Miriel despertó por el sonido de una voz desconocida que la hizo ponerse en alerta no sin antes darse cuenta por lo bien iluminado que estaba su alrededor se había quedado dormido la noche entera en lugar de por pequeños periodos como acostumbraba, en su rostro aun había rastros de lágrimas de la noche anterior. Miriel saco su daga poniéndose de pie despacio cuando volvió a escuchar aquella voz murmurando sin parar además del sonido de múltiples pisadas. Se dio cuenta de que el sonido provenía de detrás de los arbustos que estaban frente a ella, despacio se acercó hasta que pudo ver entre ellos, distinguió entonces una figura humana no muy alta bastante andrajosa y que caminaba de un lado a otro hablándole a los animales que lo rodeaban, Miriel guardo su arma aliviada. Camino hasta ellos esperando no asustar a nadie, pero igualmente los animales retrocedieron ante la presencia del intruso.
-¿Radagast?- el mago miro hacia todos lados como si no supiera de donde venía el sonido, incluso cuando Miriel estaba a metro y medio de él- Radagast, soy Miriel- lo llamo moviendo la mano para llamar su atención.
-Oh tu- le dijo cuando al fin noto su presencia- ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?- Radagast parecía preocupado como si pudiera sentir lo mal que se encontraba ella.
-Estoy bien, gracias, solo un poco cansada.
-Oh pobre criatura, ven conmigo podrás descansar a salvo aquí dentro.
Radagast invito a Miriel a entrar a su choza, donde amablemente le ofreció un lugar para descansar y una taza de té que sabía algo extraño pero que al beberlo Miriel pudo sentirse un poco mejor.
-Dime ¿por qué deambulas por el bosque tu sola?
-Estoy en camino al reino de los elfos, pero ya que tuve la fortuna de encontrarme con usted debo advertirle también, todo el bosque está en grave peligro.
-¿Los hombres del norte?- murmuro él como si ya supiera la respuesta.
-El rey Aragorn y los jinetes de Rohan trataran de detenerlos pero no sé qué tanto puedan hacer... Debe resguardarse, al igual que todas las criaturas que lo habitan... aunque debo confesarle que no es lo único que me preocupa, hay algo diferente, temo que el mundo entero esté en riesgo.
-Esto de horroriza profundamente ¿no es así?
-Es extraño- contesto ella frunciendo el ceño, mientras más prestaba atención de la nada surgía dentro de ella una extraña sensación sofocante- se siente como si agonizara.
Radagast no dijo una palabra simplemente la miro extrañado en un principio, hasta que sus ojos fijos en ella se hicieron grandes completamente pasmado, a Miriel le pareció más extraño de lo que usualmente se comportaba pero no dijo nada, después de algunos instante Radagast pareció salir de aquel repentino trance y por primera vez desde que lo conoció Miriel pudo ver en él una expresión de completa y absoluta lucidez. Radagast cruzo el lugar hasta sentarse junto a Miriel.
-Los hombres han reclamado la tierra como si fuera simple suelo inerte, se olvidan que la vida se extiende y manifiesta en ella, nadie puede ser dueño de eso... siempre está escuchando, y tiene formas curiosas de detener una pelea.
Miriel sintió como si todo se hubiera detenido escuchando esas palabras repetirse en eco como si la atravesaran de un lado a otro, fue confuso hasta que en un parpadeo todo había vuelto a la normalidad incluso Radagast tenía esa mirada distraída nuevamente.
-Bueno, le agradezco enormemente su hospitalidad pero me temo que no tengo mucho tiempo, debería continuar mi camino- dijo ella poniéndose de pie- si me doy prisa llegare a las puertas de Mirkwood antes del anochecer.
-Jamás podrás entrar por las puertas, están selladas... el rey las cerro, nadie ha salido o entrado.
-Debe haber una forma de entrar- dijo Miriel consternada pero pronto se dio cuenta de que Radagast ya no estaba prestándole atención en su lugar daba vueltas de un lado a otro murmurando para sí mismo, ella soltó un suspiro contemplando la idea de tomar otro camino incluso si eso significaba correr el riesgo de perderse en el oscuro bosque.
-Bueno ¿te vas a quedar ahí parada?- Miriel escucho que Radagast le hablaba parado junto a la puerta poniéndose su sombrero- debemos ir ya.
***
- Legolas se encontró con Faramir Eowyn Eothain Elladan Elrohir Glorfindel y Gimli, todos ellos esperaban afuera de la tienda de Aragorn, habían acordado reunirse para comenzar a planear alguna estrategia.
-¿Qué esperamos?- dijo Legolas cuando noto que nadie se movía, ninguno contesto, en su lugar bajaron la mirada.
-...Aragorn está hablando con Arphen ahora- le dijo Gimli bajito- quiere que regrese a Gondor, si todo termina mal aquí Arphen podría ocupar el trono y tratar de conciliar los reinos de los hombres.
"¡No! ¡De ninguna manera! ¡No puedes pedirme que haga eso! ¡No lo hare!" se escuchó de dentro de la tienda para luego ver salir a un angustiado Arphen seguido por su padre quien trataba de calmarlo pero Arphen se alejó sin escuchar o mirar a nadie. La mirada de todos los presentes se volvió a Aragorn quien solo suspiro profundamente tenía la mirada baja y el ceño fruncido. Les indico que lo acompañaran dentro de la tienda donde se dispusieron a hablar lo que les concernía.
-No veo cómo podríamos tener oportunidad- dijo Elrohir.
-Tal vez la tengamos, si nos deshacemos de Beren- comento Eowyn- sin él no hay alianza, podríamos convencerlos de rendirse.
-¿Será muy difícil?- Aragorn le pregunto a Legolas.
-Eso creo, Beren es un estratega no un guerrero, no se arriesgara al combate en el campo de batalla.
-Qué extraño- comento Faramir- creí que provenía de un régimen militar bastante severo.
-Así es- contesto Legolas- los soldados de las montañas grises viven para luchar, no debemos subestimarlos, pero Beren no es el más sobresaliente de ellos.
-Debe haber algo que hacer, incluso si solo es para ganar tiempo- dijo Elladan.
-Puede que tenga una idea- dijo Eothain- Miriel me conto que ningún soldado de las montañas grises puede negarse cuando son desafiados a un duelo, de hacerlo perdería todo respeto o valor.
-¿Dices que Aragón debería desafiarlo?- pregunto Eowyn.
-De hecho estaba pensando que podríamos usar sus mismas tácticas, es obvio que trataría de demeritar de alguna forma el gesto si fuera Aragorn quien lo desafiara, pero si lo hace quien él ha utilizado para convencer a todos de que había sufrido una injuria ya sea por la presión de sus propios hombres o por resentimiento es menos probable que busque evitarlo.
Se quedaron en silencio, todos sabían de quien hablaba Eothain pero nadie parecía querer decirlo, en voz alta, un duelo no era algo para tomarse a la ligera. Legolas se dio cuenta de que nadie se lo pediría así que finalmente hablo:
-Tengo que ser yo- su semblante permanecía imperturbable.
-...Eso ciertamente sería un incentivo- comento Elladan sabiendo que nadie más hablaría y ganándose una mirada de reprimenda de su hermano- Aceptémoslo Beren lo odia con ganas.
-Podría funcionar- dijo Eowyn.
-No estoy seguro- comento Aragorn.
-Tiene sentido, es el príncipe del bosque que está tratando de destruir- Glorfindel añadió.
-Creí que había sido desterrado- contesto Gimli levantando una ceja.
-Sí, bueno, Beren no sabe eso.
-Puede que tengamos una oportunidad, o al menos le daremos más tiempo a los elfos de escapar- añadió Elladan.
-No depende de mí- les dijo Aragorn, todos se quedaron en silencio volviendo sus miradas a Legolas, él parecía perdido en sus pensamientos, hasta que completamente impasible dijo:
-No tengo nada que perder... lo hare.
"Ese es el precio que pagas
Deja atrás tu corazón, destiérralo
Prefiero ser el cazador que la presa
Y estoy de pie en el frente, porque nací para esto
Un corazón latente de piedra
Tienes que ser así de frío... para sobrevivir en este mundo"
***
Miriel seguía a Radagast de cerca, caminando en silencio ya no pudo ignorar la angustia que estaba destrozándola desde dentro, rápidamente comenzó a recordar la noche anterior. El camino en un inicio había sido realmente aterrador para Miriel, pero después de un par de días se sorprendió de lo bien que se había manejado hasta ese momento, el cansancio el frío la oscuridad y uno que otro sonido desconocido eran su mayor problema pero nada insoportable. Era extraño pero en todo ese tiempo no se había sentido sola, a veces cuando estaba quedándose dormida escuchaba la voz de Legolas hablándole, era casi como si pudiera sentirlo en el aire alrededor de ella, cuidándola. Era de noche y Miriel se acurrucaba junto al tronco de un árbol calentándose pobremente con el pequeño fuego que había encendido, estaba agotada después de varios días el camino se había vuelto demasiado boscoso para seguir a caballo por lo que tuvo que continuar caminando. El frío se hacía más fuerte por lo que Miriel decidió sacar del bolso que llevaba la capa que Legolas le había dado, al hacerlo y cubrirse con ella cayó al suelo la carta que Legolas le había dado, Miriel la levanto tomándola entre sus manos mirándola con curiosidad.
-No debería- dijo cuándo la idea cruzo por su mente por primera vez así que la dejo a un lado, no obstante no pudo quitarle los ojos de encima y después de un rato volvió a tomarla. Inspeccionándola con más atención pudo ver el nombre "Samwise Gamgee" en la parte posterior del sobre, no estaba sellada con cera y sin siquiera intentarlo demasiado se abrió, esto no hubiera significado nada de no ser porque la idea de lo que Legolas le había pedido no la dejaba tranquila, quería convencerse y pensó que tal vez si leía la carta le recordaría cuanto le había suplicado Legolas que lo hiciera.
"Querido Sam
Como deseo que te encuentres bien y que todo en tu vida vaya bien. Sé que probablemente te sorprenda saber de mí después de tantos años, y me encantaría ponerte al tanto de mis viajes pero me temo que ese no es el motivo por el cual te escribo, aunque probablemente eso no te intriga tanto como la manera en que esta carta llego a tus manos. No tengo duda de que estarás encantado de conocer a Miriel, ella es la persona más dulce y amable, no obstante no podrá explicarte más que una parte del porque llego hasta tu puerta y es por eso que te escribo. Veras amigo mío, estoy completa y profundamente enamorado de Miriel, desafortunadamente por muchos motivos no hemos tenido la oportunidad de estar juntos, a pesar de lo mucho que ambos lo deseamos. Te escribo desde un campamento de guerra, Gondor y Rohan se dirigen a enfrentar a los hombres del norte, y mucho me temo que nos encontramos en una devastadora desventaja, no deseo perturbarte con los detalles sé bien que habrías estado más que dispuesto a socorrernos, en su lugar debo pedirte algo mucho más difícil. Me gustaría que recibieras a Miriel en Bolsón cerrada y que le permitieras quedarse contigo y tu familia, es el único lugar en donde sé que estará a salvo. Ella estará esperando por mí, por eso te pido que le digas que puede elegir si quiere quedarse en la comarca o partir junto con los elfos hacía Valinor. En caso de que decida marcharse dile que en los puertos grises hay un barco que Gimli y yo construimos hace algunos años, ese barco es suyo si lo quiere. De verdad deseo que decida quedarse en la comarca, los paisajes ahí son hermosos le gustara ver pasar las estaciones, y las fiestas y la comida y las flores de tu jardín y podrá jugar con tus hijos, tal vez incluso volver a ver a Arphen un día... si se queda por favor muéstrale el cielo al atardecer, dile que soy yo el que lo hace tan brillante y lleno de colores, dile que lo hago para ella. Y al anochecer cuando se llene de estrellas, dile que ahí estoy yo acompañándola, apagando la oscuridad que sé que tanto odia. Estaré también en la luz del sol iluminándola mientras juega o baila o canta afuera de tu casa cerca del lago o en los bosques de la cuaderna. Y a veces, la visitare cuando sueñe, para decirle que estoy bien que no tiene nada que temer, para recordarle que no la deje sola y lo valiente que es. Últimamente he estado pensando que quiero que disfrute aunque sea un pequeño pedazo de este mundo que tanto ama, quiero que tenga una vida feliz, se la merece... ella lo negara pero en el fondo siento que le robe la oportunidad de eso. Quiero que pueda volver a sonreír incluso si eso significa que tengo que dejarla ir.
Y cuando su tiempo en este mundo llegue a su fin la estaré esperando, le prometí que volveríamos a vernos y así será. Sé que es demasiado lo que pido pero se me han acabado todas las opciones, quiero que al menos ella las tenga. Y no te sientas mal por mí, todo el amor que siento por ella me ha hecho inmensamente feliz, nadie podrá quitarme eso, además te dará gusto saber que apenas termine esta carta le pediré que se case conmigo.
Fue maravilloso haberte conocido amigo mío"
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Escribir este capítulo me destrozo el alma 💔
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*Natural, Imagine dragons
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