Redención ~ Percy Weasley ~

13. Regreso A Hogwarts. Parte II

Ninguno de los personajes me pertenecen (excepto algunos de mi invención como Audrey, Froda y otros que irán apareciendo), historia basada en las novelas de J. K. ROWLING
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Este capítulo contiene fragmentos de La orden del Fénix.

-Les ofrecería una taza de té o café quizá, pero al parecer prefieren esperar a que estemos completos ¿no es así Cornelius?- Dumbledore miraba directamente al ministro de magia quien nerviosamente volteó a ver  primero a los Aurores que lo acompañaban y por último a Percy al que le hizo una seña.

-Estas en lo correcto Dumbledore- le contestó- Weasley, haz el favor de anotar todo lo que sea dicho desde este momento para que quede constancia- ordenó el Ministro.

-Por supuesto señor- respondió él desganado. Percy sentía que Dumbledore ignoraba su presencia deliberadamente y él sólo deseaba que Umbridge regresara pronto con Potter, porque era muy incómodo ser ignorado por el director y  ver el ceño fruncido de la profesora McGonagall, ella le había dicho una vez que esperaba grandes cosas de él, ahora por su forma de mirarlo, estaba seguro que no creía que lo hubiera logrado.

Un fuerte ruido de voces se escuchó al otro lado de la puerta y de inmediato entró la diminuta profesora Dolores Umbridge que venía jalando a Harry del brazo, este se veía molesto por la sonrisa de victoria que exhibía la bruja.

-Bien - dijo el ministro cuando los vio entrar-- Bien, bien, bien...

Percy pensó que Harry quería replicar algo, pero solo miró con desprecio a todos los que estaban en el despacho del director, exceptuando a Dumbledore y a McGonagall.

-Él estaba regresando a la Torre Gryffindor - dijo Umbridge con un tono de voz muy agudo, seguro provocado por la felicidad de llevar a Potter frente al ministro - El chico Malfoy lo arrinconó- terminó ella.

-Muy bien, muy bien- comentó Fudge con aprobación- Debo recordar decírselo a Lucius.
Bien, Potter...Espero que sepas por qué estás aquí- dijo dirigiéndose ahora a Harry. Aparentemente solo Harry y Percy habían notado el leve movimiento de cabeza que Dumbledore había hecho de un lado a otro, porque el chico rápidamente contestó.

-S...No.

¿Disculpa? – dijo Fudge.

-No – repitió Harry, firmemente

-¿Tú no sabes por qué estás aquí?- insistió el ministro.

-No, no lo sé – contestó Harry.
Incrédulo, Fudge paseó la mirada de Harry a la Profesora Umbridge.

-¿Así que tu no tienes idea- insistió Fudge, con la voz repleta de sarcasmo- de por qué la Profesora Umbridge te ha traído a esta oficina? ¿No estás consciente de que has roto las
reglas de la escuela?

-¿Reglas de la escuela?- repitió  Harry - No.

-¿O los decretos del Ministerio? - Harry seguía negando todo, Fudge se veía realmente irritado, Percy lo había visto muchas veces así. Cuando preguntó directamente por la organización secreta de estudiantes y Harry se hizo el desentendido, Percy casi  temió y deseó que el ministro perdiera la compostura.

-Creo, señor Ministro- interrumpió Umbridge – que podremos hacer mayores progresos si traemos a nuestro informante.

-Sí, sí, hágalo-  aceptó Fudge, asintiendo, mirando con malicia a Dumbledore mientras Umbridge abandonaba la oficina.