v e i n t i c u a t r o

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Era sábado por la tarde, era un día nublado y frío. El menor de los Sawamura se encontraba en su habitación haciendo sus deberes, al contrario se su hermano que estaba practicando volleybal en el patio.

Recibió un mensaje, dejó de lado su cuaderno para ver de quién era. Fue una sorpresa muy grande cuando se trataba del rubio.

— Hola, perdón por lo inoportuno, pero estoy fuera de tu casa.

— ¿Pero qué?.

Sorprendido, se levantó rápidamente de la silla de su escritorio. Bajó las escaleras muy rápido que incluso recibió la advertencia de su progenitor, pero fue ignorado.

Llegó a la puerta principal y estaba el mayor observando su celular, esperando la respuesta del menor. Resulta que ya estaba en la entrada.

— Kei-kun... ¿Qué haces aquí? — preguntó agitado.

— Bueno, yo quería hablar contigo — estaba algo incómodo.

El pecoso estaba por preguntarle de vuelta, pero la presencia del adulto atrás suyo lo interrumpió.

— ¡Kei! Que sorpresa tenerte aquí, puedes pasar — le invitó el peliplateado.

— Oh bueno, solo quería... — no quería ser una molestia para el mayor así que se estaba rehusando.

— Vamos no seas tímido.

El mayor ya estaba en el living esperando a que los dos entraran. Dejando sin opciones a Kei. Él igualmente aceptó la invitación y pidió permiso. El menor le dejó el camino abierto, estaba sonrojado por la interrupción de su padre, suspiró avergonzado y le dedicó una sonrisa al mayor.

— Lo siento... — dijo Tadashi.

— No te preocupes, es agradable.

— Kei, ¿Quieres beber o comer algo? — le preguntó Koushi.

— Agua estaría bien — le respondió.

— Ya vuelvo entonces — se fue del living para dirigirse a la cocina, dejando a ambos solos.

Ambos se sentaron, no sabían cómo empezar a hablar. Casi siempre habían tenido encuentros ocasionales, en dónde sus hermanos los dejaban solos y empezaban a conversar.

— ¿De que querías hablar? — preguntó el menor, sin verlo a los ojos.

Kei estuvo toda la noche pensando en cómo afrontar lo que sentía por el pecoso. Con cada respuesta aparecía cada incógnita. Siempre había un obstáculo. Se dió cuenta que debía decirle sin importar nada, porque si anoche se quedó despierto por pensar todo lo que podía o no pasar, entonces podría pasar toda una vida sin dormir si no le decía lo antes posible.

Pero en ese momento, enfrente del pecoso, quedó helado y sin respuestas.

Tragó fuerte y empezó a hablar.

— Desde pequeño, nunca me ha interesado un afecto de las personas. Crecí pensando que no es necesario sentir a alguien, ni siquiera a mis padres o mi alma gemela... Pero fue diferente cuando la perdí... — tomo una pequeña pausa. — Jamás la busqué, pero cuando la perdí, cuando mi cuerpo reaccionó a eso fue muy doloroso. Entonces pensé ¿Será así o peor cuando pierda a la gente más importante? — se refería a su familia — En ese instante me di cuenta que una de las personas importantes... Eras tú — sus miradas se encontraron, el pecoso pudo ver dolor en ellos — No sé cómo o cuándo sucedió lo que siento, pero ya perdí mucho tiempo preguntándome eso. Así como también estuve pensando si yo era la persona indicada para estar a tu lado... He hecho tanto daño, que no creo que yo merezca de tu atención.

Tadashi lo procesó poco a poco, técnicamente era una confesión. Le tomo una de sus manos y con todo el valor de su interior le contestó:

— A veces las personas tienen una segunda oportunidad cuando son buenas. No tuvimos un lindo comienzo, pero has cambiado y yo también.

Kei no podía retrasar más lo dicho, debía decírselo oficialmente.

— Me gustas Tadashi.

El pecoso lo había entendido en lo anteriormente dicho, pero esas palabras lo hicieron emocionarse aún más.

— También me gustas, Kei-kun. La verdad tampoco sé cómo sucedió, pero ya no importa, solo sé que me gustas mucho — una pequeña sonrisa nerviosa se instaló en su rostro.

Kei tampoco podía creerlo, le dió una segunda oportunidad y correspondía sus sentimientos, nada podría ser mejor que eso.

Tadashi se acercó para abrazarlo, estaba tan feliz. Kei lo abrazó de vuelta, escondió su rostro en el cuello y hombro del menor. Él mayor estaba tan agradecido por todo.

— Bien bien los quiero separados — dijo el peliplateado.

El mayor hizo aparición luego de escucharlo todo. Los menores a él hicieron caso, un poco avergonzados.

— Kei, ya tienes 18 ¿no es así? Mi niño apenas tiene 15 — se cruzó de brazos.

Esas palabras llegaron como una lanza a su cuerpo, por supuesto que había pensando la edad, pero que lo diga el padre... Sentía bastante culpa y vergüenza.

— ¡Papá! Pronto cumpliré 16.

— Sigues siendo menor.

El menor bufó, rindiéndose porque sabía que no podría ganar contra su padre Koushi.

— Sabes que Daichi dirá lo mismo. Hablando de él, Kei debes hablar con él.

— N-No... Él es aterrador cuando se enoja... — dijo Tadashi abrazando un cojín del sofá.

— No puedes ocultarle esto, sabes que lo sabrá y– — fue interrumpido por el rubio.

— Entonces esperaré por él.

Ambos quedaron asombrados, porque su voz profunda se adueñó de la habitación. Koushi empieza a reír, desconcertando a los demás.

— Ay Kei, eres increíble — dijo con un alivio en su voz — No estoy diciendo que no pueden estar juntos... Solo te recuerdo la edad, hay cosas que pueden hacer y otras que no de acuerdo a su etapa, tampoco les puedo prohibir ciertas cosas porque sé que las harán... Así que sean responsables y conscientes. — se acercó a Kei para revolver su cabello.

Ambos chicos sonrieron ante esas palabras, se tomaron de la mano, sintiendo la calidez del otro.

— Técnicamente ya tienen mi bendición, pero aún falta la de Daichi. Pueden pedírsela cuando sea el momento — dijo antes de irse la habitación.

Tadashi recargó su cabeza en el hombro del mayor.

— ¿Dónde está Daichi-san? — preguntó el rubio.

— Viaje de negocios, volverá en unos días.

— Supongo que allí le tendré que decir sobre esto — mencionó con una leve sonrisa.

— Yo también tengo que hablar con los tuyos...

— Ellos te adoran, así que de seguro te la darán.

— ¡WOAAH! ¡Entonces es cierto! — apareció Shouyou desde el patio.

— Si nii-san — le menor de todos le sonríe, mostrando sus manos entrelazadas.

— Más te vale cuidarlo, poste — le mira con recelo.

— No habrá duda de eso.

𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢Där berättelser lever. Upptäck nu