• Capitulo 31 •

579 33 1
                                    

12 de diciembre del 2020
🌎 Buenos Aires, Argentina

Siento mis hombros pesar y solo quiero llegar al departamento y dormir. Dormir hasta que me canse de hacerlo, las jornadas laborales se habían extendido un montón por que ahora eran de lunes a sábado, aunque realmente el sábado solo era medio día pero todo era por que tomáramos vacaciones mucho antes de tiempo.

Me dejo caer en el asiento del coche y suspiro cansada. Ya nos han confirmado nuestro último día de trabajo, es el 16 de este mes, por eso habíamos estado trabajando los sábados y así solo quedarán pendiente las grabaciones que nos habían mencionado Jorge y Martín.

¡Quiero irme ya a México! Es tanta mi emoción que había decidido comprar los boletos hoy para la próxima semana y tendría que regresar para el dos de enero. No es mucho tiempo, pero algo es algo.

Mientras conduzco por las calles de Buenos Aires y un poco de música de fondo me relajo y trato de no pensar en cosas del trabajo. Era todo muy agotador.

Sigo tomando medicamento para la ansiedad y de hecho hace dos días Monse encontró eso y tuvimos una discusión. Me habían dado el alta el lunes pasado por que se supone que mi diagnóstico va mejor y eso lo agradezco.

Me estacioné en uno libre y bajo del coche con todas mis pertenencias, que claro están tengo más cosas de toda la semana.

Entro al edificio y me apresuro a entrar al elevador para presionar el botón de mi piso y esperar que esté llegue. Extrañaba demasiado trabajar de esta manera aunque me la pase agotada y queriendo llegar solo a dormir.

Entro al departamento que está tranquilo y completo silencio. Después entra Monse en escena saliendo la cocina y diciéndome que si quiero comer.

—¡Debes de comer, Karol!— me regaña.

—No tengo hambre Monse— trato de hacer el mismo tono de voz que hizo pero pausado haciendo que yo suelte una carcajada.

—A mi no me da risa, tendré que hablar con mi tía... aparte, ¿ya hablaste con ella sobre lo de Ruggero?—

—¡Monse!— acaba de arruinar mi tranquilidad. Tenía más de dos semanas intentando decirle a mi mamá que estoy saliendo con Rugge pero... todo se complica cuando me pongo nerviosa —No, no le he dicho. Pero hoy le diré— eso espero.

—Ya no te creo— dice bufando —Yo pienso que mi tía tiene el derecho de saber y que no la dejes de lado...— me dice a lo que solo ruedo los ojos.

—Ya vas a empezar— bufo.

—Es que es la verdad. Ni que te vaya hacer— dice.

—Tu conoces a mi mamá tanto como yo— le digo irónicamente, siento que en cuanto le diga pegará de gritos. Aunque han salido varios rumores de que Rugge y yo tenemos algo por que nos han encontrado en varios lugares, pero solo son cosas que dicen por ahí por que nada está confirmado, ademas ni han visto mi rostro —Y sabes de lo que es capaz. No quiero arruinar las vacaciones, por eso no le he dicho— bufo —Prometo que no pasa de hoy—

<<>>

Como había dicho esperaba que llegara la llamada de mi madre, tenía pensado decírselo y no salir muy regañada. Aunque, ahora que lo pienso... a mamá siempre le cayó bien Rugge no está enterada de muchas cosas que pasaron y... tal vez, no se lo tome a mal.

Tomo una barra de cereal que están arriba del refrigerador, se ha vuelto mi acompañante favorita. Camino hasta mi habitación de nuevo y escucho la televisión de Monse a todo volumen, cuando terminó mi barra tiro el papel en el bote y prosigo con mi camino hasta la cama.

Me vas a ver ||Ruggarol Where stories live. Discover now