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Con un andar rápido, JiMin abrió la puerta de la su propia habitación en el Hotel de China, tomando la muñeca de YoonGi con firmeza. Las cosas sucedieron tan rápido que no ni siquiera tuvo tiempo de abogar por su favor.

Al despertar, viajó hacia la pista de pie, tambaleándose por lo cansado que se sentía con dos enormes ojeras cafés debajo de sus ojos. No tenía la intención de encontrarse con JiMin, pero, como la vida lo odiaba o amaba (ver a su entrenador con sus ropas ajustados y reluciendo tan temprano era algo que le revolvía el estómago) se encontraron en el pasillo y al ver su estado, le arrastró de regreso.

En contra de su voluntad, fue empujado contra el colchón suave.

Lo miró cerrar las ventanas y finalmente se acercó a él, colocándole un antifaz negro de algodón sobre sus ojos. Luego JiMin se subió a arcadas de su cuerpo para bajar la cremallera a de su chamarra deportiva y quitársela por completo.

La sangre se lo subió a la cabeza y con la cara ligeramente pintada de rosa intentó comprender la extraña situación.

—¡¿Q-qué haces?! —Forcejeó intentando mantener las prendas de ropa, pero en un parpadeo JiMin le había robado la camiseta y dirigía sus manos al inicio de su pantalón de entrenamiento— ¡JiMin, n-no!

YoonGi se calló cuando JiMin tiró de su pantalón dejándolo en su ropa interior de tonos obscuros. Sintió perfectamente que las mejillas se le calentaban de rojo, pero después el calor se evaporó en el instante en que su entrenador le cubrió con el cobertor gigante.

—Duerme hasta el evento de la noche. —Aún sobre él, le dio unas palmaditas en la espalda, observando su rostro inquieto con adoración y una pequeña sonrisa. Recargó su rostro sobre su palma abierta— Te irá bien. Yo siempre dormía hasta poco antes de empezar la competencia.

Cerró los ojos por un segundo. Bueno, esa era la intención hasta que el aroma tranquilo lo sedo y cayó hacia adelante, recostando su cara sobre el pecho de YoonGi con los brazos encarcelándolo.

—¡¿JiMin?! —YoonGi se movió confundido y cegado por el pedazo de tela que le cubría los ojos— ¿Pusiste la alarma? —No le respondió y YoonGi intentó sacudirse con más fuerza, pero el cuerpo de JiMin no cedió, apresándolo ligeramente fuerte contra la colcha— ¿Qué rayos? ¡JiMin era de sueño ligero!— Mhp.

Se rindió hasta que escuchó la respiración rítmica y el estómago de JiMin subir y bajar. Esa era el sonido tan pacífico de su respiración al dormir; YoonGi estaba tan colado por él, que reconocía la forma en que expulsaba el aire, de malas, cansando, maravillado y en sus sueños.

Oh, dulce JiMin, hipnotizó lo suficientemente fuerte a YoonGi que era capaz de romper el encantamiento con tal de liberar al hechicero.

Relamió su labio pequeño. Con la respiración intranquila, agradeció que el antifaz cubría mayormente sus mofletes rojos y que JiMin estando dormido así no podría oír su corazón retumbando violentamente. Con un poco de pena y cuidado, libró su brazo y con nerviosismo guío sus falanges a tocaron los músculos de la espalda con muchísima pena, suspirando de gusto ante la piel en tenue movimiento y la firmeza.

Definitivamente haría cualquier cosa por ese hombre y desearía poder hacerlo todo. Pese a su amor, era un simple mortal.

[⛸️...]

Estamos en la Copa de China, el evento del Grand Prix. Va a comenzar el programa libre.

Anunciaron por los parlantes, resonando en toda la pista, hasta en los pasillos donde estaban todos los competidores.

YoonGi sujetó con fuerza la botella de agua, apretando la tapa con sus dedos temblorosos.

—¿Eh? No se abre. —Farfulló sumido en el estrés y una expresión sombría. JiMin que permanecía dándole su espacio, aunque observándolo de lejos, lo notó y se acercó con su habitual sonrisa. Sujetando sus hombros, haciendo que YoonGi pegara un respingo.

YoonGi on Ice! [JimSu]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon