𝑵 𝑼 𝑬 𝑽 𝑬

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Ya había pasado una semana desde que Kei salió del hospital, le recomendaron tres días de reposo en casa y actividad física leve.

Su familia estuvo presente con él, sin embargo, muchas veces se encerraba en su habitación por largas horas escuchando música.

Había veces en el día que no podía sentir nada, otras en donde se limitaba a sentir algo de soledad y alguna que otra sensación de calidez en su cuerpo. Era extraño, pero al menos podía soportar esos cambios. Durante las noches, tenía pesadillas, despertaba sudado y llorando, sin entender el por qué de ellas.

Kenma estaba al tanto de las acciones de él, estaba preocupado, porque sabía que su hijo estaba sufriendo, había días en donde se le notaba incómodo y distraído, raro en él. Por eso decidió hablar con él o al menos hacerle compañía.

Llegó a la habitación del rubio, tocó suavemente la puerta del chico, escuchando un leve pase.

Se acercó hacía el chico que estaba en la silla del escritorio. Acarició su cabello dorado y le besó en ella lentamente. Kei dejó sus audífonos casco en la mesa. El teñido aún le acariciaba, tenía miedo de perder a su hijo, el chico se dio cuenta por su mirada triste. El de lentes sabía porque le pasaba aquello, se sintió peor.

- Estaré bien, lo sabes.- dijo sereno.

- Lo sé.- afirmó, pero aún le acariciaba su hebras doradas.- ¿Cómo te sientes?.- preguntó.

Kei hizo una pausa, se levantó y se acostó boca arriba mirando el techo, su papá le siguió y se acostó a su lado y siguió la acción de acariciarle el cabello.

- Es... Complicado... Es como, si me hubieran quitado algo que nunca tuve...- suspiró profundamente.- Pero hay días que son normales, así que no me importa mucho.- dijo subiendo su hombros.

Hubo un par de minutos en silencio, uno cómodo, el teñido seguía su acción y el chico se reconfortaba con ese toque. De eso, el mayor decide preguntar una cosa más.

- ¿Querías encontrarla, antes de los contratos y del accidente?.- dijo después de pensar bien la pregunta.

- No tenía intenciones... - dijo sin interés.

- ...¿Te molesta el contrato?...- preguntó con cierto temor en su voz

- Si fuera por mí... Lo haría trizas...- su voz se hizo algo dura, como si estuviera conteniendo toda su ira, apretando sus puños y sientiendo molestia en su corazón.

Kenma sintió un dolor en el pecho, si tan solo él hubiera insistido más a su esposo, sobre qué los casamientos eran un error, entonces tal vez todo estaría mejor.

- Perdón...- dijo en un tono bajo, que apenas Kei lo entendió, pero quedó aún más confundido.

- ... ¿Por qué?... - preguntó con algo de interés, pues nunca había escuchado a su padre diciendo tal cosa.

- Por no hacer algo contra el contrato...- Inspiró profundamente para evitar un par de lágrimas, y logró su cometido.

Kei quedó sin palabras, no sabía que podía decirle, pues no quería que su madre estuviera triste, pero tampoco podía negar que estaba molesto por el tema. El chico de hebras doradas pensó un poco, llegó a la conclusión de que un abrazo sería lo mejor, cuando él estaba en mal estado, el teñido le hizo aquello. Se levantó un poco y colocó sus brazos alrededor de cuello del mayor, colocó su cabeza en el hueco que hay entre el cuello y el hombro, inspiró fuerte para retener el aroma de su padre, y cerró sus ojos. Kenma quedó anonadado, sin embargo, de poco correspondió el abrazo, dejando ir la mayoría de sus preocupaciones.

𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢On viuen les histories. Descobreix ara