papilas gustativas.
No tenía ningún protegido, no me interesaba querer cuidar a alguien para mi beneficio propio, además, Nevs no permitiría que lo hiciera después de causar bastantes problemas.
Intenté escaparme de este lugar varias veces y tuve enfrentamientos con varios pasantes y miembros antiguos de No Stranger.
Oh, y también intenté asesinar a Addar Crowley.
Por lo tanto solo tenía que hacer el trabajo aburrido y era atraer a personas a la asociación para que siguieran aumentando las jerarquías. Nuestro grupo de obsesivos estaba liderando la vía de poder en No Stranger, por lo tanto éramos los más fuertes y poderosos.
Tres años después me enteré que había llegado a No Stranger gracias a la traición de Ash, intenté asesinarlo y todo se salió de las manos.
Nuestra relación empeoró y ya casi no hablábamos.
Seguí haciendo mi trabajo y terminé atrayendo a varias pasantes a la asociación y me gané algo de respeto por parte del subordinado.
Y gracias a ese trabajo, Nevs vino a mi pequeña habitación.
—D —habló el mayor llamándome por lo seudónimo.
—¿Qué quieres? —pregunté molesto mientras seguía con el móvil en mano.
Los miembros de No Stranger teníamos varias opciones para poder traer a gente a este lugar, o al menos para convencerlos de venir por cuenta propia. La mayoría de ellos salían de noche y lo conseguían, yo en cambio solo podía convencerles a través de mensajes después de investigar un poco a esa persona.
Siempre usaba el mismo método: coqueteo.
Y la mayor parte de las veces funcionaba.
No podía salir después de todas las estupideces que había hecho. Por lo tanto el encierro ya se había hecho costumbre.
—Tenemos que hablar.
Terminé rodando los ojos.
Escuché como el pelinegro arrastraba sus pasos hasta llegar a mi lado y entonces me observó fijamente.
—Tengo un contrato para ti.
Alcé una ceja y lo miré.
—¿Qué clase de contrato? —pregunté.
«Ojalá que sea lo que estoy pensando», rogué.
—Uno para asegurar tu libertad de No Stranger —indicó.
Tragué en seco, quería emocionarme pero nada salía de mi cuerpo. No tenía ni una expresión en mi rostro.
Sin embargo aunque quisiera tampoco quería demostrarlo, no confiaba en Nevs.
—Dime el acuerdo.
—Deberás asesinar a Addarla Crowley.
Junté las cejas confundido.
—¿Addarla? ¿A la vieja de Crowley? —pregunté.
Nevs me observó y pude notar como no le gustó ese comentario.
—Así es —respondió—. Tendrás que asesinarla esta noche. Es una orden de Addar y de tu subordinado, si lo cumples antes del mediodía se concederá tu libertad —explicó mientras colocaba una hoja blanca de papel en el escritorio.
La observé.
En ella salía escrita la palabra "CONTRATO" bien llamativa.
Pensé por unos segundos en qué hacer...
Y antes de que pudiese darme cuenta, de repente me encontraba escribiendo mi nombre en los espacios en blanco y dibujando mi firma al final del papel acordando así el contrato entre pasante y subordinado.
Había aceptado.
Nevs sonrió de lado.
—Perfecto, saldrás esta noche.
[...]
Mi respiración estaba agitada y observé el cuerpo de esa mujer todo destrozado.
La había asesinado.
O bueno, eso suponía.
No tenía bastante tiempo para poder verificar si seguía respirando ya que las luces de la patrulla de oficiales se acercaban cada vez más hacia donde nos encontrábamos, por lo tanto tuve que escapar en aquel mismo instante antes de que pudiesen atraparme.
[...]
—¿Cómo te fue? —preguntó Ash a mi lado.
Desvíe la mirada.
—Lograron mantenerla con vida —respondí cortante, estaba bastante furioso ya que no había podido cumplir el único acuerdo que tenía para salir de aquí.
—Carajo, entonces no puedes salir de este lugar, ¿verdad? —preguntó.
Bufe y asenti de mala gana.
—Así es —respondí—. ¿Cómo vas con tus víctimas?
—Faltan poco para acabar con el número que me ordenó Nevs para asesinar —indicó—. Sin embargo es un fastidio ya que tengo que ser cauteloso, no puedo salir y asesinar a ochenta personas en una noche ya que podría terminar siendo descuidado.
Formé una línea en mis labios.
—Además que también hay otros miembros que tienen el mismo objetivo —replique.
Ash asintió a mis palabras.
Antes de que pudiéramos seguir con nuestra conversación, un enorme cuerpo apareció frente a nosotros portando una máscara en su rostro. Con su dedo índice nos indicó que siguiéramos su paso y eso hicimos.
Caminamos por el estrecho y oscuro pasillo hasta que nos encontramos con el viejo escritorio de Nevs y sus dos máscaras de guardaespaldas que se encontraban detrás de él.
El mayor término entrelazando ambas manos arriba de la mesa.
Una vez que nos encontrábamos de pie frente a su escritorio, Nevs suspiró y entonces empezó a hablar:
—Es increíble cómo en veintiún años nunca puedes hacer algo útil —empezó a hablar el mayor, sabía que iba dirigido hacia mi—. Joder D, ¿qué tanto cuesta asesinar a una estúpida anciana? ¡Ni siquiera eso puedes hacer aún siendo un obsesivo!
—La policía estaba a pocos metros de mi y no me diste demasiado tiempo, no me culpes —respondí.
—Tienes el contrato sin cumplir.
Reí entre dientes.
—Oh, ¿eso significa que tendrás que asesinar a tu pequeño hermanito? —pregunté irónico.
Nevs apretó su mandíbula.
Con su mirada le indicó a uno de sus guardaespaldas que empujara mi cuerpo hacia el escritorio, haciendo que el lado derecho de mi rostro terminara impactando contra la madera.
—Más respeto a tu subordinado —ordenó—. No voy a asesinarte, no lo haré por el simple hecho que a cambio tendrás dos contratos para cumplir.
El mayor me soltó de su agarre y entonces me coloqué de pie.
—¿Qué contratos? —pregunté molesto mientras trataba de ignorar el adormecimiento que sentía en mi lado derecho de la cara.
—Te explicaré —respondió sonriendo—. Tu libertad será concedida si traes a dos personas a No Stranger.
Frunci el ceño.
—¿A quiénes?
—Necesitamos al hijo del fundador —explicó—. Y yo necesito a una chica llamada Kayden Blue.
—Bien —indiqué—. Necesito que alguien los vigile para saber qué hacer.
Nevs soltó una carcajada.
—Lamento decirte que tu libertad no la tienes tan garantizada, querido hermanito —indicó—. No sabemos quién es el hijo del fundador.
Junté las cejas confundido y Nevs siguió hablando:
—Tendrás que averiguar quién es —explicó el mayor.
—¿Cómo quieres que averigüe quién es el hijo del fundador si no puedo salir de aquí?
Nevs alzó los hombros y entonces su mirada se desvió hacia Ash:
—La fecha estimada de tu contrato está por expirar y ya estás a punto de cumplir el contrato, felicidades —indicó y Ash sonrío de lado—. Sin embargo hay un nuevo acuerdo para ti y no hay objeciones.
El peliblanco frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
—Ya no asesinaras a más personas —explicó—. Esta vez te dejaré a cargo otro tipo de contrato más severo.
Ash lo miró extrañado.
—¿Qué clase de contrato?
—Deberás confiar en mi para saberlo.
—¿Es una broma?
—Tranquilo, luego de que pactemos el contrato te daré los detalles —explicó—. Yo que tú lo aceptaría, no llegarás a tiempo con los asesinatos hasta la fecha estimada.
Ash rodó los ojos.
—Puedo terminar a tiempo con el número de muertes.
—No lo harás.
—Soy un nocivo.
—Y con el número de la tasa de asesinatos por día no podrás hacerlo tan fácil. Te descubrirán.
—Yo...
Nevs lo interrumpió.
—No estoy preguntando cuál de las dos opciones te parece mejor —explicó—. Es una orden.
Ash abrió su boca para reprochar pero segundos después cerró sus labios totalmente arrepentido y asintió a duras penas.
—Tienes tiempo hasta los principios de nevada —indicó el mayor.
Era en total dos meses.
—¿Es un trato? —preguntó Nevs sonriendo mientras tendía ambas manos hacia nosotros.
—Es un trato —habló Ash mientras recibía la mano del mayor.
Nevs me miró.
—Bien —respondí estrechando nuestras manos.
[...]
—Los contratos son un engaño —indicó el peliblanco.
Lo miré confundido.
—¿Cómo lo sabes?
—Hay una lista de los ex miembros de No Stranger que están siendo asesinados, hice una copia rápida en un pendrive gracias a un pasante nocivo que está a tres puertas de aquí —explicó rápidamente.
—¿Entonces están asesinando a las personas que supuestamente son libres de No Stranger?
Asintió
—Entonces no hay libertad aquí... —susurre.
Ash formó una línea en sus labios.
—No la hay.
Apreté mi mandíbula con fuerza y entonces lo miré fijamente.
—Hay que destruir No Stranger.
[...]
Empecé a hablar con Blue hace unas semanas.
Y es una chica bastante común con ideologías y pensamientos algo extraños que pensé que no todos tendrían. Piensa igual que cualquier humano corriente y es bastante cobarde, sin embargo con aquella cobardía encima sigue mis órdenes al pie de la letra.
Esa chica a pasado por toda clase de engaños y sufrimiento gracias a mi culpa, y ahora su relación con Ash ha mejorado –o al menos lo suficiente para soportarse entre ambos, y ella sigue pensando que estamos tratando de descubrir algo de lo cuál nosotros ya somos parte.
No me gusta engañarla.
[...]
Estoy escuchando susurros provenientes del salón principal de este lugar, o mejor dicho, desde el lugar donde Nevs siempre se reúne con los pasantes y miembros de No Stranger a acordar tratos o hablar de cosas importantes.
Mi cuerpo había reaccionado a aquello con un fuerte dolor de cabeza y un escalofrío en toda mi espina dorsal.
Entre la pequeña línea que había en la puerta y el piso pude observar a través de ella que no había ningún guardia vigilando mi puerta y entonces terminé saliendo de allí.
Caminé por el estrecho pasillo completamente oscuro hacia donde se escuchaban aquellas voces provenientes y traté de no emitir ni siquiera un sonido para que me descubrieran.
Me coloqué detrás de una pequeña pared y el lugar era alumbrado por un foco titilante que hacía aquella escena demasiada escalofriante.
Eran Nevs y Ash hablando.
El peliblanco se encontraba de pie frente a su escritorio con las manos detrás de su espalda mostrando respeto.
—¿Está todo preparado? —preguntó Nevs.
Ash asintió.
—Se verá con Mir mañana en el cementerio y entonces es cuando voy a actuar.
—Perfecto, recuerda el lugar al cuál debes llevarla.
—Al orfanato abandonado cerca de la calle Hiung —dijo Ash como si fuese un robot.
Nevs sonrió de lado.
—Bien.
El peliblanco se movió algo inseguro de su lugar.
—¿Qué le pasará a Blue?
—Eso es algo de lo cual no debes meterte —indicó Nevs con voz autoritaria. Ash frunció el ceño—. Suerte, la necesitarás.
El peliblanco asintió.
Demonios.
[...]
Mi respiración se encontraba irregular y mis piernas palpitaba del dolor, mi pecho subía y bajaba y una pequeña capa de sudor había aparecido en mi frente.
Las máscaras de Nevs me habían dejado de seguir hace ya bastante tiempo pero yo no corría por esa razón, yo seguía corriendo con la esperanza de que no fuese demasiado tarde para salvar a Blue.
Si mi sentido de la orientación no estaba mal, aquel orfanato se encontraba cerca de donde me encontraba.
Blue no me había respondido los mensajes y aquello me había hecho preocupar aún más.
Cuando observé con mis ojos el patio trasero de aquel orfanato caminé hacia allí y observé a través de una de las ventanas hecha trizas el lugar.
Nevs no se encontraba allí.
Blue no estaba.
Pero había un cuerpo.
Y dos máscaras lo estaban arrastrando por el piso dejando una gran mancha de sangre por todo el lugar.
Era el cuerpo de Ash.
Y no se movía.
[...]
Solté un suspiro cuando mis botas tocaron el piso de mármol de este lugar.
Había venido a la habitación de Blue para verificar si estaba a salvo. Si en verdad seguía con vida, seguro vendría a este sitio.
Solo esperaba que no reaccionara mal, o que al menos me diera tiempo para poder explicarle toda la situación y darle a entender que soy D, aquel número anónimo que la metió en este infierno.
—Demonios, ¿qué carajos estoy haciendo? —hablé para mi mismo.
¿Desde cuándo me preocupaba tanto una persona?
Antes de que pudiese procesar otra cosa más, se escuchó varios pasos por el pasillo de este lugar hasta que la puerta se terminó abriendo por completo y de repente la luz se prendió.
La observé.
Y ella me miró fijamente.
Abrió su boca sorprendida.
Nuestras miradas se cruzaron.
De repente los dolores de cabeza y el vacío en el pecho desaparecieron.
Mi cuerpo me estaba dando aquella señal.
Mis ojos me alertaban que en cualquier momento podría salir la anomalía y mi piel de inmediato recorrió un escalofrío.
—¿D? —habló la menor.
A mis veintiún años mi sangre obsesiva lo había decidido.
—Hola, Blue.
Ella era mi destinada.