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Entre gotas de sudor, pieles pegajosas, brincar escaleras, tocar la punta de tus pies y las frases de JiMin como "¡YoonGi! Imagínate enredándote con el huevo. Piensa en el tazón de cerdo." "No veo limpieza en tu pierna libre.", el entrenamiento para el enfrentamiento entre JungKook y YoonGi llegó a su final.

A sólo un día de la competencia YoonGi todavía tenía problemas con sus saltos y evidentemente con la interpretación. Las uñas de ambas manos ya habían sufrido los estragos de su ansiedad y sólo faltaba que se quitara de los patines para morder las de sus pies. Era eso o pedirle su mano a JungKook y si le preguntan a YoonGi, preferiría vivir.

Dejó de observar sus dedos abusados por sus dientes y le echó una ojeada a los alrededores en busca de su entrenador. Esa zona en la pista no le gustaba de niño, siempre había más personas atando sus patines, comprando en las máquinas expendedoras de su costado o saliendo de la puerta de los baños en la pared contaría. Solía haber más personas que dentro de la pista y eso lo irritaba o aterraba, dependiendo del número.

Esa mañana solo podían escucharse los pasos que seguro eran de NamJoon a la lejanía y algunos gritos de diversión de JungWoong que eran rápidamente acallados por su padre. Gracias a JiMin y su increíble popularidad, la pista de Taebong se reservó en los horarios en que tenían entrenamiento y así la sesión era privada, con la única condición de que fuera en horas matutinos.

Casi pudieron ser las lecciones de ensueño para YoonGi de no ser por ese detalle. Algo que no le motivaba en una competencia era que tuviera abandonar su cama y quizá eso no pasaría si no se quedara a altas horas de la madrugada tocando el teclado sin rumbo. Aunque, esa semana de entrenamiento intensivo no tuvo tiempo ni para dejar sus horas de sueño, ni para quejarse. Muestra de que estaba completamente centrado.

Respiró pausadamente, dándose por vencido en vislumbrar la figura de JiMin. Encendió su teléfono para ver la hora y suspiró al ver que ya iba más de dos cuartos de lo acordado. Sacudió uno de sus pies contra el piso y luego notó que JungKook en una banca al frente parecía igual de impaciente.

Se atrevió a preguntar, mientras restregaba su puño contra sus ojos irritados por los lentes de contacto que utilizaba para las prácticas.

—¿JiMin aún no ha llegado? —Escuchó al menor sacudir la boca.

—Dicen que estuvo bebiendo toda la noche —tomó su termo de agua con la impresión de un león y se levantó con la intensión de iniciar la práctica por su cuenta—. Maldición.

YoonGi lo observó, metió su móvil dentro de su mochila que siempre cargaba, resignado a que JiMin probablemente no llegaría y tenía que practicar uno de sus saltos.

Tuvo una idea que seguramente le regalaría una patada en el trasero, pero prefirió intentarlo.

—Nochu.

—¿Qué quieres? —Preguntó con un leve interés. YoonGi junto sus dos palmas llevándolas hasta tocar su rostro.

—¿Me enseñarías a hacer un salchow cuádruple? ¡Por favor!

JungKook no le respondió, en cambio comenzó a moverse hacia la pista. YoonGi le piso los talones consternado, esperando una respuesta.

Qué no llegó hasta después del calentamiento y fue bastante seca e incomprensible.

—Inténtalo.

—¿Eh? —YoonGi ladeó la cabeza, JungKook se cruzó de brazos sin contestación— Oh, ¿el salchow cuádruple?

—Rápido o te patearé.

YoonGi negó y velozmente se movió hacia la otra esquina de la pista para tener más libertad de moverse, dándole una ojeada de desconfianza al más joven.

YoonGi on Ice! [JimSu]Where stories live. Discover now