— ¿No te emociona que por fin vaya a ser el gran premio de tu casa? —me preguntó Josh que estaba conmigo en la oficina disfrutando de mi sofá, se suponía que teníamos que estar trabajando, se suponía.
—Si no fuera por todo el trabajo que tenemos encima, sí —le contesté de broma. No solo tenía que hacer cosas para Leonor, tenía que empezar a terminar el trabajo de clase. Dentro de unos días oficialmente terminaba el curso.
— Addie se pasó toda la noche diseñando los carteles, mira qué ojeras.
— ¿Yo tengo ojeras? —preguntó Addie entrando a mi despacho—, cuando tengo ojeras parezco el mismísimo monstruo del Lago Ness.
— No se notan casi si te sirve de consuelo.
— Supongo que me sirve.
— Chicos... —entró Mark en mi despacho y se paró al vernos sentados hablando tranquilamente— ¿Vosotros no estabais haciendo los carteles para el festival de Goodwood?
— Estábamos —le contesté—, en pasado.
— Te necesitan abajo, Addie y seguramente a ti también, Josh. Es para la caseta.
Los tres se fueron y me quedé sola así que decidí seguir trabajando en los carteles para Goldenwheels, después de un buen rato ya no me hacía tanta gracia estar yo sola, muy sola.
—Te traje un café —volvió a aparecer Mark por la puerta.
—Gracias, me estaba aburriendo demasiado aquí sola.
—Genial porque vamos a terminar de montar la caseta juntos.
Este era el único equipo donde veía a los pilotos a ayudar a montar las casetas para el festival.
— ¿No fueron ya Addie y Josh a eso?
— Ellos fueron a buscar otras cosas, por eso tenemos que ir nosotros —me dijo con una sonrisa.
—Tengo que imprimir los carteles, así que vas a tener que esperar.
Encendí la impresora y le puse hojas especiales mientras Mark esperaba paciente de pie.
— ¿No te parece increíble que se esté terminando la primera parte de la temporada? —me preguntó Mark.
— Un poco le confesé.
— Parece ayer cuando fue la gala de los Golden.
— Fue ayer.
— Me estaba quedando contigo, Amelia Marie.
— Claro... —ignoré mi segundo nombre.
— ¿Eso va a tardar mucho? —cruzó el despacho y se sentó en el sillón.
— No —le contesté sacando los carteles de la impresora.
— ¿Me senté para nada? —asentí con la cabeza.
Agarré una caja llena de cosas para llevar también y bajamos hasta el aparcamiento, la sede estaba llena de gente yendo de un lado para otro, todos estábamos muy apurados por culpa de este evento. Nos metimos en el Golden blanco que me regaló por mi cumpleaños, era el coche de mi vida.
Podía parecer que el camino desde Woking hasta Goodwood era corto, pero la verdad es que era una hora de carretera, aun así, con Mark haciendo el tonto a mi lado, y cantando alguna que otra canción en francés se hacía corto el camino.
Nuestra caseta estaba bastante bien situada, estábamos a jueves y el ambiente de dar los últimos retoques se notaba con toda la gente que estaba trabajando, los colores naranjas adornando todos los rincones posibles.
Dejé la caja encima del mostrador de la tienda.
— ¿Entonces qué tenemos que hacer? —Aparte de terminar de arreglar todo esto.
—Mi tía me pidió que colgásemos nosotros los carteles gigantes con mi cara y la de Josh, y también tenemos que colgar los carteles para promocionar nuestra caseta.
—Hoy no tengo ganas de hacer nada más —suspiré viendo todo lo que tendría que colgar.
—No es para tanto, Jolie.
Se acercó y parecía que me iba a dar un abrazó pero un su lugar, me despeinó y se fue, riéndose él solo, a por los carteles gigantes que teníamos que colgar.
— Muy gracioso —me quejé mientras me peinaba.
Cuando volvió con ellos nos pusimos manos a la obra, íbamos a colgar una a cada lado de la carpa y para ello tuve que subirme a un taburete para llegar a la parte más alta, cogí el bote por el lado que no era y me llené la mano con el pegamento asqueroso con el que teníamos que pegar esto.
—¡Maravilloso! —Hoy todo eran quejas.
Mark me pasó un trapo para limpiarme la mano.
— Gracias.
Admiraba a toda la gente que vino a trabajar para hacer este festival posible, a mí me costaba terminar de pegar un cartel. Me bajé del taburete
—Ha quedado genial, y no lo digo porque sea una foto mía gigante.
A veces desearía tener la confianza en sí mismo que tiene. Continuamos con la foto de Josh y justo cuando la terminamos de poner apareció con Addie de la mano.
— ¡Qué persona más guapa! —exclamó Josh.
— Pero no tanto como esa —le contestó Mark señalando su foto.
Me hizo gracia porque la verdad es que las dos fotos no estaban demasiado rectas. Mark les pasó unas grapadoras para poner los carteles pequeños y nos dividimos para colgarlos por todo el recinto, no paramos de trabajar en todo el día hasta que dimos terminado nuestras tareas.
Cuando nos íbamos a casa ya se estaba poniendo el sol e iba con Mark en el coche.
—Tengo ganas de ver cómo queda todo para mañana.
No me contestó.
— ¿Markie, estás despierto?
Me giré un momento y vi como descansaba sobre el asiento del copiloto. Llegué a casa, a casa de Mark, parecía que ahora tanto mi casa como la suya se había convertido en la unión de nuestros dos apartamentos.
Le sacudí un poco el brazo para que se levantara y se estiró aún dormido.
Casi no podía con mi alma cuando por fin crucé la puerta y París nos recibió.
Me sentó demasiado bien dormir toda la noche, menos porque me levanté tarde y eso nos obligaba a ir demasiado rápido, pero nadie es perfecto.
Mientras me vestía a toda prisa, Mark iba a su ritmo.
— ¿Sabes que llegamos tarde, verdad? —le pregunté enfundándome en los pantalones.
—Sin prisa, Jolie, que después me salen canas.
Le tiré una camiseta a la cara para que se apurara, eso era lo que él hacía siempre que me quería meter prisa.
Hoy nos fuimos en su Golden y de camino compramos el desayuno en Starbucks, cuando estábamos llegando vimos la cola que había y la cantidad de gente reunida en el festival. Aparcó el coche en una zona reservada que nos habían dejado.
Mucha gente estaba allí sacándose fotos con el livery de Mónaco, otra jugando en los simuladores mientras Addie y Josh estaban supervisando la tienda que habían colocado, además de firmar fotos y demás cosas que les traían los fans.
—Parece que a alguien se le han pegado las sábanas —dijo Josh, miró su reloj— media hora tarde
—Lo siento, habríamos llegado antes si Mark se hubiera apurado para vestirse
Mark levantó las manos como diciendo que no era el culpable.
—Casi se me olvida, tomad — Addie nos dio unas gorras de una edición especial para el premio de Gran Bretaña—. Nos llegaron hace un rato.
Me puse la gorra y Mark se puso la suya al revés y giró la mía.
— Esto te da un toque de malote.
— Ya lo sé, baby girl.
Nada más decir eso nos empezamos a reír los cuatro, hasta que nos vinieron a ecjar la bronca por estar parados.
Teníamos los días bien planificados, hoy Mark y Josh estarían firmando autógrafos en la caseta dentro de poco y por la tarde íbamos a ver la carrera de coches que hacían todos los años, mañana le dejarían a Mark el coche de su padre para conducir, pasado mañana se entregaría una cesta llena de productos de Goldenwheels a la persona con mejor tiempo en el videojuego que había en la entrada, todo esto contando con las actuaciones de cantantes invitados y el cierre del festival con los fuegos artificiales.
Mark y Josh se fueron a la zona donde iban a estar firmando y yo me quedé con Addie en la tienda, la verdad es que no había muchos pilotos a la vista, solo algunos que vivían aquí o pilotos de Fórmula Dos probando coches.
Llegaba gente a la tienda todo el rato y decidimos cerrar para la hora de comer, pero antes nos detuvimos en el simulador si se podía llamar así al juego.
Había un chico que estaba haciendo el circuito de Abu Dabi y estaba consiguiendo el récord hasta el momento, el cual tenía una chica que lo había hecho en un gran tiempo, estaba todo lleno de adolescentes mirando, Addie y yo nos unimos al grupo de gente que miraba expectante.
Al terminar se giró hacia todos, en especial a la chica que tenía el récord
— Fue demasiado fácil ganarte, qué íbamos a esperar de una chica.
todo el mundo empezó a aplaudirle pero yo no me iba quedar callada y pasé hacia el frente.
—¿Quién eres tú? —me preguntó.
—La chica que va a batir tu récord.
— Lo dudo —se empezó a reír con sus amigos y se levantó de la silla para que me pudiera sentar.
—No me subestimes —dije para mí.
Puse el modo de una vuelta, Abu Dabi no me falles ahora, había jugado mil veces con el simulador de Mark.
Salí con un tiempo de reacción impresionante, iba a toda velocidad y me daba igual tocar algún límite, romper el récord era mi único objetivo.
Por ahora estaba marcando todo mejor que él, crucé la línea de meta y me levanté de la silla.
—No vuelvas a hacer más esos comentarios sobre nadie —le sonreí victoriosa y me fui de allí con Addie.
— Acabas de humillar a un niño.
— Poco le hice.
El resto de la tarde fue más divertido, vimos la carrera y me encantó ver la carrera, no conocía a ninguno de los participantes pero animé a un señor mayor que desgraciadamente no ganó, vimos cómo traían el Leone de Maurice Laurent y la verdad es que ese monoplaza era demasiado fabuloso.
Mark no dejo de hablar sobre lo emocionado que estaba toda la noche. Ese sentimiento lo reemplazó por nervios la mañana siguiente.
— ¿Cómo se dice buena suerte en francés? —le había preguntado cuando aún estaban comprobando que tan seguro era el coche.
— Bonne chance.
— Bonne chance, Mark —repetí.
— Amour, je t'ai déjà dit que je n'ai pas besoin de chance.
"Amor, ya te dije que no necesitaba suerte".
— Sigo sin entenderte del todo —seguramente me dijo algo de que no necesita suerte, como siempre. Me acerque a él y le desordené el pelo justo como él ayer conmigo y me empecé a reír por la cara que puso.
—Muy graciosa.
A mediodía se seguía viendo nervioso, seguramente también estaba pensando en que su tía no iba a venir y por alguna extraña razón Addie y Josh estaban tardando demasiado en llegar.
— Ya te puedes subir en el coche, Mark.
Vino una de las mecánicas que se había encargado de comprobar las ruedas, le seguimos hasta la pista y me puse cerca de las barreras de seguridad para tener una buena vista.
le dieron la señal para salir y comenzó su vuelta al circuito, dio tres vueltas y cada vez que pasaba la gente le aplaudía, estaba orgullosa de mi Markie.
En la última vuelta iba saludando a la gente, estaba conduciendo el coche con una sola mano, increíble.
Al final aparcó el coche y se quitó el casco para venir hacia donde estaba.
— ¿Qué tal lo he hecho? —me preguntó con una sonrisa, parecía realmente feliz, nunca lo había visto tan entusiasmado.
— Tenías a todo el mundo aplaudiendo —le contesté con una sonrisa y miró a los lados como si estuviese buscando a alguien.
— ¿No han llegado Addie y Josh? —negué con la cabeza, Leonor tampoco se había pasado por aquí.
La verdad no tenía ni idea de porque estaban tardando tanto en llegar, incluso estaban empezando a verse los colores del atardecer en el cielo.
— Venga, te invito a comer crepes del puesto de enfrente —le propuse para animarle pero no me hizo caso.
Fuimos hasta la caseta, donde le dio el casco a uno de los mecánicos y se fue a cambiar el mono por ropa normal al baño.
Le esperé en la puerta y salió con unos vaqueros, una camiseta blanca y una chaqueta negra de cuero.
— Solo te falta la gorra de ayer.
— No me hace falta la gorra, lo de ser un fuck boy se tiene o no —bromeó.
Caminamos juntos hasta el puesto de crepes y cuando nos las dieron dimos un paseo mirando el resto de casetas.
— Sabes —empecé a decir—, solo he venido al festival como dos veces, a mis padres nunca les gustó el rollo de estar cerca del campo.
— ¿Tus padres también te tenían prohibido respirar? —solté una risilla por la pregunta.
— Casi —respondí a la vez que mordía mi crepe.
Seguimos andando de la mano.
— Los míos siempre me decían que hiciese lo que me gustase siempre que no lastimase a nadie.
Encontramos una mesa y nos sentamos, seguimos hablando cuando de repente aparecieron Addie y Josh.
— ¿Podemos sentarnos? —preguntó Josh y Mark se le quedó mirando como si le estuviera diciendo que antes necesitaba saber por qué tardaron tanto.
— Hubo un atasco grande en Londres y no pudimos llegar hasta ahora —explicó Addie.
— Pues os habéis perdido las crepes del puesto ese que olía tan bien —les hicimos un hueco para que se sentasen con nosotros.
Vimos cómo se ponía el Sol y jugamos con el simulador de la entrada, el idiota de Mark había conseguido superar mi récord, y puede que Josh también pero me daba igual. Ellos eran pilotos de verdad, me sentiría más ofendida si no lo fuesen.
Y desgraciadamente llegó nuestro último día en Goodwood.
Hoy no teníamos demasiadas cosas por hacer así que fuimos directamente después de comer, cuando llegamos allí se notaba que el festival acababa hoy y que la gente ya se estaba yendo.
— Me da pena que se acabe ya el festival —Addie apoyó su cabeza en mi hombro.
— Yo estoy emocionado porque empiece la race week —le contestó Josh honestamente.
— Yo solo tengo ganas de ganar a Harry en Silverstone.
El deseo de Mark era difícil de cumplir, mi hermano se sabía cada curva del circuito, cada recta, todo. Lo podría hacer perfectamente con los ojos cerrados. Mi padre lo llevaba ahí a correr todos los días desde que era pequeño. Había entrenado más de mil veces en ese circuito. Qué más podíamos esperar del circuito Black.
— Mark y Josh, necesito que seáis vosotros los que entreguen la cesta a la ganadora —les llamó la dependienta que atendía la tienda que teníamos en nuestra caseta.
fuimos hasta la entrada y yo tenía el récord, pero le iban a dar el premio a la chica que quedó de segunda, pude llegar a ver a lo lejos al chico que se había reído de ella y al cual destrocé.
Salieron Mark y Josh con la cesta y les sacaron varias fotos mientras se la entregaban.
— Felicidades por batir nuestro tiempo, Valeria —le felicitó Josh.
Valeria dijo algo que solo escucharon Mark y Josh.
— Sin duda es mejor que yo —le contestó Mark entre risas mientras miraba para mí, le había dicho algo de mi récord seguramente.
— Cualquiera es mejor que tú —le aseguró Josh y Mark le golpeó el brazo de broma.
Se despidieron de la ganadora y fuimos a echar una mano a la gente que estaba recogiendo ya, me dolió quitar los carteles que tanto me costó poner. Al acabar fuimos a ver la última actuación musical del festival, y daba la casualidad que el que iba a tocar era el cantante del grupo favorito de Addie, el mismo que el del concierto de Nueva York.
— Llegamos justo a tiempo —dijo Addie cuando nos metimos entre la gente.
— Yo no veo nada —me quejé.
— ¿Quieres que te suba? —me preguntó Mark divertido.
— Quizás para la próxima.
Nos quedamos después del concierto y el cantante había venido con su novia. La chica era bastante maja.
lo que quedaba de tarde lo gastamos dando paseos hasta que se hiciera de noche para poder ver los fuegos artificiales.
Cuando nos acercamos a nuestra carpa ya estaba todo recogido y fuimos con los trabajadores que quedaban hasta el campo donde se iban a ver los fuegos, esperamos a que dieran las diez en punto.
Chispas de todos los colores y formas comenzaron a adornar el cielo estrellado, era majestuoso tal mezcla de rojos, azules, verdes, amarillos y todos los colores que pudieran existir, todos estaban allí encima de nosotros.
Estalló un fuego artificial con forma de corazón lleno de colores rosados y Mark que estaba a mi lado se giró para mirarme.
— Je t'aime, Amelia.
"Te amo, Amelia".
— Je t'aime, Mark.
"Te amo, Mark".
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Holaaa, siento mucho esta gran inactividad, tuve algunos problemas personales y di positivo en covid por lo que estuve un poco mal, siento mucho no haber subido nada me fue imposible.
Os quiero, feliz navidad
Mónica 🎄🎄