2. Percy I. Weasley

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Ninguno de los personajes me pertenecen (excepto algunos de mi invención como Audrey, Froda y otros que irán apareciendo), historia basada en las novelas de J. K. ROWLING
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Audrey se encontraba en su pequeño cubículo repasando unos documentos que ya había leído con anterioridad. Casi era hora de su comida por lo cual decidió apurarse para ya no tener que regresar, de hecho su jefa estaba muy complacida ya que había adelantado el trabajo de la semana.

-Sigue así Audrey y llegaras lejos, pero me gustaría hablar contigo, me han dicho que te gusta redactar algunos ensayos, ¿es cierto?

-Si, en la escuela hacia algunos de las criaturas y animales que habitan en los terrenos de Hogwarts y con la ayuda de Hagrid, ¿lo conoce?, bueno con su ayuda recopilaba información de alimentación, cuidado, reproducción, entre otras cosas.

-Muy interesante, en verdad, tu sabes que nuestros conocimientos son en su mayoría gracias al señor Scamander, pero nos hace falta conocer más, me gustaría revisar esos documentos tuyos para poder ver si actualizamos un poco lo que ya tenemos. Desafortunadamente, el presupuesto está dado a grandes animales y criaturas, no a las pequeñas que consideramos inofensivas, pero si pudieras ir redactando algo, veré si puedo presentar una nueva investigación para conseguir más fondos.

-Claro que sí señora Reynolds, en cuanto tenga algo se lo haré llegar.

-Llamame Cassandra, y por cierto muy buen trabajo - le dijo y se fue a hablar con otro compañero, unos cubículos mas allá.

Audrey siempre había admirado a Cassandra Reynolds y era un honor trabajar para ella, aunque casi no la veía el poco tiempo que pasaba por los cubículos. Cassandra repartía su jornada laboral entre los trabajadores para ver en que podía ayudar o cuáles eran los avances. Audrey se encontraba tan feliz de que le hubieran encomendado un trabajo que tanto le gustaba y que de hecho podía hacer desde casa, que no escuchó cuando unos compañeros se acercaron a ella.

-Ryder- dijo el más alto, si Audrey no recordaba mal se llamaba Jacob - Acabo de escuchar que ya casi tienes el día libre, ¿podrías hacernos un favor antes de irte? - no esperó a que Audrey contestara y continuó- mira del departamento tenemos que entregar este documento de peticiones al ministro, no ha querido recibirnos, pero quiza antes de irte puedes dejárselo a su nuevo asistente, solo sería dejarlo, ¿podrías hacerlo?

Ella lo penso por un momento, en verdad no le costaba nada llevarlo antes de irse y quería involucrarse mas con sus compañeros, así que les sonrió y se levantó.

-Por supuesto que puedo, ¿debo decirle algo o simplemente dejo los documentos?

-Solo déjalos, gracias, los pondré aquí- le dijo con una gran sonrisa depositando los papeles sobre el escritorio de Audrey - nos vemos luego Ryder.

Ella solo dijo adiós con la mano y continuó guardando sus cosas para retirarse, luego tomó los documentos y se dirigió al final de la gran sala donde estaban los cubículos para poder salir, pero se detuvo al escuchar su nombre, ella se encontraba tras una columna por lo que las personas que hablaban no la vieron.

-Si, aceptó llevarlos, y que bueno, porque me tocaba a mí hacerlo y entregárselos a ese engreído, no ha querido recibirnos y siempre dice estar ocupado para nuestros asuntos, ni que fuera el ministro, no sé en verdad porqué lo pusieron de su asistente- se quejaba Jacob.

-Pero fue un poco cruel mandarla a ella, no te ha hecho nada y la envías a donde sabes que no será bien recibida - decía una voz amable - quizá deba ir y decirle que yo lo haré.

-No seas tonto ella ha aceptado y tú ya has ido, quien sabe, a lo mejor y ella consigue que reciban nuestras peticiones, además Ryder es la nueva adición, es su turno.

-No lo se - continuó la voz amable- pero creo que ya se fue, no se ve nadie en su cubículo.

Audrey pensó que esa era la señal para continuar su camino. Se enojó un poco con sus compañeros, ella solo quería ayudar y ser parte del equipo, pero al parecer le habían dejado la tarea que nadie quería hacer, le dieron ganas de regresar los documentos, pero ella nunca se retractaba y no era una cobarde, por más engreído que fuera el asistente. Intentó hacer memoria para recordar quien era él, pero no era buena para recordar esas cosas, para ella los cargos de poder eran cosas sin importancia y por lo tanto no creía conocer a dicha persona.

Ya había recorrido un largo camino y se encontraba donde ella suponía tenía que estar la oficina del ministro y por lo tanto cerca de ahí la de su asistente. Siguió revisando puertas y de repente una sonrisa se le dibujo, vio en una puerta, escrito con letras que parecían de oro

" Percy I. Weasley, asistente Jr del ministro"

Vaya, justo el otro día estaba comentándole a Fleur que había visto a ese Weasley en particular por el ministerio, pero le sorprendía que él fuera el asistente del ministro, no era que no lo considerara capaz, siempre lo había visto como una persona ambiciosa, pero se le hacía un tanto joven para un cargo tan importante. No sabía porqué sus compañeros no querían ir, si, era un poco presumido pero no era un monstruo, de hecho en Hogwarts siempre se lo encontraba en la biblioteca y era muy amable, al menos cuando no estaba con su novia. Tocó la puerta y esperó, pero nadie respondió, volvió a tocar un poco más fuerte y la puerta se abrió de repente, pero no había nadie, Audrey se preguntó si debería pasar. Decidió hacerlo, solo dejaría los documentos en lo alto de la pila que veía en el escritorio que tenia frente a ella. Pasó rápidamente y lo que vio fue una oficina muy sobria, ningún cuadro o adorno, que triste, pensó. Justo cuando había soltado los documentos escucho un portazo.

-Se puede saber que haces en mi oficina, ¿quieres obtener información confidencial? ¿Qué haces revolviendo mis carpetas? Contesta niña- le decía un enojado Percy Weasley, era más alto de lo que recordaba. Ella se encontraba un poco asustada y de repente cayó en la cuenta de que le había dicho "niña", le dio un poco de risa ese comentario y decidió hablar.

-Hola Percy, soy Audrey Ryder, tal vez no me recuerdes, porque ibas un año más adelante que yo en Hogwarts, vine a traer estos documentos de parte del Departamento de Regulación de Criaturas Mágicas- contestó ella mientras le dedicaba una de sus más brillantes sonrisas, sin embargo él seguía con el entrecejo fruncido.

-Primero, cuando te dirijas a mí me llamaras Sr. Weasley, segundo, te pareció que era prudente irrumpir en una oficina y husmear, no sólo en una oficina común sino la oficina del asistente del ministro, y tercero, para la entrega de documentos, se necesita solicitar una audiencia, no tengo tiempo y no pienso perderlo, así que por favor retirate y sigue los pasos que te he dicho.

Audrey lo miraba con los ojos muy abiertos, ahora entendía la reticencia de sus compañeros, pero no se iba a rendir.

-Espera un momento, no me iré hasta que aceptes los documentos, como tú, no tengo mucho tiempo para perderlo con un engreído, es tu trabajo y no me importa si lo quieres leer o no- dijo firmemente- segundo, yo no irrumpí ni me puse a husmear nada, la puerta estaba abierta, solo iba a entrar y salir. Tercero, he conocido a tu padre aquí en el Ministerio y él si merece el respeto de ser llamado Señor Weasley, algo que tú no obtendrás si no cambias tu forma de ser, ya veo porque nadie quería venir a hablar contigo, pero tranquilo yo me retiro ahora, que pase un buen día Weasley- dijo enfatizando el apellido y ya estando cerca de él, le estampó los documentos en el pecho, él rápidamente los tomó mientras ella salía de su oficina.

Audrey estaba enojada con Weasley por hacerla perder los estribos, pero al parecer sus palabras habían congelado en su sitio al chico, no podía creer que fuera así, ella recordaba a un chico guapo y amable, un tanto presumido lo aceptaba, aunque bueno seguía guapo muy guapo a decir verdad, pero su comportamiento le restaba mucho puntos.

Redención ~ Percy Weasley ~Where stories live. Discover now