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YoonGi se relamió los labios y arrugó el entrecejo cuando deslizó su dedo contra la pantalla y encontró una imagen de sí mismo en el "Kiss and cry"* con SungDeuk tomándole los hombros, consolando su evidente tristeza. "¡Se acabó la temporada para el patinador surcoreano Min YoonGi!"

Encabezado pretencioso e incierto. Se dijo apretado la boca, cambiando de imagen para encontrarse con la del ganador del Grand Prix* Final. Esbozó una pequeña sonrisa, al menos JiMin seguía siendo la estrella y su común fulgor.

—¡No leas las noticias, YoonGi-ah! —Exclamó su entrenador, intentando arrebatarle el teléfono—, ¡son puras mentiras!

SungDeuk era un hombre ya de treinta años, amable, alto, delgado y con su rostro denotando su nacionalidad de pelo azabache, de vez en cuando le crecía una leve barba en el mentón aunque ni eso mataba su aire juvenil.

—SungDeuk-nim, dice que se acabó la temporada —apretó aún más las cejas, sosteniendo el teléfono y apartándolo de SungDeuk. El hombre mayor chasqueó la lengua y se cruzó de brazos como si estuviera reflexionando—. Dame un segundo... —Pidió poniéndose de pie y buscando en la lista de contactos el nombre de su madre— Hablaré con mi madre.

Le anunció a su entrenador mientras se ponía de pie y caminaba hacia los baños.

—¡YoonGi-ah! —Gritó SungDeuk esperando detenerlo. Cuando al chico perderse entre los pasillos suspiró y se talló la cara con estrés.

Siendo honesto... Realmente pensé que...

El patinador negó con la cabeza abriendo la puerta de los baños. No podía ganar nada bueno con recordarse sus metas quebradas por el fracaso, no quedaría más que arráncaselas a la fuerza y evitar la amargura.

Entró a un cubículo y presionó el ícono de teléfono sobre el número de su madre vagamente dejando que el timbre sonara. Contempló fijamente la pared roja enfrente suyo, sumido en sus pensamientos. Soy uno de los mejores patinadores certificados por la ISU*. Se repitió, una y otra vez, intentado crear un mantra que le diera algo de certeza.

¡Hola, YoonGi, cariño!

La voz de la mujer por la bocina le hizo parpadear y salir de su ensoñación. Ella a diferencia de él, portaba de un timbre de voz algo agudo que se endulzaba en sus momentos amorosos, YoonGi sabía que él era más como su padre, uno ronco que daba la finta de ser varonil.

—¿Sí, mamá? ¿Te desperté?

No, no, no. Estaba ocupada.

—¿Estabas viendo la tele? Oh, mamá... —Sonrió sabiendo de los hábitos que solía guardar su madre, aún con el paso de los años y sintió un extraño abatimiento nostálgico abordarlo sin sutileza.

—Ah, sí. Estabas en las noticias —Se escuchó el sonido de la interferencia al otro lado de la línea dando la impresión de que su madre se movía—. Cuando vengas podrías hacer una visita pública, le hace falta gente a nuestras aguas termales.

—¿Qué? —YoonGi apretó los labios, sintiendo el calor acumularse en sus mejillas de la vergüenza—, ¡no, mamá!

¡Eish, YoonGi! Deberías hacer algo. Ahora que eres una figura pública con talento.

YoonGi jadeó en silencio, su labio inferior se sacudió hacia abajo y la humedad llegó hasta sus ojos.

—Lo lamento, yo... —Se relamió los labios y sorbió rápido por la nariz, gangueó un poco al hablar—. En realidad metí la pata.

¿Qué? Ah, hijo... Si te refieres a lo del e... —Alejó su teléfono de su oído dejando caer su mano sobre su muslo y colgó. Un sollozo terminó por escapar de su boca y luego los ríos salados barriendo por sus mejillas, hizo puños sus manos y se talló los ojos, por debajo de los lentes de marco azul. Aspiro lentamente intentando retener algo de compostura y dignidad.

YoonGi on Ice! [JimSu]Kde žijí příběhy. Začni objevovat