No me gustas

By flores261

7.6K 357 59

Nueva ciudad. Nueva escuela. Nuevos amigos. ¿Qué significa esto para Nia? Significa que tendrá que comenzar... More

Prólogo
Capítulo 1. Chicos populares.
Capítulo 2. Primeros problemas.
Capítulo 3. Inminente final.
Capítulo 4. Doble invitación.
Capítulo 5. Los Laurent.
Capítulo 6. Fiesta en San Francisco
Capítulo 7. Enfrentar consecuencias.
Capítulo 8. No me agradas.
Capítulo 9. El mismo odioso.
Capítulo 10. Ajedrez y fotografías.
Capítulo 11. Pelirroja fastidiosa.
Capítulo 12. Pensamientos ridículos.
Capítulo 13. Patos al agua.
Capítulo 14. Juego de niños.
Capítulo 15. Propuesta.
Capítulo 16. Ya te amo, pelirroja.
Capítulo 17. Convertirme en su amigo.
Capítulo 18. Una simple conversación.
Capítulo 19. Feliz cumpleaños.
Capítulo 20. Amor eterno.
Capítulo 21. Por ser arrogante.
Capítulo 23. Una promesa.
Capítulo 24. Romántico y tímido chico de libro.
Capítulo 25. Solo somos amigos.
Capítulo 26. ¿Bailamos?
Capítulo 27. Bebé gigante.
Capítulo 28. Jay al rescate.
Capítulo 29. Helado de fresa y limón: parte 1
Capítulo 30. Helado de fresa y limón: parte 2
Capítulo 31. Ella se fue.
Capítulo 32. No seas tan cruel
Capítulo 33. Odio a Heathcliff.
Capítulo 34. Mal perdedor.
Capítulo 35. Fue culpa de Nia.
Capítulo 36. Quiero que sea feliz.
Capítulo 37. Ultimátum.
Capítulo 38. Un sueño (Final).
Epílogo

Capítulo 22. La mejor historia de amor.

137 9 0
By flores261




Negarle a Darian lo que siento por él fue de las cosas más difíciles que hice en mi vida, pero algo totalmente necesario en vista de que él no siente lo mismo. O al menos eso es lo que logré entender luego de que no mencionara lo de su cumpleaños. Está claro que todo se trató de un impulso debido al alcohol. Aunque Maia insista en que no fue así.

Después de esa cena, Mamá Gio y Bridget lograron conectar muy bien. Tanto que en los últimos días se han reunido en casa para hacer postres.

La verdad es que no me quejo. He estado completamente feliz con tantos pasteles y demás dulces. Y mi padre también luce feliz. Le agrada el hecho de que la abuela haya aceptado tan bien a su novia. Pero bueno, ¿cómo no iba a hacerlo? Su anterior nuera le rompió el corazón a su hijo al irse con otro hombre. Supongo que vio la bondad en los ojos de Bridget y no fue difícil aceptarla.

Hablando eso, debo recordarme preguntarle a mi padre sobre la llamada de mamá.

Otra persona que también le agradó a mi abuela fue Darian. Sin embargo, debo admitir que sus comentarios estuvieron a punto de matarme. ¿Cómo se le ocurre hacer esas preguntas delante de todos, y más de mi padre? Sabiendo lo sobreprotector que él es, y... y sin duda alguna el chico es guapo. Negar eso también fue difícil. Aun no comprendo cómo no me puse nerviosa y a mirarlo con cara de boba enamorada. Eso sin duda alguna fue un completo logro.

—¡Nia, ven aquí! —habla la abuela desde la cocina.

Parpadeo repetidas veces, saliendo de mi ensimismamiento.

Me levanto del sofá y voy hacia donde está ella. Tienen un pastel en la barra de desayuno. Ambas mujeres me miran sonrientes.

—Queremos que pruebes esta cubierta —dice la abuela.

Asiento, sintiéndome como una niña. Me siento en uno de los taburetes y Bridget me pasa una pequeña cuchara con un poco de cubierta. La pruebo y...

—Está deliciosa —confieso.

—Era una receta especial de mi abuela —comenta Bridget.

Le sonrío.

—Ella era una gran cocinera —acota Mamá Gio.

Yo asiento en concordancia.

Como todos los días, Bridget corta una rebanada del pastel que están haciendo y me lo da. Siento que en estos días he comido todos los postres que mi papá no me permitió comer en mi infancia.

Supongo que después de las vacaciones tendré que irme rodando a la escuela, pero habrá valido la pena.

[...]

Después de una tarde haciendo —y comiendo, de mi parte—, pasteles, Bridget decidió que era momento de irse. Papá se ofreció a llevarla a casa, por lo que mamá Gio y yo nos quedamos solas. Ella me pidió sentarnos en la sala y ver alguna película, así que justo ahora me encuentro buscando una. Me decanto por The Notebook, un clásico del romance y la película favorita de mi abuela.

—¿Ya has puesto la película, Belu? —pregunta ella, entrando en la sala con un tazón de palomitas en las manos.

Asiento, a la vez que me acomodo en el sofá para darle lugar a ella a mi lado. Toma asiento y me ofrece palomitas. Tomo un puñado, para luego darle play a la película.

Recuerdo que cuando iba a visitarla de pequeña siempre hacíamos maratón de películas los domingos. Mamá Gio solía poner las películas de princesas, por lo que está de más decir que soy fan de ellas. Bien podría pasarme el resto de mi vida sentada en este sofá junto a ella viendo montones de películas. Cuando la tengo a mi lado, mi vida está completa. No necesito nada más que su compañía, un tazón de palomitas y comedias románticas. Verla sonreír, reír y hacer sonidos de ternura es la mejor cosa del mundo. Creo que en mi vida no voy a llegar a amar a nadie como la amo a ella. Aunque mi papá se ponga celoso, es la verdad.

Mi abuela es simplemente el amor de mi vida, y lo único que quiero es permanecer a su lado hasta el último de sus días, porque quiero disfrutarla al máximo; quiero empaparme de su cariño, quiero seguir sintiendo ese calor maternal cada que tengo un mal día. Porque ella es el mejor regalo que Dios me ha dado y quiero congelar este momento para la eternidad.

De pronto, una gran idea cruza mi mente. ¿Por qué no lo pensé antes?

La puerta principal se abre, luego se cierra y papá aparece por el pasillo. Sonríe al vernos; yo le devuelvo la sonrisa.

—¿Quieres unirte a nosotras? —ofrece su madre.

Él niega con la cabeza, sin borrar la sonrisa.

—Quédense ustedes y disfruten. Yo voy a continuar trabajando —menciona. Se acerca a nosotras y deja un beso sobre nuestro cabello.

Sale de la estancia y sube a su habitación.

Volvemos a quedarnos solas.

—Belu, mira, ¿no te parecen adorables? —comenta Mamá Gio después de unos minutos, cuando pasan la escena donde se besan en la lluvia.

—Sin duda alguna lo son —concuerdo con ella.

—¿No te gustaría vivir algo así?

Su pregunta me toma desprevenida. Alejo la vista del televisor y la poso en ella. Me sonríe con dulzura, lo que me provoca una sonrisa también.

—Creo que a todos nos gustaría vivir algo así, nana —acoto—. Pero eso solo sucede en las películas. Y en los libros.

Ella deja escapar una pequeña risa, a la vez que niega con la cabeza, en un gesto divertido.

—Pues, yo viví algo así con tu abuelo, ¿sabes?

Mi corazón se contrae al escucharla. Hace tres años que el abuelo murió. Fue un gran hombre, un gran esposo, un gran padre y un gran abuelo. Simplemente fue una buena persona. La persona más amable y cariñosa que yo conocí en mi vida. Solía comprarle flores a mi abuela cada sábado y llevarla al cine los domingos. Muchas veces los acompañé. Con solo verlos sabías que ambos estaban enamorados. Sus ojos estaban llenos de amor puro hacia el otro. Yo no sabía nada del amor verdadero hasta que los vi. Juntos eran la mejor historia de amor jamás escrita.

Y justamente eso es a lo que yo aspiro. Un cómplice de vida con quien pueda compartir mi felicidad. Alguien que me permita ser yo misma en plenitud y me siga amando incluso después de haber visto las peores partes de mí. Una persona que apoye hasta mis sueños más locos y me permita estar en esos momentos en los que el sol parece haber desaparecido. Porque no solo se trata de alguien para mí, sino de ser alguien para otra persona. Se trata de construir algo juntos, con sentimientos recíprocos y sinceros. Se trata de acompañarse en el camino, incluso cuando este se vuelve espinoso. Tener a alguien para ti y estar para alguien.

Todos merecemos esa clase de amor. Un amor verdadero, puro, real.

—Lo sé, nana. Yo fui testigo de ello —pronuncio, recordando esos momentos.

—Incluso en sus últimos días, cuando ni siquiera podía levantarse de la cama, él seguía siendo ese hombre romántico y dulce que yo conocí en mi juventud —dice, con la voz llena de emociones—. Y justo eso quiero para ti, Belu. Alguien que no deje de amarte sin importar cuánto tiempo pase. Alguien que te ame como el primer día, e incluso más.

Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos. Ella le da un vistazo, para luego fijar su vista en mis ojos. Soy capaz de notar la capa de lágrimas que ahora cubre sus ojos miel. Mi corazón se contrae. Le sonrío, intentando tranquilizarla o asegurarle algo, no estoy muy segura.

—Estoy segura de que en alguna parte del mundo hay alguien así esperando por mí.

—Yo también estoy segura de ello —murmura—. Al igual que estoy segura de que te gusta ese chico Darian.

Mi sonrisa se borra de golpe y mis ojos se abren más de lo normal. ¿Cómo es que...?

—Años de experiencia —musita, respondiendo a mi pregunta no formulada—. No voy a hostigarte con preguntas. Solo quiero decirte una cosa —informa, sin dejar de verme directo a los ojos—. Escoge bien, Belu. No quiero que te encuentres con otro muchacho como Derek, que te abandone cuando las cosas se ponen difíciles. Quiero que te encuentres con alguien que luche junto a ti incluso cuando el viento los arrastra hacia atrás. La persona que lucha día a día por ti y que te demuestra su amor siempre, es la persona que debes mantener a tu lado.

»Sabes que algún día yo no estaré aquí. Y realmente deseo que te encuentres a alguien que te cuide cuando yo ya no pueda hacerlo. Alguien que luche contigo cuando yo ya no pueda hacerlo. Alguien que te ame y te lo diga cuando yo ya no pueda hacerlo.

Para este punto, las lágrimas están acumuladas en mis ojos. He sido consciente de ello desde siempre, pero escucharla a ella decirlo es completamente diferente. Se siente completamente diferente. Y sin poder contenerme más, la abrazo. Ella me envuelve en sus brazos, a la vez que acaricia mi espalda mientras leves sollozos se escapan de mi boca. Por más que piense que estoy lista, jamás lo estaré. Nunca estaré lista para dejarla ir. Y creo que es algo para lo que ningún ser humano está preparado.

No estás preparado para dejar ir a tus abuelos. No estás preparado para dejar ir a tus padres. No estás preparado para dejar ir a tus hermanos. O a tus mascotas. O a cualquiera que consideres importante en tu vida. Puedes prepararte para ciertos desafíos de la vida, pero despedirte de un ser querido, eso es algo para lo que nunca estás completamente preparado. O simplemente no estás preparado en absoluto. Son cosas que pasan. Por muy consciente que seas de ello, cuando suceden, igual golpean. Igual te derriban, igual te duelen. Pero solo debes saber que aunque ya no estén, tienes que seguir. Porque eso es lo que ellos quieren; porque ese es su último deseo.

Mamá Gio afloja el abrazo, se separa de mí y en su lugar toma mi rostro entre sus manos. Enjuga mis lágrimas con sus pulgares, fija sus ojos miel en los míos y sonríe.

—No llores, Belu. Te he amado desde que naciste y siempre lo haré. Aunque no esté físicamente contigo, tu corazón siempre será mi hogar. Y mi recuerdo vivirá en ti. Y a través de él te amaré.

—¿P-por qué me dices todo e-esto? —hablo entrecortadamente debido a los sollozos.

—Porque quería hacerlo —responde, con una sonrisa divertida—. Si crees que es una despedida o algo, te equivocas. Todavía tienes de mí para mucho rato. Sin embargo, eso no significa que vaya a decirte todo esto cuando ya esté en mi lecho de muerte. Quiero decírtelo porque ahora es cuando tienes la opción de escoger. La opción de pensar bien tus decisiones y no lanzarte hacia el primer oasis que encuentras.

»Yo sé que el corazón no se controla y no puedes decidir de quién enamorarte, pero sí puedes decidir si te vas por el chico indeciso que solo roba tu energía y te hace sentir insuficiente, o por el chico común que aunque no posee súper poderes es capaz de alejar las nubes grises para que los rayos del sol iluminen tu jardín. Este es tu poder, y tú decides qué opción tomar.

Asiento repetidas veces. Cierro mis ojos evitando que más lágrimas salgan y vuelvo a atraerla hacia mí para abrazarla. Ella me recibe sin queja alguna. Me refugio en sus brazos, sintiéndome de nuevo como una niña pequeña que solía correr hacia ella cada vez que se caía en la calle y se raspaba la rodilla. Y es increíble que esto no sea la medicina para un corazón roto, sino más bien un simple consejo para evitar uno. Porque con Derek ya ha sido suficiente. Ahora solo necesito personas que me sumen y no que me resten. Por mucho que Darian me guste, ya no se trata de encontrar a alguien para pasar el momento, se trata de encontrar a alguien para pasar la vida.

[...]

—Entonces tomas la lana así, y luego haces esto —indica Mamá Gio, haciendo un movimiento extraño con las agujas.

Intento imitar lo que hace, no obstante fallo y no consigo iniciar el calcetín para bebé. Ella se ríe al verme bufar fastidiada.

Es viernes y le he pedido a la abuela que me enseñe a tejer. Ella quería salir por ahí, pero yo preferí algo más tranquilo. Así que aquí me encuentro, en el comedor con ella intentando tejer calcetines para bebé —aunque no vaya a tener uno y tampoco conozca a alguien que vaya a hacerlo.

—Ten paciencia. Esto es un arte que no se aprende de la noche a la mañana. Realmente requiere práctica, así que no hagas berrinche si no lo consigues a la primera. Tienes toda la tarde para lograrlo —dice ella, intentando darme ánimos.

Asiento, respiro profundo y le pido que vuelva a repetir lo que hizo. Cuando lo hace, me aseguro de fijarme bien cómo lo hace y luego lo intento; lo logro.

Abro mis ojos en asombro, a la vez que sonrío y abro mi boca para gritar.

—¡Mira! ¡Lo hice! ¡Lo logré, nana! —exclamo con felicidad extrema.

Ella ríe al verme tan emocionada. Sí, parezco una niña. ¿Pero qué importa? ¡Logré tejer!

—Vale, cariño. Ahora continuemos, todavía queda mucho por hacer.

Vuelvo a tomar asiento y seguimos.

Mientras nosotras tejemos, papá está en la sala viendo la repetición de un partido. No se ha enterado del momento que tuve con la abuela hace unos días. Probablemente no lo haga, a menos que su madre se lo diga. Aunque no lo creo.

Algo que he notado es que ha estado un poco raro. Después de haber ido a dejar a Bridget no salió de su habitación sino hasta el día siguiente. Estuvo inusualmente callado durante el desayuno y el almuerzo. Lo único que ha hecho últimamente es ver las repeticiones de los partidos de fútbol. Se ha llevado la cena a su habitación y no sale de ahí sino hasta que la abuela y yo nos vamos a dormir. Mamá Gio también lo ha notado, pero ninguna de nosotras ha querido preguntarle. Quizás discutió con Bridget y por eso está así. Estamos esperando a que lo resuelvan —si es algo que tiene solución—, y que nos lo cuente —si es que quiere hacerlo. Yo sé que no nos debe explicaciones de su relación, sin embargo no me gusta verlo así. Me gustaría saber qué es lo que lo tiene tan preocupado e intentar ayudarlo —si es que está en mis posibilidades hacerlo.

Pasan las horas hasta que terminamos de tejer los calcetines. Dios mío, son tan pequeñitos, ¿realmente alcanzan unos pies aquí? Me siento tan feliz de haberlo logrado. Ahora se podría decir que sé tejer. Entonces se me ocurre una idea, voy a tejerle una bufanda a Maia. Seguro que su abuela le ha hecho más, por lo que espero que no se enoje si agrega una que no sea hecha por ella a su colección. Realmente espero que no.

—¿Qué hacemos ahora? —inquiere Mamá Gio.

—Bufandas —respondo al instante.

—Estamos en verano, pero si es lo que quieres, de acuerdo.

Frunzo el ceño.

—¿Se pueden hacer bikinis de lana?

Ella hace una expresión pensativa, luego se encoge de hombros.

—Supongo que sí, pero no creo que sean muy cómodos.

Suelto una risa. Yo tampoco creo que sean cómodos.

Tomo otra bola de lana y comienzo a tejer la bufanda de Maia. Espero que quede bonita y le guste. Seguro va a pensar que esto es lo que he pasado haciendo todo mi verano, cosa que no es mentira, pero será divertido ver su expresión.

Pasan unos cuantos minutos y luego escucho el timbre sonar. Elevo la vista a la abuela. Ella me mira igual de desconcertada.

—¿Esperabas a Bridget? —pregunto.

Ella niega con la cabeza.

—No. ¿Tú esperabas a alguien? —devuelve.

Niego también.

—No. ¿Será que viene a ver a papá?

—¿Ya se habrán reconciliado?

Nos encojemos de hombros a la vez, desconcertadas por la repentina visita, de la cual aún no estamos seguras de que sea Bridget.

Mi papá se levanta a abrir. Eso debe confirmar algo, ¿no? Unos segundos después se escucha la voz de esa persona desconocida rebotando en las paredes.

—Hola, Wilson —dice—. ¿Feliz de verme? 

Frunzo el ceño. Esa voz... yo conozco esa voz.

¡Maldición, no!                                                                

Me levanto de un salto de la silla en la que me encuentro y salgo al pasillo. Me acerco a la puerta, deteniéndome junto a mi padre. Todo mi cuerpo se tensa cuando mis ojos se posan en la persona en el umbral de la entrada.

No puede ser cierto.

La mujer fija sus ojos verdes en los míos y sonríe. Yo no soy capaz de expresar gesto alguno. Por lo menos otro que no sea la sorpresa.

—¿Mamá? —musito.

—Hola, hija, ¿me extrañaste?

Continue Reading

You'll Also Like

35.9K 1.7K 12
Spiderman del ucm estará en spiderman into the spider verse Nota: Imagínense a todos los personajes estilo spiderman into the spider verse Estoy prep...
86.3K 9.3K 37
© [GrindelwaldxDumbledore] Dumbledore paseaba por los pasillos cuando vio a un misterioso chico de pelo rubio casi dorado. Inútil decir que se intere...
10.3K 595 42
Thea es una chica que ha pasado cada verano en un campamento desde los nueve años, creía que después de terminar la relación a distancia que llevaba...
395K 14.8K 29
Él, el típico popular del colegio, mujeriego, el chico de todas. Ella, marginada del grupo social popular por... Por ser ella misma. Trenton la fasti...