𝑪 𝑨 𝑻 𝑶 𝑹 𝑪 𝑬

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Luego del frenesí de energía ante la idea de que los cuatro irían a la casa de los mellizos, Tobio se encargó hablar con su padre Kenma; él no entendía por qué estaba tan nervioso de hablar con su madre y pedirle permiso para invitar a los hermanos, no sabía si era porque era la segunda vez que invitaba alguien o porque Shouyou estaría con él.

Por otra parte, el teñido estaba algo sorprendido, pues el hecho de que lleven alguien a sus hogares por su voluntad es demasiado extraño, un sentimiento de calidez lo abordó, sintió orgullo y felicidad por sus hijos, después de un par de meses al fin pudieron crear un lazo, aunque sea de amistad. Y bueno, la respuesta sería un rotundo sí, deseaba ver a sus hijos convivir en su presencia y también quería ver a su futuro yerno.

Se dió por terminada la llamada y Tobio se giró para decirles que si podían ir a su casa. Los hermanos Sawamura sonrieron felices y Shouyou le avisó a sus padres de que pasarían la noche con la familia Kuroo.

Claramente sus padres estaban felices, sin embargo, les dijeron: "Para la próxima nos avisan con un día de anticipación", en donde padre e hijo rieron y el menor aceptó esa propuesta.

Cuando tenían todo listo, se dirigieron caminando a la casa de los Kuroo. Adelante iban los dos enamorados y atrás se iban riendo los que sobraban en esa relación, burlándose del amor tan acaramelado de esos dos.

Se fijaron que una pareja, también de acaramelados, pasarían por su lado pero en dirección contraria. Ellos se iban acercando, y Tadashi pudo ver quién era el afortunado de la chica con vestido rojo a su lado, era su superior.

— Hola, Hikaru-san — saludó a un par de metros mientras aún caminaban.

El nombrado se dio cuenta de la presencia del peliverde, siempre brillando como una estrella, pensando en cómo no pudo ver qué se acercaba.

Apartó esos pensamientos, al momento de devolver el saludo, quedó totalmente desesperado y angustiado. Observó rápidamente el rostro herido del pecoso.

> ¿Quién se atrevió tocar a mi Tadashi? <

Obvio, en ese momento, su lado racional quedó en décimo plano, y su corazón lo empezó a guiar, sus instintos de proteger a su alma gemela se adueñaron de él.

Un dolor se hizo presente en su pecho, corrió los últimos metros para encontrase y tomó el pequeño rostro del doncel en sus manos. Miraba confundido y aterrorizado.

— ¿Quién te hizo daño? — le mira fijamente a los ojos, pero una cabellera rubia lo distrajo e hizo conclusiones. — Tú le hiciste daño.

Sus ojos contenían la furia misma, Tadashi se sintió indefenso y con mucho miedo, pero no podía dejar que ambos pelearán en la calle.

— ¿Qué? No, fueron otros ch-

Fue interrumpido al ser golpeado por Hikaru en su mejilla, cayó al suelo y se sujetó su rostro con su mano, frunció el ceño por el dolor. Tadashi soltó un grito y alejó el brazo del mayor para que no le dé más golpes al rubio.

— E-E-Eso... — tartamudeo el peliverde.

Hikaru se puso una camisa con manga larga, y cuando el doncel levantó su brazo, se levantó con ello la manga y dejó a la vista la marca de la alma gemela.

Tadashi sabe perfectamente que es la suya, pues se la sabe de memoria al verla durante horas deseando que algún día llegara su pareja predestinada. Su corazón latió tan fuerte que lo único que pudo escuchar fue ello, con lágrimas en sus ojos le sonríe a su superior, sin embargo, el rostro que tenía Hikaru no era la que esperaba.

𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora