*Les recomiendo que si pueden escuchen "The battle", es parte del soundtrack de la primera película de Narnia
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-¿Alguna vez habías visto el cielo así?- Elladan le pregunto a su hermano, sus miradas fijas en el cielo nublado que comenzaba a tornarse de un curiosos color morado conforme se acercaba el atardecer.
-No... hay algo extraño en el aire- contesto Elrohir receloso del clima frio y húmedo- puedo sentirlo.
Todos parecían desconcertados por aquel fenómeno pero no lo suficiente como para distraerlos de la creciente tensión que se revolvía en el lugar, finalmente se encontraban frente a frente con las tropas de Beren, los numerosos soldados grises. Ambos ejércitos separados por un considerable espacio, donde se daría a lugar en algunos instantes el duelo acordado previamente.
Fue una conmoción cuando la noche anterior un particular grupo de individuos –Eothain, Glorfindel, Gimli y Legolas- se presentaron en el campamento del norte, y sin titubear fueron directo hasta encontrar a Beren. Un odio descomunal iba y venía desde la mirada de Beren hasta la de Legolas mientras Eothain leía el pliego que explicaba el motivo por el que habían venido, tenían ganas de matarse ahí mismo y por esa misma razón no fue difícil que Beren aceptara el duelo.
-¿Qué crees que pasara si lo matas?- murmuro Aragorn.
-No podemos confiar en él- Legolas contesto serio, con la mirada fija al frente- Aragorn no bajen la guardia en ningún instante.
-Estaremos atentos- le dijo recordándole que al frente se encontraban él y Eowyn dirigiendo a sus hombres respectivamente- Sé que quieres terminar esto de una vez pero si algo se ve mal aléjate de inmediato.
-Lo mejor que puedo hacer es quedarme ahí y alargarlo lo más que pueda, él odio que siente por mí es nuestra mejor oportunidad de que cometan un error.
-...Ten cuidado, es el mismo odio que tu sientes.
-Estoy tranquilo Aragorn- le aseguro- Ella está muy lejos y ya no puede lastimarla.
Murmullos del otro lado del campo de batalla llamaron la atención de Aragorn y Legolas, fue entonces cuando vieron a Beren emerger de entre sus filas para dirigirse al punto de encuentor, a su lado iban un par de soldados –entre ellos Ethir, el padre de Miriel-. Con Glorfindel Elladan Elrohir y Gimli tras él, Legolas comenzó a avanzar también, con cada paso que daba podía ver todo lo que había vivido junto a Miriel como si se presentara frente a él, lo bueno y lo malo... y al final no había ni una sola cosa de la que se arrepintiera.
"Me pongo mi armadura, voy a mostrarte que tan fuerte soy
Me pongo mi armadura, voy a mostrarte lo que soy
Porque soy invencible, ganó cada una de las batallas
Soy tan poderoso... soy imparable hoy"*
El cielo retumbo cuando Legolas y Beren se encontraron finalmente frente a frente, como si anunciara el encuentro al fin de dos poderosas fuerzas que deseaban aniquilarse.
-El rey de Gondor te ha sacado por delante como un simple lacayo- Beren se mofó.
-Has hecho enfadar a demasiada gente Beren, yo solo soy uno de ellos- Legolas le contesto seco, su sola presencia le causaba una aversión desquiciante.
-Todos los que hoy se enfrentan a mi defienden lo indefendible... me arrebataste algo que me pertenecía, y por eso tendrás que ver como este bosque tu reino tu gente y todos tus amigos son destruidos.
-No puedes reclamar algo que nunca fue tuyo, trataste tan desesperadamente de retenerla que casi la matas.
-¡No!- grito Beren, sus ojos claros ardiendo de furia- Tú le arruinaste la vida, si no fuera por ti ella habría sido feliz conmigo.
-Ya no importa... no vas a volver a verla nunca más- Legolas sentencio con una mirada casi triunfal que saco de quicio a Beren, y la expresión desencajada en su rostro era una discreta advertencia de lo que venía, con los ojos entre cerrados contesto:
-Tu tampoco.
Y con eso dicho Beren levanto su espada contra Legolas quien acertó rápidamente repeler el golpe, en el transcurrir de un parpadeo había comenzado el duelo y la sinfonía de espadas chocando se los hizo saber a ambos ejércitos, un estruendo de gritos y aclamaciones eran tan fuertes que resonaron mucho más allá de donde se daba lugar la pelea. El tiempo transcurría y la pelea se hacía mucho más reñida de lo que cualquiera esperaba, en más de una ocasión sus intentos por herir al otro habían fallado por milímetros.
-No parece fatigado ¿o sí?- murmuro Gimli después de un rato sin apartar la vista de la pelea dirigiéndose a los elfos junto a él.
-No- contesto Glorfindel- ni siquiera respira con dificultad, esto no es normal.
-Oh no- dijo Elrohir que había escuchado lo que comentaban y atrayendo la atención del resto- Miriel nos hablo de como cuando estuvo en el reino de las montañas grises vio como daban de beber a los soldados un brebaje oscuro y desagradable que les daba fuerza para pelear sin agotarse.
-¿Sera posible que sobrepase la resistencia de un elfo?- pregunto Gimli.
-No lo sé, desconozco esa clase de alquimia perversa- contesto Elrohir inquieto.
-Todos sus hombres deben estar intoxicados por ese brebaje- Elladan murmuro, sus ojos observando con cuidado las numerosas tropas enemigas.
-Esto se convertirá en un baño de sangre- contesto Glorfindel perturbado, mientras el terror se apoderaba de los demás- Debemos advertir a Aragorn y sacar a Legolas de ahí.
El sonido de las espadas chocando se mezclaba con los estruendos del cielo que se agitaba violentamente, la adrenalina los saturaba y la impotencia de no haber podido causar al oponente más que heridas superficiales los volvía a ambos más bruscos y menos cautelosos con sus movimientos hasta el punto en que se encontraron con tal fuerza que salieron despedidos en direcciones opuestas. Durante esa breve pausa involuntaria Legolas escucho que Gimli llamaba su nombre, cuando lo miro el enano tenía una expresión de angustia en su rostro que le hacía saber a Legolas que algo andaba mal.
-¡Dime donde esta!- le grito Beren a Legolas mientras ambos se levantaban del suelo haciendo un esfuerzo por disimular el dolor de sus heridas.
-No lo hare... ¿No te basta saber que no está conmigo?... solo déjala en paz.
- No hay lugar para ella en este mundo más que a mi lado.
-No te lo diré jamás.
-¿Estás seguro de eso?- Beren amenazo- echa un vistazo a tu espalda, basta con que de una señal y serán aplastados como gusanos sin ninguna consideración... Si me lo dices tendré piedad de ellos.
-No voy a dejar que me uses más Beren- le contesto Legolas con una mirada fría parecía que la vida se escapaba de sus ojos, y antes que pudiera contestar Legolas levanto su espada poniendo la cuchilla contra su cuello- Mantén a tus tropas atrás o jamás sabrás que fue de Miriel.
-No te atrevas maldito desgraciado- Beren lo maldijo caminando hasta él con la intensión de arrebatarle la espada.
Pero se detuvo en seco a medio camino cuando el sonido ensordecedor de un cuerno desconocido interrumpió el enfrentamiento. Fue como si el tiempo se detuviera, en el horizonte donde los últimos rayos de la tarde peleaban por permanecer pudo distinguirse una figura humana que emergía de la luz avanzando con paso decidido, sus ropas flotando con el aire que corría.
-¿Quién es? ¡¿Quién es?!- Legolas escucho que Beren preguntaba una y otra vez, pero él no podía hablar el miedo lo había paralizado- Es ella... ¡Es Miriel!
Todo el mundo contuvo el aliento a la expectativa de que su llegada terminaría por desatar el caos, sentían que el momento de la batallaba se precipitaba dramáticamente. Las miradas consternadas sobre Miriel se volvieron perplejas cuando vieron emerger al rey Thranduil montado en un enorme alce, seguido de un magnifico ejército de elfos que llegaba para unirse a Gondor y Rohan en la batalla en lo que parecía un desfile triunfal. La sensación de que el tiempo se había hecho lento fue esfumándose lentamente y todo pasó demasiado rápido después de eso; Legolas escucho a Beren gritando "¡¿Qué estas esperando?! ¡Hazlo ahora!" se dio la vuelta sabiendo que era una advertencia y se encontró con un soldado unos metros detrás de Beren que sostenía un arco con dos flechas hacía él, era demasiado tarde había bajado la guardia, lo vio disparar y cerró los ojos. Escucho una expresión de horror colectiva pero no pudo sentir el impacto ni el agudo y sofocante dolor que esperaba, y entonces un temor aun peor lo invadió. Con el corazón martilleando su pecho se dio la vuelta, un tembloroso y quebrado "no" se escapó de sus labios cuando vio el cuerpo de Miriel en el suelo con las dos flechas clavadas en el pecho.
Por un instante hubo un silencio sepulcral, que fue violentamente terminado por un grito proveniente de entre los hombres de Beren, en un principio solo podía distinguirse que algunos comenzaron a caer muertos, pero pronto pudo verse como surgía de ellos un grupo de unos cincuenta hombres que se abrían paso hasta la compañía encargada de guardar al rey. Dos de ellos, los que parecían dirigir al resto, al aproximarse a Beren se deshicieron de su casco revelando a Haleth y Arphen, perplejo y horrorizado Beren ordeno a Ethir desplegar sus fuerzas. Y como una reacción en cadena pronto se escuchó el cuerno de Rohan que anunciaba a los jinetes que avanzaban, seguido del cuerno de Gondor y su rey ordenando a los soldados socorrer al príncipe. Ambas fuerzas se habían puesto en marcha, y avanzaban desbocados hacía el fatal encuentro. Legolas completamente indiferente al caos que estaba por desatarse a su lado había comenzado a caminar hacia Miriel, no podía verla porque su padre se había agachado a socorrerla y le obstruía la vista, su desesperación crecía aún más al no poder llegar ahí con más rapidez. Vio como su padre de espaldas a él se hacía a un lado y contuvo el aliento, entonces pudo verla levantarse algo agitada y asustada, sus manos se dirigieron a las flechas en su pecho y tomándolas con fuerza se las quito dejando ver la armadura que la protegía bajo sus ropas, estaba perfectamente bien. Y se lo hizo saber a Legolas con una mirada, fue entonces que se dio la vuelta, sus ojos encendidos se posaron sobre Beren quien con los ojos abiertos se daba cuenta que perdía la ventaja, empuñando su espada Legolas avanzo hacía él de tal manera como si cada paso que daba hiciera temblar el suelo bajo él. Una sensación de opresión invadió a Miriel cuando vio a Beren repeler con trabajos el golpe de Legolas reanudando el duelo que tenían, haciendo a un lado aquella sensación Miriel retomo su lugar frente a los elfos, atenta al encuentro que estaba por darse más adelante en el campo de batalla se dirigió a los elfos.
-¡Tangado haid!*- atendiendo sus órdenes los soldados se movían con una sincronía abrumadora, Miriel contuvo el aliento esperando por el momento adecuado para dar la siguiente orden, y apenas unos metros antes de que ambos ejércitos se encontraran grito- ¡Leithio i philinn!
Una lluvia de flechas voló por el cielo, totalmente ajenas a las tropas de Beren cuya primera línea de defensa se había agachado para dar paso a una ofensiva sorpresa, y dicha ofensiva fue aniquilada por las flecha al Miriel anticipar el movimiento. La estrategia de Beren había fallado y sus tropas completamente desprevenidas fueron embestidas por los jinetes de Rohan y los soldados de Gondor. Había comenzado la batalla. Los soldados grises de Beren marchaban hacia el frente y viendo esto Miriel se montó en su caballo volviéndose a los elfos.
-¡Ortheritham hain!*- grito empuñando una de sus dagas- ¡Melmelma nóren sina núra lá earo núri!*
Sus manos temblorosas se aferraban a las riendas del caballo y a su daga, con su corazón desbocado en su pecho y dando un gran suspiro grito:
-¡Ribo i thangail!*
Y sin hesitar los soldados se precipitaron por delante de ella hacía la batalla.
"Hemos estado aquí por una eternidad
Y aquí está la prueba congelada
Podría gritar por siempre
Somos la juventud envenenada"*
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Holaaa!
Les traigo el siguiente capítulo, espero que les haya gustado tanto como el pasado... muchas gracias por todo su apoyo 💗
Ya estamos cada vez más cerca del final y estoy muy emocionada y asustada por que lo lean
*Unstoppable, Sia
*Centuries, Fallo out boy
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