𝐷 𝑂 𝐶 𝐸

1.5K 200 67
                                    

Desde pequeño, el despacho de su padre siempre fue tentador. Allí su progenitor hacía videollamadas importantes, y siempre se encerraba en esa habitación para hacerlas y ninguno de ellos pudiera entrar, allí guardaba documentos importantes y hacía todo tipo de trabajos.

Y ahora, había logrado entrar a esa habitación y tiene la evidencia que necesitaba. Así que, después de salir de su trance, sacó una fotocopia del documento en su totalidad para dejar el original en el archivador y no dejar rastros por el momento.

Después de terminar la copia, la toma entre sus temblorosas manos y correr hacía el parque, el punto de reunión de los chicos. Sin embargo, deja atrás su bolso, en donde olvidó por completo el club municipal.

[•••]

Ten, hermanito — le dice enojado y con sarcasmo mientras le entrega una rebanada de pastel de fresa en una pequeña cajita de la tienda de pastelería que estaba a unos pasos de la heladería.

Gracias~ —le dice con sarcasmo y toma su pastel para saborearlo, se emociona internamente.

Kageyama se sentó cerca de Shouyou, los tres hacían un triángulo y sólo estaban esperando a Tadashi de su práctica de gimnasia rítmica, por ello ahora todos se juntan en el parque por la accesibilidad de estar cerca de muchas cosas, como el gimnasio municipal, heladerías, pastelerías, almacenes y más, les encantaba ese lugar.

Hace un par de días, los chicos se hicieron un grupo de mensajería, así les sería mucho más fácil comunicarse de fechas y lugares. De alguna manera ya estaban acostumbrándose a esa rutina de estar todos juntos y convivir.

Ese progreso se ha visto mucho en Tadashi y en Kei, y sus hermanos se alegran por ambos.  Aunque también están alertas por si sucede algo.

Los dos ya pueden tolerar la presencia del otro, así como compartir algunas ideas, y casi siempre son elogiadas por el peliverde al rubio, también comparten la opinión de que sus hermanos parecen algo idiotas cerca del otro, Tadashi sonríe más a su lado y de alguna manera eso le tranquiliza al rubio. Kei puede sentir un peso menos de encima, desde que perdió a su alma gemela sus días no han sido los mismos, ya no ve esa marca que le era indiferente cada mañana y eso le asusta, hasta que ve a alguien especial, el pecoso... Pero le será muy difícil y lento admitirlo.

Se siente en paz a su lado, las risas que tiene son más naturales al igual que sus movimientos. Pero de alguna manera, siente que se aprovecha del chico por su buena voluntad de estar con él, después de todo lo que le hizo pasar de cuando era pequeño... Ahora que lo piensa y reflexiona todos los días, puede decir que estuvo horrible lo que hizo, las estrellas que despreció ahora iluminan sus días y noches, se siente tan culpable, no sabe cómo disculparse por ello, pues siente que el poco orgullo que le queda se irá, y no solo eso, también siente que sin importar que palabras diga, no serán suficientes para acabar con los recuerdos tan desastrosos que provocó.

Y mientras comía su pedazo de pastel de fresa, se acordó del pecoso, y suspiró. ¿Acaso la fresa que estaba en el pastel tenía que ser Tadashi? Las hojas verdes de la fruta representaba su cabello desordenado, el color eran sus sonrojos y las semillas sus pecas. O peor aún, ¿Por qué debía estar pensando en él?

[•••]

Tadashi iba corriendo hacía el parque, el sudor corría por su rostro e iba todo agitado, sentía el pecho adolorido, sus ojos se cristalizan por el aire y por las ganas de llorar, era una combinación de emociones que no podía describir. Sin embargo, los documentos aún estaban en sus manos, no se le perdió ninguno y esperaba que no se le caiga a un charco de agua o se pierdan por las ráfagas de aire.

𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢Where stories live. Discover now