29 ❄︎

800 115 47
                                    

Horas más tarde, cuando el cielo comenzaba a obscurecerse. YoonGi llegó trotando al lugar dónde estuvo sentado y el último recuerdo con la bolsa café. JiMin se colocó a su lado un poco después.

—Tampoco está aquí...—Murmuró YoonGi con las cejas juntas. Tensó los labios en una línea, evitando mirar a JiMin. 

Era un tonto. 

—YoonGi —JiMin le llamó con la voz firme pero no demasiado, seguía siendo amable. Aunque eso no ayudó al remordimiento de la conciencia de YoonGi —, cálmate y haz memoria. Compramos esas nueces hace nada —No, nada venía a su mente. Aún más abatido que antes se arrodilló, buscó adelante, detrás de la banca y no encontró nada— Era una bolsa café con un logo verde. 

—Perdón —suspiró—. No sé dónde pude haberla olvidado —levantó el rostro y miró a JiMin— ¡Regresaré a la tienda y comparé más! 

Cuando iba a marcharse, la voz de JiMin le detuvo. 

—Olvídalo, YoonGi. 

—¿Eh?

YoonGi se detuvo, observando con confusión a su entrenador. Era tan raras y contadas las ocasiones en qué le detenía un plan. 

Era aún más confuso que permanecería sonriéndole como de costumbre. 

—Ya debe estar cerrada. Regresemos, ¿no estás cansando? 

YoonGi torció la boca y tras tomar aire se acercó intentando lucir serio. 

—No tienes que ponerlo así. 

Apretó sus labios, más fuerte entre ellos después de terminar de hablar. 

La sonrisa en el rostro de JiMin disminuyó levemente hasta desaparecer. 

—Yo sí estoy cansando. 

Los ojos marrones de YoonGi se mantuvieron sobre los azules de JiMin, por un largo rato. La tensión repentina entre ambos se volvió palpable, hasta el viento de invierno que les sacudió la ropa parecía ser pesado y poco respirable. 

Con otro suspiro, YoonGi asintió dejándose guiar. Esta vez JiMin no le sostuvo ni le tomó de ninguna extremidad, pero si caminaron hombro a hombro. 

Mordió sus labios con violencia, ese ligero roce fue inesperado y le picaban la punta de los dedos por sostener la mano de JiMin. 

Dioses, ¿qué estaba mal con él? No tenía que sentirse tan desesperado porque si entrenador no mantuviera contacto con él, sin embargo lo estaba y se sentía culpable y un poco irritado. 

Acabaron caminando en completo silencio por una feria navideña. 

JiMin se apartó de él un momento para comprar un bebida en un vaso desechable rojo y regresó sin decir una palabra, como se fue. 

—Las luces son bonitas... —Murmuró YoonGi de modo que apenas pudo escucharse, tallando con sus uñas la curvatura de su cuello. 

La negrura de la noche estaba cálidamente acompañada con la risa de los niños españoles, las conversaciones de las personas felices y los foquillos de colores en serie con formas y tonalidades distintas.

El ambiente olía un poco a pan recién horneado y un poco a una despedida, amarga. 

—Es cierto —Se sintió un poco más aliviado al escuchar la forma tranquila de responder del ruso—. Aunque no podrían competir contra ti

Por la forma directa y un poco coquetea en que lo dijo, YoonGi obtuvo un poco de color las mejillas. 

—JiMin, tu cumpleaños es en navidad, ¿no? —Le preguntó sonriendo. JiMin asintió con un sonido, no tenía idea de porque el tema parecía de pronto tan importante para su estudiante —. ¿Qué quieres de regalo?

YoonGi on Ice! [JimSu]Where stories live. Discover now