30. Maratón 2/3

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Ninguno de los personajes me pertenecen (excepto algunos de mi invención como Audrey, Froda y otros que irán apareciendo), historia basada en las novelas de J. K. ROWLING
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Marnie


Al día siguente de la visita de Fleur, Percy se había levantado temprano dispuesto a llegar antes que todos al Ministerio. Sabía que Marnie ya estaría ahí, no sabía cómo lo hacía la bruja, pero siempre estaba ahí cuando la necesitaban. Además tenía que regresarle la canasta llena de platos que le había dado la semana pasada.
Casi cada semana le entregaba una canasta rebosante de comida, se había hecho una costumbre entre ambos y Percy estaba realmente agradecido.

Se apareció en las chimeneas del atrio, donde sólo algunos madrugadores caminaban somnolientos. Percy se sentía muy bien, había sido renovador hablar con alguien conocido y saber que su familia no había sufrido ningún daño muy grave, le satisfacía sobremanera.

Continuó caminando hacia el elevador pero no entró, giró a la derecha por un pasillo para subir por las escaleras, no quería usar el elevador solo para un piso.

Ya en el piso correcto comenzó a caminar por el largo pasillo, Marnie ya estaba ahí, podía ver su escritorio al fondo y una bolsa sobre el. Sonrió, le tenía un gran aprecio a la bruja. Al llegar al escritorio se apoyó en el y carraspeó para llamar la atención de Marnie que se encontraba inclinada intentando tomar algo de debajo de su asiento.
Se arrepintió al momento, ya que la bruja se golpeó la cabeza con la madera de la mesa, para levantarse rápidamente.

Pero no era alguien a quien conociera, la bruja que lo miraba tenía el cabello rubio oscuro, largo hasta la cintura, ojos color miel ¿o eran verdes?, todavía tenía pinta de ser muy joven.

-¿Dónde está Marnie?- preguntó Percy buscando a la bruja con la mirada.

-Ella... la señorita Smith decidió tomarse unas vacaciones- respondió la chica frente a él bajando la mirada ante el tono de Percy. Su forma de hablar era suave y temblorosa, como si tuviera miedo de decir algo que lo hiciera enojar- yo... yo estoy aquí para remplazarla.

-¿Vacaciones?, ¿reemplazarla?, por qué no se me notificó, yo no tenía la más mínima idea de que esto pasaría, ¿quién lo decidió?- preguntó el confundido. Quizá estaba siendo un poco grosero con la chica, pero tenía que saber más acerca de lo que había sucedido con Marnie.

-Lo... lo lamento señor Weasley, apenas ayer empecé a trabajar aquí, también él ministro se mostró sorprendido por la noticia de la señorita Smith, pero se encerró en su despacho y no salió hasta entrada la noche... yo... yo no sabía si era correcto enviar una lechuza a su casa o... - la chica se interrumpió palideciendo de repente, miraba tras él hombro de Percy, apartó la mirada e inmediatamente se sentó.

Percy también volteó para ver a qué se debía el terror en la mirada de la chica. Por el pasillo, sonriente, se acercaba Jacob Fawley. Percy le dio la espalda y suspiro frustrado. Su día había empezado a ir mal desde el momento en que se apareció en el Ministerio y con la llegada de Fawley solo estaba empeorando.

-Weasley- exclamó este cuando ya estaba cerca- veo que ya has conocido a mi querida hermana. Lastima que ayer no te sintieras bien para darle la bienvenida, o al menos eso dijo Scrimgeour.- continuó guiñando el ojo- ¿qué te parece la nueva adquisición- dijo señalando a su hermana que evitaba a toda costa mirarlo y jugaba con su bufanda- pienso que el Ministro debe estar rodeado de magos sangre pura, ¿no crees?, que bueno que nos deshicimos de esa anciana sangre sucia- terminó con desprecio.

-Pero...- interrumpió la chica y al parecer se arrepintió ya que se sonrojó sobremanera, aún así continuó - Jake, tu... tu dijiste que... dijiste que la señorita Smith se había ido de vacaciones.

Redención ~ Percy Weasley ~Where stories live. Discover now