42. Draco Malfoy (3/4)

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Nota: No estoy siguiendo ninguna línea temporal de los libros/películas.

—No entiendo. –Rompió el silencio, su mirada seguía igual de confusa. Me abstuve de entornar los ojos pues ya les había explicado varias veces la situación. — Entonces, ¿eres una bruja?

—Sí, George, al parecer lo soy. – Me encogí de hombros, restándole importancia, pero lo cierto era que al principio estaba igual que ambos pelirrojos frente a mí. – ¿Me van a ayudar?

Los Weasley compartieron una mirada cómplice para después sonreírme. Ambos acercándose a mí para envolverme en lo que sería uno de los mejores abrazos que había recibido.

—Obviamente te vamos a ayudar, eres nuestra tercera rueda. – Dijo Fred una vez que nos separamos unos cuantos centímetros. Miré a ambos detenidamente, disfrutando de ese momento, nosotros tres en un vagón del tren con destino a Hogwarts. Aún no lo podía creer. — No sabes lo felices que estamos de que estés aquí, de verdad nos haces falta.

Desde el primer momento en el que crucé palabras con los gemelos Weasley, algo se había formado entre los tres. Era un vínculo que solo los tres compartíamos, como si fuéramos trillizos por más raro que se escuchase. Muchos veían con ojos curiosos nuestra relación, sin embargo, su familia, Harry y mi hermana nos veían como el apocalipsis pues cuando estábamos los tres juntos éramos imparables. Nos conocíamos como la palma de nuestras manos, inclusive más que a nosotros mismos (era la única a la que no podían engañar cuando decidían fingir ser el otro), así que no me sorprendió cuando me atraparon tratando de subir al tren sin que nadie me viese.

—Muero por ver la cara de los chicos, apuesto a que tu hermana va a gritar de la emoción. – Las palabras de George nos hicieron reír, imaginando lo avergonzada que estaría mi hermana si en verdad gritaba en medio del gran comedor cuando me viese. — Creo que tu presencia les hará olvidar el mal rato que tuvieron antes de abordar.

Fruncí el ceño, mirando interrogantemente a mis pelirrojos.

—¿Qué sucedió?

—Malfoy. – Respondieron al unísono, Fred comenzando a explicar al ver que eso no me decía nada. — Es un idiota, eso ya lo sabes, sin embargo, hoy estaba particularmente más imbécil que otras veces. Creo que prácticamente buscó a Harry, Ron y Hermione para escupir su veneno.

Una pequeña chispa de furia se encendió en mi interior, claro que sabía quién era Malfoy. Hermione me había contado sobre el idiota que se había atrevido a llamarle sangre sucia. Sabía sobre su odio irracional hacia Harry y sobre lo que pensaba acerca de los Weasley, mi segunda familia. No podía esperar para ver frente a frente al cretino y decirle unas cuantas verdades pues a diferencia de mi hermana, gracias a la escuela muggle a la que había asistido, aprendí a defenderme y a no dejarme de nadie, sabía que Hermione podía defenderse por sí sola, al igual que los chicos, pero no lo confrontaban y eso me desesperaba porque no entendía sus razones.

— Ni lo conozco y ya siento que lo odio. – Suspiré profundamente. — Juro que cuando lo vea, le voy a dar un golpe por cada insulto que le ha dicho a mi hermana.

Los gemelos me miraron con diversión, creyendo mis palabras.

— Por más que tengas nuestro apoyo, debemos advertirte que probablemente no sea una buena idea. Malfoy es el príncipe de Slytherin. – Explicó George, el recuerdo de unos ojos grises destellando en mi mente ante la palabra que utilizó para referirse a Malfoy. — Nadie es lo suficientemente estúpido o valiente para desafiarle. Imagina la vida que te espera si le golpeas y el sombrero te asigna a Slytherin.

—No lo hará. – Repliqué aparentando confianza, pero la verdad era que esa idea no había dejado de rondar por mi mente. — No tengo ninguna característica de esa casa, mucho menos tengo la tan preciada "sangre pura" – Ironicé, haciendo comillas en el aire. — Aunque, si llego a esa casa, voy a necesitar su ayuda para que no me expulsen del colegio por un par de bromas inofensivas.

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora