Línea de salida ✓ [Editando]

By moniirguezz

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22 carreras, 20 pilotos, 10 equipos, 1 jefe desesperado, 1 hija dispuesta a ayudar como sea, 1 piloto rival q... More

antes de leer
Prólogo
Pretemporada
La cena
Hogar dulce hogar
Ruedas y ruedas
carreras nocturnas
Conversaciones profundas
Australia
Las primeras clasificaciones
El Gran Premio
El peor cumpleaños de mi vida
Días lluviosos de oficina
Un día de perros
Decepciones en Portugal
El silencio
Nueva oficina
Odio el paintball
#Extra por un año de Línea de salida
Esto es la guerra
Viajes al pasado
Entre fotos y besos
Música para nosotros
Buenos días, Amor
Una semana digna de reyes
"Welcome to te newest Grand Prix"
Quédate conmigo
Bienvenida a casa, Jolie
Presentimiento
Te lo prometo
Mónaco baby
Mala hierba nunca muere
Cumpleaños especiales
Mónaco Podium
La ruptura
Amor a distancia
Consecuencias
¿Mi... campeón?
Gracias, Abuela
Dulces despedidas
Encuentros
La buena vida
¿Cómo le irá a Mark?
Las máscaras
Por fin en casa
El circuito de los Black
Tardes de miedo
Leyendas entre leyendas
Aventuras las justas
Os quiero más que nunca
El día que se apagaron la luces
Línea de salida
Agradecimientos
Comunicado para todos los lectores
Hasta la meta- libro 2
Prólogo
En la línea
El desastre que me dejas
Borrón y cuenta nueva
Buongiorno principessa
Miedos
Vuelta a casa
El plan
Los Hermanos Black
Reencuentros desastrosos
¿De nuevo a Mercedes?
Buenos días Bakú
Rojo como la sangre
La remontada
La pelea
Un sencillo trato
Locuras varias
Te esperaré
Quien no arriesga, no gana
El chofer
La gala
Relación secreta
El malentendido
El retrato
Adiós Canadá, hola Singapur
Heridas
Complicaciones
Entre robos y pruebas
El juego de los bolos
Sentimientos a flor de piel
En casa de papá
En casa de la tía
México lindo
Horas a un Km por hora
El cumpleaños de mi novio
Los secretos siempre salen a la luz
ira
Otra pelea perdida
La lucha de puntos
Una batalla a parte
Los milagros existen
Mis amigos de Ferrari
"The last race"
The champion of the world
Epílogo #1
Epílogo #2
Epílogo #3
Agradecimientos
Dudas
Comunicado

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By moniirguezz

Amelia

— Sí. —Le respondí entre sus brazos mientras le miraba fijamente a sus ojos.

Me apoyé completamente en la cama y él siguió besándome pasando sus labios por todo mi cuello hasta llegar a la parte que mi escote dejaba descubierto, subió la mirada y me ofreció una sonrisa que hizo que un escalofrío me recorriera la columna vertebral.

—Esto sobra —dijo refiriéndose a mi vestido.

Su mano me recorrió lentamente la espalda hasta encontrar la cremallera del vestido para bajarla, me deshice del vestido y quedé frente él con un simple sujetador de encaje y unas bragas a juego.

— ¿No crees que estamos en desigualdad de condiciones? —se quitó la chaqueta del traje y la tiró como puso, mientras yo le tiré de la corbata suavemente para atraerlo hacia mí y quitarle la camisa.

Tengo que decir que los pantalones salieron más fáciles que la camisa, pero nada como dejar que mis ojos vieran en primera plana los abdominales de Mark. Aun así, lo de abajo no se quedaba atrás.

Volví a pegar mi boca a la de Mark y con una mano volvió a recorrer de nuevo mi espalda, esta vez para desabrochar mi sujetador que cedió con un simple movimiento de manos. Lo tiró con su chaqueta y centró su mirada en mí y vi lo mucho que me deseaba, al igual que yo a él.

— No sabes cuanto extrañaba esto —dijo recorriendo mis pechos con su boca.

— Puedo hacerme una idea —le contesté casi en un suspiro que hizo que se le erizara la piel.

Él siguió bajando y mordisqueando la piel sensible de mis pechos, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos aguantando la respiración hasta que de mi garganta surgió un sonido que hizo que Mark me pegara más a él.

— Sigo pensando que llevas demasiada ropa —dijo jugando con la goma de mis bragas.

Trague saliva sin poder decir palabra alguna, lo único que quería era a él dentro de mí. Ahora.

Sus manos exploraban todo mi cuerpo y me acariciaban el vientre mientras me daba besos por las caderas.

— Ahórrate el tonteo y dame ya. —con las pernas lo atraje hacia mí.

— Qué cosas dice señorita Black. —me respondió con una sonrisa.

En un abrir y cerrar de ojos Mark ya se había quitado los calzoncillos y se había puesto el condón. Empezó a besarme en los labios con más intensidad justo cuando me penetraba. Empecé a jadear cuando él empezó a moverse dentro de mí.

— Joder —gimió en mi oreja con la voz ronca.

Hundí mis manos en su pelo cuando entró hasta el fondo y solté un gemido de placer. El placer y el calor se extendían por todo mi cuerpo haciendo que se me aceleraba el pulso cada vez que Mark entraba y salía.

Mark comenzó a darme besos por el cuello, la clavícula, la mandíbula, llegó un momento que perdí la cuenta.

—¡Mark! —gemí finalmente cuando todo ese placer estalló entre nosotros y ya no podía contener más. El orgasmo recorrió mi cuerpo intensificándose con cada uno de las últimas embestidas y Mark gimió mi nombre antes de que nos separáramos.

Notaba los latidos de Mark, acelerados al igual que los míos. Los dos estábamos jadeando uno al lado del otro y él entrelazó mis dedos con los suyos, no tenía ni la menor idea de cuánto tiempo pasamos así hasta que Mark se apoyó sobre su codo y me miró.

— Siempre supe que ibas a ser lo mejor de mi vida —me miró con ternura y me dio un beso suave, dudo que me quedaran energías para uno como los de antes.

— ¿Dónde quedó el tiempo que me pediste? —le dije irónicamente mientras seguía recuperando mi aliento.

— Los dos meses que estuvimos sin hacer me parecieron demasiado tiempo como para añadirle más —. Me contestó relajado mientras acariciaba mis caderas con una mano.

— Eso significa que ...

No terminé la frase, pero el ya saltó a contestarme.

— Supongo que mi tía me ha criado y ella siempre fui mi mayor referencia, y aunque me duela, lo que hizo es injustificable.

Le di un pequeño beso en la mandíbula como respuesta.

— ¿Nos estarán echando de menos? —Estaba segura de que Florence y Josh no lo harían.

— No me importa si me echan de menos.

— Mark, tenemos que bajar.

Él soltó un gruñido por lo que le dije y me dejó vía libre para levantarme. Me fui al baño y cuando salí esperé a que Mark estuviera listo, bajamos uno detrás del otro.

Aquí no había pasado nada, absolutamente nada.

Me fui a mi mesa y Mark se fue con Josh.

— Tienes cara de haber follado —dijo Florence nada más me senté en la mesa.

Yo simplemente me encogí de hombros y le ofrecí una sonrisa de oreja a oreja. En ese momento salió Addie a la pista de baile con Sebastián, la canción era lenta y estaban bailando pegados a más no poder.

Desvié mi mirada a la mesa de Mark y mi mirada se cruzó con la de Mark que ya me estaba mirando, a Josh parecía no importarle el baile que estaba teniendo Addie con Sebastián, o por lo menos no hasta que Sebastián se inclinó para darle un beso a Addie.

— Nunca entenderé que tiene esa familia con besas a quien no debe —dijo Florence a mi lado.

Las luces se apagaron y se encendieron unos focos, la gente de la pista de baile se fue a su mesa, incluyendo a una Addie sonriente, me alegraba verla sonreír, siempre pensé que ella tenía la mejor sonrisa del mundo.

Después de Mark.

Mente, no arruines mi momento de morriña.

Mi padre se sentó en la mesa y Andrew gracias a Dios estaba en una mesa separada con sus padres y otros empresarios, pero la tensión en nuestra mesa empezó cuando Harry llegó de la mano de Amaia.

Mi padre no dijo nada mientras que Florence y yo no parábamos de echarnos miradas, nos trajeron las bandejas de la cena, pronto comenzaría la subasta de este año, todo lo recaudado se iría a una ONG que se encargaba de cuidar a niños con síndrome de Down que por cualquier motivo no tenían a nadie que los cuidara. Estas cosas me ablandaban el corazón siempre, por lo que solía pujar por cualquier cosa de la subasta, aunque no me gustase, solo para que la ONG seleccionada recaudase más dinero.

— Señorita de la Cruz ¿Qué le trae por aquí? —preguntó mi padre como si fuera la persona más educada del mundo, solía tratar así a todas las novias que tuvo mi hermano, mientras que a Mark no le acuchillaba cada vez que lo veía porque no podía.

Agarré mi vaso de agua para intentar disimular la expresión que tenía puesta.

— Es mi novia papa —saltó Harry y casi muero atragantada.

Mi padre tenía una expresión demasiado gélida e impasible. Florence y yo estábamos en primera fila en el drama. Soltó un simple "Oh" y siguió con su interrogatorio.

— Supongo que ya sé cómo conoció a mi hijo.

— Si les molesto, puedo irme. — dijo Amaia colorada ante las preguntas estúpidas que le hacía mi padre.

— De eso nada —dije yo en su defensa—, siempre es bueno tener a alguien más en la familia.

— Amelia querida, no creo que estés en posición de hablar —me contestó mi padre y me dieron ganas de vaciar el contenido de mi copa en su cara, Florence me dio unos toquecitos con el tacón en la pierna, se me debían de notar demasiado las intenciones.

— ¡¡Buenas noches, señoras y señores!! —salió el presentador al escenario justo cuando nos empezaron a traer los postres.

Las subastas comenzaron y había mucha gente pujando, los primeros objetos siempre era joyas que a las señoras las volvían locas, lo segundo solían ser obras de arte, que era lo que se solía llevar mi padre y por último viajes o experiencias.

Ahí estaba lo mío.

Lo primero que sortearon fueron cuatro noches en el hotel más lujoso de Disney Land Paris, que tenía la posibilidad de ir a los dos parques cuando quisieras, sonaba bien y estaba a punto de agarrar mi número y levantarlo hasta que me sonó el teléfono.

Ya tenemos una casa en París Jolie, podemos ir cuando quieras.

¿En qué momento la casa de Mark también era mía? Sea como fuese, dejé que unos empresarios se lo llevaran.

— ¡¡Bueno, bueno, bueno!! ¡¡Hemos tenido una noche bastante movidita!! —dijo el presentador—, y como último artículo a subastar no podía ser nada más y nada menos que algo a la altura de la gala. El siguiente artículo a subastar son dos vueltas en un coche de Fórmula uno adaptado para llevar a tres personas.

La idea se había colado bien entre la gente de la gala, y más cuando el presentador anuncio que la persona que lo conduciría iba a ser Mark.

Si no ganas me sentiré decepcionado.

— ¡¿Quién da diez mil libras?!

Levanté mi número y mi padre me miró muy seriamente a lo que yo respondí encogiéndome de hombros.

Un chico que tenía pinta de tener pocos años más que yo levantó su número subiendo el precio a quince mil.

— Veinte mil —dije yo mirando al chico.

— Treinta —respondió ofreciéndome una sonrisa.

Se puede decir que tengo millones en la cuenta del banco, pero hoy me iba a dejar un buen dinero aquí si seguimos así, todo sea por los niños.

— Cincuenta —rebatí su oferta y lo subió a setenta.

Miré a Mark que parecía entretenido con todo esto.

— Ochenta mil —dijo una mujer que estaba sentada cerca de la mesa de Mark.

— Ciento cincuenta mil —finalicé, mejor acabar esto cuanto antes porque ya me estaba poniendo nerviosa. Mi padre se había llevado un cuadro por medio millón y Harry una pulsera para Amaia por doscientos mil. Mi mesa se podría llevar el premio al mayor aportador.

— ¿Alguien da más? —dijo el presentador y al no tener respuesta, pude conseguir mi preciado premio.

Miré a Mark que me estaba sonriendo y le dediqué una sonrisa de lado.

La gala siguió su curso y me levanté alguna que otra vez para bailar y en efecto nos dieron un trofeo de mayor apostador, no era nada nuevo en verdad nos lo daban todos los años. Justo antes de irnos, teníamos que atravesar la entrada principal y eso implicaba pasar al lado de Mark y de Josh que estaban apoyados en una pared.

— Estoy ansiosa por reclamar lo que gané. —le susurré a Mark y me guiñó el ojo en respuesta.

La noche no había estado nada mal después de todo. 

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Ufff, esto estuvo...

En fin, Mark y Amelia mi religión no tengo nada más que decir.

Me parece gracioso que el capítulo se llame +18 y lo haya escrito una persona de 17 años muy Xd.

Mónica 🙃

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