Línea de salida ✓ [Editando]

By moniirguezz

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22 carreras, 20 pilotos, 10 equipos, 1 jefe desesperado, 1 hija dispuesta a ayudar como sea, 1 piloto rival q... More

antes de leer
Prólogo
Pretemporada
La cena
Hogar dulce hogar
Ruedas y ruedas
carreras nocturnas
Conversaciones profundas
Australia
Las primeras clasificaciones
El peor cumpleaños de mi vida
Días lluviosos de oficina
Un día de perros
Decepciones en Portugal
El silencio
Nueva oficina
Odio el paintball
#Extra por un año de Línea de salida
Esto es la guerra
Viajes al pasado
Entre fotos y besos
Música para nosotros
Buenos días, Amor
Una semana digna de reyes
"Welcome to te newest Grand Prix"
Quédate conmigo
Bienvenida a casa, Jolie
Presentimiento
Te lo prometo
Mónaco baby
Mala hierba nunca muere
Cumpleaños especiales
Mónaco Podium
La ruptura
Amor a distancia
Consecuencias
¿Mi... campeón?
Gracias, Abuela
Dulces despedidas
Encuentros
La buena vida
¿Cómo le irá a Mark?
Las máscaras
Por fin en casa
El circuito de los Black
Tardes de miedo
Leyendas entre leyendas
Aventuras las justas
Os quiero más que nunca
El día que se apagaron la luces
Línea de salida
Agradecimientos
Comunicado para todos los lectores
Hasta la meta- libro 2
Prólogo
En la línea
El desastre que me dejas
Borrón y cuenta nueva
Buongiorno principessa
Miedos
Vuelta a casa
El plan
Los Hermanos Black
Reencuentros desastrosos
¿De nuevo a Mercedes?
Buenos días Bakú
Rojo como la sangre
La remontada
La pelea
Un sencillo trato
Locuras varias
Te esperaré
Quien no arriesga, no gana
El chofer
La gala
+18
Relación secreta
El malentendido
El retrato
Adiós Canadá, hola Singapur
Heridas
Complicaciones
Entre robos y pruebas
El juego de los bolos
Sentimientos a flor de piel
En casa de papá
En casa de la tía
México lindo
Horas a un Km por hora
El cumpleaños de mi novio
Los secretos siempre salen a la luz
ira
Otra pelea perdida
La lucha de puntos
Una batalla a parte
Los milagros existen
Mis amigos de Ferrari
"The last race"
The champion of the world
Epílogo #1
Epílogo #2
Epílogo #3
Agradecimientos
Dudas
Comunicado

El Gran Premio

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By moniirguezz

El gran día había llegado.

El primer Gran Premio de la temporada era algo muy especial para todos, después de casi cuatro meses las carreras de Fórmula Uno volverían a las pantallas de todos los hogares.

Me encontraba desayunando con mi familia en la cafetería del edificio de Black Racing, y solo estaba ansiosa porque se hiciera ya la hora de la carrera.

— ¿Qué pensáis hacer? —pregunté metiéndome un trozo de fruta en la boca.

— Harry podría hacer algo para frenar a los coches que van detrás de él para que Andrew pueda adelantar más fácil —propuso mi padre.

— Ralentizar a los coches que no nos van a ganar no va a servir de nada —contesté—, hasta puedes hacer que Harry pierda lugares.

Obviamente solo me importaba el puesto de Harry, no el de Andre, él era el segundo piloto y mi hermano iba a tener una preferencia, siempre, para todos.

— Amelia tiene razón —mi "novio" dejó el teléfono a un lado para meterse en la conversación. Me sorprendió que dijera eso. Por la mañana me recriminó que ayer me acercase a hablarle a Mark, y me lo recriminó de muy malas maneras.

— Si le sacan bandera azul por algún motivo podríamos hacer que la ignorara unos segundos, ya lo hemos hecho más veces y eso me ayudaría a ganar tiempo —propuso Harry.

La bandera azul servía para que los pilotos más lentos dejaran pasar a los que les llevaban una vuelta. Me estaba empezando a hartar de esta conversación

— Hagáis lo que hagáis no lastiméis a nadie —me levanté de la mesa y me llevé mi bol de fruta conmigo.

— Peque, nos estás infravalorando. Podemos ganar sin herir a nadie.

— Lo que no quiero es que hagáis alguna tontería como la de ayer —mi padre me miró con disgusto y me acordé de las palabras que había pronunciado el día de la cena—. Yo..., voy a seguir trabajando.

Me fui del comedor, salí al exterior y estaba todo lleno de fans caminando y de prensa. Había más gente de lo normal en las calles del Stars Club. Me metí entre la multitud y se me cayó el bol desperdiciando todo por el suelo.

Mierda. Me había manchado toda la camiseta con el zumo de la fruta.

— Otra vez no —dije para mí misma recordando como Mark me había estropeado una camiseta.

— ¿Necesitas ayuda? —levanté la cara y me encontré con Josh Bauer, el amigo de Mark.

— No gracias, estoy bien —no iba a dejar que él me ayudara otra vez, no lo conocía y eso que me había sacado de la cárcel esa. Mi hermano siempre decía que él era un tío agradable y por algunas de sus entrevistas parecía que era gracioso de verdad. Físicamente era como Mark, menos por su pelo rubio y porque era mucho más alto que él y yo no era baja precisamente.

— ¿Segura? Porque parece que tu camiseta dice todo lo contrario —señaló la mancha de zumo de frutas que adornaba mi ropa.

Sí no fuera de otro equipo seguramente nos habríamos llevado genial, o eso sentía. Papá decía que la gente que no fuera de Black Racing nunca llegarían a ser nuestros amigos, por lo menos no de verdad. Todo eran mentiras, Amaia era amable.

— Gracias por lo del otro día.

— No te preocupes.

— Lo dices como si sacases a gente de la comisaría todos los días.

— Pues era la primera vez, lo juro.

Empecé a andar hacia nuestro edificio de nuevo y el viento frío me caló hasta los huesos, empecé a tiritar un poco y él se quitó su chaqueta naranja con el logo de Goldenwheels y me la puso por los hombros. Me quedé completamente quieta.

— No te preocupes no le diré a Mark que te di mi chaqueta, sé que tenéis algo raro entre manos.

¿Qué rayos?

— Eso tío me da igual, díselo si quieres —dije lo más calmada que pude mientras que él se fue con una sonrisa en la cara y yo me quedé allí con su chaqueta puesta. Como me viera alguien de mi familia con esto puesto me quedaba sin cabeza.

— Bueno, Bueno, Bueno —¿Pero qué pasaba hoy? Tierra trágame de una vez, me giré lentamente para encontrarme al francés delante—. Parece que por fin haces algo bien.

Le divertía demasiado la situación. Tiró de la manga colgante de la chaqueta de Goldenwheels que tenía ahora mismo encima de mi cuerpo.

— Qué te jodan.

— Ya te gustaría hacerlo tú. —Maldito egocéntrico.

— Tengo novio, gracias y adiós.

Un novio que no te trata bien y sigues con él en vez de hablar con tu padre para que hable con los suyos y se acabe ya sabes qué, recuérdalo. ¿Por qué dije eso?

— Nos vemos en la carrera... Amelia —pronunció mi nombre con cuidado, esta vez no era Jolie, y aunque me parecía un nombre estúpido y solo me lo hubiera llamado dos veces contadas se sintió extraño que no lo hubiese utilizado ahora.

Lo de decir que tenía novio se sintió como una mentira en mis labios, desde luego que con Andrew no iba a llegar a ningún lado.

Dios, qué tonta fui.

Me quité la chaqueta cuando entré, la guardaría como un tesoro, uno que no podía encontrar nadie de este edificio.

Decidí ir a la zona pública del circuito y sacar fotos allí, donde había fotógrafos de otros equipos también. Me acerqué a varias personas para hacer una encuesta de quién creían que iba a ganar y la mayoría decía cosas como:

"Harry Black es el más rápido".

"La misma persona que lo lleva haciendo los últimos cuatro años".

"El número veintiuno".

Y después había un grupo de gente que apoyaba al resto o bien porque eran de ese equipo o bien decían que no querían que Harry volviera a ganar, por lo que obviamente mucha gente apoyaba a Mark Laurent.

"Tengo novio".

Ya llegaba tarde para la hora de comer, volví hacia el Stars y pasé mi tarjeta para poder entrar al recinto privado. Tuve que sortear a toda la gente que iba caminando y en patinetes eléctricos, para llegar hasta la cafetería antes. Cosa que hice en vano porque no conseguía localizar a nadie de mi familia, odiaba el estrés de no encontrar nunca a nadie, todos estaban siempre en distintas zonas del circuito.

Quedaban aún dos horas para que empezara la carrera así que acabé comiendo yo sola y después de un largo rato encontré a Harry y a Andrew calentando con sus entrenadores. Una preocupación menos para la lista, ahora solo me quedaba editar mi resumen del trabajo de hoy y como no tenía mi ordenador conmigo, subí al despacho de papá para pillarle prestado el suyo.

Abrí la puerta y directamente me quedé dentro ya que no estaba, me senté en su silla, lo necesitaba después de pasarme medio día andando por ahí.

Conecté mi móvil al portátil con uno de los miles de claves que mi padre tenía en el cajón, cuando fui a pasar las imágenes me di cuenta de algo.

Había una carpeta con mi nombre.

¿Por qué mi padre tendría una carpeta con mi nombre? No teníamos fotos juntos a no ser que fueran de un evento.

Qué raro.

Nada más entrar para ver las fotos empecé a escuchar pisadas, las imágenes no estaban cargando, mi padre o quién fuera estaba cada vez más cerca y yo estaba al borde de que me diera algo ahí mismo.

Veía a papá venir por el cristal de la puerta, gracias a dios se puso a hablar con alguien.

Solo cargó una foto, que hizo que se me pusieran los pelos de punta ¿Cómo mierda tenía esto mi padre?

— ¿Qué haces aquí?

— Estaba editando unas fotos para poner en el trabajo de clase —puse el editor de fotos lo más rápido que pude, la foto seguía abierta, pero escondida debajo de la aplicación.

— Necesito revisar unos documentos antes de la carrera.

— Claro, no te preocupes ya tengo todo listo —cerré todo lo antes que pude y me levanté de su silla.

— Amelia la próxima vez que uses mi ordenador, por favor pídeme permiso.

— Vale —dije con una sonrisa nerviosa antes de marcharme de ese sitio.

Necesitaba volver a mirar en esa carpeta para ver lo que escondía dentro.

Fui hasta el garaje para ver la carrera comenzar en diez minutos. Melisse me entregó unos cascos, así escucharía los audios de radio, y me quedé a su lado para ver la carrera como siempre, pero, aunque yo estuviera presente mi mente estaba en otro lado.

Salieron los coches para dar las vueltas de formación antes de empezar la carrera y cuando acabaron se posicionaron cada uno en su posición. En frente de todo se encontraban esos dos coches que se disputarían por ganar el gran premio de Australia y quien sabe si Mark y mi hermano pelean por ganar el campeonato.

Empezaron a apagarse las luces...

Solo quedaban una, que al quedarse sin luz salieron los coches disparados. El catorce tuvo una salida espectacular e hizo que la gente de las gradas se levantase de sus asientos.

Eso me daba un poco de rabia, voy a admitirlo.

Mientras, mi hermano se mantenía segundo y Andrew conseguía subir un puesto adelantando al Capulets del estadounidense Smith.

Siguieron las primeras veinte vueltas y no cambió nada que me importara, al fondo chocaron algunos coches, pero no fue mucha cosa. Los pilotos ya empezaban a meterse en la calle de boxes a cambiar las ruedas y Andrew consiguió adelantar a dos coches más posicionándose de noveno.

Los mecánicos del garaje empezaron a aplaudir y me uní a ellos, más bien mis manos que actuaban por sí solas, yo no sentía felicidad por él.

Habíamos entrado a la zona de puntos, los cuales servían para ganar el campeonato tanto de pilotos como de constructores, donde para descubrir el ganador se sumaban los puntos de los dos pilotos del equipo. Black Racing llevaba varios años ganándolo.

La carrera seguía y Harry tenía a Mark delante, sus ruedas estaban desgastadas y no le quedaba otra que entrar a que se las cambiaran, mi hermano logró adelantarlo, pero a Harry tampoco le habían cambiado las ruedas y no tardarían mucho en hacerlo.

Quedaban dieciocho vueltas para el final y justo cuando Harry entró a cambiar las ruedas y por culpa de la distancia que se llevaba con Mark, no logró pasarle al salir de pits. En ese momento Andrew chocó con el Majesteux y el Green Motors que iban delante de él haciendo que se salieran de la pista los tres. A diferencia de los otros él volvió a correr subiendo al puesto número siete

Le dieron un stop & go de cinco segundos de penalización, eso era un total desastre, en este deporte el tiempo volaba y cinco segundos podía ser una gran diferencia entre ser el ganador y hasta no entrar al podio

Vino a pits después de una vuelta y esperó los cinco segundos, afortunadamente solo le adelantó un coche y los otros volvieron a la pista, pero se retiraron después de unos segundos

Quedaban diez vueltas, solamente diez vueltas para saber quién levantaría ese trofeo de color verde que esperaba en el podio.

El Goldenwheels de Josh Bauer también subía puestos consiguiendo quedar por delante del segundo de la Roosters lo que lo posicionaba como quinto

Nueve vueltas.

Todo seguía igual, parecía que al final íbamos a ver un enfrentamiento entre los dos primeros.

Ocho vueltas.

El segundo Goldenwheels escalaba otro puesto al igual que Andrew, cada vez más cerca de este.

Siete vueltas.

Andrew estaba a pocos segundos de Josh, parecía que iba a empezar la lucha entre ellos dos.

Seis vueltas.

Harry estaba demasiado cerca de Mark, tanto que parecía que le podría adelantar en cualquier momento.

Cinco vueltas.

Josh Bauer se posicionó tercero entrando al podio, esto era una mala señal para la competición de constructores.

Cuatro vueltas.

Andrew se posicionó cuarto y el garaje empezó a aplaudirle de nuevo, hasta se hablaba de que iba a ser el piloto del día, un título no muy importante y que realmente no influía en los resultados, pero lo hacían para que los aficionados votasen por el piloto que según ellos había estado mejor y sin duda, Andrew ese no era.

Tres vueltas.

Se sentían los nervios y la emoción por saber quién iba a ganar la carrera, todos estábamos tensos en el garaje.

Aguanta Harry.

Dos.

Andrew rozó su coche con un Goldenwheels intentando adelantarlo, pero salió del circuito chocando sin posibilidad de volver a entrar debido a su rueda pinchada, pusieron su audio de radio.

— Andrew, apaga el motor, se acabó— Andrew empezó a insultar por la radio nada más escuchar el mensaje del ingeniero.

Papá ya estaba hablando por teléfono cuando me fijé en él, no iba a dejar que sacaran bandera roja, eso le daría la posibilidad a Mark de ganarnos, finalmente le hicieron caso sus amigos del Control Internacional de Carreras. Odié la decisión, si por algún motivo había algo en el circuito capaz de causar un pinchazo, iba a provocar que pasara algo que podía ser horrible. Estaba llena de nervios, Harry había adelantado a Mark.

Una.

Estaba claro quién iba a ser el ganador de este gran premio, quedaban escasos kilómetros para cruzar la línea de meta. Harry lideró la carrera hasta el final, en cada uno de los sectores del circuito. Pero nada es imposible, y con toda su cara, Mark lo rebasó en el último segundo. Sacaron la bandera a cuadros lo que significaba el final de la carrera y todo lo que se oían eran quejas e insultos en el garaje, hasta yo apreté con fuerza la silla en la que estaba apoyada. Los coches aparcaron enfrente de sus respectivos carteles, Todos fueron hasta esa zona del circuito para darles las felicitaciones a mi hermano que no parecía muy contento.

Siguieron así un largo rato, los pilotos se fueron a pesar. Tenían que hacerlo antes de ver a nadie, podían perder hasta dos kilos por carrera.

Se fueron a preparar para subir al podio, estábamos todos debajo del palco cuando entró Josh Bauer como tercero y recogió su trofeo. Este chico había competido por primera vez el año pasado y no había logrado ganar hasta este año. Los de Goldenwheels de verdad habían trabajado en mejorar su coche.

Empezamos a aplaudir nada más entró Harry al palco del podio y le entregaron su trofeo, pero para nosotros no significaba nada y simplemente era uno más en la colección. Harry había ganado, quedado segundo y tercero incontables veces.

Y ahí estaba Mark Laurent con su trofeo, sonó el himno de Francia en su honor, después pusieron el de Inglaterra en honor a su equipo y una vez terminado, los pilotos empezaron a esparcir las enormes botellas de champán que tenían tirándoles el líquido a los mecánicos y todos los que estuvieran debajo.

Esta parte que de pequeña me hacía gracia, ahora solo me hacía rezar para que no me mojaran entera con el líquido pegajoso.

Le dieron los veinticinco puntos por ganar, haciendo que Harry quedase segundo por ahora en el campeonato con dieciocho puntos y Josh tercero con quince.

Lo peor de todo fue el doble podio de Goldenwheels. Eso hacía que su equipo estuviese primero en el campeonato de constructores también.

— Te dije que iba a ganar —se me acercó Mark con su pelo desordenado aún por la carrera y mojado por culpa del champán.

— Aléjate de ella —vino Andrew antes de que pudiera decir nada.

— Me parece —repitió el tono de Andrew—, que ella no es de tu propiedad como para que me hables de esa forma.

— ¡¡Te voy a destrozar en la pista, hijo de...!! —no terminó la frase pero se acercó más a él, Andrew era muy temperamental. Tenía que hacer algo para impedir que se pelearán aquí mismo delante de todos.

— Me encantará ver cómo lo intentas, desde el fondo creo que no se ve muy bien a los de delante

— ¡Parad los dos! —les ordené antes de que las cosas se pusieran feas—, Mark, vete, por favor.

Las cámaras no se habían percatado aún de lo que estaba pasando aquí. Por algún motivo me dio una mirada de preocupación, como si le importase o algo.

—Por favor —repetí casi en una súplica. No despegó el ojo de Andrew y de mí, ni siquiera mientras Josh le hablaba.

— ¿Segura? —me miró desconfiado y después a Andrew. Asentí con la cabeza, entonces me hizo caso y se fue con los de su equipo.

— Espérate a llegar al hotel —me dijo mi novio en bajo—, no voy a permitir que me humilles de esta forma, o que te rías en mi cara.

Tragué fuerte, esperaba que no fuera a hacerme daño. De verdad sentía que no quería llegar al hotel, no quería estar con Andrew y mucho menos quería que me hiciera daño de alguna forma.

Andrew se fue a hacer las entrevistas que les tocaban después de la carrera, no quería saber nada de él. Si me quedaba con mi hermano igual no me haría daño. Él nunca había llegado a hacerme nada, físicamente, pero este año, este año era diferente.

El año pasado le había quedado claro que nunca iba a quedar por encima de mi hermano mientras estuviese en Black Racing, y sinceramente creo que como no puede enfadarse ni con Harry y mucho menos con mi padre, la pagaba conmigo.

Cuando terminó todo, fuimos al aparcamiento para irnos de allí, dios. Me temblaban las manos.

Nada más salir nos adelantó una moto, encima de ella iba Amaia junto con su compañero el español Lucas Hernández.

— Debería atropellarlos aquí mismo —no me gustaban sus bromas, ni siquiera estaba segura de que fuese una broma. No me gustaba él.

— No digas esas cosas —bufó en respuesta.

Llegamos al hotel y cuando nos subimos no me dejó marcar el piso al que yo me había cambiado, el piso de Goldenwheels.

Tiro de mi mano hacia el pasillo nada más se abrieron las puertas.

— Estás tirando muy fuerte de mi mano —dije intentando librarme de su agarre.

— Cállate.

— No hagas..., por favor

Pasó la llave y abrió la puerta, una vez dentro me dio la primera bofetada. Y llevó su mano a mi cara mientras esta se llenaba con mis lágrimas.

— No vuelvas a tirarle los tejos a nadie más —me acarició, recorrió con su pulgar mi mandíbula y me volvió a pegar—, creo que nunca te han enseñado a comportarte y me encantaría hacerlo yo.

— No hice nada.

— ¿Fue él, el que corrió contigo aquella noche? ¿El que se pasó toda una noche contigo entre rejas?

Asentí lentamente rezando para que no me volviese a poner una mano encima. Su reacción fue irse de la habitación dando un portazo.

Y ahí me quedé, sentada en el suelo con mis lágrimas como única compañía.

Feliz cumpleaños Amelia.

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