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Las avenidas de Moscú eran tan distintas a las de Taebong. Eran mucho más delgadas, ruidosas y estaban totalmente iluminadas por los faroles de hileras que parecían nunca terminar junto con las luces de los autos que corrían rápidamente sobre la autopista.

YoonGi suspiró, pasando una mano por su gorro gris intentando quitarle un poco de la nieve. El frío de le nevada se le colaba entre su abrigo favorito y la mascarilla que intentaba cubrirle el rostro, incluso los lentes de sus anteojos estaban lo suficiente empañados para tener una buena vista, de cualquier manera no quería irse.

Se sostenía de la barda de metal que detenía a los peatones de cruzar la calle y observaba los coches pasar arrasando con la nieve que caía lentamente.

Se sentía como estar en Taebong y al mismo tiempo en un lugar completamente distinto.

Mi apogeo como patinador competitivo está muy cerca...

De verdad quiero el oro. Reconoció, como nunca antes hizo.

El Grand Prix Final será mi última oportunidad. Agachando la cabeza, lo planteó una vez más. Mientras se quitaba la ropa deportiva y la cambia por sus habituales prendas holgadas, no podía dejar de pensar en el audio de JiMin.

Ni mucho cuando el mismo hombre le avisó por el chat que llegaría en unas horas más. Salió del motel para buscar un lugar dónde poder refrescarse y poder aclarar su decisión.

Aunque no gane el oro... Empuñó la mano sobre su corazón y respiró hondo.

Lo mejor sería devolverle su libertad. Haré que JiMin deje de entrenarme tras el Grand Prix Final, y... Luego...

Y luego, YoonGi fue pateado sorpresivamente por el vándalo ruso.

Nadie lo vio venir, ni si quiera él.

—¡Ah! —Gritó mientras caía, aterrizando con la frente. Separó el rostro de la nieve, manteniéndose recostado. Gimió adolorido aliviado de sentir todos los huesos en su lugar y al menos sus lentes tampoco estaban rotos

—Allí estabas, gato gordo. Tuve que buscarte.

Habló el rubio con aparente desinterés.

YoonGi se acomodó para mirar al causante de su caída.

—Nochu. —Murmuró con sorpresa y una ligera sonrisa que no pudo observarle por la mascarilla.

Ya sabía porque su cadera dolía, las botas negras y pesadas de Nochu no eran para nada suaves con su cuerpo.

JungKook le miró desde arriba, sosteniendo firme una bolsa de papel entre sus manos.

—¿Qué creías que hacías? Dabas repelús. ¿Y ese programa libre?— Le preguntó con un tono curioso junto con un reproche. YoonGi pudo darle la razón, él estuvo a dos tropezones más de no poder calificar para el Grand Prix Final— Puedes excusarte diciendo que te fue mal porque no estabas con JiMin, pero yo —JungKook arrugó las cejas, molesto— que estaba en plena forma, conseguí una marca personal... ¡Y me derrotó Jin! —La cara de Nochu fue todo un poema. YoonGi quiso reír porque lo decía que como si fuese la locura más ridícula e irritante— ¡No tienes derecho a sentirte peor que yo!

Le señaló con la mano libre y la otra le lanzó la bolsa de papel que antes sostenía.

—Oh —Dijo YoonGi en voz baja, observando el objeto que aterrizó en su regazo.

—Toma. Será tu cumpleaños, ¿no?

Curiosamente, el rostro de JungKook tomó un color rosa.

YoonGi on Ice! [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora