Schiltach, Alemania
28 de Septiembre del 2021
11:59 pm
Miykal Lawler
¿Alguna vez te habéis preguntado cómo reaccionaríais si tuvieses al frente a un asesino serial? ¿Seríais capaz de luchar o te limitaríais a correr? ¿Aceptaríais morir o imploraríais vivir? ¿Qué decisión es la correcta? Tengo seis monstruos delante de mí, un bosque lleno de recuerdos dolorosos y la sangre de una inocente en mis manos. Es imposible que pueda seguir fingiendo, ni siquiera soporto estar un segundo cerca de ellos aunque suene irónico porque técnicamente he ejecutado una vida, entonces ¿Qué nos diferencia? La decisión de que prefiero saltar al abismo que convivir con el enemigo, elegiría mil veces arder en el infierno que reinar juntos a los demonios, es hora de encender las llamas porque no pienso ceder ante sus deseos oscuros.
Poco a poco comienzo a levantarme, limpio cada una de las lágrimas que se han desplazado por toda la piel de mi rostro y luego observo fijamente a cada uno de los verdugos. Ya lo saben, hasta aquí ha llegado el juego, no más mentiras ni engaños, esto debe terminar de una vez antes de que más personas resulten heridas, no porque les importe sacrificar otras almas desafortunadas sino que ya es demasiado tarde para que puedan hacerme olvidar lo que acabo de presenciar.
—Si te sirve de consuelo, diste un gran espectáculo—afirma divertido Novak Niemman—Hasta mi polla casi sufre un infarto cuando le diste a Az con la piedra.
—Debí haber atinado mejor y así os hubiese asesinado exitosamente a ambos—respondo de manera cortante y seria, inspeccionando cualquier movimiento sospechoso.
—Creo que aún no habéis comprendido lo que significa la palabra inmortal, ángel—la voz de Gael Gottsched tan fría y calculadora se hace presente en el lugar.
—Podéis lastimarnos, quemarnos, ahogarnos, hasta si queréis nos metéis una bomba nuclear por el culo y ¡Boom! Renaceremos en cuestión de segundos—explica bastante orgulloso Rowan Rhode—¿No es una locura?
—Todas las criaturas tienen una debilidad, un talón de Aquiles que se puede quebrantar—sugiero con cautela, evaluando la expresión de cada uno.
—Es correcto pero te olvidais que nosotros hace tiempo sepultamos nuestros tormentos—Edmon Eichmann responde con tranquilidad como si no le preocupara explicarme que ellos son seres sin ataduras.
—Algo debéis tener que os obligue a retroceder—afirmo tratando de convencerlos—Después de todo sois de carne y huesos.
— ¿Estáis completamente segura de eso?—cuestiona divertido y fascinado Azriel Aller—¿Creéis ciegamente en lo que tus ojos te ilustran?
—No os tengo miedo—susurro débilmente, debo escapar antes de que me destruyan.
—Deberíais, pequeña—por primera vez la voz de Damian Deutsch suena sincera—Tantas señales de advertencia, millones de pesadillas y aún insistes en creer que podéis convertirte en la heroína de esta historia.
—Aléjate de mí—ordeno mientras veo como se acerca cada vez al lugar donde estoy—¡Joder! ¡Que te quedéis donde estas demonio!
—¿Demonio? No pequeña, yo no soy una simple escoria del infierno—lame sus labios carnudos, baja la cabeza y en cuestión de segundos su verdadera naturaleza surge.
La criatura más hermosa se hace presente, la divinidad y la oscuridad moldeadas en un solo cuerpo celestial, en un solo hombre cuya esencia va más allá de lo racional, el ángel que ha caído del Edén, el rey del inframundo y la miseria, del placer y el dolor, un verdadero deleite sobrenatural. Múltiples tatuajes adornan su cuerpo, los reconozco en seguida, son similares a los símbolos de las lenguas antiguas que identificamos en el diario de mi madre con la diferencia de que estos son más exactos y relucen majestuosos, sus músculos se reflejan a simple vista, sus ojos grises ahora se han vuelto completamente negros, como si la pupila se hubiese extraviado. Por últimos aquellas alas como la de los cuervos adornan su tonificada espalda, aclamando atención y admiración, una extraordinaria obra de arte.
—Es imposible—afirmo sutilmente intentando entender lo que estoy observando—No eres real, nada de esto lo es.
—¿Por qué, cerilla? ¿Por qué te cuesta creer que algo como nosotros pueda existir?—cuestiona intrigado Azriel Aller—No todo es blanco y negro.
—Pero vosotros nacisteis de seres humanos—contraataco sin esperar las consecuencias de mis actos—¿También sois como él?
—Al igual que tú—contesta seriamente Novak Niemman—De algún lado teníamos que surgir, es la ironía de la vida ¿No lo piensas? Somos lo opuesto a lo que se considera santidad, hemos venidos a generar caos.
—En cuanto a la otra pregunta, la respuesta es no-afirma Edmon Eichmann quien se encuentra saboreando la sangre de Charlotte Muller—Dam es original, nosotros digamos que somos fotocopias.
—Debe ser una jodida broma—exclamo ante tales declaraciones—Nada de esto tiene lógica, vendieron su alma al infierno, recitaron juramentos demoniacos y así se convirtieron.
—Vaya parece que alguien hizo su tarea—afirma complacido Rowan Rhode—Os dije chicos, ella hace tiempo sabía sobre nosotros, el diario sí que le fue útil, aunque te equivocaste en un solo detalle.
—No lo creo—niego rotundamente mientras observo al ser más maravilloso y maldito.
—¿Conocéis lo que significa la palabra original, pequeña?—cuestiona divertido Damian Deutsch como si gozara cada segundo del espectáculo—Ningún factor interviene en su creación, nace puro y sin error—afirma mientras sus ojos me recorren sin censura—Yo mismo me convertí en hombre para caminar entre ustedes, tuve que adquirir forma de niño para poder ejecutar con éxito el plan, este el comienzo del fin.
—¿Qué queréis de mí?—cuestiono horrorizada al ver como empiezan a rodearme.
—¿Qué no es bastante obvio?—responde la criatura infernal a escasos centímetro de mis labios—Todo rey necesita una reina.
—Jamás—contesto intentado apartarme de él—Prefiero morir antes que entregarme a ti.
—Y morirás cariño, de eso no hay duda—contesta emocionado Rowan Rhode mientras observa complacido mi reacción—Mañana el eclipse llegará y con ello todo empezará
—No cederé—susurro intentando no dejarme intimidar por los demonios.
—Creo que la pequeña necesita un poco de motivación—exclama Damian Deutsch mientras juega con un mechón de mi cabello—Hermosa por fuera, peligrosa por dentro.
Gael Gottsched sostiene en sus manos un teléfono, oprime la tecla que da acceso a la pantalla de inicio y rápidamente se dirige a la sección de video. Sin esperar alguna orden, lo reproduce e inmediatamente identifico a mi amigo crucificado boca abajo, sangre recorre diferentes direcciones de su cuerpo quebrantado, es como si un animal salvaje lo hubiese atacado.
—Sé que voluntariamente no accederás a mi propuesta, así que no importa cuántos deba sacrificar con tal de hacerte mía—susurra en mi oído izquierdo el mayor líder infernal—Elige muy bien la palabra que condenara o salvara la vida de Erik Friedrich.
—Si acepto, tenéis que cumplir ciertas peticiones—demando con autoridad apartándome de él y los demás.
—¡Joder pero sí que eres demente!—exclama extasiado el novato—Cariño, aquí no podéis exigir lo que se te venga en gana—afirma bastante seguro el demonio ante lo que he propuesto.
—No estoy hablando contigo, monstruo—contesto y le escupo sin ningún pudor al novato—Esto es entre tu amo y yo.
Los demás explotan a carcajadas, nadie se esperaba que mostrara indiferencia o valentía, tampoco puedo creer que haya reaccionado de esa manera y menos antes una criatura demoniaca que fácilmente no demoraría en aniquilarme.
—Soy todo oídos—responde Damian Deutsch intrigado, despliega sus alas y sin permiso me toma por la cintura, impulsándonos a las alturas—Dime tus términos.
—No me dejéis caer—lo sujeto fuertemente por temor a que decida soltarme—¿De verdad esto era necesario?
—¿Creéis que soy capaz de lastimar a la única prioridad de mi infernal y caótica vida?—cuestiona seriamente el rey del inframundo—Te he esperado durante mucho tiempo ¿Por qué te rehúsas a pertenecerme?
—Porque representáis todo lo que odio—contesto sin importar herir sus malditos sentimientos.
Grave error
Damian Deutsch decide vengarse y en respuesta a mis palabras, aleja sus brazos imposibilitando que pueda sujetarme a él. Grito desesperada como si no hubiese un mañana, el bosque cada vez se vuelve más cercano, la distancia empieza a reducirse y los cinco demonios no dudan en reírse a coro al presenciar dicho acto letal.
—Comencemos de nuevo—sugiere amablemente la criatura infernal mientras reanuda nuestra posición—¿En qué estábamos?
—Te asesinaré algún día—es lo único que digo intentando recuperar el aliento.
—Pequeña tenéis toda la eternidad para hacerlo, no pienso ir a ningún lado—sonríe complacido Damian Deutsch a la promesa que le he hecho—Morir en brazos de mi amada, eso suena bastante placentero.
—Estáis completamente loco—susurro intentando evitar que mis mejillas se sonrojen más.
—¿Por ti? Definitivamente—sonríe complacido al darse cuenta que mi cuerpo me ha traicionado y se ha erizado en respuesta a lo que ha dicho—Bien, cuéntame las peticiones para poder cerrar este trato infernal.
—Debéis asegurarme que no lastimarás a Erik Friederich ni tampoco asesinarás a más personas—advierto con la esperanza de que no sea demasiado lo que estoy exigiendo.
—No—contesta seriamente mientras sus ojos se clavan en los míos—El infierno demanda almas, hay un equilibrio que se debe mantener.
—Entonces disminuye el número de tus victimas—sugiero intentando crear un trato—Gente enferma, agonizante, aquellos que de verdad necesitan descansar.
—Hecho, ahora es mi turno—afirma Damian Deutsch bastante satisfecho—Entrégate hoy a mí.
—Pero ellos han mencionado que la ceremonia solo debe realizarse durante el eclipse—respondo nerviosa ante su propuesta.
—Lo sé pero no es esa clase de entrega que deseo en este momento—su voz se ha tornado ronca y sus manos aprietan mi cintura cada vez más—Te necesito.
—Damian—susurro débilmente porque aunque lo odie también siento lo mismo—Deja que Erik Friedrich huya y yo seré tuya.
—¿Lo amas, verdad?—cuestiona seriamente esperando con ansias una respuesta que destruya o ayude a su muerto corazón.
—No es eso—suspiro por qué en realidad ni yo sé que es lo quiero—Temo que no cumplas tu palabra.
—Pequeña, confía esta vez en mí, no lo lastimare—deposita un simple pero importante beso en mi frente—Vayamos a casa.
Una fuerte opresión se instaura en mi pecho al descender nuevamente al lugar donde todo empezó, observo como el cuerpo de Charlotte Müller está completamente destrozado, los cinco demonios se han servido un gran banquete. Sin poder reprimirlo, corro y vomito en dirección contraria al espectáculo, no puedo convertirme en uno de ellos, necesito rescatar a Erik Friedrich, robar el diario de mi madre, manipular al ser más perverso de todos los tiempos e inmediatamente huir de este pueblo infernal.
El mal nunca negocia, su palabra es basada en la mentira y la miseria
—Tranquila cerilla, pronto te acostumbrarás—sonríe Azriel Aller mientras bebe la sangre de Charlotte Müller como si fuera agua—Nos llena de poder y gloria ¿Queréis probar, mi reina?
Finjo con amabilidad rechazar tan tétrica propuesta, intento no visualizar este canibalismo infernal, es jodidamente difícil tolerar un segundo más dicha situación. Decido que ha sido suficiente por lo que susurro en el oído al rey del inframundo que nos vayamos a cerrar el pacto, sé que si me quedo no lograré controlarme y perderé la ventaja del engaño.
Una vez nos despedimos dejando atrás a los demonios en su festín, suelto un suspiro como si sintiera alivio cuando en realidad en pocos minutos estaré en un peor escenario. Damian Deutsch sostiene mi mano mientras conduce, el camino es silencioso, nuestras respiraciones van en asincronía, él parece bastante seguro, a diferencia de mí, cuyo corazón sino se relaja pronto entrara en un posible infarto.
—Todo estará bien—afirma como si pudiese leerme el pensamiento—Los chicos se encargaran de desaparecer el cadáver, nada podrá relacionarte a Charlotte Müller.
—¿Por qué no la envolvisteis en una caja de regalo como a todas las demás?—cuestiono rápidamente sin detenerme a pensar si realmente quiero saber la respuesta.
—Porque tus huellas estaban en ella, nosotros cuando asesinamos somos cuidadosos—contesta orgulloso Damian Deutsch—Ya aprenderás, pequeña.
—¿Qué tiene el eclipse que lo hace tan especial?—nuevamente insisto en realizar preguntas que puedan ayudarme a entender mejor como detener todo este caótico plan.
—¿Por qué tanto interés?—su voz demanda molestia y confusión—¿Sabéis lo que es un eclipse?
—Es cuando la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro cuerpo eclipsante—respondo inmediatamente, como un perro guardián.
—Exacto—suspira fuertemente Damian Deutsch, tal vez buscando las palaras correctas para explicarme—Tu eres ese cuerpo celeste que debo eclipsar, debemos convertirnos en un solo ser.
No sé cómo ni cuándo es que pudimos llegar tan rápido a nuestro destino, la mansión Deutsch. Bajamos del auto y sin dudar empiezo a caminar detrás del monstruo, memorizando paso a paso el recorrido. Antes de que pueda continuar, él se detiene para entrelazar nuestras manos.
—Ahora eres mi igual, nunca vuelvas a intentar posicionarte en otra dirección, tu lugar es estar a mi lado—afirma con seguridad besando mis nudillos.
Después de recorrer varios pasillos, nos dirigimos al sótano o eso era lo que creía hasta ese momento. Dos puertas grandes de oro con dibujos de ángeles caídos sentados en tronos majestuosos cuyo suelo está constituido de cadáveres humanos se detalla con absoluta precisión, símbolos y demonios le dan el toque final. Siento como un calor intenso recorre cada rincón de mi cuerpo, no es placer sino miedo, Damian Deutsch sonríe de una forma tan tenebrosa aumentando más el presentimiento de que esto ha sido un grave error.
—Bienvenida a mi infierno, pequeña—susurra él mientras tiende su mano invitándome a entrar a mi nuevo hogar.
Nuevamente os saludo emocionada de poder compartir otro capítulo con vosotros. Ya estamos llegando a la recta final, prestad sumamente atención a los detalles más insignificantes pues ellos son la pieza clave para que entendáis cada secreto de esta tétrica y caótica historia.
Os quiero un montón, no olvidéis votar y comentar si te ha gustado.