71. Fred Weasley (2/?)

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Advertencia: Modificación de la línea de tiempo para el bien de la historia.

Nota: Es mi deber decirles que, a pesar de todo, esta es una historia con Fred.


Estar con Draco te había tranquilizado, claro, el dolor seguía ahí como una astilla clavada en tu corazón, pero sabías que eventualmente tenías que juntar cada pieza rota y pintar una sonrisa en tu rostro porque si algo le habías aprendido al rubio, había sido a pensar antes de actuar y ha ser más determinada. Con cada paso que dabas con dirección a la torre de Gryffindor, las palabras de Draco resonaban en tu cabeza, dándote la fuerza necesaria para enfrentarte a lo que habría cuando cruzases la pintura de la señora gorda.

Hermione fue la primera en voltear a ver a la entrada cuando la pintura se abrió para dejarte entrar, a pesar del libro entre sus manos era claro que no había podido concentrarse por estar preocupada por ti. Ella sabía que te gustaba vagar por los pasillos cuando tenías tiempo libre y no estaban metidos en algún tipo de problema, pero nunca habías regresado tan tarde. Harry, Ginny y Ron estaban con ella cerca de la chimenea, desafortunadamente también lo estaban George, Lee, Angelina y él. Te acercaste a ellos, imaginando cómo actuaría Draco e inevitablemente sonreíste porque sabías que él se comportaría como un idiota lleno de sí mismo.

- ¿Ron? ¿Estás bien? - Te preocupaste pues al estar más cerca pudiste notar que su piel era tres veces más pálida y parecía como si en cualquier momento fuese a vomitar.

Escuchaste sobre su intento fallido de conseguir pareja para el Yule ball mientras hacías tu mejor esfuerzo por evitar que verlo, pero era difícil cuando su olor llenaba tus pulmones y algo dolía en tu interior cuando escuchabas su voz. Podías rehuir de él y de George, pero muy en el fondo sabías que cuando fueses a tu dormitorio tanto Hermione como Ginny no te dejarían salirte con la tuya.

- ¿Entonces contamos con ustedes? - Quiso saber Lee una vez que Ron se encontraba en mejor estado, el grupo se había acomodado mejor en los sillones y alfombra de la sala, pero tú aún te encontrabas de pie.

- ¿Sobre qué? - Podías sentir la mirada de todos y no porque hubieses preguntado algo, sino por el hecho de que habías decidido sentarte en el reposabrazos, justo a lado de dónde Hermione estaba sentada y no en el sofá donde estaba Fred; ese que ustedes compartían y donde eventualmente terminabas sobre sus piernas.

- Quieren meter hidromiel y whisky de fuego al baile. - Tu hermana contestó, claramente irritada por la intensión de romper las reglas. Claramente ella había tratado de persuadirlos, lo cual era una causa perdida porque ni Fred ni George ni Lee pensaban antes de actuar, además de que ninguno tenía problemas con hacer cosas que no estaban permitidas.

- Guárdenme un poco de hidromiel, ¿sí? - Pediste, aunque solamente miraste a Lee porque era el que estaba más cerca de ti y también porque por el momento no querías cruzar miradas con los gemelos. - ¡Auch! Eso dolió, Hermione.

- ¡No los alientes! - Te regañó después de golpearte nuevamente con el libro, era obvio que seguía alterada por lo que te había contado Draco que sucedió entre ella y Ron. - ¡Además, a ti no te gusta la hidromiel!

- ¡No, pero a él sí! ¡Detente, ese brazo todavía sirve! - Le gritaste bromeando mientras le arrebatabas su arma de las manos, lo cual fue extrañamente fácil.

- ¿Él? ¿Ya tienes pareja para el baile? - Solo en ese momento te diste cuenta de tu error.

Fred no había parado de mirarte de reojo desde que entraste a la sala común, pero ahora sentías todo el peso de su atención sobre ti. Tal vez ahora todos te veían esperando una respuesta, aunque era solamente él quien tenía el poder de hacer que tus piernas temblasen.

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