𝑄 𝑈 𝐼 𝑁 𝐶 𝐸

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El sol de la mañana iluminaba con lentitud la habitación de los cuatro jovencitos. Y especialmente se encontraba desordenado con envolturas de comida y algunas sábanas en el suelo.

Para la sorpresa de nadie, el azabache y Shouyou estaban abrazados, tan tiernos y cálidos, en donde disfrutaban inconscientemente su presencia. Una sonrisa se presentaba en sus rostros, la mano del mayor cruzaba la cintura mientras el menor estaba en su pecho con comodidad y las sábanas los cubrían a ambos con delicadeza.

Por otra parte de la cama, algo que les llevará sorpresa a todos, incluidos ellos mismo. Tadashi abrazaba con fuerza al rubio y éste lo sujetaba de la pierna para que el agarre fuera más duradero. El menor de ellos estaba cerca de su cuello y el otro sentía los cabellos sedosos en su nariz.

- mghm... - se quejó el peliverde al pensar algo desagradable, su corazón latía a mil por segundo y su mente le hacía jugadas malignas con la imagen de Hikaru.

En un instinto, Kei lo abrazó para reconfortarlo. Acción que funcionó en ese momento, la calidez del rubio le decía que no estaba solo y que todo estaba bien, de esa manera dejó de quejarse.

El azabache despertó porque la luz ya estaba invadiendo su rostro, en sus brazos sintió a su novio y sonrió leve en la posición en que estaban. De esa manera decidió despertarlo para que pasaran más tiempo juntos esa mañana, le tocó el rostro con delicadeza y lo besó. El pelinaranja sonrió por la acción y abrió lentamente sus ojos.

- Buenos días, bello durmiente - dijo el mayor.

- Buenos días, baka. - el menor se acurrucó entre los brazos del otro para no desaparecer su lazo.

Ambos bostezaron y ésta vez se dieron vuelta para observar a sus hermanos. Una gran sorpresa se llevaron al verlos en esa posición. Shouyou iba a gritar, pero el otro le tapó la boca con su mano. Decir que ambos estaban impactados era poco. Aún así el instinto chantajista del azabache salió en esos momentos. Agarró su celular y les sacó un par de fotos en todos los ángulos posibles.

- Lo molestaré con ésto de por vida - mencionó con satisfacción el azabache al mostrarle las fotos a su pareja.

- ¡Kyaaaa! - finalmente el menor pudo gritar, o más bien chillar.

Los que estaban abrazados, fruncieron su ceño por tanto ruido, y solo se abrazaron más fuerte. Sin embargo, se cuestionaron el por qué la almohada que estaban abrazando era tan cálida y con formas definidas...

» Oh no... « pensaron al mismo tiempo.

Abrieron sus ojos con sorpresa, su rostro se sonrojó a más no poder y se alejaron abruptamente. Kei cayó de la cama al estar en el extremo y el peliverde solo tapó su cabeza con la almohada que estaba más cerca, gritó a más no poder.

¿Cuál es el límite de estar avergonzado?

Ambos descubrieron que no había un límite y a partir desde ese momento no podrían dejar de pensar en cómo estaban abrazados y por cuánto tiempo. Les avergonzaría el resto de sus vida.

- Hey Hermanito - dijo el azabache con una expresión aterradora para los menores.

- Oh no... ¡No, no, no! - grita con desesperación al ver las intenciones sucias de su hermano mellizo.

- Sí, sí y sí querido Kei - sonríe maliciosamente con las fotos en su celular - ahora haz lo que deseo.

- Tobio-kun es malvado... - menciona Tadashi sujetando con fuerza la almohada, mientras se aleja del aura oscura del mayor.

Asiente el pelinaranja al estar más cerca de su hermano al ver cómo su novio intimida al otro. Algo que le sorprende, pero le gusta de él.

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𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! | 𝘛𝘚𝘒𝘠𝘔] #𝘝𝘰𝘭𝘭𝘦𝘺𝘣𝘢𝘭𝘭𝟤𝟢𝟤𝟢Where stories live. Discover now