𝑫 𝑰 𝑬 𝑪 𝑰 𝑶 𝑪 𝑯 𝑶

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— ¡Chicos, por aquí! — gritó el pelinaranja al agitar su mano para que lo siguieran.

Los mellizos se acercaron a la barra en la cual estaba el de segundo, familiares y otras personas que nunca habían visto en su vida.

En esa galería se encontraban seguidoras de Hikaru, que chillaban al verlo estirar y lo animaban más que a los otros integrantes del club de gimnasia rítmica.

El rubio rueda sus ojos en blanco, había mucho ruido en ese lugar. Pero sabía que eso era lo posible cuando iba a ver al peliverde.

— Por favor, escuela Karasuno, acercarse al cuadrilátero — dijo una vez más la bocina.

La galería empezó a gritar aún más, eso ánimo a Shouyou a aplaudir y saltar de alegría. Tobio sonrió levemente por esa reacción.

Los padres de Tadashi estaban muy nerviosos, más Daichi que Kōushi, ya que éste último estaba igual de eufórico que su hijo. Aplaudía y celebraba al ver como su pequeño se presentaba ante los jueces.

Luego hubo silencio, ese cambio de ambiente hizo que los cabellos de la nuca de Kei se erizarán. De un momento a otro sintió algo de hostilidad, todos estaban serios y tragaban fuerte.

La música había empezado, la posición inicial se disolvió y divisó al peliverde. Pero sólo podía verlo a él, podía ver su cabello, sus ojos destellantes y su cuerpo vibrar con la música. Él podía ver la estrella en su interior y que el brillo se mostraba en el cuadrilátero. Se sintió atraído como si fuera su polo opuesto del imán, sus ojos no podían despegarse del arte que estaba haciendo.

Su corazón se agitó en cada salto y caída. Ahora la música estaba apunto de acabarse pero la sensación que le dió la coreografía se va a quedar para siempre. Tadashi había terminado en su posición que señalaba el techo, se veía relajado a pesar de que había visto como su brazo se torcía de vez en cuando, no sabía si era algo bueno o algo malo, pero la sensación en el rostro de Tadashi le hizo saber que lo había hecho bien.

Cesó la música, pero comenzaron los gritos y los aplausos. Los gimnastas se despidieron de los jueces y celebraron fuera de la línea blanca junto con el entrenador.

Debía admitir que fue una de las cosas más maravillosas que había experimentado.

[•••]

— Iré al baño — dijo el rubio al salir por la galería, avisándole a su hermano antes de irse.

Caminó por el largo pasillo hasta la puerta ancha que tenía un cartel unisex, era el más cercano así que aprovechó para remojar su rostro y re hidratarse.

Cerraba sus ojos y podía ver al pecoso bailando con todo su ser, su rostro iluminado por la pasión de la gimnasia. Casi sonríe por ello.

Al salir del baño, se encontró con Hikaru.

Ese insoportable y despreciable ser.

Sus miradas se encuentran y la tensión aumenta. Kei sonríe maliciosamente y se acerca peligrosamente a él, acorralando al castaño. Pero éste no mostraba ni una pizca de miedo o querer alejarse, incluso sonreía cínicamente.

— ¿Creías que te salvarías de mis puños? — preguntó con sarcasmo el rubio.

— ¿Así que lo matón y agresivo no se te quitó? — lo hizo con el mismo tono — Tadashi parece estar en grave peligro contigo.

𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢Where stories live. Discover now