•Capitulo 10•

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<<Dos semanas después>>

01 de abril del 2020
🌎 Ciudad de México, México.

Estaba demasiado emocionada y muchas personas se podían dar cuenta de ello, bueno al menos con las que he estado trabajando estos últimos días.

Absolutamente todo el tiempo de descanso me la pase viendo tele en casa y visitando a mi mamá. Monse se quedó conmigo algunos días y después se regresó a su casa.

Por lo cual hice un drama como por tres horas, pero ella ya tenía que volver a la universidad.

Ahora me encuentro en el lugar donde me estaré presentando, la semana pasada hice las últimas entrevistas donde podía decir oficialmente muchas cosas por las cuales me había tomado un descanso de las redes, pero también me encargué de dejar claro que estoy lista para cualquier cosa que venga.

Hace unos días hablé con Gio, quien se encuentra en Italia con Pasquale. Me dejo saber que pronto regresa a México y que su novio vendrá con ella.

—¡Karol!— el grito de Luis, el coreógrafo me saca de mi trance y sonrió inocentemente —¿Puedes bajar de la luna?— dice con una de sus manos en su cintura.

—Lo siento, lo siento— digo sacudiendo todo mi cuerpo.

—Repasa la coreografía de Mil besos por segundo—

Después de encargarme de que todo saliera bien, termine y salí del lugar en busca de mis cosas tenía que ir a ver la casa donde ya pronto podré vivir y bueno ahora solo me encargo de inspeccionarla y ver los muebles que me enseñan y cómo está quedando.

Para mi está quedando maravillosa.

Pienso que todos tenemos de ese tipo de sueños, una cocina gigantesca, con una isla igual de grande tu sala perfectamente diseñada y tener miles de cosas para decorarlas.

Y es que es uno de los logros que muchos quieren cumplir y que quieren para siempre. Tenemos que aceptar que la mayoría después de los veinte años es lo único que quiere.

—Me voy, vuelvo luego— me despiezo con la mano y salgo en busca de mi coche.

Cuando estoy lista arranco hasta mi destino en este caso; la casa nueva. El trayecto no es tan largo y no me demoro mucho, cuando llegó la diviso por qué es diferente a las demás, me encargué de que por fuera estuviera pintada completamente blanca y tuviera una herrería negra.

Eso ya está listo y quedo para mi perfecto.

Estacionó el coche que para decir verdad he aprendido a manejar mucho mejor que antes, cuando queda bien acomodado me bajo y la puerta está entreabierta. Por esta miro a la chica que es encargada que los muebles estén bien acomodados.

—Hola Lucia— es hija de Sonia. Tez blanca, 20 años, cabello castaña, alarma de estatura, y para decir verdad es el tipo de chica perfecta.

Aparte que para ser claros tienen un carácter súper amigable, al menos cuando yo estoy aquí.

—Hola, Karol— la saludo agitando mi mano y dejo mi bolso en el colgadero de la entrada. —¿Que te parece?— dice cuando empezamos a ver todo el lugar.

Me vas a ver ||Ruggarol Where stories live. Discover now