Born to Die (Terminada)

By ScarlettGrant

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El anillo único había sido destruido, el heredero perdido de Gondor, Aragorn hijo de Arathror, había vuelto... More

Holaaa!
Así comienza todo...
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CAPITULO 9
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CAPITULO 11
Una disculpa :S
Capitulo 12
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CAPITULO 14
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CAPITULO 74
CAPITULO 75
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
EL PRINCIPIO DEL FIN
CAPITULO 79: Blood in your lies
CAPITULO 80: How long? How low?
CAPITULO 81: Youngblood
... Di mi nombre
CAPITULO 82: Home is behind
CAPITULO 83: Infinity
CAPITULO 84: Life is still so beautiful
CAPITULO 85: Happier
CAPITULO 86: Black Beauty
CAPITULO 87: Poisoned Youth
CAPITULO 88: Elastic Heart
CAPITULO 89: So let the light guide your way
CAPITULO 90: We all knew
CAPITULO 92: Maldición
CAPITULO 93: Nothing nothing gon' save us now
CAPITULO 94: Somewhere... Somehow
CAPITULO 95: I'm on the run
CAPITULO 96: Forever and aver and ever, the end
GRACIAS

CAPITULO 91: Where it all began

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By ScarlettGrant

Era como estar en una de sus pesadillas, a medida que andaban entre los árboles y todo alrededor se volvía más familiar para Miriel, era una sensación extraña que no podía explicar bien, no al menos hasta que se encontraron con aquella gran muralla de piedra gris alta y terrible. Apenas la vio Miriel recordó de inmediato la noche que había escapado, la noche en que Legolas la rescato, lo recordaba con mucha claridad, y fue entonces que se dio cuenta de que habían vuelto justo a donde todo había comenzado.

-¡Vaya! Esto es escalofriante- Arphen hablo contemplando a su alrededor - ni en mis peores pesadillas creí volver a este lugar.

-No tenías por qué hacerlo- replico una fastidiada Miriel- yo fui la primera en decirlo.

-No tiene caso que sigas enfadada, de ninguna manera me iba a quedar después de saber lo que planeabas... Legolas no es el único al que le importa que estés bien ¿sabes?

-Lo sé- contestó Miriel finalmente en un tono más amable- pero entiende que en el momento en que diga que me dejen sola tendrán que hacerlo sin importar que esté pasando.

-De acuerdo- contesto Arphen serio, dejando de lado por un momento la juguetona expresión que usualmente había en su rostro-... pero veámoslo por el lado amable qué más podría desear Legolas que dos poderosos guerreros ayudándole a resguardarte- aquel comentario hizo que Miriel lo mirara con incredulidad mientras que Eothain por su parte dejaba salir una pequeña risa.

-Desearía que ella estuviera dos mil kilómetros al oeste- contesto Legolas con ironía.

-Bueno aparte de eso.

-Como sea... hay que darnos prisa y empezar por llegar al otro lado de este muro- contesto Miriel dejando caer al suelo una larga y gruesa cuerda, para luego dirigirse a Arphen y Legolas- ustedes ya lo había hecho antes, muéstrenos cómo.

***

Thranduil y Eowyn acompañaban a Aragorn quien cabalgaba con los soldados del norte que habían decidido renunciar a las armas después de escuchar a Miriel. Cruzaban el campo de batalla para hablar con los soldados de Beren y aquel que los dirigía: Ethir. Este era el último intento de Aragorn por evitar la guerra entre hombres que estaba devastando el mundo. Apenas se acercaron a la línea de defensa los hombres bajaron sus lanzas indicándoles que no se acercaran más y retrocedieran, de entre ellos surgió su capitán, Ethir, montado en un gran caballo negro cuyas protecciones estaban armadas con picos afilados de metal.

-¿Han venido hasta acá para rendirse?- Ethir habló con mirada despectiva.

-No- contestó Aragorn- he venido para hablar con ustedes, persuadirlos de hacer uso de razón... esta abominable guerra no puede continuar más.

-Huir de la guerra es huir de la justicia, tú y los tuyos han hecho un mal terrible a mi rey y ahora deben pagar las consecuencias.

-No estoy diciendo que queremos que esto termine sin más, y si hay alguien que debe pagar por todo el mal que ha causado es Beren... ¿Por qué lo defiendes con tanta vehemencia cuando sabes todo lo que ha ocasionado?

-Mi señor hizo lo necesario para asegurarse de que los hombres perduren, todo lo que ha hecho está más allá del bien y el mal.

-La única amenaza para los hombres es la que él mismo ha creado ¡Nos ha orillado a matarnos los unos a los otros! ¡¿Y todo por qué?! Perdimos la paz que con gran sacrificio habíamos ganado por las codiciosas mentiras de Beren.

-No es de extrañar que no puedas ver que realmente hay una amenaza acechando la prosperidad de los hombres, pero ¿cómo podrías?- Ethir hablaba con asco, su furiosa mirada posada en Aragorn se dirigió hacía Thranduil terminando la frase-... cuando has vivido tanto tiempo entre ellos.

-Beren ha envenenado tu pobre mente- contesto Aragorn- Lo que dices es una locura, la prosperidad de los hombres fue posible únicamente con la ayuda que los elfos y otras razas nos han brindado, nada de lo que conocemos sería posible si no fuera por ellos...

-Poseen un poder que no pueden controlar, y antes de que nos demos cuenta lo dirigirán contra nosotros, nos someterán... he visto el dolor y la desgracia que pueden provocar.

-Miriel...-No fue difícil para Aragorn adivinar de lo que hablaba pero apenas iba a explicarse cuando Ethir lo interrumpió.

-Arruinaron su vida y la de toda mi familia... ¡Tu hijo!- exclamo Ethir con sus ojos llenándose de un dolor que se volvía rabia profunda puestos sobre Thranduil quien arqueando una ceja lo miraba con igual desprecio- es una desgracia.

-La única desgracia es la que tu insensata lealtad le ha causado a tu propia hija... lo que has hecho es monstruoso- contesto Thranduil con repulsión en sus palabras.

-Ella no es mi hija... ya no- Ethir negó con una frialdad terminante.

-Lo sé- contestó Thranduil con una mirada casi triunfante- ahora es mi hija.

Los ojos de Ethir parecían salirse de sus orbitas, había sido el golpe definitivo que había sentenciado lo que ocurrirá a continuación, lleno de odio contestó- más le valdría estar muerta... ¡Este es nuestro tiempo y vamos a reclamarlo!

Aragorn vio como los ánimos se agitaban peligrosamente y determinado a intervenir se dirigió a los soldados frente a él- Ustedes tienen el poder de evitar una tragedia innecesaria ¡No soy solo yo quien se los implora sino también sus compañeros!- dijo refiriéndose a los hombres tras él- ¡Rehúsense a pelear!

-No creo que estén familiarizados con como lidiamos con los traidores en este reino- dijo Ethir con una mirada maliciosa al tiempo que levantaba una mano.

Antes de que Aragorn pudiera articular una palabra fue sorprendido por una lluvia de flechas que acabo con la primera fila de los hombres que lo acompañaban, vio con horror cómo caían muertos sin más. Estupefactos por la frialdad con que Ethir había asesinado a sus propios soldados Aragorn Thranduil y Aragorn compartieron una mirada, sabían que cualquier oportunidad de paz ya había quedado atrás. Retrocedieron volviendo a sus lugares haciendo sonar cuernos y gritando órdenes a los soldados que esperaban ansiosos. Aragorn alcanzo a escuchar como Ethir gritaba órdenes a sus hombres en un lenguaje que no conocía para luego ver con horror como sus tropas se alineaban hacía la izquierda con sus lanzas apuntando directo a Thranduil y los elfos.

Ethir se deleitaba con el movimiento y los sonidos que anunciaban la batalla, sus ojos destellaban mientras gritaba- ¡Mátenlos... Mátenlos sin piedad!

***

Con ayuda de la cuerda al fin se encontraban del otro lado de la muralla, cautelosos y cuidando no ser vistos se escabullían entre los jardines tratando de llegar hasta una de las entradas posteriores del castillo. Ese era sin duda el camino menos riesgoso.

-Falta muy poco- murmuro Miriel a Legolas quien asintió.

-am...- escucharon que Arphen decía- creo que Eothain se quedó atrás.

Ambos se giraron para ver por donde habían venido, extrañados notaron que Eothain estaba de rodillas en el césped frente a un montón de flores blancas que habían crecido ahí. Miriel sintió una opresión en el pecho cuando se dio cuenta del porqué de su reacción, sabiendo que no tenían mucho tiempo y con cuidado se acercó hasta él.

-Eothain- lo llamo con voz temblorosa, pero él no contesto su mirada llena de dolor estaba perdida en aquellas flores que se movían suavemente con el viento, era de cierta manera pacifico, casi parecía que lo saludaban con su suave movimiento.

-... Él está aquí... Mi señor- fue lo único que Eothain pudo decir, luego agacho la cabeza y murmuro una plegaria.

-Lo siento tanto- dijo Miriel apenada, Eothain la miro y aunque sus ojos estaban inundados de dolor al verla se iluminaron.

-No me bastaría una vida entera para terminar de agradecerte por todo lo que has hecho por mí y por mi gente... pero si con mi vida o con mi muerte puedo protegerte lo haré.

Miriel no supo que decir, sus palabras la habían tomado por sorpresa. Pero no fue necesario dando un suspiro y recuperando la compostura Eothain le dijo –continuemos.

Finalmente llegaron a aquella entrada. Eran unas desgastadas puertas de madera tras las cuales se encontraba una oscura escalera que conducía hasta los calabozos en lo más profundo del castillo. Ahí abajo estaba oscuro, lleno de fango y charcos, y la humedad hacía que el aire se volviera tan espeso que era difícil respirar, Miriel siempre había odiado ese lugar.

-ugh este lugar es inmundo- comento Arphen- me compadezco de cualquiera que haya estado aquí.

-¿Y ahora qué?- preguntó Miriel- Cómo planean ir todos detrás de mí sin que nos atrapen.

-Lo hemos estado pensado y si sometemos a un par de guardias podríamos usar su ropa para pasar desapercibidos- Arphen habló mirando a Legolas de reojo.

-Eso podría funcionar- comento Eothain.

-Si nos atrapan diremos que te encontramos tratando de colarte en el castillo y que te llevaremos con Beren.

-Ese es un buen plan en realidad- dijo Miriel algo sorprendida a lo que Arphen sonrió alzando las cejas.

-Hagámoslo entonces- dijo Legolas.

Se dispusieron entonces a buscar la salida de aquel lugar caminando entre las solitarias celdas. Avanzaban en completo silencio cuando escucharon Arphen emitir una expresión de horror ahogada. Se detuvieron para verlo completamente perturbado frente a una de las celdas, ahí dentro podía distinguirse una pequeña e inmóvil silueta humana en el suelo, por los largos cabellos rubios podía distinguirse que se trataba de una mujer pero no mucho más.

-Eothalion- murmuro Eothain con terror, y sin pensarlo dos veces comenzó a sacudir con fuerza los barrotes de acero como si tratara de arrancarlos.

Legolas lo detuvo sabiendo que el sonido podía hacer que los atraparan, pero Eothain desesperado por sacarla de ahí pelaba por libarse de su agarre.

-¡Rápido Arphen, al final del pasillo cerca de la salida suelen guardar repuestos de las llaves, tráelas!- Miriel le ordeno, el chico asintió un par de veces recuperándose de la conmoción en que se encontraba.

Arphen no tardo en volver corriendo con un gran aro de metal lleno de llaves, deprisa comenzó a probar cada una de ellas. Llave tras llave la espera se volvía eterna y Eothain parecía estar más cerca cada vez de perder la cabeza, hasta que de repente con el sonido de un pequeño "crack" la puerta se abrió. Nadie se movió nadie dijo nada, Miriel sabía lo terrible que sería tanto para Arphen como para Eothain entrar así que armándose de valor lo hizo ella. Se acercó despacio agachándose cuando estuvo junto a ella quitándole el cabello del rostro buscando por cualquier señal de vida.

-¡Esta viva!- exclamo Miriel con alivio como vio reaccionaba débilmente a su toque. El alivio que sintieron cuando supieron que no estaba muerta no podía expresarse en palabras pero sus expresiones lo reflejaban perfectamente- necesita agua... hay un viejo pozo al fondo cerca de donde entramos quizá aún tenga un poco de agua limpia.

Eothain se apresuró a hacer lo que Miriel le pedía, y pronto volvió con un cubo lleno de agua. Con cuidado Miriel había puesto la cabeza de Eothalio sobre sus piernas, mojó el pañuelo que Arphen le había dado y comenzó a humedecer el rostro y los resecos labios de Eothalion. Reacciono débilmente pero lo suficiente para que pudiera beber del agua que Eothain le ofrecia.

-Hay que sacarla de aquí- dijo Miriel, al tiempo que Eothain levantaba en brazos a Eothalion.

-Eothain puede llevársela- contesto Legolas ayudándola a ponerse de pie,

-Sí pero no solo, necesitara la ayuda de alguien... debes ir con él Legolas.

-No, me quedare contigo- negó rotundamente- Arphen puede acompañarlo.

-Eothain está herido, necesitara más ayuda que yo- Miriel le recordó la lesión en el brazo de Eothain- Además, es más fácil que nos descubran si vienes conmigo, incluso si vas vestido como guardia no puedes ocultar que eres un elfo... mientras que Arphen fácilmente pasaría por un guardia novato, torpe y despistado.

-N-No puedo dejarte- habló apenas más fuerte que un susurro.

-Legolas sabias que este momento llegaría- Él la miró, sus ojos azules llenos de miedo clavados sobre ella le partían el corazón, a ella también le aterraba separarse de él pero sabía que no había otra forma. En medio del silencio en que habían caído pudo escucharse un lejano murmullo que se volvía más fuerte, el sonido de cuernos soplando y un rugido de guerra que llegaba hasta las profundidades de esos calabozos.

-Están peleando- dijo Arphen angustiado.

-No tenemos mucho tiempo, debemos avanzar ya.

Uno al otro Miriel y Legolas se miraba con ojos temblorosos y el corazón martillando su pecho. No dijeron nada, se negaban a la idea de que fuera una despedida, porque no lo era. Estaban unidos irremediable y eternamente. Se abrazaron, se abrazaron con mucha fuerza como no lo habían hecho hasta ahora. Miriel inspiro hondo llenándose los pulmones del aroma de Legolas, su cabeza estaba presionada contra el pecho de él y podía sentir sus latidos, eran golpes fuertes como dolorosos gritos. A Miriel se le inundaron los ojos de lágrimas y no parecía ser capaz de articular palabra alguna, así que escondiéndolo y haciendo un esfuerzo sobrehumano logro susurrar a Legolas-Tienes mi corazón, de verdad y para siempre...

-Mela en'coiamin*-Legolas susurro dulcemente de vuelta.

Se separaron sin apartar la vista el uno del otro.

-Vayan- le dijo Miriel haciendo todo por no quebrarse. Y dándose una última mirada, cada uno se fue en una dirección diferente.

****
Perdonen la tardanza hoy no ha sido un buen día... Espero les guste el capitulo

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