Redención ~ Percy Weasley ~

11. La Junta

Ninguno de los personajes me pertenecen (excepto algunos de mi invención como Audrey, Froda y otros que irán apareciendo), historia basada en las novelas de J. K. ROWLING
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Conforme pasaba el tiempo el trabajo de Percy se hacía cada vez más pesado, y es que entre cumplir con las expectativas del ministro y mantener a Dumbledore informado, apenas le quedaba tiempo para descansar. Y no se quejaba, al contrario, está situación hacia que extrañar a su familia no fuera tan agobiante ya que su mente siempre estaba en otra cosa. Lo único que se mantenía igual eran las comidas con Audrey y Hugo ya que ambos lo obligaban a parar al menos por una hora para que se "despejara" o eso era lo que decían.

Percy no sabía con exactitud quién le enviaba las cartas con instrucciones acerca de lo que debía averiguar en su trabajo. No era letra de Dumbledore estaba seguro, pero algo en las cartas, ya fuera la caligrafía o la redacción, se le hacían extrañamente familiares.

Ese día de principios de febrero, Percy había decidido regresar antes a trabajar después de comer con Audrey y su amigo, ya que debía contestar la carta de la persona "secreta" y, porque las montañas de papeleo se amontonaban amenazantes por toda su oficina. Al caminar por el Atrio en el ministerio, pudo ver una cabeza pelirroja, con unas cuantas canas, caminando entre la multitud. Era la primer vez que veía a su padre desde el hospital, éste se encontraba platicando con Perkins que le ayudaba un poco a mantener el equilibrio tomándolo del brazo. Percy quería acercarse a ver si su padre se había recuperado adecuadamente, lo veía un poco más delgado, pero una sonrisa le iluminaba la cara. Percy empezó a caminar hacía él, pero una persona le bloqueó el paso.

-Vamos Weasley, es difícil alcanzarte, Audrey te espera por allá y me dijo que tenía que hacerte regresar a tu oficina a como diera lugar, la verdad no sé que se traen ustedes, pero se veía especialmente interesada en que regresaras- le dijo mientras lo empujaba un poco para guiarlo a donde Audrey se encontraba- Aquí te lo traigo Audrey, los dos son muy raros, saben.

-Pero así nos quieres- le dijo Audrey sonriendo. Hugo solo se sonrojó un poco y se despidió rápidamente- Vamos Percy- continuó mientras lo tomaba del brazo y lo jalaba- recuerda que no puedes hablar con tu familia- susurró.

-Lo sé, es solo que no lo había visto desde el hospital y quería saber si se encontraba mejor- le dijo el mientras la seguía. Continuaron caminando un rato en silencio en dirección a la oficina de Percy pero a mitad del camino ella se detuvo- ¿qué sucede?, ¿olvidaste algo?

-No, pero debo irme, hoy me toca vigilar el pasillo- le dijo casi en un susurro- solo quería asegurarme que no volvieras sobre tus pasos.

Audrey se acercó y le dio un beso en la mejilla para después desaparecer rápidamente caminando. Percy se quedó viendo el lugar donde había estado la bruja un rato, luego decidió continuar con su camino para poder terminar lo más pronto posible su trabajo.

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En el pasillo reinaba el silencio, la noche había sido realmente agotadora y aburrida. Desde el ataque a Arthur Weasley, la vigilancia del pasillo que llevaba al departamento de misterios debía hacerse en pareja, aunque esa noche solo Audrey había podido asistir, los demás estaban ocupados en sus trabajos. Por la mañana cuando vio que Tonks se aparecía en el pasillo, pensó que nunca se había alegrado tanto de ver a alguien en su vida. Se enderezó, lo que hizo que la capa invisible se le resbalara un poco y casi gritó de felicidad, pero se contuvo.

-Buenos días Audrey, ya puedes irte, disculpa la tardanza, pero ayer me quedé hasta tarde en el trabajo- le dijo reprimiendo un bostezo.

-No hay problema, pero ¿estas segura de que puedes quedarte? Hoy no te tocaba guardia, según yo vendrían Remus y Bill-